cado con Merritt!- reg
ció el ce
orqué de mi incomodidad- di
ro entonces; ¿te parece Eleanor?- preguntó D
una sociedad y estrechar lazos y que seamos familia, p
e tu hija, estoy fascinado con ella- dijo Merritt- y
red contestara,
conciliando, mirando a uno y al
tu parte Downey- dijo Alfred - y si vine, es porque mi hija insistió en aceptar tus c
ó ella, aparentemente, enojada con su papá- ¿Podemos firma
chica y ésto lo hizo sentirse con más ánimo de proceder a buscar
pesar de tu corta edad, has impresionado para bien mi vida- explicó Merritt de la mejor manera- y por e
e de su asiento- la cuestión es que cuando pediste la condic
uición fue acertada,- se excusó Merritt
ó en ese mo
erritt Downey se enam
i prometido!- calma tu e
se defendió Merritt- Alfred está
a mi, papá; y yo decido si me conviene o no- dijo Va
.- intentó d
l tono duro por el meloso con su padre
que la dejara a sol
cisión y autonomía- dijo éste mostrando mayor int
onmigo y a mi me encanta la propuesta, pero recuerda, mi condi
no de cautela- bueno está bien, pero nos podemos adelantar
s exigencias- explicó ella- deseo terminar mi carrera antes de casarme, y si
ue seas mi esposa, cari
e sus argumentos,- pero así como
es mucha razón queri
poniendo cada una de sus manos en el asiento don
que me vuelven loco amor?
e pícara e inocen
la alzando el documento de la sociedad entre él y su
o, pero por favor déjame saborear
ra el convenio comercial. Merritt la tomó y revisó unos instantes
ás castigado, muchachit
rcio internacional, esos serán tre
tás abusando chiquill
evantándose de su asiento para dar por te
jo él con voz suave- sol
buscando sus sensuales labios juveniles y posesionandose de su boca con avidez; Eleanor, no era muy experta en besos y torpemente respondió
ta vez, besó tiernamente
sar a tu pad
rado, ella tenía la convicción de que ese tipo de sentimientos eran señal de debilidad, sacudió su cabeza como para ordenar
imos besos; su padre tenía razón Mer