tulo
e: Así fuimo
er/Carmen Guadalu
s la voz del griego era melosa solo hablando para ella, narraba la historia de su vida, o más bien desde el día que Zeus los maldijo, la pareja seguí
momento demasiado
ba salir del agarre, per
que vayas a
z. - suelta a su es
n los labios y una caricia en el vientre- Sabes, hace años
que lo hago feliz,
a eres feliz, por fin has de
cre
hermano? sintió celos de Fernando. Para ser sinceros hasta a m
que fue la sinceri
ceridad es
a- no como otros que he conocido q
egoría, nunca quise
o ya vi que te cayo el s
, en estos momentos estuvieras perdidamente enamorada de mí, hubieras dejado a Fe
ra tu a
cierra los ojos, sus labios tiemblan, la abraza sien
uy seguro
ritar de placer, lo haría mejor porque me conozco sé
y yo nunca nos vim
hombre, tengo m
me gusta de ustedes tre
somos her
eron usted
más, yo recuerdo a mi herman
é eras p
n y Ciro se encargaro
– sin poder creer
defendió. A decir verdad, que él y Ciro no se
i, ¿C
hermanos mi comportamiento ha
lo
o yo apenas tenía tres años no recuerdo mucho, lo que sí rec
nozco es
me a ser hombre, conocí a Selene, mi primera esposa, con ella tuve a mis prime
ga vida s
elen. Acompáñame - le ofrece el brazo-
toda o
ero tengas bue
toma de la mano- siempre me han gu
a mi tierra natal, aquella qu
uatrocientos cincuen
iría a la fiesta para ser exactos al banquete principal, eso llego a los oídos del rey, en tono de burla mando cocinar carne humana, misma que Estrella preparo, se la dieron a comer en ese preciso momento se desato la ira del Dios, la festividad se volvió caos, rayos y centellas no pararon, todos los presentes vieron con horror como todos lo Licaón fueron convertidos en lobos incluyendo los niños. aterrorizados huyen del lugar Elián toma en brazos a Lucrecia y Ciro a Darío los dos corren lo más rápido que sus piernas se lo permiten pero no pueden correr más rápido que un rayo, el rayo alcanza a Elián dejando caer a Lucrecia un lobezno de color negro con gris de ojos rojos se hace presente, el rayo alcanza a la pequeña su pelaje eras completamente gris
maldecidos cada luna llena se transformarán en lobo sedientos de sangre – pasa la vista p
fue decayendo, el rey después de un tiempo dejo de ver la maldición como tal para verla como una bendición, así empezó a comer carne humana por placer carne de sus súbditos ya que en luna llena poco le importaba si era de niños, mujer u hombre él solo quería carne humana, cierta noche que estaba de cacería, vio a un l
do aquel que se atra
tú n
estia no recon
no la hay sino por una arma capaz de detener al rey, día y noche rezo, suplico por ayuda, así paso un año, un años donde el rey ya por fin había dado fin a su reino, Licaón ya h
n descuido de ella se queda dormida en su sueño una hermosa mujer se le aparece, esta hermosa mujer da caricias a
ar muerte y también les puede salva
ia, eso asusta mucho a la mujer, toma a los niños y a paso veloz se marchan del puerto, gracias a las joyas "prestadas" puede comprar una carreta y un caballo esta por salir de la ciudad compra víveres para un mes, no pasa por alto el sueño va con el herrero en donde habla largo y tendido hasta lograr un trato unas cadenas de plata pura así como una
sando Estrella? –
por lo tanto cada luna llena nosotros
Qué hice yo? – preg
n abrazo- ni uno de ustedes hizo
que el pague – dice e
tiendo – d
co- dice inoc
otros debemos aprender a
qué?
llena nos transformamos en eso, pues bien, cada luna llena a
ro matar –
bién – d
a o ustedes eran l
dicen l
cenar vayan a dormir,
les desaparecieron con el pasar de las horas, eso les dio tranquilidad a los cinco pasaron los día de luna Estrella y Elián bajaron al pueblo donde fueron al mercado ahí escucharon historias aterradoras de los soldados que fueron a Arcadia, la mayoría encontró su muerte en ese lugar y los que volvieron lo hicieron malditos, donde los mismos soldados mataron a sus familias, también se enteraron que el rey ofrece una generosa recompensa por sus nietos tres hombres, una mujer quien los entregue vivos o muertos. A toda prisa la mujer sale del pueblo asustada, el pequeño iba igual o más que ella a tal grado que no paraba de llorar no quería volver con su abuelo pues sabía que una muerte segura le esperaba, se aferra al brazo derecho de la mujer, esta intenta dar consuelo sin poder lograrlo al llegar a su " casa" entra corriendo dejando a todos sin habla, no es hasta que ella entra que les explica lo que paso que entienden el proceder de su hermano mayor, Ciro va con el trata de calmarlo y lo logra un poco hasta que empiezan a pelear por que Ciro le dice niñita l
ya de cinco años Darío, pergamino en mano sentado con la mirada clavada al horizonte, ella se acerca hace por hablar, pero él la calla ya retira del lugar para la hora de comida regresa a casa ahora es una cabaña en un claro del bosque al norte de Grecia, sentados los cinco comen tranquilos, cuando terminan Darío les explica a los presentes que lleva meses observa
ue somos como ellos. –
sé, ta
ambién tal vez
lo sabremos? – es Es
re Darío- tengo una idea, per
a de un
rme en la manada
rdemos memoria de
pero lo voy
me quiero quedar
! – corre a abrazarlo, pe
el grito de dolor y terror pasa a ser un aullido de un lobezno pero no de cualquier lobezno sino de uno sediento de sangre y esa noche no tenían las amarras ni tenían prohibido nada aunque no lo sabía a ciencia cierta, y sin importarle nada salió de cacería y sí que cazo, mato a una familia completa no dejo a nadie vivo, dejo la comida al escuchar a los lobos aullar, su sed de sangre no estaba calmada quería más esta vez serian ellos y si era posible la manada completa, su fino odio lo lleva rápidamente a la manada, ya ahí sin perder tiempo se enfrenta a los lobos, estos al verse atacados son organizados por el alfa para defender y atacar y así da inicio una feroz pelea, el pequeño estaba dando una buena
do? – pregunta
ros? – ve sin poder creer
te no es inmune al dolor- Me duelen mis manitas, mis piecitos. – Eliá