surros,como si al decirlo en vo

ada,aún en medio de la noche seguía sintiéndose

os hasta le aprecian de verdad,s

e volvió par

er que le comparaba con la servidumbre-No hay motivo para que yo le estime o le quiera,es mi captor,mi verdugo,alguien t

jo visiblemente alte

señorita Tolliver, y son los padres de la novia los que permiten el enlace,p

esitaba? Me

¿cómo puede

us ojos penetrantes no dejaban de mirarle,de pronto apretó los labios en una fina línea y tenía las manos en sus caderas y le mi

emos señorita Tolliver, y estoy seguro que él se ha de sentir muy honr

nto de temas tan íntimos. Su rutina era la misma de cualquier señorita de sociedad como lo era ella. Permanece

umentos a nadie

medio de la noche a

mbre, y de hecho lo haría, porque su alma se rehusaba a quedarse presa en ese lugar,con alguien que no amaba. La so

e,aunque le rogará ayuda a aquel hombre,est

a,quizá hablar con

racional como ella? También se tumbó a su lad

aunque ella seguía sollozando

sa

ó, porque ella no había formulado la pregunta y su rebeldía le mantenía en alerta y le ayudó a darse cuen

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ras la noche había caído por completo, su o

to. ¿Quién podría igualarla en belleza y juventud

asi como la nieve. Su cabello caía tan rizado sobre sus hombros y tan oscuro,el de ella era de un rojo intenso y brilloso. Para algunos hombres los colores eran atractivos, para ella era simple cabello,un accesorio más para resaltar sobre los demás. Sus ojos tambié

decirme ese

Él observó su rostro con familiaridad, como si por esa noche se le permitirá de

la costa. Lo imaginó al escuchar un toque de acento que le hacia escucharse tentador con esa voz fuerte que él tenía. Y se sorpre

rta de inmediato como si hubiera

erto prestigio, pero no contaban con un título nobiliario como lo tenía su prometido,la buena educación era su única carta para destacar en sociedad,puesto que la bel

sas que usted nunca ha visto,ambos irán a sitios que sól

enuamente se sintió traicionada,pero era tan ridículo decirlo,como creerlo,sentirse así era tonto, pero quizá parte de su locura se debió