do. ¿Sabes a lo que me refiero? ¿verdad? Solo recuerda
vista d
impiaba una lagrima solitaria en su mejilla con cuidado. Miró hacia abajo a su marca desde don
de miedo y termino llamando su atención. Su pulgar, que ya
l corte en sus labios
orte allí, hizo una mueca de dolo
esta vez se deleitó con su suavidad. Le chupó el labio inf
le cayó el estómago. Su aliento
se de decir que no. Porque esta persona no era alguien con quien ella pudiera razonar
ió despotricando esto en su mente. No había ningún héroe para salvarla ahí fuera. Entonces, ella
ás hermosa con la que se ha
do y casi abusaba de su boca. Estuvo tan cerca de poner su mano sobre su hombro para empujarlo, pero se contuvo. ¿Por qué tiene que estar tan desesperado? Quería decirle que bajara la velocidad. Pero luego se pregunta
uslo tratando de encontrar el dobladillo del vestido. Y fue entonces cuando rompió su
mirándola a los ojos c
y la ira eran las emociones mezcladas en ella. Pero, aun así, encontró que su mano derecha se movía haci
intentó una, dos o tres veces, pero no pudo encontrar la cremallera. No fue su error p
oniendo muy impaciente. La lujuria y la
tando -ella dijo m
su clavicula. Su piel ardía bajo su toque. Él hizo que su cabeza se inclinara hacia atrás para darle más espacio allí. Mordisqueó su piel suave y sensible con los dientes y se dedicó a
a boca de él en su hombro la mantuvo allí. Él no se detuvo allí
a agarrar ese pequeño cojín a sus pezones e
e esa mano grande y callosa se movía hacia la parte interna de su muslo. Puedes hacerlo. Está bien. Trató de decirse a sí misma. Hasta que sucedió. En el m
-ella suplica. Sus ojo
do en marcar su homb
resionaba un poco su parte más íntima. Abrió los ojos. ¿Por qué haces esto conmigo?
ró mirándola
o rompió su contacto visual cuando empujó a un lado ese pequeño