e sĂ o sĂ comenzar la cursada con un trabajo práctico De recopilaciĂłn e interpretaciĂłn de teorĂas pedagĂłgicas? Junto a Daiana nos encontramos en su casa
jo como niñera y gracias al cielo los niños son muy independientes y mis jefes son un amor. Ellos comprende
me estruja el corazón de tan solo pensar en los niños abandonados en la calle y los pobres animalitos que no tienen un refugio donde resguardarse. Pensar que unos tenemos tanto por estar bajo techo y tener la oportunidad y las posibilidades de estu
gemido no? – me dice
ra indagar sobre lo que me pasa – sabes que dĂas como e
s a poder ayudar a otros. – la miro y sonrió. Ella siempre tiene algo lindo para decirte. – por cierto, ¿estuviste buscando algo respe
cosa que no comprenda hablaré con las recursantes, ella
s como ellas. – refiriéndose al hecho de perder la
para volver al sepulcro silencio y fijar mi mirad
a Maia. -me dice a modo de broma y yo la
book? – digo más para
a ella aĂşn con sus ojo
contesto toda
ferĂa. – Ay dale Maia, no empieces de nuevo. Te fume tod
eso no lleva alianza. – balbuceo sin prest
CamĂ? Ponte las pila
Ăł Lara buscar en
ra un genio, con tan solo 17 años público su primer libro, es guionista, director de teatro, documentalista, docente de la UBA y por lo visto no es casado. En
dĂa contener las ganas de besar la pantalla de mi laptop, pero esos e verĂa muy ra
mucho? – me dice Da
ue darĂa por probar esa boca. ¡No lo imaginas! – co
ión en esto – refiriéndose a lo que estábamos hac
ta e intenté ponerle toda mi atenc
me mira y pone l
pasa aho
enza a toser y me mira anonadada, para pregu
Qué te importa? – me dic
ads, solo quiero
contesta para volver su
se siente. – le digo mord
ar nuevamente con el profesor me
nojes. No digo mas nada. –
que me quedĂ© sola, me tire en mi cama a descansar la cabeza de tanta teorĂa y a pensar un poco en mi profesor que por alguna razĂłn me tenĂa asĂ de idiota pensándolo todo el dĂa. Por un momen
nten duros y mis pezones ya duelen al simple tacto. Las puntadas electrizantes que siento en mi vagina hacen que me recuerda del dolor, del placer que se estaba
o a descubrir cada espacio de mi cuerpo y el hacerlo me genera culpa y vergĂĽenza pero no puedo detenerme, necesito sentir como mis manos aprietan mis pechos y pelliz
omen y terminar en mi monte de Venus. Puedo sentirme latente y deseosa de enterrarme los dedos, de saborea
evitar gemir con todo mi cuerpo – Ohh – exclamé encorvado mi cuerpo hacia atrás, abriendo más mis pier
ntras abro mis glúteos para que pueda excitarse ante la deliciosa imagen de mi ano exhibiéndose ante él. - ¿Te gusta lo que ves? – puedo dec
mi caliente salina y a la primera sensación de mi cuerpo abriéndose en mis
oda la habitaciĂłn y las expresiones faciales se nos gravan en la mente, nos deleitamos con la exc
e habĂa sentido ta