Ellos se desearon desde el primer día en el que se vieron, solo que su vida personal no les permitió poder vivir un romance como el que deseaban. Durante varios años estuvieron separados, él se casó y tuvo un hijo sin que ella se enterará, y en ella nació una obsesión que se alimentó de envídia la que la llevó a hacer lo que sea para quedarse con él, sin imaginar que nada sería tan fácil. Maia, Sebastián y un amor imposible que pondrá en riesgos sus vidas privadas y profesionales.
Intentaba comunicarme con Daniela, mi mejor amiga, pero era imposible. Evidentemente ha comenzado la clase y no permite el uso de celulares por lo que no me queda más que averiguar en Bedelía sobre la distribución de las aulas dado a que, como era de costumbre en cada inicio de cursada, jamás se organizaban en la disposición de los espacios.
Ni bien llegué y vi a Juan lo primero que me dijo, sin permitirme explicarle mi llegada tarde, fue que ya iba a dejar constatado la falta ya que la puntualidad era uno de los compromisos y responsabilidad que tomábamos ni bien comenzábamos la carrera, luego pasó a darme la ficha de la materia.
Lo que me extraño de la ficha, fue que en el lugar donde debía decir el nombre y el mail de la docente estaba en blanco, más no las partes de la información del normal y el blog de la materia. Le comunique mi duda al Bedel y me afirmó que hubo inconvenientes con la docente que iban a mandar desde el Ministerio de Educación por lo que tuvieron que asignar a otro, el cual aún desconocían nombre y paradero.
- ¿Entonces relativamente no llegue tarde? Porque la docente no está -le dije con la esperanza de salvar mi falta.
- Srta. Ayala, no diga chistes tan malos y mejor apúrese que va a llegar el o la nueva docente y usted está aquí todavía perdiendo y haciéndome perder el tiempo -me dice siempre tan simpático (nótese el sarcasmo).
- No es justo-. Me siento ofendida.
- Lo que no es justo que siga aquí cuando debió haber llegado hace cuarenta minutos antes. Por favor, vaya al aula -y justo cuando iba a decirle algo, alguien irrumpe en Bedelía y mis ojos se quedan hipnotizados observando tan bella creación de Dios.
- Disculpen, soy el profesor González y me asignaron como el nuevo docente de Literatura en la Educación Primaria -dice sosteniendo un maletín en su mano izquierda y yo no puedo evitar derretirme ante lo fuerte que estaba.
- Buenas tardes, un gusto, mi nombre es Juan Alberti y soy el Bedel a cargo del turno vespertino. Aguárdeme unos momentos que buscare la ficha docente para hacerle el legajo y bienvenido al ENS 3 -habla mientras se para de su lugar para ir en busca de lo que le dice, pero antes de salir del sitio donde los tres nos encontrábamos me mira y me ordena tajante. – Te dije que vayas al aula Ayala -, pero qué me importaba, el ver a ese morocho que rajaba la tierra de lo bueno que estaba poco me importaba llegar a tiempo al aula, después de todo él era el profesor.
- Bienvenido le digo conteniendo las ganas de tirarme encima suyo y hacerle de todo.
- Muchas gracias. ¿Usted es alumna o docente? -me mira directamente a los ojos y no puedo evitar excitarme al escuchar como la formalidad suena en sus labios.
- Soy alumna, de echo tendría que estar en su materia en estos momentos. Pero hasta donde sabía usted tendría que ser una mujer. Con todo el respeto lo digo, es que teníamos entendido que una mujer tomaría el cargo ¿qué pasó? -le digo curiosa obviando que hace minutos Juan me ordenó que fuera a clases,
- Si, a mí me llamaron a último momento porque la docente que iba a tomar las horas tuvo un accidente y en el listado de emergencia yo era el siguiente, por lo que me asignaron a mí el cargo -me explicó amablemente.
- Bueno, bienvenido nuevamente y mucho gusto, mi nombre es Ayala Maia ¿el suyo? – le digo toda sonriente.
- Mucho gusto Srta. Ayala, mi nombre es Gonzales Sebastián -y me estiró la mano en demostración de formalidad y respeto, la cual recibí con una amplia sonrisa en mi rostro para dejar Bedelía y subir contenta al aula.
. . .
- ¿Es necesario que lo mires así Maia? – Me dice Daniela mientras me encuentro desnudando con la mirada al profesor que se encuentra explicando cómo va a ser la cursada.
- Es que es inevitable. Mira qué fuerte que esta, lo escucho hablar y me provoca un orgasmo. – le digo por lo bajo mientras me muerdo los labios ante la sensación electrizante entre mis piernas. - ¿qué edad tendrá? - le pregunto sin prestar atención a lo que explicaba detalladamente frente a sesenta para de ojos atentos.
- Ay Maia, que asco. – me dice por lo bajo con cara de asco por el comentario del orgasmo que acababa de comentarle. -Deja de abusar al profesor con el pensamiento y presta atención que después me volvés loca con las cosas que no entiendes. – me dice conteniendo la risa.
- ¡Ay! – grito y ella me mira asustada.
- ¿Qué te pasó? – pregunta preocupada.
- Estoy conteniendo las ganas de tirármele encima y devorarlo por completo -digo al borde del incendio.
- Por Dios Maia, un poco de compostura -me ordena molesta.
- ¡Por los Dioses con semejante creación divina! – le retruco apropósito aun sabiendo que le iba a molestar.
- Dale boluda, tampoco es tan lindo ¿Qué le estás viendo? No seas exagerada. – me dice poniendo en blanco los ojos.
- Jajaja no te enojes tonta. – le digo para ponerme o intentar prestar atención a la clase.
Y ahí estaba él, explicando algo que no tenía la más mínima idea de qué se trataba porque mientras hablaba y contestaba preguntas yo me encontraba desnudándolo con la mente. Se trataba de un morocho de unos veintitantos, casi treinta, de contextura física delgada y ojos café y por lo visto era soltero, ya que no llevaba alianza puesta. La manera en la que se movía por el aula mientras explicaba me daba a pensar que, si bien se sentía entusiasmado, también se le podía notar el nerviosismo ¿será su primera suplencia? Se ve tan joven que cuesta creer que tenga un curso terciario a su cargo porque eso significaría que tendría que tener no sólo formación universitaria, sino que trayectoria.
- Deja de desnudarlo con la mirada que se nota como se te cae la baba – me advierte Daniela al ver que estaba mirando como depravada sexual descaradamente.
- Sh..., cállate que se va a dar cuenta – le digo mientras sigo con mi mirada clavada en él.
- Mira, si no se da cuenta de cómo lo estas mirando degenerada, menos se va a dar cuenta que estamos hablando mientras explica. – y no le conteste, porque en el momento que vi que en su rostro se dibujaba una sonrisa mi mente viajo a un lugar donde si es por mí, no me vuelvo ni loca.
Sus manos recorrían con desesperación mi piel al mismo tiempo que sus labios mojaban y danzaban con los míos mientras que con fuerza estrujaba cada uno de mis pechos para luego deslizarse por mi abdomen hasta llegar a mis piernas y abrirme ante él. Su boca bañaba mi cuerpo y sus dientes mordían mi carne saboreando mi sangre. Me tortura y le gusta. No contenía el deseo de sentir su húmeda lengua en mi vagina jugando con mi clítoris, explorando todo mi interior saboreando mis fluidos provocados por la excitación que le estaba regalando a mi cuerpo.
Estar abierta ante él, sintiendo sus manos tocarme, su boca besarme, succionando mi deseo me llevaba a las nubes y desde lo más alto me dejaba caer. Sus dedos, lento y tortuosamente se deslizaban dentro mío provocando jadeos desgarradores que provenían desde lo más hondo y oscuro de mi garganta. Me escucha y le gusta.
Me tienes a su merced, haciendo de mí y mi cuerpo lo que desea, lo que le gusta lo que quiere. Me toca, me explora, me calienta, me excita. Sube por mi cuerpo desnudo haciéndome sentirlo, penetrándome con fuerza, moviendo su duro sexo dentro mío. - ¿siente lo mojada que estoy? – le digo mientras nuestros cuerpos se frotan y nuestros sexos chocan este vaivén de deseo descontrolado y desaforado y se desean y escucharlos nos gusta, nos motiva, nos extasía.
Arroja todo lo que está encima del escritorio y cuál macho en celo apareándose con su hembra me vuelve abrir ante sus ojos y me penetra hasta lo más hondo de mi cuerpo sintiendo como lo parte en dos. Me lo hace rápido, fuerte y salvaje mientras calla mis gritos de placer con sus besos e intenta apagar el fuego que em quema por dentro con su sexo clavándose en mí, deslizándolo dentro y fuera una y otra vez, ante mi pedido a gritos que no pare, que siga.
Nuestros jadeos se escuchan en toda el aula y su miembro chocando con mi sexo ante cada brutal envestida hace eco en todo el colegio. El ruido de nuestros fluidos mezclándose al deslizar su duro y grueso pene dentro de mí es música hipnotizante para nuestros oídos.
Me besa, me toca. Me toma, me aprieta, me abre, me encierra y me penetra. Le pido más, que no pare, le imploro que no se detenga, que se hunda en mí para fundirnos en un solo cuerpo. Le exijo que no me deje, que no me suelte, que no se deslice fuera de mí, que no me deje vacía. Le pido a gritos que me llene, que me complete, que sienta como mi vagina estrecha, húmeda y caliente encierra su grueso y latente pene. Yo sé que le gusta y lo veo en sus ojos, que se dilatan y nuestros cuerpos que se tensan, que no aguantan y en un gemido desgarrador y desesperado, cuando ya no podemos más, estallamos del deseo sobre el escritorio bañado de sudor.
- ¡Aaayyyy! – exclamo fuertemente tomando por sorpresa a mis compañeros y a mi profesor sin percatarme que ese jadeo no lo pensé. -Mierda.
- ¿Acabas de gemir en clase frente a todos? – la miro conteniendo la risa. – ¡Qué asquerosa! – me dice horrorizada.
- ¿Qué le sucede, señorita? – me dice y lo primero que se me ocurrió fue que mi amiga me había pisado. Él cree lo que digo y Daniela me mira queriéndome asesinar con la mirada.
- Encima mentirosa. – yo le sonrío y levanto los hombros.
-Prometo que antes de finalizar el año, lo tendré a mis pies -digo con total seguridad. No hay nada que no pueda conseguir.
Lo que debía hacer era sencillo, pero nunca imaginó que una simple reunión de negocios le cambiaría la vida. Él se quedó obnubilado con la manera en la que ella balanceaba su cuerpo pegado al tubo. Sus miradas se encontraron y el deseo no tardó en encender una llama que amenazó con quemarlo todo desde el primer momento. Afrodita era la bailarina más codiciada del The Clíamax. No había hombre en el club que no quisiera meterse entre sus piernas, pero ella es un alma libre que no se amarra a ninguno. Ella solo esta allí para hacer lo que más disfruta: bailar, pero aquella noche iría a ser diferente porque nadie le dijo, que allí, entre tantas miradas de lobos hambrientos, encontraría el amor.
Una estudiante de doctorado obstinada y libre. Un asesor enigmático. Vera, se había obsesionado con una cosa, que su maestro caiga rendido ante su seducción, y él cedió. Aunque no esperaba que se convirtiera en el más grande e interesante de sus misterios, y ella, que siempre había estado encantada con lo nuevo y lo desconocido, invierte en todos los sentidos para provocarlo, para tenerlo, sin importarle las consecuencias y los secretos que los rodean.
Tras el homicidio de su esposa, se había convertido en un hombre cruel y despiadado al que solo le importaba cumplir con su única misión en la vida: acabar con la existencia del hombre que la asesinó, pero como en todo acto de venganza, a veces puede haber daños colaterales y ella fue uno de ellos. Ella solo quería estudiar y ayudar a su familia a salir de la miserable vida que tenían, pero la repentina muerte de su hermano mayor la obligó a dejarlo todo y hacerse cargo de una hermana en plena adolescencia, y una madre discapacitada con una dependencia al ciento por ciento. Cuando consigue un trabajo con una muy buena paga, ella cree que las cosas mejorarán, pero el destino es una mierda y lo que hace es servirla en bandeja de plata a su verdugo, porque su jefe no era nadie más que el esposo de la mujer que su propio hermano había asesinado en un asalto. Tan pronto él se entera de que su nueva empleada llevaba la sangre del asesino, idea un plan para destruir su vida, y aunque enamorarla era lo más fácil, no contaba con que su hermano se enamoraría de ella y que sería un obstáculo para el terrible infierno al que, de todos modos, la condenará. Ella, ¿será capaz de escapar de las garras del psicópata de su jefe o él será más inteligente y logrará su cometido?
Tras descubrir la infidelidad de su prometido, Clara decide regresar a su ciudad y a refugiarse en el amor de sus amigos y en especial de Aria, su mejor amiga, quién además de tener gustos sexuales pocos convencionales, tiene un hermano mayor, conocido como un El maestro de las Artes de la dominación, quien está enamorado de la joven desde antes de su matrimonio. En un acto de amor para con las dos personas que más quería, Aria, decide contactarlos y los dos se vuelven cercanos. Ni Clara ni León imaginan que se trata del otro, por lo que, luego de entrar en confianza, deciden aceptan cumplir sus más perversas fantasías y participar juntos en una sesión. Ella se entrega a él como sumisa, abnegada a sus deseos. Él toma su entrega para enseñarle que hay mil formas de disfrutar de la sexualidad. Desde el primer encuentro se sintieron diferentes. Nunca antes se habían sentido tan conectados en cuerpo y alma. Ni tampoco, habían sentido la necesidad de estar juntos. No podían entender por qué se habían metido uno el la mente del otro, solo sabían que el resto no importaba cuando estaban piel con piel. Él la completaba como ningún otro lo había hecho. Ella iba ganando más espacio en su pecho como no existió ninguna antes. Ella era su sumisa perfecta. Él era su señor, su maestro. Su mundo y todo iba a bien, hasta que se enteran de que fueron parte del plan de Aria. ¿Qué pasará cuando descubran sus verdaderas identidades? ¿Podrán ser capaces de olvidarse de todo y vivir en ese frenesí de deseo y pasión o preferirán alejarse por el miedo a los sentimientos que comienzan a manifestarse con más fuerza?
SOY LA PERVERSIÓN DEL JEFE *PARTE 2* Él creía que ella siempre estaría a sus pies, que toleraría su crueldad con tal de no perder lo que tenían. Después de todo, estaba seguro de que nadie podría darle lo que conseguía con él. Sin embargo, ella se cansó y aquella noche desapareció de su vida. Sebastián no imaginó que aquella inexperta en el sexo podría ser capaz de mover el mundo bajo sus pies y, aunque hizo de todo por negar sus sentimientos y destruirla por completo, terminó siendo quien se arrodillara ante ella y suplique el perdón, pero para cuando él la localizó, ya había alguien que tenía puesto sus ojos en ella. Ariana estaba dispuesta a ponerle fin al capítulo más doloroso de su vida. Y es que su enfermiza obsesión por el Licenciado Vega terminó con sus sueños de ser una gran abogada y con una amistad de años. O era así como ella consideraba la relación que tenía con Ana, porque tan pronto abandonó la ciudad, ninguna de las dos se interesó en saber de la otra. Un año había pasado y en ese tiempo sus vidas habían dado un giro de 180°. Por un lado, él no había perdido sus manías y ya tenía a otra mujer que cumplía a la perfección con sus exigencias. Por el otro estaba ella, que llevaba meses en una relación con un hombre casado que, además de ser un excelente amante, era su jefe. Cuando Ariana debe regresar a Buenos Aires, se entera de que Sebastián tiene una favorita y descubre que no es otra que Ana, su ex mejor amiga. El resentimiento resurge y lejos de escapar por segunda vez, decide hacer hasta lo imposible para cobrarse lo que le hicieron, aunque eso signifique introducirse en ese mundo perverso del que se juró, no regresar jamás. ¿Será capaz de destruir la vida de las dos personas que más ama o dejará que una vez más Sebastián la manipule y la arrodille a sus pies? Una traición, muchas mentiras y un deseo de venganza que crece.
Él, con una actitud arrogante que cree que ha nacido para que complazcan todas sus exigencias. Que no le importa pisotear la dignidad de ninguna otra persona con tal de obtener lo que desea y pretende que lo traten como un Dios, se encuentra con la horma de su zapato. Ella, estudiante de abogacía y que odia a los hombres con una personalidad como la de él, tiene la mala suerte de caer en su estudio para realizar sus pasantías y desde el primer minuto se odiaron. Pero dicen que del odio al amor hay un solo paso y estos dos, dieron mucho más que uno. Ana, sin saberlo, se convertirá en su objeto de deseo y se verá envuelta en su apariencia depredadora que logrará obnubilarla y poner a disposición su voluntad logrando arrodillarse a sus pies. “Deseo, pido y obtengo” una frase que define a este hombre.
A veces el amor aparece de la manera más inesperada y en la forma de la persona menos pensada. Para Daniel, la vida a sus 40 años es una rutina entre sus tres hijos y su cargo de CEO de la empresa familiar. El fallecimiento de su esposa lo deja inmerso en la tristeza; creando, con el correr de los años, una coraza fría a su alrededor. Deanna tiene una vida normal, trabaja medio tiempo y estudia en la Universidad de Artes porque quiere lograr su sueño: cantar en la ópera. Solo le falta un año para terminar su carrera cuando su amigo Harry le pide ayuda desesperado. Una antigua regla familiar le impide casarse con su novia, la cual está embarazada. Para hacerlo, Daniel, su hermano, debe casarse primero. Para ayudarlo con su problema Daniel y Deanna acceden a fingir una relación y un matrimonio. Son tan opuestos que la atracción es inevitable. Él encuentra en ella la calidez que faltaba en su vida y Deanna el amor luego de una ruptura desastrosa. Finalmente, Daniel puede volver a tener una familia. Pero hay muchos intereses ocultos que buscan separarlos y alejarlos. El viaje es difícil, deben enfrentarse no solo a terceros que les complicaran las cosas, sino también a sus propios miedos e inseguridades. No es sencillo equilibrar 15 años de diferencia. Pero el corazón tiene razones que la misma razón nunca entenderá.
Es increíble lo que puede pasar cambiar el curso de tu vida con una decisión... Una decisión que a Susana la llevó a experimentar una noche alocada, que no fue más que él inicio de una vorágine de sentimientos y dudas. Cuando la vida le sonríe por primera vez, espectros del pasado regresan para hacer tambalear lo que tanto le costó construir, ¿Será Susana capaz de afrontar su pasado y salir victoriosa?
La vida de Candice dio un extraño giro la noche de su boda. Su marido, Greyson, no apareció para consumar su matrimonio. En su lugar, un desconocido irrumpió en su habitación y la violó. El matrimonio se convirtió en un infierno para ella. Mientras intentaba dejar atrás la pesadilla, su suegra aprovechaba cualquier oportunidad para desacreditarla. A Greyson, que debía apoyarla, le importaba un bledo. Al contrario, llevó a su amante a su casa. No pasó mucho tiempo antes de que Candice fuera expulsada de la casa. Todos pensaban que era una debilucha indefensa, sin saber que era una abogada extraordinaria. Llevó al hombre que la violó a los tribunales. Quería pagarle con la misma moneda. En el transcurso del proceso, descubrió estupefacta que el violador es el hombre más rico de la ciudad. Las cosas se le fueron rápidamente de las manos. El hombre intentó por todos los medios pedirle que se casara con él. Ella se dio cuenta de que se estaba buscando más problemas. ¿Cómo ella logría deshacerse de él pero acusarlo al mismo tiempo?
Después de haber sido obligada a casarse con un hombre que aborrece, del cual escapa, con la ayuda de su abuelo. Tiene una loca experiencia de una noche con un desconocido que le dejará un bello e inesperado regalo. Lo cual hará que se vea obligada a crecer y mirar la vida de otro modo. Es contratada como asistente del apuesto CEO, que le pide el favor de que lo ayude por la falta de memoria que padece debido a un aparatoso accidente que tuvo, que lo dejó en coma un año y sin memoria de su vida al despertar. Sus vidas se verán envueltas de una manera que ninguno de los dos podía imaginar cuando se embarcaron en un Matrimonio por contrato.
¿Qué se hace cuando aquella persona que debía amarte, apoyarte y defender de todos, decide que no quiere hacerlo? En mí caso, velare por m misma, ya mucho he sufrido como para desmoronarme por él. Ya tuve suficiente dolor, así que buscare mi sitio en otro lado. Pero como siempre, la Diosa Luna tiene otros planes. Los cuales no los sabré hasta que deba volver. Volver con él.
Se suponía que mi matrimonio con Mathias me haría la mujer más feliz del mundo. Aunque sabía que él no me amaba, pensé que se enamoraría de mí una vez que lo colmara de amor. Ya pasaron cinco años y Mathias me trataba como a una cualquiera. Para colmo, conoció a su verdadero amor y cortó todos los lazos conmigo por culpa de ella. Él la presentó a todo el mundo; algo que nunca hizo por mí. Su infidelidad me llevó a la depresión. Me sentía totalmente destrozada. Tristemente, incluso en mi lecho de muerte, mi supuesto marido nunca apareció. Cuando volví a abrir los ojos, sabía que el destino me había dado una segunda oportunidad. Yo todavía era la esposa de Mathias y pasamos dos meses antes de que conociera a su verdadero amor. En esta vida, me negué a que él volviera a lastimarme. Consciente del gran error de mi antigua yo, le pedí el divorcio. Mathias rompió los papeles del divorcio una y otra vez y al mismo tiempo me encerró. "¡Rylie, deja de hacer estupideces! ¡Hacerte la difícil no me funciona!". Para demostrarle que hablaba muy en serio, seguí adelante y solicité a la justicia. Finalmente entró en pánico. Abandonó a la "mujer de sus sueños" y se arrastró a mi lado. "Por favor, dame una segunda oportunidad, Rylie. Te prometo amarte con todo mi corazón. Serás la única mujer en mi corazón de ahora en adelante. No me dejes, ¿de acuerdo?". Una guerra estalló en mi mente. Por un lado, no quería que me hicieran daño otra vez. Pero, por otro lado, no quería dejar ir al hombre que amaba tanto. ¡¿Qué debo hacer?!