unas cuantas páginas de su propio grimorio y estaba aprendiendo a hacer algunas pociones curativas, que, si bien cualquiera podría procurársela
observándola con detenimiento, pero lo atribuía a alguna distracción por el aburrimiento de los temas que estudiaban, sobre todo el élfico antiguo. A Gwyneviere también le gustaba observar a
aba su independencia y tranquilidad, pero no podía quejarse de la nueva compañía de Nimh. Había pasado tanto
mplo, y cada mínima cosa llamaba su atención y la distraía. Por suerte, era capaz de asim
uevas. Al final, pasaron por la tienda de V
familia de alquimistas muy reconocidos aquí. Entr
, te ves ra
estás? Ella es
Ho
la
Templo de la L
mbiar de carrera y por eso
me enseñara, por eso
í le dices a
puso incómoda, sin entender muy bien por qué. Temía que Vandrell descubrier
amos irnos a e
hemos est
maestra hechic
la tendrás fácil, Nimh
eron de allí, en dirección a la casa. Gwynev
tomó de la mano, para que
caminar de nuevo, tomando la mano de Nimh. Cruzaron el umbral
una, y le preguntó a Nimh si quería acompañarla. Salieron a caminar al bos
or un buen rato, hasta
emadamente bella, Gwyn -le
e sus pecas, que brillaban a la luz de la luna, y cubrían el puente de su nariz. Nimh se acercó y apretó fuertemente su
os eran suaves y cómodos. Gwyneviere cerró los ojos y se dejó llevar. Sus labios se amoldaron, y Nimh los s
estaba deseosa de este momento hacía ti
de Nimh con gentilez
-le dijo-. Pero vayamos un poco más des
inaron despacio, d
*
utino por el bosque cuando vio a Cyr
sajero. A
un pedido de lord
ría que desenmascarara a una estafadora, quien lo había timado haciéndose pasar por hechicera
adiós -d
l tipo no puede arreglar sus propios problemas. Ve y dile que no voy a trabajar para él. Resue
adará conmigo. Yo solo
re bufó
gurio. Adiós -le dijo, entrando en su ca
adela estaba llena de estafadores que decían poder adivinar el futuro, hace
e, Gwyn? -p
o en la Ciudadela
que vaya
venir si
(debajo de donde mencionaba que luego de que la tarea estuviera reali
*
mientras Gwyneviere se
, entrando
imh -con
a jalea hecha con frutos
as. ¿Qué te t
lla atiende unos asuntos de
o una gran m
uerte, ¿
no sólo una gran hechice
madre? Me ha dicho Gw
cias por preguntar. Hay días
do? Si no te mol
e tiene dos alquimistas en casa y ninguno puede ayudarla. Hemos probado de todo y lo único que podemos hacer por ella es aliv
? -preguntó Ni
ento entró
ste? -pre
sus problemas él mismo y que no me contactara nunca más. No soy un asesino a sueldo. Se atrevió a
encantado
jer estafa a los idio
imh -dijo Vandrell-. Tienes a