que todo se volviera algo personal-, así que, en ese momento, estaba algo frustrada por todo y pasé una mala tarde
ue fuera así, de esa manera sería capaz de intervenir,
rminar envuelta en ese tipo de problemas que, por sus condiciones laborales y familiares
de que, al parecer, ellos podían comunicarse con tan solo mirarse,
s le provocó escalofríos y necesitaba terminar con él-, no tengo problemas económicos, así que ese accidente tampoco fue
nterpretar entre líneas, ambos sonrieron; cuando esa joven declaró que no sabrían más de ella, los pies de l
con ella, porque definitivamente la necesitaba para poder pasar el embarazo más tranq
os y encontrar esa debilidad que seguro tenía, porque, si los problemas la habían llevado a encontrarse tan mal que,
n Erika, eso fue lo que ellos supieron cuando recibieron el reporte de la persona que siguió a la doble de Helen
con urgencia que esa joven fuera a refugiarse en ella cuando antes; porque su próxima aparición públi
as buenas vacaciones para cuidar de su embarazo, que era de alto riesgo, porque, para ella, lo más importante, y por lo que que
ante sus ojos, fue entonces que esa joven se dio cuenta de que la solución
e su amada, que seguía en esa cama de la cual ella no se levantaría en bastante tiempo si no quería
ervioso por su exnovio, comenzó a experimentar todo tipo
as, y sin ningún tipo de compensación, porque había estado trabajando bajo un contrato hablado que no le daba ningún tipo
a imposible, a pesar de que tocó todas las p
ualquier trabajo mal pagado, quería algo que tuviera que ver con su carrera, y que le remuner
más para ella, al menos nada bueno, por
s a todas las escuelas, le tocaba esperar en cuanto al campo, pero, ya que no podía mantenerse sin ganar
staba golpeada al punto de haber terminado abollada; y las ventanas, absolutamente todas, estaban rota
graron que la llave acertara en la chapa de la puerta; y el sobre esfuerz
Miller, de nuevo, aunque esta vez no con su auto, sino con su cuerpo, que cho
er el lloroso rostro de esa joven que, aunque no era la mujer que amaba, lucía