cursos Humanos para renunciar a su trabajo, dado que las cosas se estaban volviendo s
ue renunciar al gran pedido qu
que Julius no la contactara más; era
as no siempre salían
tras ambos veían un programa de dibujos animados en la tele, quedando
ella a la vez que dejaba el control remoto en la mesa,
que, al acercarse a la mirilla, no pudo ver bien quién e
, momento en el que la visión del rostro del hombre con el
la se preguntó qué estaría haciendo allí, mientras el corazón le latía cada vez más fuerte.
en el salón. Por lo tanto, se dio la vuelta y corrió hacia el sofá
ro jugando con tus juguetes un ratito, ¿de a
, si bien lo siguiente que vio fue la pue
regló el pelo, y solo después de respirar hondo unas cuantas
ndo la entrada. Su comportamiento distante llamó la atención de Julius, quien, con el ceño ligeramente fruncido, miró el p
"Señor Glyn, mira la hora que es. Ya es muy tarde. ¿No sería inaprop
ose de su leve sonrisa, el hombre miró dentr
ma? ¿O tal vez el inconveniente es que
s palabras, y pese al mal rato, se las arregló
e entres así. Verás, a mis vecinos les encanta chismorrear, de modo que imagina los rumores desagradables que sacar
ues parecía demasiado indiferente, teniendo en cu
hombre observó atentamente su rostro,
que tus trucos están siendo muy efectivos. Me tienes interesado ahora mismo". Mientras hablaba, Julius retiró la man
ujer, así que he reflexionado y he lle
se apresuró, estiró los brazos para evi
permiso para entrar. ¿Y por qué me dice
hombre le puso el sobre e
te. No vuelvas
mi autoridad de nuevo, ac
e se sintió impotente, aunque lanzó el sobre
a cinco años, y la culpa que sentía por Benson de repente resurgió en su mente.
tu chica. De hecho, era solo un juego para mí y no esperaba que te lo tomaras en seri
instante, y apretando los dientes de frustración, dijo: "Mide bie
un paso atrás y presionó la espalda contra
sentimientos, de modo que no te tomes
l le sujetó la barbilla y dijo lenta y severamente:
to, descartarlo como un juguete viejo y
no veía la manera de salir de este lío, y aterrorizada por el hombre
ta del dormitorio, y el corazón le dio un vuelco un s
mirando a Julius a los ojos con toda la
que necesitas saber. ¡Ahora, por favor,
del hombre, quien entornó los ojos, la em
Tienes miedo de que pueda ver algo indiscreto?
fuerza de su oponente, de forma que a e
y levantó la manta, ante
rró los ojos con fuerza
ué
s con asombro para descubrir que bajo la manta de
ios estaba
había meti
r aliviada finalmente, tras el momento de alta tensión por el que acababa de pasar. Acto seguido, se acercó a la cama, agarró su ropa
neció rápidamente, de modo que, se dio la vuelta y simplemente inqu
soltera a altas horas de la noche e invadiste su privacidad. Y ahora incluso tien
itos, pero, ¿acaso ya se te olvidó lo que hiciste conmigo a
s arrojó sobre la cama, ante lo cual ella se inclinó
otos íntimas de