jo la protección de muchos espíritus que cuidan de nosotros en todo momento. Es por eso que China se siente un pueblo dic
nta, se puso de pie y come
tiene la fama de brindar buena suerte a todo aquel que crea en él, por ello es que mucha gente ha plasmado la imagen de su figura en los grandes templos y también en los altares
lectura príncipe Jin -dijo el Laoshi* de los
por su
i turno! ¿Si? -intervino Yun, mientr
rno, las cosas no pueden ser como tú quie
Padre cuando le pido
ntestó resignado; siempre era lo m
aprichoso, hermano -bufó S
t-ambién que desde tiempos antigu-os que el Fen-ghu-ang es el protect-t-or de
ora sí le toca a Jin. -El l
as voy comenza
rmanos te acorto el tiempo -Lo vio con autoridad
adientes pasó el libro
chamos -El Laoshi juntó sus manos
no y representa honestidad y lealtad, sobre todo si en una casa está su imagen. Además su espíritu sólo está presente cuando el g
el viento mecía con suavidad las cortinas color crema del gran salón de estudios. De pronto un destel
n, que como todo un niño bueno hacía anotaciones en su cuaderno y el Laoshi se limitaba a obser
ió en el camino a unos cuantos guardias y sirvientes escondiéndose detrás de los muebles, de las vasijas y de las columnas ornamentadas del pa
hacia el jardín trasero, donde había visto aquel extraño destello. Caminó por los alrededores y con infortunio no vio nada. A lo mejor su vi
que provenía de lo alto; justamente de la copa de aquel árbol rosado, tan antiguo como hermoso. Sin p
llegar hasta aquel destello que parecía llamarlo. Se trepó como pudo y divisó el aura luminoso en la copa o ...quizá
aginar, porque en cuestión de un par de minutos ya había avanzado a la mitad del árbol. Yun sentía que a cada paso
e así de repente, joven príncipe? -El Laoshi
no creerá
e allí y no en clase -sermoneó el Laoshi al principito y él baj
o a que entrara al palacio-. La lectura aún no term
ave de color rojo con diversas plumas coloridas y una larga cola, observaba cómo el p
_-_-_-_-_-_
sar
profesor
g: ave f
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