hablaban en clave, el rey sabía que no podía confiar en nadie, ni siquiera en esa hermosa chica que estaba allí con ellos, cualquier
pudo identificar en la mujer cuando la tuvo cerca y sobre todo aq
lunar y de repente algo hizo clic en su mente, algo lo transportó aquella noche cinco años atrás, do
utado de ese cuerpo, por eso, a pesar de hacerse cargo de la mujer que poseyó aquella noche, jamás la había vuelto a visitar. No se permitía sentirse culpable por algo y ella era la imagen d
rvicio se quejaba de que era exigente y muy caprichosa, sus gastos eran desorbitados, aun así Darius y tenía dada la orden de que todos sus caprichos le
qué coqueteaba con otros hombres y se vestía de ese modo si era suya? Los celos empezaron a infectar sus pensamie
podía tomarla cuando quisiera, nadie más podía desearla y mucho menos ella buscar que la deseara
o su conversación, las cifras de las minas de carbón eran grandiosas, lo que pasaba era que la chica no tenía ni idea
a él, ella ni siquiera era consciente de estar tan peg
principio lo había rechazado, quizá ah
z acorralándola contra la mesa a pesar de que su amigo estaba delante. - Ya sé quién es, ese anti
masiado, quería correr, huir de ahí, salir como fuera de ese lugar mientras el aliento
lla teniendo miedo del propio deseo
mismo por el deseo que ella le producía - ¿Dime qué haces aquí le
, en las mejores condiciones, estuviera allí seduciendo hombres por distracción¿Q
ecido con su aroma, con ese lunar y los recuerdos que le despertaban y
de!- exig
to, no podía seguir más tiempo cerca de ese hombre, no estaba acostumbrada a lidiar con lo que le había hecho
ndolo del brazo y deteniéndolo para que no fuera t
a interesado en una mujer, pero jamás de ese modo, jamás de esa forma, se s
o y darse cuenta de que estaba actuando de forma deliberada, de que
ía para que se metiera con otros hombres, quizá lo que le hacía falta es que le dejara claro que le pertenecía y era