as, un lugar que conocía de memoria y en el que había estado en incontables ocasiones, pero siempre bajo la sombra de su padre y tío. Durante años traba
, tal vez invitaría a Selene, su complaciente y dulce novia. Había accedido a llamarla de ese modo solo por darle el gusto a s
él llamaría novia a su secretaria. Poca importancia tenía que fuese ella u otra. Estaba marcado y lo estaría de por vida. Todo por una mujer, todo por su comportamiento inmaduro, por no poder aceptar a tie
feliz cuando a todas las mujeres las comparaba con ella? Ninguna tenía sus ojos, ni sus regordetas mejillas, ni su voz altanera cuando respondía a sus pocos acertados comentarios. Desde que eran niños y la vio por primera vez, la conexió
quitarían la herencia. Incluso en aquel momento, regalaría la presidencia por tenerla de frente y volver a abrazarla, tener entre sus brazos esas exuberantes curvas que tanto le gustaban y pedirle perdón por todo el daño q
r, tal vez podría continuar con su vida. Quizá Selene lograra enloquecerlo y con ello todo el pesar con el que había convivido durante años se iría, pero parecía imposible. Sabía que M
a su tío Elián que se sostenía de su brazo como si fuera su salvavidas y, por e
ra él con la presencia de su tío. Estaba seguro de que si estaba allí era para felicitarlo po
mi tía se entere de lo bien acompañado que va su marido, su plan de jubil
empresa. Menuda delantera tiene la rubia. -Fidel se f
inguna mujer. Años atrás él también había sido así. No dudó en perderse entre las piernas de tantas féminas como le fue posible, y
estido que llevaba parecía elegido a conciencia para que no pudieras evitar seguirla con la mirada e imaginarla en cualquier posición. Estaba acostumbrado a las mujeres despampanantes y más acostumbrado a hacerse el difícil
pañía se lo cedieron a la nerviosa desconocida. No logró escuchar su voz cuando dio las gracias a Brais por retirarle el asiento y permitir que
ciosas nalgas para que le dejara libre el asiento. Incluso podría decirle
encontraba en exceso lejos para poder recrearse a gusto en todos sus rincones. Fidel tenía razón
pellizcó su pierna con fuerz
tas con tal de no compararlas con ella, por no recordarla, pero su obsesión ya había t
ludó su padre y
mujer entró en la sala. Brais correspondió al saludo de la misma forma y seguido de él, Elián se
comprometido, pero veréis que siempre estoy dispuesto a probar nuevas experiencias, para más inform
. -Brais no solía perder los nervios, su tío siempre era un buen hombre de carácter afable y un excelente je
ó Elián-. Al grano, al huerto, al paraíso, no im
esa y sostuvo la mano de su tío. Con solo aquel gesto
Aquellos ojos tenían algo que le hacían no querer apartar la vista. Por un instante ella deslizó esa mirada intensa sobre él, fueron tan solo unos segundos, pero lo suficiente para paralizarlo. La sensación de senti
lograra devolverlo a la vida y darle esperanzas. No necesitaba más, acababa de decidirlo. Esa mujer sería suya, debía conocerla, tene
a Brais, le dedicó una hermosa sonrisa que ya se ocuparía de hacerla
ese ángel que lo ayudaría a superar el pasado. Y aquella rubia parecía un ente celestial que acababa de bajar del cielo para que él la adorara. Lo h
a la sala-. ¿Estás escuchando? Acaban de anunciar que se reti
importante de esta empresa. Como también esperáis que él sea el que
ento y lo hizo deslizarse a su espa
ía con que no sería así? Había luchado día a día durante años para obtener el man
perderás lo que Brais tiene que decir. Te
seó la mirada por todos los presentes, en la sala había más de veinte personas que disimulaban la so
cio, amigo y hermano, es hora de retirarnos y dejar paso a sangre más joven. Tras pensarlo mucho, hemos decidido q
a mí en cuanto entraras como pre
día permitirse observar a Brais y a esa rubia, ambos agarrados de la mano
las capacitadas manos de esta preciosa mujer. -Su tío señaló a la rubia despampanante y ella lo miró con adoración. La muy mala pécora lo había s
as de su difunto esposo y tras hacer un estudio exhaustivo de sus finanzas, sé que no podemos dejar l
bra, la visión se le tornó borrosa y cayó desplomado sobre la mesa. Él,