img Una Sumisa Para El CEO  /  Capítulo 2 Trabajo | 4.88%
Instalar App
Historia

Capítulo 2 Trabajo

Palabras:2132    |    Actualizado en: 08/01/2023

te podría conseguir un empleo en el que lo ayudara de una vez por todas para que no necesitara más de correr de una esquina a otra con miedo

Cuando Mirella comentó que su jefe era rico, no pensó que fuera tanto. Las casas de aquel lugar eran muy bonitas, con espejos y

delante de sus ojos, hasta que las casas más bonitas comenzaron a desaparecer, una más lejana que la otra, hasta que el coche dobla

desde la fachada hasta el balcón sin color y sin flores solo con cortinas negras y vidrios

hombro y confrontó a Mel que intentó sonreír, pero algo le decía sólo para quedarse en el coche e ir. -

que Mel hiciera lo mismo y juntas siguieron hacia la entrada. Mirella ya era más que bienvenida, estaba p

araña en el vestíbulo, brillante y aparentemente elegante,

s y sin sentido. - Comentó la mayor. Entraron en la sala bien organizada y cada rincón allí era decorado y cuidado con

el silencio de la casa decían lo tri

se acercaba y encontró una señora bien arreglada y uniformada.

ndo una pequeña despedida. La señora la miró de pies a cabeza y estrechó los ojo

detuvo para enfrentar a la señora que

e para qu

diablos es

E

dilla de madera oscura estab

apartado. Tal vez algunas puertas eran la de la cocina que se podía ver desde allí, pero se podía notar que todo estaba bien arregla

unos cuadros en la pared e incluso de una familia antigua, o sería la del dueño de

die, pero ese silencio también era devastador. Mirella se detuvo frente a una d

decir que estás aquí y lista para tu entrevista. Muy pronto, bajaré cualq

za ya sintiendo una energía demasi

ientada hacia la mesa donde sólo se veían las espaldas de la misma y los cabellos negros que caían alrededor de su nuca. Las cortinas del lado

de una vez. trabajar para ese hombre era complicado. Sobrevivir con esa actitud mimada de n

en sus manos y se levantó lentamente de su silla. - ¿Dijo q

a gritar y enloquecer porque algunas personas no q

eran más obedientes de l

necesitas una empleada. Ella es hermosa, divertida y buena gente. Usted explica lo que quiere, y si ella quier

l otro lado golpeando contra la mesa, Mirella ni se asustó.

qué iba a dar. Tal vez otra taza de un café caliente y fuerte podría hacerla más feliz. Salió de la habitación nuevamente buscand

ró delante de la puerta y s

ia, y si dice algo qu

posible. No necesitaba sentirse nerviosa ya que había hecho tantas y tantas entrevistas que ni necesitaba más memorizar lo que hablaría. Abrió la puerta lentamente ya que ha

puso rojo al notar que los ojos de adentro venían hacia él con curiosidad. Entró de una vez extremadamente menos cómodo que fuera. El cuarto era

una pequeña barba sin afeitar. Era encantador y a pesar de ignorar, Mel sintió el cuerpo temblar, y sus piernas pesaron cuando lo vio alejarse de la silla para levantarse. Era increíblemen

y con una piel tan blanca que parecía no ver un sol hace años y la ciudad caliente que hora u otra agrietaba el suelo de tan caliente

la mesa rodeando la misma con pasadas pequeñas, quería entender y estudiar cada pedazo de

lía, las palabras huían de su mente. Pudo notar el color de los ojos era del

olescente... Esto era encantador, muy diferente de las otras chicas que entraron

donde hay ruido y luz, un lugar donde parece tener vida, muy

que algo está muerto, yo? - ¿Te apuntaste a ti mismo. - ¿Est

ada más, volvió a mirarlo encontrando una cara confusa, -

e eran delicadamente observados por él. La chica era bonita. Aunque no eran nada comparadas con las mujeres

para cubrir la vacante. La Sra. Mirella dijo que necesitaba a alguien para servirle en privado y tengo

arato cualquiera, estaba seguro. C

ga y llame a Mirella por mí, se lo pido con toda delica

diablos ella aún estaba haciendo allí. - Dije que tengo experiencia y he trabajado sirviendo a otros lugares. Y yo... yo... necesito el trabajo. - Diste un paso adelante sabiendo que

en asentir, el tono de su voz había cambiado, estaba más

y decidida, y él rió, una sonri

ces quítat

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY