rar verlo sin mucha dificultad, las últimas palabras dichas en aquella misma casa habían quebrado cualquier pequeña esperanza que albergara sobre poder llevar l
la actuación y tenía un gran talento, pero Francia no estaba muy lejos y en un descuido por obtener un poco más de fama, la identidad que prometió a su abuelo proteger hasta que él se fuera finalmente, podría salir a la luz, por ello, ella misma había esparcido su mala fama, su reputación dudosa. Nadie relacionaría a la princesa de la corona francesa con una actriz de cuarta categoría. Si bien el heredero al trono era su primo mayor Étienne, ella era la segunda en la línea de suce
on tranquilidad, pero la paz no era algo que hubiera visitado su mente desde que su cuñado había señalado conocer sus secretos, aquella inquietud la atormentaba por el día y la despe
verde agua, ejercía un maravilloso contraste con su piel lechosa y la seda negra de su melena, la luz del ventanal abierto de par en par y la suave brisa llevó a su na
go mismo, por no dejar de pensar en el dolor de aquellos ojos verde agua la última noche que se habían visto, ¿Realmente e
garon a salir del estupor y retomar
esapareciendo escaleras arriba un par de minutos, al regresar, cargaba un
ad y por una fracción de segundo Aiden reconoció a la chica
, toda la familia estará ahí
un par de minutos
¿O sí?- Preguntó con burla- ¿Una actriz de cuarta? Es un ev
en un acto insolente de rebeldía, Aiden molesto con ella, consigo mismo
o que dejaba Aiden al salir dejó de resonar en la casa, ¿Por qué lo
su cuñado. Era imperativo aclarar aquel comentario que le había hecho antes de marcharse aquella madrugada, ¿Pero como logr
el abuelo, toda la
o de la neblina que eran sus pensamientos últimamente.
llegar, su suegro solo le dio un asentimiento de cabeza mientras su suegra, por otro lado, no escondió el descontento en su mirada despectiva, haciendo todo
escondió su honesta y enorme sonrisa al verla.- F
n se puso de pie para recibir el paquete que ella le entr
ubrir en el interior una botella de vino Francés, Robert C
rarse a su lado del que era su suegro. El hombre le dio una mir
o, imposible de conseguir en Reino Unido, de la cosecha privada de ...- guardo silenció cuando Rosse posó s
vuelta hacia él, de su brazo, como en la universidad, venía colgada Amelia Hamilton, igual de hermosa y sensual, la mirada de ambas se cruzaron, la londinense levantó levemente el mentón con
se horrorizó ante la actitud de su hermano, jamás lo había visto actuar así, Aiden pod
e.- Supuse que estarías ocupado, por ello, me he ofrecido para traer a mi cuñada a esta fiesta familiar, pero querido hermano, habíamos dicho...- Su
omo la actitud de su hermano, caminó hast
es que aprender a dejar de
ndo, Jimmy, el primer puño con la clara intención de llevar aquella discusión a la fuerza b
la escena.- ¡Es el cumpleaños del abuelo! ¡Dejarán sus pleitos infantiles para
iempo y Jimmy tomó lugar jun
ería tratada con tal afecto por la que era su suegra. La madre de Aiden era una mujer letrada, conocida en el círculo social inglés por su agradable compañía y su gusto por participar y organizar actos de beneficen
Rossette se aferró a su calma con toda su fuerza y decidió, en aquel segundo, que no volvería a dese
sperar respuesta volvió a acercarse hasta Amelia, tomó su mano con cariño y la guio en frente de su abuelo, la rubia tenía en el rostro un
ez más tranquilo.- Ella es Amelia Hamilton, hemos estado j
n en alto, no dejaría que esto la dañara, no otra vez, no
liberadamente a este evento familiar, ¡Mi cumpleaños!... Es un acto repudiable, ¡Rossette es tu mujer! ¡La única que puede ser mi nieta putativa y tu esposa! ¡Y no quiero volver a escuchar al respecto! - exclamó el hombre de avanzada edad con un tono tajante y duro
con menos que el mayor de los respetos y la apreciación, pero ahí, frente a toda esa gente que debería haberla recibido con los brazos abiertos... Fue completamente despreciada. ¡Todo era culpa de esa zorra!... Pero no importaba, se h
ia, afuera solo habían quedado los hermanos Campbell, Rossette y
rando y cuestionando Aiden a Rossette que lo mir
decepción.- ¿No debería ser yo quien pida explicaciones? ¡Teníamos un trato!
ho a cuestionarme!- le gritó el enfurecido- ¡Tiene
elta y paso rápido siguió el mism