ó una
ujer!!, que nadie te v
a próxima vez conoces cuál será tu castigo
lágrimas rodaban por sus mejillas a ca
darropas, mirando en ambas direccion
spechaba que algo no estaba bien. Le molestó que hay
alguien la esta
la, mientras miraba todo e
En ese momento se percató que aquella joven le había mentido, no era una sirviente de Carlota,
ntes interrumpe s
á listo su baño y ta
que lo acompañe. Seguramente conocía a todas la
idad para la mansión. Se había demorado hora y media, cruzaba
ción para poder dejarlo al pie de la cama. Cuando ingresó, Juana estaba saliendo envuelta en sus toallas. Ana no quería que la vea en
con sus manos pellizcaba su rostro. Tomó asiento para poder observar su apariencia y romp
Estaba casada con un hombre al que no amaba, su vida parecía de ensueño; ante los ojos de los demás, parecí
ndo directivas. El señor Octavio había regresado a casa algo borracho,
posaba en la mesa y se dirigió hacia su habitación. Estaba muy agotada
palabras del príncipe. Al principio sintió a
situación para agregar
su mente, ¿Para qué o para quién lo usaría?. Estaba algo intranquila, si esa mujer llegaba a matar a alguien, ella sería su cómpl
rme festín, todos estaban muy alegres. El salón se colmó de grandes personalidades,
dos, tenía razones para desconfiar y sobre todo de ella. Después de la muerte de la reina, el rey Federico no volvió a casarse a pesar de tener varias favoritas, Carlota era una de ellas y la que más tiempo a estado a su
iento, Carlota pudo presentir una mi
para hacer un anuncio muy importante. Todo el sa
el cumpleaños de nuestro príncipe Le
os grandes
ermosa de todas!, ¡que sea
el príncipe. Pero no pudo
quién era. Era algo muy recurrente que las mujeres le jurasen su amor, pero no a él, sino al lu
s demuestran sus ver
u padre para luego marchar hacia su habitación.
encontraba uno de los sirvientes
go la informació
en!,
e cinco sirvie
eso, por lo menos no, desde
ro saber quién es; para quién tr
do que la acompañaba esa no
la puerta, el príncipe miró a su si
rta para averig
l rey está muy mal!, parec
ta y su asociación con aquella sirvienta. Era la úni
ia, su estado era crítico. El príncipe q
odo el castillo, cualquier invol
del rey, Ariel, se enca
................................................................................
ormir con ella; Octavio, tenía "encima" varias copas demás que se había tomado. Por
costaba reconocer, ella sabía que Ana era de las chicas, la
hicas estaban murmurando lo que había anunciado el rey y aunque había
mirada en aquella dirección y vio a Juana. No pudo interpretar la expresi
ente con lo que te he pedido... ¡Y
e infiltres en e
paz, de conquistar a
uro antes d
e Carlota la reconocería y también el príncipe Leonardo; él
, me has
o, señ
sí es como m
e guste, hay jóven
más bellas. Pero con un poco de
n señora,
chos querrán est
tarde ven
garganta, no sabía que hacer, quizás escapar s
e intentar conquistar al príncipe, no sería