ítu
n: ig
A
nzado a odiarla, como le había ocurrido con otras tantas. Bostezó y volvió a hundir la cabeza en la almohada, quería dormir. Anoche apenas había pegado ojo pensando en trastadas que podía hacerle a Damián, pero ninguna la satisfacía; no obstan
Así que, para evitar una disputa doméstica tan temprano, decidió ponerse en pie. Bostezó un par de veces y a continuación se estiró; descalza, caminó hasta el armario y lo abrió. Sacó de allí los primeros vaqueros que vio y una camiseta negra de manga corta en la
puerta detrás de sí; si su progenitor veía el desastre que había montado en su cuarto le prohibi
arse la vuelta y marcharse a la cocina, desde donde se escuchaba a su madre habl
traña razón, seguía pareciendo despeinada. Bueno, daba igual... de todas formas le quedaba bien, se sonrió a sí mi
que en esos momentos leía unos
astaño oscuro como ella y Nora, al igual que sus ojos, que también eran de color miel, pero ahí acaba todo su parecido. Si su madre
jo su madre, Dafne untó la mantequilla en la tostada; seguramente Matt quería espiar a Ann para descubrir
-contestó ella tomando un buen trago d
iva sosteniendo el capó? -curioseó su padre, Dafne asintió y su
osas horribles y no quería que sus hijas pasasen por algo parecido. Por eso ella y Nora eran una especie de armas mortales a las que, además, las aprovisionaba con pistolas eléctricas, espray de pimienta y demás e
leche que le quedaba de un solo t
a toda prisa y tomó s
tar algún baño o que le robaste las ruedas del coche a algún profesor porque
lacionen con nada! -indicó cerrando la puerta con ra
el cero y se puso a tararear la canción de My Chemical Romance que tenía como tono de despertador. Bueno, puede que aún
vidad, Dafne sonrió y empezó a hacer lo mismo hasta ll
era un Opel Corsa de color verde -o al menos lo fue antaño-, era pequeño y su amiga usaba cinta para que el capó no se levantase, además, el retrovisor derecho pendía literalmente de un
e te pille más cerca -indicó Dafne señalando el vehículo, Triz se c
s y observó cómo Triz acariciaba el capó como si fuera un suave
pelo distraía a todo el mundo y nadie se daba cuenta de las numerosas pecas que le adornaban el rostro. Aparte del particular color de pelo, también lucía una melena cortada de
ndose en el coche de Triz sin esperar que nadie la invitase. Triz y ella
l contacto y, tras oír rug
tó Ann agarrándose a su asiento para n
, porque si no juro que me levantó y le ha
n cuanto lo vea aparecer comenzará a gritarle.
que hasta ahora no se hubiera planteado la posibilidad
eres ignorarlo?
la universidad. -De repente abrió los ojos de forma desmesurada-. ¡Oye, oye... publica en tu p
i periódico con vuestras bromas -contestó la peliblan
ad? -preguntó Ann, la pelibl
noticias financieras... ¡Es un aburrimiento! Y me he enterado de noticias muy buenas, per
iódico de la universidad. Pero su gran sueño se convirtió en pesadilla cuando conoció a su jefe; un tío estúpido y a
riódico? -Sintió como el coche frenaba de gol
r a una abuelita, porque menudo frenazo -indicó Ann mirand
¡Es la mejor idea que
lante con emoción, para luego mirarla-.
de «vamos»? -preguntó D
enseñándole el dedo corazón al conductor que estaba en el coche de atrás-. La gente de hoy en día es una maledu
de reporteras... Ann puede entrevistar y tú hacer las fotos; y bueno, también puedo recurrir a alumnos de mi clase y
ara indicarle que moviese el coche sacó un poco a Triz de su burbuja de felicidad
? -preguntó Dafne con interés, Triz lo meditó durante unos
mián en primera plana, pero su plan no quedaba solo ahí, si alguien no quería
to, mientras Ann le gritaba al coche de
mien? -preguntó Triz volviendo
Damián -re
í proclamando a gritos que se llamaba Damien no quería decir que fuese así: además, si él se empeñaba en seguir llamán
za hacia Ann como si fuera la niña del ex
ba que todo el mundo iba a enterarse; y, por si fuera poco, le acababan de dar la idea de fundar
te, por lo que cuando volvió a mirar al frente
-exclamó Ann acariciándose la frente, ya que su ca
ndose de brazos, Triz resopló indignada a
oco cutre? -dijo Triz sonando un tanto decepcionada, por lo que ella miró hacia Ann;
edes hacer es pasar de él; de hecho, deberías ir para comprobar que tengo razón -invitó Ann a Triz, que asintió y volvió a poner en march
n pokemon! -r
e particularmente dudo -opinó Triz; la morena puso
rarlo, y esas dos se
-
l en la carpeta; se despidió de sus dos amigas y caminó hacia la cafetería buscando a Ann. Divisó la melena rubia de su amiga con ra
tó Dafne sentándose frente a ella y colo
s piernas sobre la mesa; de reojo vio cómo una de las camareras la regañaba co
i casa y se llevó a mi hermana alegando algo sobre una misión de espionaje -contó v
pies de encima de la mesa y creando un te
ción espionaje es para ti. -Ann comenzó a golpear su cabeza contra la mesa mient
ojos entrecerrados-. Hubo una vez un niño que en preescolar me regaló una flor
tilares a todas las visitas para comprobar si tienen antecedentes
omplacida, ell
endo con una pila de papeles y una sonrisa q
a llegado -contestó Dafne, Triz as
onas y, desgraciadamente, con las sillas clavadas al suelo. Levantó la mano y saludó a sus compañ
os están peleándose -dijo Triz mirando hacia Ann, y la ru
vale ignorarlo. Rodó los ojos y se cruzó
iantes miraban hacia la entrada y luego hacia ella con cierto miedo. Por lo que
no por el cabello haciendo una mueca cuando sus dedos pasaron por la parte que ella le había afeitado. Sonrió de medio lado, la cara de Damián cuando se despertó y vio parte de su pelo en el suelo fue espec
del japonés hasta que este dejó de ex
o? -dijo Triz en voz alta, Dafne
to; Damián no era, y repetía, no era guapo. Bueno, admitía que tenía buen cuerpo, pero teniendo en
eó un monstruo -explicó Ann soltando un ligero sus
repetir a todas horas lo atractivo y sexy que era Damián y que se lo presentase, porque ese chico tenía que ser el padre de sus hijos. ¿Ese tarugo hiperactivo padre
mesa con una sonrisa deslumbrante, aunque con los hombros preparados por si tenía que evit
la examinaban con cierto brillo de diversión. Ella haciendo acopio de toda su
erte -saludó al japo
en sonriéndole con amabilidad, ella asintió y miró de reojo hacia Damián; el pelirr
que las facultades de ciencias estén tan lejos de las de
s bastante aburrido... bueno, menos por algunas ex
ra soltarle una bordería, pero recordó que había acordado ignorarlo, así que cerró la boca y apartó la mirada de él tan dignamente como pudo. Lo miró de reojo y vio como él entrecer
o? -preguntó mirando hacia Ren con int
upiste? -Quiso saber el ch
la tablet, como haces ahora -contestó orgullosa de sus dotes de observac
do por primera vez en la conversación, ella lo miró ligeramente y luego apartó la
. Pero en vez de mirarlo como él esperaba, se limitó a bostezar; por lo que escuchó un gruñido procedente del pelirrojo. Sonrió en su interio
llo masculino? -sugirió Ann con voz macabra
a coletilla que tiene a la hora de hablar, es insoportable escuchar «Oye, oye...» en cada frase que pronuncia -resp
eacción de su parte, pero al ver que no llegaba volvió a dar otro gol
gnorarte! -gritó el pelirrojo lanzándole una última mirada
e despidió Ren con un li
las tres se miraron y l
pero ha merecido la pena
se sentaba allí, no sin antes dirigirle una mirada cargada de veneno. Ella se limitó a salu
nial -felicitó Dafne, la rubia se
ergonzosa y humillante de Damián vamos a publicar en el per
veces olvidaba lo bien qu