a He
ue detestaba por haberme prácticamente obligado casarme con él; un hombre que me llevaba un
a esas personas como pocas cosas, era todo lo contrario; las admiraba por salir adelan
padre llamado Arturo Fonseca; un hombre alcohólico, lleno de maldad que nos
humilde y de corazón noble, una mujer dulce
su alcoholismo. Debido a lo anterior, su jefe le había hecho firmar un contrato de dos años de casamiento, por lo que a cambio de recuperar nuestra casa y pagarle sus deudas yo debía casarme con él. Todo ello porque él necesitaba una esposa que
padre no merecía eso; aunque realmente lo hacía era por mi hermosa madre, quien últimamente había estado enferm
la le importaba era mi felicidad, la felicidad de su única y preciada hija. No obstante, el solo hecho de de
seguiré el trasplante para mamá. Además, podemos donar el mío. Por favor, padre, no me obligues a casarme con ese monstruo en
. Más tarde me lo agradecerás, estúpida. Mira que cualquiera quisier
a podía golpear a cualquiera, así que, me quedé en silencio por la sen
odé mi vestido, para salir al auto que afue
amás lo había visto en una revista o me lo habían presentado, ya que siempre estaba estudiando y el poco tiempo que no lo hacía estaba trabajando para ayudar con las medicinas de mi mamá, pero podía imaginarlo. Muchas personas le
ntiendo. Yo deseaba vivir una vida plena, disfrutar mi juventud en la universidad, ir por primera vez ir a una fiesta, o una disco, pero jamás pensé que debía casarme con un viejo decré
mi alrededor; había periodistas y rostros sumamente desconocidos, me sentía abru
dio tristeza mirarla. Ella no podía evitar llorar con dolor, aunque, muchos pensaban
barba sentado en su silla de ruedas, su mirada era fría e intimidante y sus ojos no tenían
me miró para luego dirigirse al padre que nos miraba con alegrí
ie podía fijarse que me
har al padre que había comenzando con la charlatanería
para amarla y respetarla en la riqueza en la pobreza en la salud y en
atando en vida, que me estaba robando mis mejores años, que me estaba haci
-respondió s
a para amarlo y respetarlo, en las riquezas, en la pobreza, e
mi cabeza. Y el salón se tornó en silencio al darse cuent
ían lucir más joven de lo que era, sus labios eran gruesos y
testar? -musitó
labras que determinarían mi
ace
laro: marid
firmó unos papeles y me los lanzó p
o me sentía como una estúpida. Había sido humillada por aq
i ropa. Mi madre hacía mis maletas mien
mami. -La a
dóname por no defendert
ella y la besé en los labi
olo mantente viva ¿sí? Todo lo hago por tu salud, te amó tanto vieja -lloraba con u
adre. No quería ni verlo a la cara, el muy idiota estaba sentando, tomando
gra. Un hombre mayor bajó de ella y abr
ero señorita, son órdenes de
ano me miró extrañado pero de igual manera no dijo nada. Así que dejé la maleta, molesta, por
por unos cuantos minutos. Las lágrim
esperaba después de eso?, ¿Dylan sería un ma
o y entré en su interior; mis labios se abrieron de par en par cuando vi el maravilloso lugar en donde viviría. El piso era brillante, tanto que se reflejaba mi rostro
ra Ma
las se ru
onocido me daba náuseas y rabia a la vez, así
. -La miré
él ahorita salió de viaje pero me pidió que le dij
daba escalofríos. En cuando estuve sola aproveché para husmear en la habitación; había una cama extra en el medio, con dos mesas de noche en sus costados, una peinadora de mujer en frente y las pa
e estaba emocionada, por lo que busqué entre los frascos de productos de limpieza. Pronto me encontraba llenando la tina con j
merla. No dejaba de pensar qué iba a ser de mi vida desde ese momento, en
r largas horas hast
abrir las ventanas como exasperada, su falta de cordura era máxima, por mi parte me
s seis de la mañana, no creas que porque eres la esposa de mi herm
años, tan amable que me acababa de levantar, pero e
io. Luego, ella al ver que no me lev
mbre? ¡Levántate! -Su tono
cuentas no estaba en mi casa, así
limpieza, y no era que me molestaba, era solo que no en
más, yo estaba con la misma ropa del día anterior
í se llamaba, me dijo que no podía dormir en el cuarto de Dylan, así que me indico qué durmiera
e hizo temblar, ya que había una ventana que e
a horrible, y en ese momento extrañé tanto a mi madre. En
a Dylan con todas mis fuerzas, ¿por qué? De tantas mujeres en el m
o, hubiera estado cursando el primer semestre de enferm
mañana, e igual que la noche anterior la ar
do así que luego de asearme le pregun
rá que usted podría prestarme a
on enojo y sorpresa-. Yo no podría prestarte mi r
r qué esa mujer me trataba con total desagrado si yo jamás le había hecho
n la puerta de la mansión estaba mi madre y quería verme. Entonces quise salir corriendo a abrazarla, no
s? -Marina me detuvo t
ido a visitarme. -La miré de
s, vamos, sigue trapeando, le dir
as miraba cómo Marina salía a despedir a mi vieja querida. Corrí a mi habitación pa
una torta de pan en sus manos, y Marina se la había arrebatado para botarla a la basura. Mi ma
ba con el mismo atuendo; lo único que me salvaba de no oler mal, era que en las noches
ntó como todos los días, al contrari
traño pero no era tan t
dijo que fuera al despacho porque mi