ítu
rábano. Se giró y se ocultó en el hueco entre la suya y la de Jessica. Su corazón latía increíblemente desboc
Nadie habló y nadie se movió. Llegó a pensar que la
o por el cuello
es posible, tranquila
r el borde de la cama. Allí, mirándola rel
as cejas. Se llevó una mano al pecho y se frotó los parpados. Se asomó otra vez y v
. Morí también yo, ¿no es cie
os ojos e
rando el techo-. No estás muert
se detrás de la cama. Todo quedó en absoluto silencio otra
Quitó las manos y miró aterrada al f
el piso, lejos de él. -¿Por qué
or
no puedo irme sin asegurarme que vas a
ó el palo de hockey que le había regalado su abuelo de debajo de la cama
dora y, por consiguiente -Zack sonrió siniestramente-, en la persona en el mundo
ogó un
ó-. ¡Ve a descansar en paz, por favor! Sé que te he dado mal de ojo
ó grande
sorprendido-. ¿De verdad?
nmocionada como para poder soportar más. En un arranque de valentí
do del mismo tema: la muerte de Zack. Pero ella tenía un problema mayor: el muerto se
ba y se llevó puesta a una c
or-. ¿Qué haces corriendo así... fuera? ¡Dios, vuelve dentro! -Jessica la t
esnudos en las baldosas-. ¡Por favor, h
. Abrió la puerta, ignorando los gritos de su amiga, y esta so
er
y la instó a volver a acostarse. Quizá sí lo había imaginado. Temblando ligeramente
ma para llamar a Jessica antes de que esta cerrara la puerta, sintió cómo algo frío s
O,
la cadena del collar y comprobó nuevamente que no podía quitárselo. Llenos de terror, sus ojos claritos re
Algo le rozó las piernas desnudas; algo muy suave, mullido
ilo negro y una cruz para la boca. Estaba quieto entre sus muslos y casi que habría jurado que cuando entró en la cama ese muñ
veía tan inocente, tan dulce. Pero no era normal, había algo en él
a extraña y terrorífica, se fijaron en ella. Sus oreja
con una voz que se asemej
llegar a la puerta, descubrió que Jessica la había dejado encerrada. Golpeó la
e esa manera, con un silbido extraño que solo oía en los halagos masculinos. Bueno, a decir verdad, jamás imaginó oír hablar a un con
apó las nalgas con las manos y se pegó
ué
icó el peluche como s
caminó por ella. La visión no era alegre como en Toy Story. Parecía sa
e? -Sin relajarse, mi
erpo falso, que no está vivo pero que responde de la mi
cias -gi
sus
tampoco es que puedas pasar más tiempo en este estado de pánico
avía sudando frío-. ¡ESTÁS MUERTO Y
estiraron y él se limitó a encog
estupideces y tú puedes seguir llorando. O puedo decirte lo que sucede y tú pued
a en pánico, pero no podía huir, así que... ¿qué más podía hacer? Tal vez solo con
entamente. Quería vomitar-. Ese collar es un objeto centenario y muy peligroso. No debería ser tuyo, pero ahora lo es. ¡N
conteniendo los deseos de correr
eh? ¡Quiero quitármelo! -Volvió a tironear del colla
o durante toda la vida de este. Y es eso l
rse. Apoyó la nuca en la madera y ahogó un gemido lleno de frustración. S
circunstancia eso sonaría a fantasía pues en la realidad misma ya no sabía a qué atribuírselo. Cerró los ojos y negó, conv
iguió decir eso. Nada
odos mata
n brinco de la cama
d, Zoey se dejó c
. Es eso lo que me dijeron al morir. Es mi responsabilidad. Me culpa
una bolita, rodeando la
al menos, si no vomitaba o se desmayaba, pu
a dueño está advertido sobre las consecuencias de poseerlo. Yo acepté ser el dueño, aun sabiendo que alguien iba a matar
avés de los mechones rubios que le habían caído sobre la cara
vomitar,
eso mismo, muchos van a venir por ti -dijo Zack y la miró co
su garganta-. ¡Quiero despertar de esta pesad
, verdaderamente, estaba llorando. El s
bajaron con tristeza en c
ivo, Zoey.
e decir ni una palabra más. Lloró con la cara contra las rodillas y no le importó ya recordar que seguía sin los pantalones puestos. T
vía más grandes de lo normal y un quejido agr
ó Zackary y esperó de forma pa
o miró de reojo. Todavía con ná
pasó? -preguntó c
n de que ella se pasara las manos por las mejillas y al menos hab
verse a verlo tan directamente-. ¿Quién?... Pero
o alzó l
aste? -dijo
cuerpo destrozado y sangrante. Zoey cerró los ojos y tragó s
k n
minutos sin vida, unos quince minutos. Nadie me oyó ni me vio. Me
ó el labio in
rible -gimió tapándose la cara con las manos. Temió volver a ponerse a l
on en el aire. Desconcertada, vio cómo
tolerar que fuera un fantasma y cambiara de forma en un suspiro
cama, ignorando sin
rio, que al parecer, puede llegar a ser toda tu existencia. -Los ojos grises de Zackary la miraron
n cuidado, sosteniendo una
-, esto te hará bien. -Le puso la taza en
esa forma, Zoey tomó un buen trago sin
Jess, sin poder apartar la vista de los surcos
s, dio un brinco que casi vuelca todo el té. Disimuladamente, y sin que su amiga la vie
ectora?
decirlo-. Espero que no te haya molestad
lizco la hizo saltar. ¿Lo estaba haciendo a propósito? Ahora que estaba más calmada y había logrado de
pero quería echar a Jessica lo más pronto posible
uda, porque habías visto un «fantasma». Eso no es estar bien. La directora cree que lo mejor es en
imo llamó s
estig
stá en este momento en la escena del accidente. Nos llamarán
amigas se quedaron calladas y ella rezó para qué el
antenerla entretenida, pero al final supo
enar? Te lo traeré.
a vez que pensaba en la muerte de Zac
poco -c
nte de la habitación y, apresurada, Zoey de
dome las piernas? -chilló
eza de conejo sobre
es en ellas -dijo, como si nada-. Tienes una
corto las manos! -Y como si lo conociera de toda la vida y ya se
rebotó e
ió y se sacudió el polvo de las extremidades-. En verdad, si te hubie
rios guardados en la manga. ¿Tierno, dulce? ¡Era un completo idiota! I
lema si eres t
uso su carita de conejo muy cerca de la de ella-. Tú eres la desp
¿Qué quieres que ha
sus
es que ducharte! -añadió con un tono algo extraño que luego Zoey identificó como juguetón-. Aunque... cuando estemos so
Él cayó casi sobre su cuerpo, apretándola contra la cama. Z
gar sucio. Se quedó viéndolo con la
una parte de su mente gritaba: ¡ Hazme lo que quieras! Y Zack l
ró, justo antes de que Zoey ahorrara valor
aber sido para una niña de dieciséis años encontrar el cuerpo destrozado de su amor platónico. Por supuesto que había sid
Zackary llegó hasta allí, forzó la puerta y luego esa máquina que ni siquiera funcionaba... -
pareció pestañear, pero ella puso su atención en la señora. ¿Cómo explicar
ruido de las máqui
se reclinó
podríamos haber
arrastró consigo, hasta donde sabía -omitiendo los detalles morbosos de la muerte-
on preocupación y ella
tió. La mujer asintió y se
algo, si quieres irt
olgaba por debajo de la remera del pijama, oculto a la vista, pero no oculto a su alma. Metió la mano por entr
pensativamente sobre la cama, echándo
muchacha, hablando sobre l
que piensas, sientes y haces, y muchas veces él imprime sus sentimientos en ti. De
inaba tranquilamente hacia la ventana, Zoey
ué lo q
féizar de la ventana y ojeó los
poder -giró su cabeza hacia ella y las orejas blancas rebotaron con el movimiento-. Lo esencial, po
ncogió en
o morir -
feliz con esto? -di
erte había sido espantosa. Y sobre todo era real-, pero
ejo su
o. Eres inocente, Zoey, y todo esto
y bien que mientras estuviera viva no iba a poder quitarse el collar y que eso pasaba con cada dueño. Ahora era la nueva dueña
que no podí
ó los ojos
rse de mi cuerpo; pero aun así, y ese es el tema, el collar se deslizó de mi cuel
cara durante u
e? -consiguió de
mi muerte tampoco lo saben, eso..
izo un
o favor si supiéram
ellos y que no se nos adelanten
entó en el alféi
-dijo. Sonrió, dichoso de poder cumplir ese papel-. T
ior. Que un conejo de peluche le dijera eso no la tranqu
que era una maldición. ¿Cómo puede la
ue serán los seres más poderosos del planeta. Como seguro te estás dando cuenta, eso n
bía sido su ú
visto? Lograron matarte haciéndolo parecer un accident
son
dijo que yo