A
a cubrirme del fuerte frio y nieve que hacia afuera, no era como si me molestara el frio al contrario me encanta
a con el del suroeste/ Golden fire, no tenía muchos conocimientos acerca
lquier cosa por salir de este lugar, me escabullí y Salí sin que me vean los guardias, mi padre siempr
derse y lo digo con experiencia ya que me perdí como mil veces antes de aprender bien el camino, iba distraída perdida en mis pensamientos cuando vi a lo lejos cerca del rio a un hom
ncuentr
mis manos, agradecida de que estaba inconsciente y que no pudo escucharme, más b
ños, de cabello castaño claro que le llegaba hasta los hombros, una fuerte mandíbula, pómulos marcados, una barba de pocos días y una cicatriz en su ceja derecha que le llegaba hasta el inicio del pómulo, mientras me decidía don
uy pálida, tenía mucha fiebre y la herida no paraba de sangrar, le saque su armadura y levante su camisa blanca que a hora era carmín, la he
huerto para sacar algunas verduras y prepararle una sopa, una vez hecha
EXA
ugar en el que me encontraba, lo último que recordaba era que un soldado del rey Magn
vida su cabello era negro azabache con blanco en las puntas largo y rizado su piel era blanca al igual que la nieve y sus labios eran casi tan rojos como una manzana y sus mejillas eran de un rosa pálido, el escudo en su capa me alarmo ya que era el escudo de Moonlight, aquel be
bueno des
dedicaba la más be
oy muy buena cocinando pero te va
presencia, se me acerco y mientras menos lo esperaba con una de sus manos tomo mi barbilla y
nes que sobresaltarte te juro que no te voy
ora carcajada, aunque ella era alta aparentemente de 1,70 yo er
ersona muy agradable y ya que no estás dispuesto a conversar me voy
s ALEXANDRO.- Dije casi gritando
pero no estoy sorda no
nde e
onde te hirieron, la verdad que
lato de sopa y un trozo de pan y me lo dio en las manos, lo mire c
quisiera verte muerto h
ra muy dulce y estaba acompañado de la más bellas de las sonrisas, si se supone q
í fue donde recién note su espada envainada en su cinturón
¿Por qué
r tu expresión que acabas de poner ¿No
te del ejercit
er las cosas, en estos momentos no eres mi enemigo, sino eres una persona mal herid
que no te a
no pude, ella me observo con ojos curiosos me quito con delicadeza el plato de mis manos y con la cuchara que yo tenía anteriormen
r su olor a flores y coco y
- Realmente no quería que se fuera, jamás había sentido tal sensación en mi pecho por nadie. Aunque tuviera la aparie