mbre de 194
de mayor edad sacaba cuentas en una hoja blanca; por hacer trabajo extra había recibido su paga en efectivo, lo cual no era muy común, así pues tenía que pensar muy bien en q
ó la pequeña, curiosa de
inero quizás podría comparte algún gorro o unos guan
ba su desayuno y sus dibujos, tomando entre sus pequeñas manos estos últ
ué e
y expresarse de esa manera. - En la escuela vimos una clase y el profesor d
probablemente el profesor se refería a las grandes
ndió dejando los dibujos
gran preocupación de la espalda de Britta; no obstante, las cosas tan perfectas se acababan rápido y ella lo supo en cuanto vio a los "padres adoptivos" de Annelise en la entrada de la escuela hablando con el director y algunos maestros, el disimulo de los señores fue mínimo cuando apuntaron en dirección a la niña con descaro y susurraron cosas entre
ó la pequeña tras poner su mano s
niña. - Si esas personas se acercan a ti quiero que te vayas hacia el otro lado, no les hables, n
frente por parte de Britta quien se iría sumamente preocupada a la panadería, formulando mil y una explicaciones a la p
udó el señor Larsen al ig
ucadamente antes de colocar un mandil
orriendo a su casa y encontrarse con Annelise por eso dejó mucha suciedad y limpió de una manera mediocre lo que tenía que quedar más que reluciente; sin embargo, cuando le explicó los motivos a su jefe, siendo este un hombre tan comprensivo que ya sabía la historia de Annelise la dejó irse, c
a estar en la escuela. En ese momento se percató de lo irresponsable que había sido su decisión, dejó ir ese día de
dos sus presentimientos y espero pacientemente la llegada de la niña. Pasaron 30 minutos, luego una hora y hasta dos horas de retraso cuando Britta supo que su presentim
casa -. Pudo oír
aparecido, por lo que corrió hasta la puerta abriéndola con estrépito, sin embargo, no se encontró con
eguntó Britta mirando al
ue Britta nunca había visto a ese hombre en su vida antes de ese momento. De su mano iba Annelise quién tenía algunos raspones en su mejilla y abrazaba su mochila contra
vengo porque su casa
ranz" al igual que Annelise era un nombre alemán, pero decidió
uiler. -. Respondió Brit
ero
niña que jugueteaba nerviosa con sus dedos y daba algunos pe
nne
que necesitabas dinero ¡Y aquí hay mucho espacio! -. Explicó. - Ademá
estrés y solo le dio una orden a la niña
uvo que repetir sus palabras para que la pequeña rubia obedeciera y se marchara escaleras arr
ó a presentarse estrech
se encontraba predispuesto por experiencias anteriores, pero se apre
amos generaciones viviendo fuera de Alema
ese país -. Respondió la rubia. La manera de hablar del hombre tenía
ías en este pueblo y se me ha hecho complicado conseguir en
a maleta de tamaño mediano de la cual obviamente no podía ver su c
in abrir la despensa ya sabía que se encontraba más que vacía, por otro lado, su casa tenía suficiente espacio para albergar alguien má
usted e
Per
quiler ¿Tien
rme espacio? -. Preguntó incréd
gencia el dinero, si usted lo tiene
unos pocos billetes pero espero que sea suficiente para poder quedarme un ti
ecibía en la panadería, le iba a alcanzar para comprar algo de comida y la bufan
nible? -. Preguntó dando un paso hacia adelante que
n de sus hermanos estaba desocupada, pero no estaba lista para disponer de ella y deshac
e, puedo ofrecerle el sofá de la sala por hoy
rle en donde estaba el sofá, dijo que dejara sus pertenecías a los
mejor opción, sin embargo, Franz solo t
de subir a las escaleras e ingresar a la habitación de Annelise,
ienes a
o -. Respondió. - Pero algo que debes saber es
ste -. Murmuró en respuesta causando
es
Por
tú eres
s puedo tr
Por
lengua mientras resp
¿Entiendes? Y estás castigada por mentirle
escondió entre las colchas de s
es
Para cada acción tendrás una consecuencia,
ía hecho el papel de madre, rebuscaba entre los cajones algo para q
jo antes de abandonar la habitación dejando sola a Annelise, aunque