ni cumplir con sus obligaciones conyugales --, Bernard molesto le replica -- ¿Obligaciones conyugales? Ósea dices que es obligatorio tener sexo con su
no lo diga--, Bernard molesto se retira de la oficina de Rodolfo y lo deja solo, este comienza a recapacitar y piensa – Y si la Ana Paula se le da por denunciarme... será que es verdad
.. Acaso no es suficiente el sexo que doy yo... en qué lugar quedo yo en tu vida... no solo me tienes de amante y no terminas de divorciarte de
do, yo tengo sexo con mi mujer cuando a mí me da la gana, para eso soy su marido... y si no te gusta ya sabes dónde queda la
ya que corre peligro que esta hermana le envenene la mente a su esposa en su contra. En la noche llega temprano a casa, c
esponde – Solo mírame la cara, como me la dejaste y respóndete tú mismo --, él insiste – Mi amor de mi vida... est
y otra vez las mentiras que ni él mismo se cree. De pronto Ana Paula lo interrumpe y le dice – Voy a reiniciar la carrera de Arquitectura de noc
, yo mismo soy, quien se gasta esos churupitos extras que mal no me caen --, entonces le responde – Tu sabes mi amor que no me gus
con tal me perdones yo hago lo que quieras... si desear trabajar con tu hermana puedes hacerlo... pero para que quieres volver a estudiar... ya tú no eres una ch
er afuera, aquí solo hay para hacer unas arepas y más nada--, él le responde – Tranquila mañana le pediré un préstamo a Albert, y te lo envió a tu cuenta para
--, Ana Paula le responde -- ¡Basta ya!... no te voy a aguantar ese tono de voz altanero, mira como me hablas o te cruzo la cara... yo soy tu madre no tu sirvienta.
vieja cuando es que va a largar de mi casa, ya no la soporto --, ella le responde – No sueñes yerno... nunca me voy a ir de esta casa... no deja
ue se deja golpear sin decir nada --, ambos continúan su camino. Al día siguiente, en la agencia de viajes Rodolfo entra a la oficina de su socio Albert – Entonces camarada... como est
o a la cuenta y sigues pide y pide.... prestarte es como echarle más agua a lo mojado hombre --, Rodolfo insiste – Yo sé... pero somos amigos en la bu
Paula, después de la madriza que le diste, no se merece ahora pasar hambre... por cierto, ya le pediste perdón --, Rodolfo responde – Perdón solo se le pide a Diosito lindo, le pedí dis
re de Arquitectura cuando la embarazaste y después la obligaste a dejar los estudios con el cuento que tenía que criar el hijo, t
ce Rodolfo, pero Albert le refuta molesto – Que te pasa a ti... a mí no me faltes el respeto porque yo si te doy una madr
n bella, las más linda de las Ana Mallorca... pero ahora, ni se arregla ni viste bien, la sirvienta de la casa se arregla mejor,
o se ve al espejo lo único que se ve son morados en su rostro... no seas cínico Rodolfo... ahora la comparas con Ana Julia, que es una lo
ria que llame a Ana Julia, quien acude de inmediato -- ¿Me llamaste? --, él responde viéndola de arriba abajo, comiéndosela con la mirada – Si mamita rica... ya se te pasó el
as mujeres para poder vivir más o menos bien, pero tú sigues siendo mi preferida... si quieres esta tarde t