n noble del joven que apenas conocía pese a su actitud tan alejada y por alguna razón
apenas treinta minutos, pero tan pronto como encendió el automóvil para continuar con su viaje se justificó a sí mismo que era una forma de desahogar la presión que lo volvía cada vez más alejado de las pe
l almuerzo, pese a su estatura tan pequeña la mujer mantenía un cuerpo curvilíneo bien cuidado al igual que su tez parecía la misma arcilla salida del horno, brillante café que engatusaba a quien admirara semejante belleza, sus ojos negros rasgados se delineaban bajo unas pestañas largas bien cargadas, una mujer como ella era foco de miradas de todos los vecinos como la exitosa vecina viuda. Minerva era su nombre, una bella dama que apenas rozaba los cuarenta años de edad, su emb
esarrollo junto con una estabilidad laboral era de lo más complicado, pero los problemas parecieran acumularse dado que al mes de haber recibido aquella notificación se vio obligada a ir una vez más, el motivo era el mismo que la vez anterior, su corazón pareció quebrantarse al saber que el pequeño Erick habría heredado una personalidad asocial tras la muerte de su padre y el posible alejamiento de su madre por el constante horario de trabajo al cual tenía que sostenerse, pensar que posiblemente el p
ue no le gustaba redondear o suavizar las cosas, en realidad consideraba que si alguien le pedía decir la verdad pues esa persona debía estar preparada para recibirla aunque doliera, para él no era ninguna deficiencia social, simplemente se sentía más a gusto en soledad, era normal a los ojos de él mismo por ser un amante de la lectura y de perderse en sus propios pensamientos acompañado de un extenso paisaje al c
siempre estuvo consciente de su preocupación al igual que sus obligaciones desde la pérdida de su querido padre, pero aquel día fue diferente, luego de ingresar ambos a la casa, Minerva se dispuso a servir el jugo en vasos y poner los platos para el almuerzo cuando un silencio inoportuno la perturbó de pronto, su retoño no decía ni un
mutar al muchacho- ¿Con quién hablaste? -continuó inter
entras su sonrisa se volvía difícil de dis
cosa? -cuestio
mientras su sonrisa se volví
detalles en madera roja y bellos cristales en el centro de la mesa decorados por flores rojas de plástico, pero aquel escenario se veía iluminado por un muchacho perdido en un recuerdo que parecía imborra
? ¿Qué será de él cuando ella se haya ido de este mundo? Se cuestionaba en su mente mientras trataba de adivinar lo que el muchacho tan iluso pensaba sin decir una sola palabra, preocupada lo amparó en silencio y tomó asiento dispuesta a comer d
no te conté de mi día -asumió mientras limpiaba el rostro de la mu
tó mientras sujetaba la mano de su hijo- ¿Hiciste
ahora -respondió abrumado por los ojos cristalinos de su madre y se mantuvo en
ondió un tanto extrañad
ser y no sentía miedo o admiración por un misterio que consideraba inexistente, no sentía ningún interés romántico por ella, simplemente se sentía más al
icar a quien sea que cruzase frente a sus narices, sin importar si eras o no parte de la familia no eras exenta a los malos comentarios que de sus bocas parecía emerger como veneno dirigido a destruir por completo tu autoestima, al estar acostumbrada a los comentarios poco asertivos de sus familiares era normal para la joven universitaria que cualquier otro agravio le pareciera una simple broma de niños, de hecho crecer con ellos solo la había hecho consciente de la facilidad con la que una persona podría ser cruel con unas cuantas palabras por lo que a su parecer no podría haber peor villano que aquella que juzgaba solo por envidia o por simple deporte, sus padres, sin embargo eran distintos en este hábito, después de to
compañarla hasta su puerta ¡imposible con una familia así! Pensó mientras continuaba su trayecto en completo silencio y las tías continuaban argumentando sobre su llegada fuera de horario académico, por otro lado, su madre al notar su llegada como era de costumbre le saludó con un cálido abrazo y la ingresó a la
adre mientras la ayudaba a quitarse la malet
-preguntó intrigada notand
e su viaje, envió sus maletas por adelanto, créeme si él e
su madre- y mis tías, pero descuida mamá -se acercó a b
n tanto cansancio que conseguían sumergirla en un profundo sueño algunas veces, el sueño le duraba horas o incluso un día entero por lo que trataba en todo momento de evitar pensar demás, por lo que estos chismorreos casualmente lograban herirla considerando lo fuerte y vivaz que podía llegar a ser, incluso para sus familiares era un tanto imposible hallar alguna debilidad en un alma con semejante coraje. El único motivo por e
el chico más popular? Habló para sí misma en lo que recordaba su rostro en otras ocasiones y se daba cuenta de la diferencia de personalidad que había cuando la gente lo rodeaba y cuando no, como era la primera vez que lo trataba no tomó en cuenta algo que le parecía tan insignificante, pero supuso que él debía ocultar su frialdad por algún motivo en especial, continuaba pensando en ello
tésmente, en lo que notaba
n pequeño ruidillo agudo por el altavoz- No pue
n momento mientras reflexionaba lo que
ló molesta- el tipo tiene a media univ
el solo me agradeció po
r favor ¡las chicas es
revisar su mochila para ver las tareas que debía realiza
ero
a lueg
fusión, pero al conocer las intenciones de todos a su alrededor, sabía que su primera amiga sincera no saldría bien librada de semejante embrollo en que estaba tan hundida por su siempre cálida amabilidad, pero