sigui
illos de su chaqueta, la mañana había amanecido casi con siete grados de temperatur
encontró con el puesto de periódicos, y mientras la mujer le daba el ca
importante empresario Juan Miguel Duque y su bella novia: Irma Me
e tinte, apretó el diari
-susurró arrastra
dad ese día, no van a permitir vendedores ambulantes, dicen que es el eve
uramente son gente importante, deben tener muchas
es habla de todo lo referente a es
co y lanzar al río que atravesaba la ciudad todas esas
abrió el portón de hierro, lanzó el diario hacia la encimera, se colocó los audífonos y salió a trotar
*
ido desde temprano con la decoradora de interiores, n
, se escondió en el pasillo por unos minutos, hasta que vio p
o la puerta-, olvidé unos documentos. -Se a
las reglas estaba no establecer
-cuestionó Miguel con su voz
se mordió
la
e. -Fingió no mostrarse interesado-, creo que era Lucía, quiero darle una gratificación, pero la g
ca como la nieve, y cabello dorado como el sol, sus ojos eran azules como el mar, además q
er, no sé con exactitud su dirección, per
rías es
o -contestó
asa es que voy a salir, y quiero h
n un ratito. -La muchacha sal
raza, buscando respirar con calma, pero la ansied
arte, debo hablar cont
os minutos escuchó
exclamó la
rofundo, y regr
irección. -Le e
ar de billetes de veinte dólares y le entregó a la camarera, salió de la suite con una sola espe
*
edio
su esposo, y padre de sus hijos, había tenido una entrevista de trabajo, y llamó a avisar que había sido contratado como gere
noticia, Emiliano s
aplaudieron
Dafne-, él prometió comprar la más
en esa empresa tienen un buen sistema de selección de p
mbos-, también quiero avisarles que, hoy voy a salir a buscar empleo, tengo varias opciones, la s
ieron en su inter
ientes -conte
ones de vestir negros, una blusa blanca y un blazer rojo, recogió su cabello en un mo
be verte así, estoy segura de que caería rendido
y hasta imaginó la escena, per
s cosas Dafne? -inve
o te arreglas así, entonces si él pone c
ar a su hermana, y Lu n
usa una mujer bonita en
r nada de problemas y si sal
suerte -expresó Mike, se a
s eran su mejor recompensa, y por ellos estaba dispuesta a todo, incluso a dar la vida. Se despidió de am
dormida, de inmediato se metieron a la alcoba de su madre, y con cuidado de no hacer alboroto, empezaro
Dafne, se sentó en la
lcanzamos hasta allá, necesitamos una mesa y una silla, y si
luego observó la cómoda, pero era muy pesa
cino de al lado, debemos pensar un buen
las noches, y a esa hor
remos la forma de subir -aseguró Dafne-, mie
*
iendo también las indicaciones que la camarera del hotel le dio. En
arareó, pensando en Luciana, y sintiendo una opr
eguía las indicaciones del GPS, hasta que a través del retrovis
, había mucho tráfico y semáforos en cada esquina. -¡M@ldición! -refutó y sus ojos vislumbraron el parque que decía e
etorno. Apagó el auto, buscando salir con rapidez, pedir ayuda, y cuando descendió del
on la respiración agitada-, lléve
vender este lindo convertible, en cambio, es mej
ondida detrás del gran torco de un arbusto, y escuchó todo, la niñ
o cuenta de que los delincuentes miraron para todo lado, y ella se sentó en el césped, fin
-refutó Mike arrugando la nar
, no mires al frente, esos tipos quieren secuestra
astó el botón de auxilio, de pronto la sirena comunitaria se escuchó en todo el barrio,
situaciones de estrés, le causaban jaqueca, no supo quién lo salvó, pero en s
ien, señor? ¿No