img Viajes por Filipinas: De Manila á Tayabas  /  Chapter 4 CAPíTULO IV. | 17.39%
Download App
Reading History

Chapter 4 CAPíTULO IV.

Word Count: 5479    |    Released on: 04/12/2017

te del

os pájaros no cantan,

opular f

TIO

e es un dí

en que el astro del día desciende oculto tras los inmensos pl

ento los que se mezclan con los pau

ación vespertina, vibra en el mundo del sentimiento con una forma

o son el sublime canto funeral que el

las tristes, melancólicas y pausadas notas que se desprenden del bronce, yendo á

más sublimes páginas; páginas que á la voz de los recuerdos llegan al santua

siempre me parece nuevo, siemp

a sacudida magnética, creyendo percibir en su m

ro de la vida la última letra, al confundirse con el ruido de la piqueta que abre la fosa y el martillazo que cierra el ataúd; ú

te está h

s, perezosamente ha corrido el firmamento envuelta entre pardas nu

hay cr

astro que lo alienta y viv

gras alas en el cemen

nes, no he notado que la luz artifi

la or

or los qu

*

entre las notas de mi cartera, encabezadas con dos renglones que decían: ?Recuerdos de Filipina

aba la relación de lo escrito con su epígrafe. ?Bah!-dije por último tirando la cartera sobre la mesa-sea de ello lo que quier

azón-dije distra

-le dije en tono de buen humor á mi buen Quico, antiguo veterano de la guer

on esa gravedad del que trata de investigar una cosa qu

que una india pueda llegar á ponerse muy flaca,

más,

ba! Pue

uro,

por allí-y le se?alé los picachos del vecino Banajao-que haya cantado muy ba

e, s

á la idealidad del querer, á la poética fusión de dos almas, á p

o Quico, interrump

uere ha

ca del indio.-Pregunte V. á su amiga X ... y ella

habitual en los horizontes que cierran las elevadas cumbres del Banajao, cabalgaba camino del pintore

TIO

o, semi-derruído y de lúgubre aspecto que se eleva á un lado del camino. Su antigua y sólida fábrica ha adquirido con el tiempo, las aguas, y la viscosidad de los musgos que abrazan la bóveda que lo forma, un aspecto tan sencillo, al par que severo, que parece decir al viajero:-?Deten tu marcha; deletrea en mis piedras con los ojos de la investigación; escucha el gemir de las puras ondas que en un beso eterno acarician mi vida; contempla el panorama que rodea mi cuna; oye los alegres can

?Cuál fué su vida?

lo que en lenguaje natural y verídico

TIO

s quince, desde que su madre, india en toda su pureza, lanzó el último a

say, cayó sobre los inmó

supo quién f

z expós

no la habían legado más que un padrón de deshonra su padre, y una ardiente lágrima,

e Selgas-que se conocen los

ierto

un aro, he detenido al peque?o ser que lo buscaba! Al ver una de aquellas rubias cabecitas cuidadosamente peinadas, formando bucles; al distinguir entre los blanquísimos pliegues de la batista una peque?ita Virgen de los Dolores; al apreci

anto el nomb

sustituyendo algunos botones con alfileres puestos á la ligera, no la he mirado al sonrosado y puro seno, pues estaba seguro que cual en la

la flor; encerrar esta en una estufa, privarla de los prime

madre es c

es! ?Tiene tanto calor el se

e las ni?as que no tienen mad

e el vegetal; en el amor de la segunda, se establece el lazo de unión entre lo inmortal y lo mortal, entre lo infin

gado á escribir todavía en estas playas el filosófico pareado que in

el honor, te

el amor, te

expresan y revelan todo un mundo de pasión el primero, todo un in

ncia de la madre que ahog

los amantes brazos que le dan vida y calor, solo halló, al alargar sus manitas, el frío hierro de la reja del refugio, ó sintió sobre su sonrosa

truosidad del corazón, tampoco se conoce

a?os, en que una casualidad hizo la conociese Do?a Luisa, excelente y buenísima mujer, qu

sa de Do?a Luisa, y un día en que Hasay llevaba

a vida de Hasay to

TIO

rjuicio que las atesoraba, y muy pingües, para las necesidades materiales, en las que acaudaló su di

que su marido descendió á la tumba, concentró toda su vida,

Do?a Luisa, teniend

Do?a Luisa desarrollaron la existencia

bello corazón latía para el amor, y lo que en un principio fué

segunda madre

e pena alguna amargase la tierna infanci

dicho, era de

ros en que la vida se auna con el saber, formando de la ni?a que juega con la mu?e

la misma distancia que de

móviles formas del cartón, lo mismo que la mariposa llega un momento en que rom

madres del beaterío de Santa Isabel, no sin antes tener que vencer algunas dificult

tre sus amigas, sus

er la primera gota de hiel en el hermoso vas

aman colegios, trascienden hechos íntimos que se desarrollan en el hogar de los peque?os asociados. Lo que todos

ra?-Preguntó un día Hasay

la; y, dime: ?por q

stido á ángela, y esta al ver que es

e la vida de la ni?a, quedó grabada en su memoria, y poc

TIO

esapareciendo, sustituyén

a?os, la ni?

dejó de ju

sostenía una terrible crisis, luchan

lirio que poco á poco

implacable, avanza y avanza siempre cual si lo empujara la maléfica influencia de la maldición del réprobo; esa enfermedad, tormento de la ciencia q

e no puede parar las funciones del organismo. El pulmón obedece al co

je que se componga fu

como las obras del Divino

l corazón no dejará de l

mpre un rincón en las

TIO

prendieron bien pronto que la terrib

para la enferma sería el campo

o fué prescrito á la enferma la vida del campo, su solícita madre dió órdenes pa

en pocos días el aspecto de la granja agrícola en mansión se?orial. No se olvidó ni un detalle en el peque?o santuario de la coquetería, que constituye el tocador de una dama, ni se dejó

suspiro, conocido por entonces, por el del Capricho, nombre que tuvo su origen en el info

quirir algunas curiosas noticias

r, virtuoso y docto,

dice en s

deras para la formación de la colosal cimbra que bejucos, ca?as, cocos y bongas; entrando en su construcción solo argamasa; su único ojo mide de luz cincuenta y dos pies de alto por cuarenta y ocho de ancho, co

ó mejor diré fenómeno, no es la opinión del que suscribe, sino de toda la ciencia junta la que lo condena.?-A cuyo informe, donosamente dice un cronista de la orden del constructor. ?Hete aquí un puente, tan asaz atrevido, que á pesar de estar condenado por toda la ciencia junta, tiene la desfachatez de mantenerse firme, de sufrir temblores como los del 16 de Setiembre de 1852 y el 3 de Junio de 1863 sin re

iculares y oficiales; pero como nuestra misión ni es arquitectónica, ni histórica, ni más que ligeramente descriptiva,

TIO

, se destacaba cual sombría atalaya

al Pedro, criado depositario de la confianza de la familia ya largos

rmurio de sus bosques, el lenguaje poético y enamorado de los cientos de arroyos que retratan en sus bulliciosas ondas la palma, la bonga y el coco; la existencia tranquila, la bondad del clima y los exquisitos cu

spiraba

amente est

ales del rocío de la ma?ana

rancaba triste y melancólica la humilde

os; cuando los de Hasay se posaban en el marfil, solo producían tiernos nocturnos. A

s tipos, las do

e su negra y ardiente pupila el rugir de la pasión. Las rizadas hebras que adornaban á Lola se esparcían sobre su sonrosado seno, cuya blancura se confundía con las purísimas mallas del encaje que resguardaba los encantos de l

su difunto marido. En dicha carta la decía tendría sobre anclas el barco hasta abarrotar sus bodegas y cubierta de madera, y aprovechando la circunstancia de la larga

dieron órdenes para emprend

has veces coger un libro y pasar horas sin volver una hoj

fuera empujada por una invisible fuerza? ?Por qué contempla con la inmovilidad de la estatua del dolor, el profundo abismo? ?Por qué cuidadosamente limpia de gram

ios lo

ION

aban los crespones de las sombras, en el amanecer del

ón americana. El Neblí besó por primera vez las saladas aguas, en las que acarician las playas de California. En uno de sus viajes dió fondo

dido viajes tan ráp

do en la fresca ventolina se largaban gabias y velas altas, crugiendo cables, motones y relingas; cuando no quedaba rizo, trapo, ni estay que al viento no

jado las rutinarias y graves carreras universitarias, optand

idad de Madrid, en cuyos claustros siempre se hab

tudiante alguno ha corrido la calle de la Luna, llevando con más gracia la recortada torera; jamás pirata callejero, ha sabido mej

que se gastaba era el suyo, y en la

legante victoria de Mu?oz, hasta la histórica calesa; desde los aristocráticos bastidores del teatro de Oriente, hasta las desgarradas bambalinas de Capellanes; todo le era f

ores, que gustaba de las mujeres, daba jaqueca á los padres y maridos, y de cuando en cuando los disgustos iban preced

o aquel caminito de rosas lo llevaban directamente y en tren expres á la portería de San Bernardino, santo respetable en el a

mismo, resolviendo variar de vida, emprendiendo la carrera de la marina mercante, confiando en q

instaló en Cádiz, de donde salió á los tr

TIO

menos de interrogarla, y con cierto disimulo, para que no lo oyera su madre, me dijo no le era desconocido Fígaro

o gesto al ver mi admiración de que á las agrestes vertientes del Banajao se evocara

y sus dos hijas ocho días, al cabo d

TIO

desde que Do?a Luisa y sus

es de Di

espiraba una temperatura semej

n semejanza con los que retrata el suelo y el cielo de nuestr

rillo y el cielo se cubre de fantásticos nubarrones que velo

odea se impregna de sentimiento y amor, se encontraba Hasay

ídas sus facciones. Sus labios dibujan ora una son

fema? ?Implo

re n

adiación, sus facciones se acentuaron y ?hay que acabar!-murmuró su lengua, al par que como una c

TIO

casa. A la ma?ana siguiente se encont

s de los frondosos suspiros

orazón ó la última resolución del suicida? ?Dios y la m

mi amiga,-?por

guiente al en que se encontró el cadáver de

a enamorada

in esper

be sin duda á las flores que crecen á su alrededor, vertió una lágrima á la memoria de Hasay, l

el genio de mi buena amiga, arrancando de su

ájaro, de plumaje tan bello como armonioso era su canto, que alo

s de China?-di

nace allí,-dijo se?alándome las alturas de

TIO

eos del pájaro del sol, son una página que claramente dice

yenda, recibo el correo de Europa. Entre las cartas

e a

han logrado en la Exposición de Viena, las esencias de

ION

as

jaro d

e la Exposic

*

, tiene

s aman, los pájaros can

Download App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY