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Cuentos Fascinantes: Explora los Encantadores Relatos Femeninos

Sumérgete en el mundo de los cuentos fascinantes a través de nuestra lista de relatos femeninos. Descubre historias cautivadoras que te transportarán a mundos imaginarios y te envolverán en emocionantes aventuras. Nuestros talentosos escritores han creado personajes inolvidables y tramas llenas de sorpresas. Acompaña a nuestras protagonistas mientras enfrentan desafíos, exploran su identidad y descubren el poder de la imaginación. Adéntrate en este universo literario donde la magia se funde con la realidad y déjate llevar por la belleza de estos cuentos.

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Recuperando Mi Vida Robada

Recuperando Mi Vida Robada

Gavin
5.0

Desperté después de cinco años en coma. Un milagro, dijeron los doctores. Lo último que recordaba era haber empujado a mi esposo, Diego, para quitarlo del camino de un camión que venía a toda velocidad. Lo salvé. Pero una semana después, en la oficina del Registro Civil, descubrí un acta de defunción expedida hacía dos años. Los nombres de mis padres estaban en ella. Y luego, la firma de Diego. Mi esposo, el hombre al que salvé, me había declarado muerta. El shock se convirtió en un vacío helado. Regresé a nuestra casa, solo para encontrar a Angélica Herrera, la mujer que causó el accidente, viviendo allí. Besó a Diego, con una naturalidad que dolía. Mi hijo, Emilio, la llamaba "mami". Mis padres, Alba y Genaro, la defendían, diciendo que ya era "parte de la familia". Querían que perdonara, que olvidara, que entendiera. Querían que compartiera a mi esposo, a mi hijo, mi vida, con la mujer que me lo había robado todo. Mi propio hijo, el niño que llevé en mi vientre y amé con toda mi alma, gritó: "¡Quiero que se vaya! ¡Lárgate! ¡Esa es mi mami!", señalando a Angélica. Yo era una extraña, un fantasma rondando su nueva y feliz vida. Mi despertar no fue un milagro; fue una molestia. Lo había perdido todo: mi esposo, mi hijo, mis padres, mi propia identidad. Pero entonces, una llamada desde Zúrich. Una nueva identidad. Una nueva vida. Catalina Garza estaba muerta. Y yo viviría solo para mí.

Diez años como pupila

Diez años como pupila

Rabbit4
5.0

Durante diez años, amé en secreto a mi tutor, Alejandro Garza. Después de que mi familia se vino abajo, él me acogió y me crio. Era mi mundo entero. El día que cumplí dieciocho, reuní todo mi valor para confesarle mi amor. Pero su reacción fue una furia que nunca antes había visto. Tiró mi pastel de cumpleaños al suelo y rugió: "¿Estás loca? ¡Soy tu TUTOR LEGAL!". Luego, sin piedad, hizo pedazos la pintura en la que había trabajado durante un año, mi confesión. A los pocos días, trajo a casa a su prometida, Camila. El hombre que había prometido esperarme a que creciera, que me llamaba su estrella más brillante, se había desvanecido. Mi década de amor desesperado y ardiente solo había logrado quemarme a mí misma. La persona que se suponía que debía protegerme se había convertido en la que más me hería. Miré la carta de aceptación del Tec de Monterrey que tenía en la mano. Tenía que irme. Tenía que arrancarlo de mi corazón, sin importar cuánto doliera. Tomé el teléfono y marqué el número de mi padre. -Papá -dije, con la voz ronca-, ya lo decidí. Quiero irme a vivir contigo a Monterrey.

La Venganza Despiadada de la Ex

La Venganza Despiadada de la Ex

Gavin
5.0

Mi empresa, InnovaTek, era el trabajo de mi vida. La construí desde cero con mi novio, Ricardo, a lo largo de diez años. Éramos novios desde la universidad, la pareja de oro, y nuestro mayor negocio, un contrato de 50 millones de dólares con Grupo Apex, por fin estaba a punto de cerrarse. Entonces, una repentina ola de náuseas me golpeó y me desmayé, solo para despertar en un hospital. Cuando regresé a la oficina, mi tarjeta de acceso fue rechazada, mi entrada revocada, y mi foto, tachada con una "X", estaba en la basura. Brenda Soto, una joven becaria que Ricardo había contratado, estaba sentada en mi escritorio, actuando como la nueva Directora de Operaciones. Anunció en voz alta que el "personal no esencial" debía mantenerse alejado, mirándome directamente. Ricardo, el hombre que me había prometido el mundo, se quedó a su lado, con el rostro frío e indiferente. Desestimó mi embarazo, llamándolo una distracción, y me puso en licencia obligatoria. Vi un tubo de labial rojo brillante de Brenda en el escritorio de Ricardo, el mismo tono que había visto en el cuello de su camisa. Las piezas encajaron: las noches hasta tarde, las "cenas de negocios", su repentina obsesión con el celular... todo era una mentira. Llevaban meses planeando esto. El hombre que amaba se había ido, reemplazado por un extraño. Pero no dejaría que me quitaran todo. Le dije a Ricardo que me iba, pero no sin mi parte completa de la empresa, valuada al precio posterior a la financiación de Apex. También le recordé que el algoritmo central, aquel en el que Apex estaba invirtiendo, estaba patentado únicamente a mi nombre. Salí, saqué mi teléfono para llamar a la única persona que nunca pensé que llamaría: Damián Ferrer, mi más acérrimo rival.

El Precio de la Falsa Heredera

El Precio de la Falsa Heredera

Gavin
5.0

Tuve un sueño, tan real que el sudor frío me despertó en mitad de la noche. En él, yo, Ximena, la promesa de la charrería, veía cómo mi vida perfecta se desmoronaba. Una impostora, Sofía, la "verdadera heredera" que había ocupado mi lugar, aparecía para reclamar lo que creía suyo. Llegó menudita y frágil, llorando una historia desgarradora de privaciones, presentándose ante mis padres adoptivos, Don Ricardo y Doña Elena, a quienes creí míos por veinte años. Ellos la acogían con los brazos abiertos, culpables y conmocionados. Y entonces, mi realidad se convirtió en una pesadilla controlada. Sofía saboteaba mi despertador, me ofrecía un "licuado" que me provocaba un dolor terrible, y manipulaba mi montura para mi humillación pública. Caía estrepitosamente de mi caballo frente a toda la comunidad, mientras ella, la víctima, se convertía en heroína. Lo perdía todo. Mi honor, mi futuro. Me desperté con el corazón latiéndome a mil, la imagen de mi caída grabada en la mente. El sueño se sentía como una advertencia, una premonición escalofriante. Justo en ese instante, el teléfono sonó. Era Don Ricardo. "Ximena, hija, baja por favor. Tenemos que hablar de algo importante." Mi corazón dio un vuelco. Sabía lo que venía. El sueño no era solo un sueño. Ella estaba aquí. Pero esta vez, el resultado no sería el mismo. Yo tenía una ventaja que ella no conocía. Y no iba a desperdiciarla.

El Divorcio Secreto de Mi Esposo

El Divorcio Secreto de Mi Esposo

Gavin
5.0

El zumbido fluorescente de las oficinas de gobierno era la banda sonora de mi aburrida vida, hasta que intenté reponer mi licencia de conducir perdida. —Su estado civil. Aquí dice que está divorciada —dijo la empleada, haciendo añicos mis cinco años de matrimonio con Maximiliano de la Torre con una sola y seca frase. Mi esposo, Max, el hombre que juró amarme, se había divorciado de mí en secreto hacía tres años. No solo eso, se había vuelto a casar al día siguiente con Cándida Camacho, la mujer que intentó asesinarme el día de mi boda y me dejó estéril. Y tenían un hijo de dos años, Jorgito. Llegué a casa a trompicones, con el mundo hecho un borrón, solo para encontrar a Max y a Cándida discutiendo en nuestra sala. —¡Odio tener que fingir por esa mujer patética! —chilló Cándida. Max, mi esposo, suplicó: —Te amo. Siempre te he amado. El hombre por el que sacrifiqué todo, que juró destruirla, ahora jugaba a la casita con la que intentó matarme, y yo era la tonta que vivía en su casa, dormía en su cama, creyendo sus mentiras. El dolor en mi abdomen, una punzada fantasma de hace cinco años, se encendió con furia, reflejando la herida abierta en mi alma. No sería más su víctima. —Héctor —dije al teléfono, mi voz clara y firme—. Necesito tu ayuda. Necesito que me ayudes a morir.

Su Traición, Mi Memoria Borrada

Su Traición, Mi Memoria Borrada

Gavin
5.0

Cuatro años después de que mi hijo Leo se ahogara, yo seguía perdida en una niebla de dolor. Mi esposo, Elías Garza, el magnate tecnológico, era un santo para el público, un padre devoto que construyó una fundación a nombre de Leo. Pero cuando fui a finalizar el acta de defunción de Leo, el comentario casual de una empleada hizo añicos mi mundo: "El señor Garza tiene otro dependiente registrado". El nombre me golpeó como una bofetada: Mateo Montes, hijo de Karla Montes, la mujer que había acosado a Elías durante años. Los encontré, una familia perfecta, Elías riendo, una felicidad que no había visto en años. Luego, escuché a Karla confesarle a Elías que su aventura con ella fue la razón por la que no estaba vigilando a Leo el día que murió. Mi mundo se derrumbó. Durante cuatro años, había cargado con la culpa, creyendo que la muerte de Leo fue un trágico accidente, consolando a Elías que se culpaba por una "llamada de trabajo". Todo era una mentira. Su traición había matado a nuestro hijo. El hombre que amaba, el hombre que había construido una prisión de dolor a mi alrededor, vivía una vida feliz con otra familia. Me había visto sufrir, dejando que me culpara a mí misma, mientras su secreto se pudría. ¿Cómo pudo? ¿Cómo pudo pararse ahí y mentir, sabiendo que sus acciones llevaron a la muerte de nuestro hijo? La injusticia ardía, una rabia fría y afilada que reemplazó mi duelo. Llamé a mi abogado, luego a mi antiguo mentor, el Dr. Damián Castro, cuya investigación experimental sobre la eliminación de la memoria era mi única esperanza. "Quiero olvidar", susurré, "necesito olvidar todo. Bórrale de mi vida".

El precio del amor no correspondido

El precio del amor no correspondido

Gavin
5.0

Dieciocho días después de renunciar a Bruno Montenegro, Jade Rosario se cortó su melena que le llegaba a la cintura y llamó a su padre para anunciarle su decisión de mudarse a California y estudiar en la UC Berkeley. Su padre, estupefacto, le preguntó por el cambio tan repentino, recordándole cómo siempre había insistido en quedarse con Bruno. Jade forzó una risa, revelando la dolorosa verdad: Bruno se iba a casar y ella, su hermanastra, ya no podía aferrarse a él. Esa noche, intentó contarle a Bruno sobre su aceptación en la universidad, pero su prometida, Chloe Estrada, interrumpió con una llamada alegre, y las tiernas palabras de Bruno hacia Chloe fueron una tortura para el corazón de Jade. Recordó cómo esa ternura solía ser solo suya, cómo él la había protegido, y cómo ella le había confesado su amor en un diario y una carta, solo para que él explotara, rompiendo la carta y rugiendo: "¡Soy tu hermano!". Él se había marchado furioso, dejándola sola para que ella, con el corazón destrozado, pegara los pedazos con cinta adhesiva. Sin embargo, su amor no murió, ni siquiera cuando él trajo a Chloe a casa y le dijo que la llamara "cuñada". Ahora, lo entendía. Tenía que apagar ese fuego ella misma. Tenía que arrancarse a Bruno del corazón.

La Pintura de su Vida

La Pintura de su Vida

Gavin
5.0

Ricardo Mendoza se encontró observando la firma de Laura Soler en el acuerdo de divorcio, la misma caligrafía que una vez llenó cartas de amor santificadas. De repente, su mundo se hizo pedazos. En los últimos meses, su vida se había desmoronado: acusado de infidelidad, presionado a aceptar el hijo de otro hombre como suyo, abandonado en la nieve hasta casi morir, y humillado públicamente por su propia esposa y su familia política. Cada traición, cada mentira, lo golpeaba sin piedad, dejándole un dolor tan profundo que le costaba respirar. ¿Cómo pudo Laura, la mujer que solía prometerle amor eterno, la que alguna vez se preocupó por cada detalle de su vida, convertirse en una extraña, cómplice de su verdugo? Así, con el corazón destrozado y el alma purificada por el dolor, decidió que ya era suficiente. Se iría lejos, a un lugar donde el mar sanara sus heridas y el pasado no pudiera alcanzarlo, listo para comenzar de nuevo y encontrar la paz que tanto anhelaba.

Su Esposa, Su Amante, Su Hija

Su Esposa, Su Amante, Su Hija

Gavin
5.0

La primera vez que supe que mi matrimonio se había acabado fue cuando vi a mi esposa Ángela y a nuestra hija Constanza riéndose con Giovanni Beltrán en el aeródromo privado. Durante diez años, había sido el esposo político perfecto, sacrificando mi carrera en la música para ser un padre amo de casa y el sonriente accesorio de Ángela. Luego, esta mañana, encontré los recibos del hotel. Docenas de ellos, de una década entera, siempre dos habitaciones reservadas pero solo una utilizada, siempre en noches en las que supuestamente estaba en un "retiro político" con su director de campaña, Giovanni. Mi mundo se hizo añicos. En el aeródromo, Ángela le ajustaba la corbata a Giovanni, su sonrisa cálida e íntima, una sonrisa que no había visto en años. Constanza sostenía la mano de Giovanni, mirándolo con adoración. Yo era el intruso. Cuando los confronté, el rostro de Ángela palideció, luego se sonrojó de furia, no de vergüenza. Constanza frunció el ceño, gritando: "¡Papá, nos estás avergonzando!". Luego lanzó el golpe final y mortal, aferrándose a Giovanni y gritando: "¡Solo eres un inútil mantenido! ¡El tío Gio ayuda a mami con cosas importantes!". La humillación fue algo físico, caliente y sofocante. Ángela no me defendió; estuvo de acuerdo. Me di cuenta de que solo era un proveedor de servicios, un accesorio conveniente que ya no necesitaban. Pensaban que yo no era nada sin ellos. Estaban a punto de descubrir cuán equivocados estaban.

Su Violín, Su Venganza

Su Violín, Su Venganza

Gavin
5.0

Anabel Ortiz, una prodigio del violín, encontró su mundo en Jacobo Herrera, un multimillonario del mundo de la tecnología que le prometió todo. Él la protegió, la colmó de regalos y se convirtió en su universo entero. Pero entonces, su media hermana, Evelyn, se mudó con ellos y todo cambió. Evelyn, un susurro manipulador en el oído de Jacobo, envenenó lentamente su relación, volviéndolo en contra de Anabel. Anabel, embarazada de su hijo, descubrió la traición de Jacobo en su aniversario. Él eligió a Evelyn, humillando a Anabel, obligándola a cambiarse de vestido porque "alteraba" a Evelyn. Luego negó su embarazo, la forzó a donar sangre para Evelyn y más tarde, en un ataque de ira, la golpeó, provocando que perdiera a su bebé. Jacobo, cegado por las mentiras de Evelyn, creyó que Anabel lo había engañado. Torturó y humilló a Anabel, despojándola de todo lo que le había dado, incluso el violín de su abuelo, que Evelyn destruyó deliberadamente. Anabel, rota y desesperada, fingió su propia muerte caminando hacia un incendio, con la esperanza de escapar de la pesadilla. Jacobo, consumido por el dolor y la rabia, fue manipulado por Evelyn para creer que Anabel era una mentirosa infiel. Buscó una venganza brutal contra Evelyn, pero la verdad sobre la inocencia de Anabel y el engaño de Evelyn finalmente salió a la luz. Mientras tanto, Anabel había encontrado refugio con su hermano, Adán, y había contraído un matrimonio de conveniencia con Julián Córdova, un héroe de guerra en coma. Ella lo cuidó hasta que recuperó la salud, y se enamoraron profundamente, construyendo una nueva vida libre de la sombra de Jacobo. Cuando Jacobo descubrió que Anabel estaba viva y se casaba con Julián, irrumpió en la boda, suplicando perdón. Pero Anabel, endurecida por su crueldad, lo rechazó fríamente, eligiendo su nueva vida y su amor con Julián, dejando a Jacobo solo para enfrentar las consecuencias de sus actos.

La Heredera y Su Revancha

La Heredera y Su Revancha

Gavin
5.0

El resultado positivo de la prueba de embarazo temblaba en mis manos. Llevaba tres años casada con Mateo y este bebé era la pieza que nos faltaba. Decidí que era el momento de decirle la verdad: yo era Sofía Alarcón, la hija del magnate de los medios más poderoso de México, Don Ricardo. Mi padre, por mi insistencia, invertiría en su empresa para salvarla. Pero todo se desmoronó con un mensaje. Una foto. Mateo abrazando a su socia, Isabella. "Celebrando nuestro futuro juntos. Te amo, mi vida." Mi corazón se detuvo. Y luego él entró. "Quiero el divorcio," soltó. No solo me dejaba, sino que se casaría con Isabella, porque según él, ella era hija del Senador Ramírez. "¿Estás escuchando la locura que dices?" le grité. La rabia me consumió. Mi mano se movió. ¡PLAF! Le di una bofetada. En medio de la discusión, me empujó. Caí. Un dolor agudo. La sangre. Estaba perdiendo a mi bebé. Desperté en el hospital, mi madre a mi lado, sus lágrimas confirmando mis peores miedos. "Lo siento mucho, mi amor. El bebé…" Él me lo quitó. Él y esa mujer. Me arrebataron a mi hijo. "Van a pagar. Se lo juro. Voy a destruirles." Y así, con el dolor aún fresco, les envié un mensaje. "Estoy lista para firmar el divorcio. Encontrémonos en el registro civil en una hora. Trae a tu socia. Quiero que todo quede claro." Llegaron radiantes, ella embarazada. Mateo me reclamó: "¿Y el bebé?" "Lo perdí." "¡Sabías lo importante que era ese niño para mí! ¡¿Cómo pudiste ser tan descuidada?!" La ironía me quemaba. Firmamos los papeles. Y diez minutos después, se disponían a casarse. "Disculpe, señorita," dijo la funcionaria a Isabella. "Hay un problema con su acta de nacimiento. Aquí dice que su padre es Ricardo… Ricardo A." Yo sonreí. "Qué extraño. Mi padre también se llama Ricardo Alarcón. Y recuerdo que una vez mencionó haber puesto a la hija de una empleada en su registro para ayudarla. Una niña llamada Isabella… Isabella García." El pánico en sus ojos fue mi primera victoria. Y la venganza, apenas comenzaba.

Venganza de La Heredera Modesta

Venganza de La Heredera Modesta

Gavin
5.0

El día de mi graduación se suponía que sería el inicio de mis sueños, pero se convirtió en la antesala de mi peor pesadilla. Mi propia hermana, Isabella, y mi mejor amigo, Mateo, me entregaron regalos envenenados: un amuleto de "buena suerte" y un ramo de flores, solo para que una alerta sobrenatural se materializara ante mis ojos, revelando su cruel complot. "¡No lo uses, Sofía!", "Tu amigo también es malo", "Perderás tu voz", "La becada triunfará", "Serás internada en un centro psiquiátrico, muriendo en el olvido". Sus sonrisas, antes cálidas, se transformaron en máscaras depredadoras, revelando la traición que se cocía a mis espaldas. ¿Muda? ¿Destrozada? ¿En un psiquiátrico? ¿Por qué esta maldad tan retorcida de quienes decía amar? ¿Y por qué justamente ahora, cuando mi carrera como cantante estaba a punto de despegar? En ese instante de revelación, con una calma que me sorprendió, supe que no caería en su trampa. El juego de ellos había terminado; ahora iniciaría el mío con la fuerza de un huracán.

Su Amor, Su Prisión, Su Hijo

Su Amor, Su Prisión, Su Hijo

Gavin
5.0

Durante cinco años, mi esposo, Alejandro Garza, me tuvo encerrada en una clínica de rehabilitación, diciéndole al mundo que yo era una asesina que había matado a su propia hermanastra. El día que me liberaron, él estaba esperando. Lo primero que hizo fue lanzar su coche directamente hacia mí, intentando atropellarme antes de que siquiera bajara de la banqueta. Resultó que mi castigo apenas comenzaba. De vuelta en la mansión que una vez llamé hogar, me encerró en la perrera. Me obligó a inclinarme ante el retrato de mi hermana "muerta" hasta que mi cabeza sangró sobre el piso de mármol. Me hizo beber una pócima para asegurarse de que mi "linaje maldito" terminara conmigo. Incluso intentó entregarme a un socio de negocios lascivo por una noche, una "lección" por mi desafío. Pero la verdad más despiadada aún estaba por revelarse. Mi hermanastra, Karla, estaba viva. Mis cinco años de infierno fueron parte de su juego perverso. Y cuando mi hermano pequeño, Adrián, mi única razón para vivir, fue testigo de mi humillación, ella ordenó que lo arrojaran por unas escaleras de piedra. Mi esposo lo vio morir y no hizo nada. Muriendo por mis heridas y con el corazón destrozado, me arrojé desde la ventana de un hospital, y mi último pensamiento fue una promesa de venganza. Abrí los ojos de nuevo. Estaba de vuelta en el día de mi liberación. La voz de la directora era plana. "Su esposo lo ha arreglado todo. La está esperando". Esta vez, yo sería la que esperaría. Para arrastrarlo a él, y a todos los que me hicieron daño, directamente al infierno.

Desamor, Traición y una Venganza Multimillonaria

Desamor, Traición y una Venganza Multimillonaria

Gavin
5.0

Después de dos años de brutales tratamientos de fertilización in vitro, por fin sostenía en mi mano una prueba de embarazo positiva. Yo era el cerebro detrás de nuestra empresa de tecnología multimillonaria, y este bebé estaba destinado a ser mi mayor proyecto en conjunto con mi esposo, Hernán. Luego llegó un mensaje anónimo. Era un video de Hernán besando a una modelo de Instagram, con la mano en lo alto de su muslo. Siguió un segundo mensaje: un estado de cuenta bancario que demostraba que había robado millones de nuestra empresa para pagarle a ella. Decidí ir a la gala de la empresa y usar mi embarazo para salvarnos. Pero su amante, Celine, apareció primero, afirmando también estar embarazada. Frente a todos, mi suegra la abrazó, llamándola la verdadera madre del próximo heredero. Le dio a Celine el collar de la familia que se había negado a dejarme usar el día de mi propia boda. Más tarde, Celine me empujó. Caí, y un dolor agudo y desgarrador me atravesó el abdomen. Estaba sangrando en el suelo, perdiendo a nuestro bebé milagro. Le rogué a Hernán que me ayudara. Me miró, fastidiado. -Deja de hacer tanto drama -dijo, antes de darme la espalda para consolar a su amante. Pero mientras mi mundo se oscurecía, otro hombre corrió a mi lado. Mi mayor rival, Atilio Ríos. Fue él quien me levantó en sus brazos y me llevó a toda prisa al hospital. Cuando desperté, sin el bebé y con mi mundo en cenizas, él seguía allí. Me miró y me hizo una oferta. Una alianza. La oportunidad de arrebatarles todo a los hombres que nos habían hecho daño y quemar sus imperios hasta los cimientos.

Su Antídoto, Su Tormento

Su Antídoto, Su Tormento

Gavin
5.0

Durante cinco años, fui el más oscuro secreto de Julián de la Torre. Como el director general de un imperio tecnológico, él era un rey, pero una extraña neurotoxina lo había convertido en un prisionero. Mi bioquímica única era su único antídoto, y para mantenerse con vida, necesitaba horas de contacto íntimo conmigo. Él estaba convencido de que yo lo había envenenado, que era una acosadora obsesionada que lo había atrapado en una dependencia asquerosa. Esta noche, me dio la "atención" que, según él, yo siempre había anhelado, transmitiendo en vivo un video de nuestros momentos más privados en una subasta exclusiva. Mientras las pujas subían, me presentó a su nueva prometida, Casandra. Anunció que ella era su verdadera salvadora. Su familia había desarrollado una cura permanente, derivada de mi propia sangre. Después de esta noche, por fin se libraría de mí. Pero estaba completamente equivocado. Yo no nací con el antídoto. Soy una bioquímica que pasó un año en un laboratorio oculto modificando mi propio código genético, convirtiéndome en una cura viviente para salvar al hombre que amaba desde la infancia. Me dejó en esa habitación con la transmisión en vivo todavía activa, su risa resonando por el pasillo. El amor que sentía por él se convirtió en cenizas. Salí, encontré un teléfono público e hice una llamada a la única persona que sabía la verdad. —Quiero que me ayudes a fingir mi muerte.

El Precio de Su Ciego

El Precio de Su Ciego

Gavin
5.0

Mi mano temblaba mientras firmaba los papeles del divorcio, un acto que sellaría el fin de mi matrimonio con Isabella y pondría en marcha un futuro incierto. Pero para mí, Ricardo Vargas, ese no era el final, sino el comienzo de una segunda oportunidad, un milagro inexplicable tras una pesadilla que ya había vivido una vez. Recordaba la ceguera de Isabella, su devoción absoluta por su hermana, Camila, y su sobrino mimado, Mateo, cómo mi hogar se convirtió en una fuente inagotable de recursos para ellos, mientras mi propia hija, Sofía, era ignorada. La imagen más dolorosa, la que me había despertado sudando frío, era la de mi pequeña Sofía, de solo cinco años, ardiendo en fiebre, luchando por respirar. Mientras yo, desesperado, llamaba a Isabella una y otra vez sin obtener respuesta; ella, como siempre, atendía los caprichos de su hermana. Cuando finalmente regresó a casa, ya era demasiado tarde: la vida de Sofía se había apagado en la soledad de su habitación, y con ella, el alma de Ricardo se había roto en mil pedazos. Ahora que el destino me había dado una segunda oportunidad, me di cuenta de que mi esposa ni siquiera conocía a su propia hija. Necesitaba una prueba, un ultimátum silencioso, y así se lo propuse a mi Sofía: "Cuando mamá llegue, si viene a verte a ti primero y te da un beso, nos quedaremos aquí todos juntos; pero si va primero a ver a tu primo Mateo, entonces tú y yo nos iremos de viaje, un viaje muy largo, solo nosotros dos, ¿estás de acuerdo?". Unos minutos después, el auto de Isabella se estacionó afuera y escuchamos su voz melosa y preocupada: "¡Camila! ¡Mateíto, mi vida! ¿Cómo están? Vine en cuanto me dijiste que el niño tenía tos". Y así, la traición se confirmó, fresca y punzante como la primera vez, mientras veía la silenciosa decepción en los ojitos de mi Sofía. En ese momento, la rabia crecía en mi interior, y me di cuenta de que Isabella no había cambiado; ella nunca cambiaría. No sabía que esta vez, yo sí lo haría.

Me Caso Con Tío de Mi Novio

Me Caso Con Tío de Mi Novio

Gavin
5.0

Tres años. Tres largos años desde que Alejandro, el hombre con el que iba a casarme, me abandonó en el altar, alegando una ridícula "iluminación espiritual" para unirse a una secta. La verdad, sin embargo, era mucho más sucia y terrenal: no había secta, solo Laura, una mujer a la que Alejandro, mi prometido, había decidido "rescatar" de la miseria para casarse con ella y escalar socialmente, dejándome a mí, Sofía, como daño colateral. Ahora, la mansión se abre de golpe y él está de vuelta, con la misma arrogancia, y a su lado Laura, embarazada, sus ojos recorriendo mi hogar con una mezcla de envidia y triunfo, como si esta casa también les perteneciera por derecho. Con una sonrisa torcida, Alejandro anuncia: "Sofía, he vuelto. Laura y yo nos casaremos. Ella espera a mi hijo. Pero no te preocupes, siempre habrá un lugar para ti a nuestro lado, como una hermana". Escuchar su propuesta, tan audaz como absurda, me revolvió el estómago. Recordé la humillación, las miradas de lástima, las fotos de él y Laura construyendo la vida que me robaron. Mi aparente sumisión los desarmó, se sentaron victoriosos en el sofá, pero justo entonces, un torbellino de energía infantil irrumpió: "¡Mami!" Mi hijo Daniel, de dos años, corrió a mis brazos, y la sonrisa de Alejandro se congeló, su arrogancia reemplazada por el shock. Laura lo miró fijamente, con incredulidad y furia contenida. Entonces, con la inocencia pura de un niño, Daniel señaló el retrato de su padre sobre la chimenea: "¿Dónde está papá? ¿Papá no ha vuelto todavía?". Esa pregunta, cargada de un significado que pulverizó su mundo, destrozó por completo el universo de Alejandro. Su cara, petrificada, pasó del shock a una furia oscura y profunda: ¿De qué demonios estaba hablando? ¿Quién era este niño?

El dulce escape de la esposa sustituta

El dulce escape de la esposa sustituta

Gavin
5.0

El falso matrimonio había durado tres años. La víspera del regreso de su hermana gemela, Abril, Camila Solís recibió una llamada de su madre. —Abril vuelve mañana. Kael Trujillo es el prometido de tu hermana. Has ocupado el puesto de la señora Trujillo durante tres años. Es hora de que lo devuelvas. Camila, la talentosa pero desconocida música independiente, había guardado su guitarra, ocultado su propia identidad y se había convertido en "Abril" para salvar el sello discográfico de su familia. Se casó con la familia Trujillo, convirtiéndose en la sustituta de una sustituta. La vida en la mansión Trujillo no fue fácil. Kael era frío y distante, obsesionado con su primer amor, Emilia Cárdenas. Camila interpretó su papel con esmero, soportando su indiferencia y las constantes manipulaciones de Emilia. La arrojaron a un lago helado, la abandonaron para que muriera en el mar y la incriminaron por crímenes que no cometió. Era un fantasma en su propia familia, una herramienta para ser usada y desechada. Sus padres la habían abandonado desde la infancia, siempre fue el estorbo no deseado. —Nunca te amé, Kael. Ni por un solo segundo. Se marchó, dejándolo enfrentar las consecuencias de su crueldad. Encontró su libertad, su felicidad, su hogar, con un hombre que realmente la amaba y la respetaba.

El Gran Regreso de la Exesposa

El Gran Regreso de la Exesposa

Gavin
5.0

Mi esposo, Braulio, se suponía que era el amor de mi vida, el hombre que prometió protegerme para siempre. En lugar de eso, fue quien más me destrozó el corazón. Me obligó a firmar los papeles del divorcio, acusándome de espionaje corporativo y de sabotear proyectos de la empresa. Todo esto mientras su primer amor, Helena, quien supuestamente estaba muerta, reaparecía embarazada de su hijo. Mi familia ya no estaba, mi madre me había desheredado y mi padre murió mientras yo trabajaba hasta tarde, una decisión de la que me arrepentiría por siempre. Me estaba muriendo, sufría un cáncer en etapa terminal, y él ni siquiera lo sabía, o no le importaba. Estaba demasiado ocupado con Helena, quien era alérgica a las flores que yo cuidaba para él, las que él amaba porque Helena las amaba. Me acusó de tener una aventura con mi hermano adoptivo, Camilo, que también era mi médico, la única persona que de verdad se preocupaba por mí. Me llamó asquerosa, un esqueleto, y me dijo que nadie me amaba. Tenía tanto miedo de que, si me defendía, perdería hasta el derecho de escuchar su voz por teléfono. Era tan débil, tan patética. Pero no iba a dejar que ganara. Firmé los papeles del divorcio, entregándole el Grupo Garza, la empresa que siempre quiso destruir. Fingí mi muerte, esperando que por fin fuera feliz. Pero me equivoqué. Tres años después, regresé como Aurora Morgan, una mujer poderosa con una nueva identidad, lista para hacerle pagar por todo lo que me había hecho.

La Heredera Que No Pudieron Enterrar

La Heredera Que No Pudieron Enterrar

Gavin
5.0

Introducción Me desperté en mi propia cama, el sol de La Rioja se filtraba suavemente por las persianas de mi habitación. Por un momento, el familiar aroma a madera vieja de la bodega llenó el aire, y todo pareció extrañamente normal. Pero entonces, un escalofrío glaciar me recorrió, no del frío, sino de un recuerdo que me heló hasta el alma. Era la vívida pesadilla de estar atrapada en un cuerpo diminuto y peludo, ladrando desesperadamente sin que nadie entendiera mis gritos. El recuerdo pavoroso de ver mi propio rostro, o el cuerpo que una vez fue mío, sonriendo mientras el veterinario inyectaba la letal dosis en una fría y maloliente perrera. Vi a Carmen, la esposa de mi hermanastro, habitar mi cuerpo, celebrando mi muerte con una copa de nuestro mejor reserva. A su lado, mis cómplices: mi prometido, Javier, y mi hermanastro Mateo. Habían intercambiado nuestras almas, todo por la herencia y la bodega familiar que mi padre me había destinado. Fui traicionada por los que más amaba, robada de mi vida y condenada a la agonía de un animal doméstico. La injusticia me quemaba, la crueldad de su plan era simplemente inconcebible. Miré mis manos, eran mis propias manos, no las patas de un cachorro. Toqué mi piel, era la mía, no el pelaje blanco y rizado de un Bichón Frisé. Había renacido. Estaba de vuelta. En el día de mi compromiso, el día exacto en que todo había comenzado. Esta vez, armada con la desgarradora memoria de mi muerte y una sed insaciable de justicia, ellos no tendrían escapatoria.

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