Libros de Luly Rose
La guardaespaldas del Mafioso
Un cuerpo fornido y mucho más grande que el de Clara la chocó de lleno, haciéndola tropezar, especialmente porque los tacos aguja plateados que su jefe le había dado no ayudaban mucho. Ambos cayeron al suelo, ella de espaldas al frío y sucio piso, y el misterioso sujeto encima de ella, con cada brazo a los costados de su rostro, sosteniéndose para no aplastar con todo su peso a la joven que había salido de la nada y le había arruinado su huida. Todo pasó muy rápido, Clara abrió grandes sus ojos color miel al ver que su nariz respingada y pequeña rozaba muy de cerca la nariz recta del hombre que tenía delante. Clara no recordaba la última vez que había estado tan cerca de un hombre. En realidad, nunca lo había estado. Quiso protestar, pero el hombre fue más rápido y le ordenó, con una voz ronca pero sensual: -Ayúdame a esconderme.-
Un Ángel en alquiler
Cuando el misterioso y apuesto hombre se acercó al borde del escenario como si el ángel fuera lo más hermoso que admirar en la habitación, la joven se agachó con delicadeza, levantando sus alas artificiales a los cortados de su cuerpo. -Ángel... ¿Cuánto por un privado contigo?- Exclamó Thomas, extendiendo su mano hacia la rubia, deseando agarrarla y no soltarla más, temiendo recibir un"no"por respuesta. La joven observó la palma extendida hacia ella y solo pudo pensar en su sobrino y en sus medicamentos. Acercó lentamente su pequeña mano hacia la de quien sería su primer cliente, pero sus dedos no llegaron a tocarlo, porque un agarre inesperado en su muñeca se lo impidió. -No lo harás- Ambos jóvenes se giraron hacia la voz ronca y llena de ira del intruso. -Danny...- exclamó Celeste al ver a su jefe mirando al hombre como si quisiera comérselo vivo. -Ella no irá contigo- sentenció colocándola detrás de él sin soltar su muñeca.
El bebé de mi cuñado
¿Por qué nos aferramos a lo que nos hace mal? Helena está desesperada, necesita dinero para pagar sus deudas que crecen y crecen ya que se ha quedado huérfana y debe hacerse cargo de su hermano menor que se enferma con frecuencia. Un puesto de secretaria presidencial de las INDUSTRIAS ALLER S.A. podría cambiar su vida, pero Helena jamás pensó que un requisito indispensable sería tener que soportar diariamente al CEO de la empresa, Sebastián Aller, hijo mayor y heredero de casi la totalidad de las riquezas, además de ser un ogro arrogante y narcisista . El deseo de Helena de una vida mejor se cruzará con los deseos de Sebastián, quien se regocija de que su riqueza va a aumentar al unirse en un matrimonio acordado con su nueva esposa Europea, hasta que una nueva cláusula del contrato que su abogado olvidó aparece como una piedra en su camino, Sebastián teme no poder cumplir con este nuevo requisito, perdiendo todo y dejando como nuevo CEO a su envidioso y resentido hermano menor Alan, quien hará lo imposible por destruir su vida. ¿Será Helena quien ayude a Sebastián a cumplir con esta cláusula? Helena no sabe hasta donde llegará con tal de que su hermano tenga una vida mejor.