El corazón en el océano

Luego de la ruptura con su novio Emma, quedo muy triste, ella se veía a su lado por el resto de su vida, pero él tenía otros planes. Paso algunas semanas sumida en el dolor, luego de que él le confesará que solo la había estado utilizando y que ya se encontraba con otra persona. Su mejor amiga se sentía muy deprimida por no poderla ayudar como le gustaría. Ella sabía que si había algo que Emma amará más que a su novio, eso era su profesión. Un día encontró un anuncio, donde solicitaban los servicios profesionales de una fotógrafa para trabajar en un crucero.

En el anuncio, se decía que el crucero se encontraría por tres meses en alta mar, y necesitaban que se retratarán cada una de las actividades y los momentos especiales que pasaban los turistas dentro de este crucero. Luego de leer esto, ella tomó el periódico y se dirigió con rapidez hacia la casa de su amiga.

-Amiga, ¿Qué tal estás?

-Como puedes ver, aún muy triste por lo sucedido.

-Lamento escuchar eso, aunque estoy convencida de que luego de ver esto tus ánimos regresaran

-le dijo estirando el periódico justo en el apartado del anuncio, para que lo lea su amiga.

-No tengo ánimos para leer.

-Si tú no lo puedes hacer, yo lo haré por ti, se trata de una gran oportunidad para trabajar en un crucero.

-No tengo habilidades de camarera, mucho menos sé como navegar un barco.

-Lo sé, te lo traje, por qué se encuentran solicitando una fotógrafa profesional, para que retrate la experiencia que se vive en su crucero.

-Suena bien, aunque en este momento no tengo ánimos para salir a trabajar.

-No me gusta que estés tan desanimada, ya pasaron tres meses desde que terminaste tu relación, ya lloraste suficiente por ese patán, es hora de que comiences a rehacer tu vida.

Emma no estaba muy convencida sobre aplicar a la vacante, pero fue tanta la insistencia de su amiga que lo termino haciendo.

-Estoy segura de que ya han de haber contratado a otro mejor que yo.

-No seas aguafiestas, yo estoy segura de que tú serás la seleccionada para el trabajo.

Grande fue la sorpresa que se llevó Emma, cuando a los tres días de su aplicación recibió una llamada, donde le comunicaban que había sido seleccionada para ocupar la vacante. Aunque en un principio dudo, sabía que sería una tonta si no aceptaba esa excelente oportunidad, no solo por la paga, sino porque iba a disfrutar del crucero sin tener que pagar.

Luego de aceptar el trabajo se dirigió hacia la oficina de la compañía de cruceros, para firmar el contrato, saliendo de ahí fue junto con su amiga de compras, ya que necesitaba equiparse no solo de algunas cosas de su equipo de trabajo, sino que también de algunos outfits, acordes al lugar donde iba a trabajar.

Los días pasaron rápidamente, por fin llegó el tan esperado día de abordar el crucero.

Emma llegó temprano al puerto de Miami, emocionada por abordar el crucero. Llevaba una maleta grande y una pequeña mochila con sus pertenencias más importantes, como su cámara, su diario y su libro favorito.

Aunque estaba emocionada por comenzar esta nueva aventura en su vida, también se sentía un poco nerviosa. Nunca había estado en un crucero antes y no sabía qué esperar. Además, le habían asignado una habitación compartida con una persona desconocida, lo que la hacía sentir un poco incómoda.

Mientras caminaba por el puerto, observaba con asombro los enormes barcos atracados a su alrededor. Podía sentir la emoción en el ambiente, con los pasajeros de todas las edades conversando y riendo, listos para embarcarse en una nueva aventura.

Emma revisó su boleto de embarque y abordó el barco con entusiasmo. Al subir las escaleras, se maravilló con la elegancia y la belleza del barco. Pasó por el vestíbulo principal, admirando la decoración y la majestuosidad del lugar.

Finalmente, llegó a su habitación compartida y con un poco de nerviosismo, abrió la puerta para conocer a su compañera de cuarto. Al entrar, se encontró con una joven sonriente y amigable llamada Sara.

-¡Hola! Soy Sara, tu compañera de cuarto -dijo la chica con entusiasmo.

-¡Hola! Mi nombre es Emma, es un gusto conocerte.

Emma se sintió aliviada al ver que su compañera de cuarto parecía ser una persona amable y sociable. Intercambiaron algunas palabras y rápidamente comenzaron a sentirse cómodas la una con la otra.

Después de dejar sus maletas en la habitación, Emma salió a explorar el barco y conocer a otros pasajeros. Se unió a un grupo de personas que hacían una visita guiada por el barco, y a medida que avanzaban, Emma comenzó a sentirse más y más emocionada por las aventuras que estaban por venir.

El primer día en el crucero fue un éxito para Emma. Se sintió cómoda con su compañera de cuarto y emocionada por todas las actividades que tenía planeadas para los próximos días. Estaba lista para disfrutar de la experiencia al máximo y crear recuerdos inolvidables en su nueva aventura. Para ella este era un trabajo de ensueño, ya que no solo estaría tomando fotografías, que es lo que más le apasionaba, sino que también se estaría divirtiendo en todas las actividades que el crucero ofrece.

Mientras tanto, en otra parte del barco, Daniel también estaba emocionado por comenzar su aventura en el crucero. Había decidido tomarse unas vacaciones después de trabajar durante todo el año y este crucero parecía la opción perfecta para relajarse y explorar nuevas experiencias.

Daniel había abordado el barco más temprano ese día y ya había tenido la oportunidad de explorar un poco antes de que llegara la mayoría de los pasajeros. Mientras caminaba por el barco, disfrutó de la vista y la sensación del sol en su piel.

De repente, vio a una joven hermosa caminando por el barco, mirando hacia arriba y admirando la vista. Daniel no pudo evitar sentirse atraído por ella, pero no se acercó inmediatamente. Quería disfrutar de la experiencia y no quería parecer desesperado.

Después de dar un par de vueltas por el barco, Daniel decidió que era hora de ir a su habitación. Al abrir la puerta, se sorprendió al encontrar que tendría un compañero de cuarto. Él no había esperado eso, pero decidió no dejar que lo molestara.

Su compañero de cuarto resultó ser un hombre mayor que estaba emocionado por el crucero. Daniel no estaba seguro de cómo se llevaría con él, pero decidió ser amable y comenzar a conversar.

Mientras conversaban, Daniel no podía dejar de pensar en la hermosa joven que había visto en el barco antes. ¿Quién sería ella y cómo se llamaría? Él decidió que la buscaría en los próximos días.