Cuando el arrogante y astuto Dios de la Moda en Europa, el magnate Emiliano Santorini descubre tras un desfile de moda en Milán a Gina Renaux, una joven y talentosa diseñadora que lo sorprende más que con su trabajo, con su belleza; inmediatamente decide hacerla suya. Mueve cielo y tierra para poseer a una muchacha para la cual pasa inadvertido. Poco después tras sus manejos se encuentran en la casa de unos amigos en común de ambos y aunque guapo a ella le parece un petulante millonario como tantos otros. Él no desiste en su empeño de llevársela a la y cuando está a punto de conseguirlo se ve envuelto en una serie de problemas, confusiones y malentendidos que terminan por separarlos. Pero el amor, el poder y el deseo son más fuertes que él mismo.
Emiliano Santorini
La ciudad de Milán, metrópolis de Lombardía, una de las más famosa capitales de la moda y el diseño a nivel mundial me recibe cómo hijo ilustre una vez más.
Una ciudad en la cual vestir bien es más que un gusto, es casi una obligación. Multitud de boutiques de las firmas más importantes del sector; muchos diseñadores y casas de moda tienen su sede en esta cosmopolita ciudad.
Esta vez, me trae a esta ciudad, el deseo de Maria Eduarda de ver el trabajo de una joven diseñadora francesa que a su ojo, es una de las mejores del momento. Lastima que esté diseñando para una firma tan pequeña. En un imperio como el mío, esa mujer ya se habría llevado al bolsillo más de diez millones de dólares anualmente.
No tenía caso negarme, disfruto complacer a Duda como cariñosamente la llamo, así que aquí estoy en un evento abarrotado de prensa, y sorprendido por primer vez después de mucho tiempo de lo que vi en cuestión de diseño en este desfile.
Debería decir impresionado, cosa que no es nada fácil de lograr. Ser el dueño de la marca de ropa más famosa de la orbe me da cierto conocimiento del mercado, de los gustos, de lo que marcará tendencia y lo que no. Todo el mundo respeta mi juicio, saben que lo que toco se convierte en oro inmediatamente.
Tan pronto entro al salón para presenciar el cierre del desfile, todas las cámaras me apuntan. Los flashes me molestan, pero sigo avanzando protegiendo a mi acompañante. Las luces me ciegan por breves segundos, debido al resplandor tan luminoso de los reflectores sobre la pasarela, y entonces la veo.
Quedó impactado por las palabras del presentador que anuncia que la mujer que acaba de salir es la diseñadora y no una Top model más.
-¿Pero cuantos años tiene esa Ninfa? ¿Veinte?- me pregunto a mi mismo. No es posible que tanto talento y buen gusto estén contenidos en esa pequeña belleza de ojos negros.
Maria Eduarda a mi lado aprieta mi mano y cuando me volteo a mirarla me regala una sonrisa pícara.
-Es muy hermosa, ¿Verdad que si? - comenta Duda excitada- Sé que te impactaron demasiado sus diseños, lo vi en tu cara. Te quedaste con la boca abierta Emiliano, te conozco, pero ¿como no? si es absolutamente increíble su trabajo. Pero debo reconocer que jamás imagine que fuera tan joven y bonita.
-Es muy talentosa ciertamente-accedo porque así lo siento-Indudablemente tiene magia, pero sobre todo es una mujer extremadamente hermosa. Hacia mucho que el trabajo de un diseñador no me impresionaba. Una verdadera pena que esté con la competencia.
-¿Una pena que... qué? -. Maria Eduarda pregunta con una amplia sonrisa. -¡Por favor!- hace una mueca y me mira logrando que me ponga a reír- Emiliano Santorini, el Dios de la Moda en Europa no se detiene ante nada. Todo el mundo lo sabe. Hasta los que no te conocen han oído de ti, tu eres del tipo de hombre que arrasa con el mundo con tal de logra tus objetivos. Pobre de quien se entrometa en tu camino o no quiera darte lo que quieres.
-Duda, por Dios!- reprendo a mi hermana.-Cualquiera que te escuche diría que soy dictatorial, controlador y arrogante.
-Es que eres todas esas cosas Emi- se burla. - Pero también eres el hombre más guapo que he visto jamás , el más exitoso, el más cariñoso.
-Dices eso porque eres mi hermana menor Duda. Para ti soy casi un dios.
-No seas modesto Emiliano. Eres todo un Dios en un traje a la medida de un diseñador tan exitoso que cobra diez mil dólares por segundo.
-Por favor, vamos a sentarnos- le planto la mano en la espalda. Todo el mundo está enfocado en nosotros, hacia tiempo que no aparecíamos en público y aparecer aquí solo confirma lo que todo el mundo ya sospecha, que la diseñadora que expuso su trabajo esta noche será una Estrella.
-¡No!, ¿cómo crees?.
-Vamos a conocer a la diseñadora, por favor, vamos a presentarnos.
-No me necesitas a mi para presentarte Maria Eduarda. Eres tan dueña de el imperio Santi Dress como lo soy yo.
-Pero ciertamente no soy ni tan guapa ni tan famosa. A ti la gente de tan solo mirarte te reconoce. Además muero por ver el rostro de esa señorita cuando vea a semejante hombre. ¿Sabes una cosa? La apruebo como mi cuñada.
-No digas tonterías, ni siquiera conoces a esa mujer-reprendo su entusiasmo. Lo cierto es que ya yo me imagine cómo sería besar a esa diosa, tenerla rendida a mis pies, y me gustó lo que vi en mi mente.
No estoy hablando de amor, solo deseo.
La noche sigue avanzando y María Eduarda se impacienta cada vez más. La diseñadora Gina Renaux se pasea por nuestro alrededor saludando a los invitados, pero no repara en nosotros. Es como si para ella no existiéramos.
Me lleno de un sentimiento de impotencia, ardo de ganas por ir a tomarla de la mano y hacer que me mire a los ojos.
Para todos soy un dios, estoy acostumbrado a que me veneren, y esta mujer parece no saberlo.
Es como si no supiera que puedo catapultar su carrera en un segundo, y tres segundos más tarde puedo destruirla.
Sin poder un minuto más su indiferencia tomó a María Eduarda de la mano y salgo de allí.
Esa mujer ignora el problema en el que acaba de meterse. Soy Emiliano Santorini. Soy y seré uno de los hombres más ricos y famosos de nuestro sector, puedo tener a la modelo que quiera, a la más bella, a la más sensual.
Pero ahora quiero poseer a Gina Renaux, su falta de cortesía de esta noche será el error que la pondrá a mis pies. Para cuando termine con ella estará tan enamorada, que lamentará no haberme reconocido a tiempo.
Tengo las mejores cartas para ganar. Que comience el juego.
Gina-1
Santorini -0
Yagiz Ozdemir es uno de los CEO más jóvenes, apuestos, cotizados y exitosos de todo Estambul. El conglomerado de las empresas OZDEMIR que él mismo dirige cada vez es más próspero. Solo que la suerte del joven empresario en los negocios, no es proporcional a sus asuntos del corazón. A sus treinta y cuatro años sigue aún soltero, y cansado de tanta falsedad de las mujeres que solo se acercan a él impresionadas por su dinero. Aún no ha a aparecido esa mujer capaz de robarle el corazón, de enamorarlo y sé hacerlo sucumbir en un amor que vaya más allá del aspecto físico. Serem Keskin es una joven hermosa e ingenua que vive junto a sus padres y su hermana menor en un pequeño pueblo rural de Turquía. Nunca tuvo la oportunidad de terminar sus estudios, pues la familia estaba minada de deudas, y el dinero no parecía alcanzar para nada. El padre de la chica enferma y ella se ve obligada a buscar trabajo, es entonces que es reclutada por una dudosa compañía que promete convertirla en una modelo bien pagada en Estambul. Serem, sin más alternativas y obligada por la decadente situación de su familia viaja junto a sus reclutadores; para darse cuenta al llegar a la ciudad que planean explotarla como prostituta, y entonces escapa despavorida de sus presuntos proxentas. La vida en Estambul, no es tan sencilla como imaginó. Sin dinero, sin documentos ni un techo sobre su cabeza vaga varios días por la calle, hasta que una mujer se compadece de ella. Su salvadora es Escort y tiene un departamento de lujo, y cuentas bancarias con tanto dinero que no gastaría en diez años ni aunque se lo propusiera. Orillada por la insistencia de su madre para que envíe dinero, Serem acepta en convertirse en una Escort, pero sin comprometer su cuerpo en el negocio. El destino de Serem y Yagiz se cruza una noche de gala, en la que ella va de la mano de otro hombre. Él cae prendido ante el encanto natural de la chica, y entre ellos explota la magia. ¿Que pasará cuando Yagiz descubra que la mujer de la que se está enamorando es una Escort? ¿Podrá el amor vencer a las dudas?
Eduard de Amber, el príncipe heredero al trono de Varsovia es un hombre sin alma. Su corazón se cerró al amor cuando los resultados de aquel mentado examen llegaron. «Positivo». Estaba enfermo y había contagiado a su pareja Mary Luz Almenar. No tendría perdón de Dios ni de la familia de ella jamás. Era solo un cuerpo convaleciente... un zombie... un muerto en vida. A sus 32 años, su existencia era una causa perdida. Solo le importaba su reino, dar lo mejor de sí hasta que el momento de su muerte llegara. Con un carácter gélido e insufrible que no trata de disimular era el más frío de los seres. Alejó a todo lo que le recordará al amor en su vida tratando de no volver a sentir lo qué ya nunca jamás podría tener. Para hacer más grande su pena, Varsovia, su Reino también convalece. Alguien ha estado sustrayendo de las finanzas de la corona por años. Necesita un encargado de finanzas que sea capaz de descubrir la magnitud y el responsable del fraude financiero que amenaza con llevarse a las cenizas lo único que le queda en pie. El petrificado corazón de Eduard tiembla dando señales de querer latir cuando Ana Lucía Gaitan entró por su puerta. La nueva señorita que se encargaría de las finanzas tenía de todo menos de común. Una hechicera medieval, encerrada en un cuerpo de Ninfa. ¿Podrá Ana Lucía demostrarle a Eduard que si hay esperanza y amor tras la "muerte en vida" que se impuso?
Ella cayó en la trampa de su hermana y tuvo una aventura de una noche, y, peor aún, se quedó embarazada. Cuatro años después, cuando regresó con su hijo, un caballero encantador apareció en su vida. Desde el momento en que ella lo vio, le pareció familiar, pero no encontró la razón hasta que vio a su hijo junto a él.
Durante siete años, Jillian estaba enamorada de Bryan con pasión inquebrantable, pero él permaneció distante, con sus emociones herméticamente selladas. Descorazonada, ella se marchó al extranjero tras graduarse de la universidad. Tres años después, Jillian, ahora una abogada de éxito, se sentó provocativamente en el regazo del hombre. Con una sonrisa juguetona, le espetó: "¿Qué te pasa, Bryan? ¿Eres impotente?". Bryan ya no podía contenerse. Con un rápido movimiento, la tomó en brazos y la arrojó sobre la cama. A la mañana siguiente, cuando él se despertó, Jillian esbozó una sonrisa traviesa. "Solo es una aventura, ¿de acuerdo?".
Sólo había un hombre en el corazón de Raegan: Mitchel. Tras dos años de matrimonio quedó embarazada. Raegan se sintió muy feliz. Pero antes de que ella pudiera darle la noticia, él solicitó el divorcio porque quería casarse con su primer amor. Más tarde, Raegan tuvo un accidente y, tumbada en un charco de su propia sangre, le pidió ayuda a Mitchel. Sin embargo, se fue con su primer amor en brazos. Afortunadamente, Raegan escapó por poco de la muerte y decidió retomar su vida. Años después, se hizo famosa en casi todo el mundo. Después del divorcio, Mitchel se sintió muy incómodo. Por alguna razón, empezó a extrañarla. Le dolió el corazón cuando la vio sonreírle a otro hombre. En la ceremonia de su boda, él irrumpió y se arrodilló. Con los ojos rojos, preguntó: "¿No dijiste que tu amor por mí era inquebrantable? ¿Por qué te casas con otro hombre? ¡Vuelve a mí!".
Como simple asistenta, enviar un mensaje al CEO en plena noche para solicitar películas pornográficas fue un movimiento audaz. Como era de esperar, Bethany no recibió ninguna película. Sin embargo, el CEO le respondió que, aunque no tenía películas para compartir, podía ofrecerle una demostración en directo. Tras una noche llena de pasión, Bethany estaba segura de que perdería su trabajo. Pero en lugar de eso, su jefe le propuso: "Cásate conmigo. Por favor, considéralo". "Sr. Bates, está bromeando, ¿verdad?".
Amar y ser amada es lo que toda mujer sueña. Sin embargo, lo único que Debbie quería era el divorcio. Llevaba tres años casada con Carlos, un joven multimillonario a quien ni siquiera había visto la cara. Cuando por fin decidió poner fin a su irónico matrimonio e ir en busca de la felicidad verdadera, apareció su supuesto marido y le pidió que lo intentaran de nuevo. A partir de entonces, Carlos se sentía increíblemente atraído por el espíritu libre y salvaje de Debbie y se enamoró de ella. Él comenzaba a mimarla. Poco a poco, lo que había entre ellos se iba a convirtiéndose en una atracción irrefrenable. Esto es una extraordinaria historia de amor donde descubrirá que, a veces, el amor no está muy lejos de cada uno de nosotros.
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