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Victoria Lloyd ha perdido sus recuerdos, despertando así una y otra vez en la misma mansion. Casada con un poderosos mafioso quien no está dispuesto a dejarla ir, por otra parte Dyan, la ha buscado durante mucho tiempo sin imaginar que se encontraba mucho más cerca de lo que pensaba. Historia que te envuelve en amor, suspenso, drama, +18 entre otros temas...
Mi madre solía contarme una dulce historia de amor, en donde una mujer cometió el error de contraer matrimonio con un hombre a quien amó: alegó que era el ser más perfecto que sus ojos pudieron ver. Pero todo aquello cambio en tan solo un parpadear
Ella, temía todos los días por su vida, puesto que aquel hermoso ser se convirtió en un sucio ogro. Un día, recibió el afecto de otro hombre, quien le enseño cosas las cuales nadie más había hecho.
Mi madre solía hablarme sobre aquel hombre y de lo feliz que era a su lado, pero... En tan solo meses nunca más escuché a mi madre... Nunca más volví a verla, o eso es lo que dice ese viejo diario en el cuál parece que todas sus páginas han sido arrancadas al igual que mis recuerdos.
-Esto bastará.-Me dije a mi misma colocando en mi rostro una pomada.
-¿Estará bien con eso?-Susurró Lia, la ama de llaves quien me observaba con preocupación.
-Estaré bien con eso-Bajé mi voz mientras terminaba de colocar la pomada en mi labio.
-¿Esta segura?... Su ojo está-Guardó silencio. Sabía a qué se refería perfectamente.
-Estaré bien. Ya te lo dije Lia... Por cierto ¿Joseph volverá a casa?
-No lo sé señora... Informo hace unos minutos que tendría una deuda por saldar, por lo tanto... No creo que él venga el día de hoy...
-Puedes retirarte. Deseo descansar-Ella me miró con preocupación una vez más, bajo su mirada y observo sus manos.
-Puede llamar a la policía.-Exclamó denotando miedo en su voz, pero negué ante su absurda petición.
-¿Que dices?-Miré a mi alrededor atemorizada-¿Olvidas que esta mansión está llena de cámaras, y micrófonos? De este lugar, nadie sale con vida, Lia. No seas imprudente por favor, y no digas tales cosas sin pensarlo.
Una vez más mire mi rostro en el gran espejo: mi blanca piel se encontraba golpeada con moretones rojizos, morados y verdosos, en especial la zona de mis labios, ojo, brazos, y cuello. Aquellas marcas de estrangulamiento que...
Joseph, enloqueció y me llevo a la habitación tomándome de mi cabello, en donde me golpeó y minutos después... Abuso de mi.
-Marchate Lia... Quiero descansar.
-Entendido, señora.
Volví a la cama, con dificultad, puesto que aún cojeaba y me dolía al intentar presionar mi pie derecho en el suelo: Me mantuve en silencio, y me arropé con las sábanas para luego cerrar mis ojos y desear...
Que nunca más volvieran a abrirse.
***
Un beso en mi cuello me hizo abrir los ojos, encontrándome con un par de ojos cafés: supe de quien se trataba, al detallar su rostro: ojos café, cabello negro y una blanca tez, en compañía de una perfecta y rasurada barba.
Ha vuelto ese bastardo.
"¿Por qué está aquí? Él dijo que no vendría..."
Tragué fuerte al ver a Joseph sobre mi quitando su pantalón, dejándome ver su cuerpo y miembro erecto y sin mediar palabras subio sobre mi comenzando a besarme con brusquedad lastimando mi labio herido.
Sus besos bajaron a mi cuello mientras sostenía mis muñecas con fuerza, impidiendo que pudiera continuar luchando contra el
-¡Déjame, no quiero hacerlo!-Le digo y el me miró fijamente
-Eres mi esposa y puedo hacer contigo lo que desee.
El continuó contra mi quitando mi ropa a la fuerza comenzando de esa manera a hacer bruscas caricias en mi cuerpo: entonces, luché contra el e intenté quitarlo sobre mí golpeando su pecho torpemente
-No quiero hacerlo... ¡Déjame ir aho-
Joseph me silenció propinando una bofetada en mi rostro fuertemente, la cual hizo que mis dientes castañaran.
-Cierra la boca-Me dice mirándome a los ojos-Date la vuelta... Tu rostro se ve horrible ahora mismo
Mis lágrimas fluyeron a la vez que obedecía a su petición: Joseph entró en mi bruscamente haciéndome sentir un poco de dolor, sin embargo reprimí mis sollozos a la vez que era embestida por el, quien apretaba mis senos con fuerza.
"Supongo que viviré de esta manera para siempre..."
Joseph gimió de placer a la vez que terminaba dentro de mí: dejé mi cuerpo caer en posición fetal en la cama de mi habitación y me mantuve en silencio mientras escuchaba como colocaba su ropa nuevamente.
-Feliz aniversario número seis querida-Susurró en mi cuello dando un beso en mi mejilla-Y por cierto, intenta usar algo de hielo en tu rostro.
Lo escuché salir de la habitación, entonces tomé asiento en la cama y rebusqué en los cajones en busca de una de las pildoras las cuales me han ayudado para no traer un hijo de aquel bastardo a este mundo.
Fui al baño y me encargué de lo ocurrido y seguido de ello bebí de aquella píldora. Y una vez más volví a la cama en completo silencio.
[¿Seis años con este bastardo...?]
[Siempre suele hacerlo cuando lo desea... Además de que no le importa lo que yo diga el solo quiere satisfacerse a si mismo]
Permanecí en cama hasta que finalmente pude descansar, y al despertar era la primera que se encontraba de pie. El personal comenzó a hacer su labor mientras que descaradamente observaban mi rostro y se mantenian en silencio...
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