Henrik, un joven paranoico de una familia rica, creía que las mujeres eran oportunistas y materialistas. Y por eso que consideraba a Noreen una mujer frívola que lo desdeñaba por su discapacidad. Para vengarse de la muchacha, se disfrazó de mecánico de automóviles y se casó con ella. Al principio, se puso la máscara de un esposo amoroso que se preocupaba por su esposa, pero en realidad, no sentía nada por ella. Todo era una estratagema para que ella cayera en su trampa. Sin embargo, una cosa llevó a la otra y el plan de Henrik lentamente se salió de su control. No fue hasta que finalizó el divorcio que se dio cuenta de lo tonto que había sido. Comprendió que Noreen no era como otras mujeres en absoluto y que estaba locamente enamorado de ella. Hizo todo lo posible para recuperarla. Pero Noreen frunció el ceño y se burló: "Señor Sanchez, debes haberme confundido con otra persona. Nunca me casé contigo. Mi exmarido era solo mecánico de autos, y tú eres el hombre de negocios más rico del país. No creo que comparten ningún parecido entre ustedes dos. Por favor, te agradecería que dejaras de molestarme". Devanándose los sesos para encontrar la forma de reconquistarla, Henrik soltó: "Para ti, puedo volver a ser ese mecánico de autos. Estoy dispuesto a renunciar a todo lo que tengo para reparar los daños. Por favor, regresa a mí, cariño". Eso dejó a Noreen totalmente soeprendida. ¿Qué le estaba pasando a ese hombre arrogante?
Noreen Wheeler miraba al techo tumbada en la cama, con el sudor filtrándose por el colchón.
De vez en cuando, echaba un vistazo al apuesto hombre que estaba a su lado.
No paraba de pensar en por qué había dejado que un extraño le quitara la virginidad.
Bueno, eso no era del todo cierto. No era precisamente un hombre desconocido. Después de todo, no hacía mucho que habían obtenido su certificado de matrimonio.
Legalmente era su esposo.
Se llamaba Henrik Sanchez y era mecánico de autos.
Casarse con él por impulso fue una de las dos cosas más locas que había hecho en su patética vida.
La otra fue huir de la boda organizada por sus supuestos padres.
Por el bien de la familia, sus padres adoptivos le pidieron que sustituyera a su hija biológica, Melany Wheeler, y se casara con el hombre desfigurado, pervertido y discapacitado de la familia Sanchez.
Obviamente, ella no quería. Huyó y, en el proceso, fue salvada por Henrik. Necesitaba desesperadamente escapar de aquella boda y evitar a toda costa casarse con aquel hombre. Pensando que Henrik era un buen hombre por haberla ayudado, le preguntó si estaba dispuesto a casarse con ella. Era una propuesta tan absurda que no esperaba que él aceptara. Pero lo hizo.
Ese mismo día, por la mañana, huyó de la boda. Por la tarde, ya estaba casada con Henrik y se acostó con él esa misma noche. Fue un día bastante intenso.
"Deja que te lleve a ducharte", le ofreció Henrik mientras se incorporaba de la cama. Su voz era ronca y magnética.
Al hacerlo, la manta se deslizó por su cuerpo, dejando al descubierto su torso musculoso y sus abdominales marcados. Ella echó una mirada furtiva a su figura antes de apartar rápidamente la mirada.
En ese momento, su mente se llenó de imágenes de hace un momento. Pensar en ello hizo que su rostro se ruborizara y se le secara la garganta. Sintiéndose un poco avergonzada, agarró la manta y se cubrió el cuerpo con ella. Luego se levantó y dijo: "No, puedo sola".
Con la manta haciendo de bata improvisada, corrió al baño.
Mientras él la veía desaparecer, una mirada fría brilló en sus ojos.
En el cuarto de baño, Noreen se miró al espejo, donde se reflejaban los numerosos chupetones que había por todo su cuerpo. No podía quitarse de la cabeza las imágenes de lo que acababa de ocurrir.
Por alguna razón, no estaba actuando como lo haría normalmente. ¿Sería por el alcohol? ¿O es que solo quería descargar su ira?
Abrió la ducha y dejó que el agua corriera por su cuerpo. Mientras el sonido la calmaba, su mente empezó a divagar. Menos mal que era previsora. Después de recoger a Melany, Noreen se compró un pequeño apartamento. Si no lo hubiera hecho, ahora ni siquiera tendría dónde vivir.
Cuando terminó de ducharse, salió del baño con un albornoz. Todavía tenía la cara roja y la mirada gacha, como si no pudiera soportar el contacto visual con el hombre.
Cuando Henrik la vio así, se burló para sus adentros.
Manteniendo relaciones sexuales era salvaje como un animal. Y ahora fingía ser inocente.
"He terminado. Puedes ir a ducharte", dijo ella tosiendo mientras se sentaba en la cama.
En cuanto lo hizo, sintió un dolor agudo entre las piernas que la hizo estremecerse.
¡Le dolía!
Se sentía muy bien, pero al mismo tiempo era doloroso.
"Mira, toma esto. Deja que te lo aplique".
El hombre notó su expresión de dolor y tomó una pomada de la mesa.
"Tranquilo, puedo hacerlo yo sola", se negó ella precipitadamente, con la cara aún más roja.
Si él la ayudaba...
El calor que sentía en las mejillas era abrasador.
"Está bien". Henrik le dio la pomada y se fue al cuarto de baño.
Mientras tanto, Noreen miró de reojo su cuerpo fuerte y tonificado, pero enseguida bajó la cabeza.
Una vez cerrada la puerta del baño, se aplicó la crema en las partes íntimas. Se sentía un frescor y le alivió el ardor.
No esperaba que su esposo fuera tan considerado.
Entonces, se puso el pijama y cambió las sábanas. De repente, sintió que el cansancio acumulado se asentaba de golpe en su cuerpo y, poco después, se quedó dormida.
Una vez terminado la ducha, Henrik salió del baño mientras se secaba el pelo con la toalla.
Cuando lo hizo, sus ojos se posaron en el hermoso rostro de Noreen.
Resultó que la mujer más bella de Bladiff no era más que una frívola que se casaría con el primer hombre que se topara por la calle.
Como Noreen era su futura esposa, la había investigado.
Ella amaba a otro hombre. Despreciaba a su prometido por su discapacidad, así que decidió huir de la boda. Pero al final, el hombre al que amaba la abandonó y ella se casó con Henrik sin saber que era él con quien debía casarse desde el principio.
La razón por la que él aceptó fue para vengarse de ella.
Nunca sabría que al final igualmente había acabado en sus manos, su prometido.
Haría que se enamorara de él y, cuando lo hiciera, se divorciaría. Cuando llegara ese momento, se deleitaría con la expresión de su cara.
¿Cómo se atrevía a huir de su boda?
Henrik se quedó mirando sus labios rojos durante un buen rato.
No podía negar que le gustaba acostarse con Noreen.
Su pelo aún no se había secado del todo. Después de llevar un rato tumbado a su lado, ella se acercó instintivamente a él.
Cuando sus cuerpos se rozaron, Henrik no pudo evitar que la lujuria se agitara dentro de su cuerpo.
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