Scarlett se casó con un hombre al que nunca había visto antes. Un año después, finalmente solicitó el divorcio a su misterioso marido, con la esperanza de llevar una vida pacífica como mujer soltera. Pero aparentemente el destino siempre tiene sus propios planes. Se decía que Elias, el gran jefe de una empresa millonaria, era un hombre que no tenía ningún interés en las mujeres. Curiosamente, prestaba mucha atención a Scarlett. No pudo soportar tanta pasión del hombre, Scarlett le mostró su certificado de matrimonio y le dijo: "Soy una mujer casada. ¡No puedo salir contigo!". Este tomó el documento y sacó una foto mientras sonreía. "¡Aún mejor! Ya es hora de que me presente. ¡Hola, soy Elias Roberts, tu querido marido!". Scarlett estaba conmocionada. ¡No podía creer que su misterioso marido fuera en realidad el CEO de una importante empresa! ¿Cómo sucedió esto?
"Señora Roberts, ¿realmente se va a divorciar?", preguntó Alex Brown, el mayordomo de la familia Roberts mientras miraba el acuerdo de divorcio que tenía ante él, con un rostro que mostraba un dejo de consternación.
Asintiendo, Scarlett Wallace contestó con una voz suave: "Sí, Alex. Ya tomé la decisión. Por favor, entrégale este documento a...".
Scarlett hizo una pausa cuando se dio cuenta de que no había visto a su marido desde su boda. Debido a que ya había transcurrido un año desde que se casaron, hasta se había olvidado ya de su nombre. Entonces, sonriéndole incómodamente a Alex, la mujer agregó: "Por favor, entrégaselo al señor Roberts".
El hombre estuvo a punto de instar a Scarlett a que reconsiderara su decisión, pero cuando vio la determinación que reflejaban sus dulces ojos, cambió de opinión y tomó el acuerdo de divorcio.
De alguna manera, no pudo evitar sentirse un poco triste, suspiró suavemente y dijo: "Cuídese, señora".
En respuesta, Scarlett asintió con una sonrisa. Luego, mientras salía de la mansión con su maleta a cuestas, experimentó una sensación de alivio sin precedentes.
Quizás, en comparación con continuar con ese matrimonio meramente nominal, el divorcio era una mejor opción para ella.
A partir de ese momento, comenzaría un nuevo capítulo en su vida.
El cielo crepuscular pasó gradualmente de un tono naranja oscuro a uno completamente negro, sin embargo, la sede del Grupo Roberts permaneció brillantemente iluminada.
En ese momento, la puerta de la sala de reuniones del último piso se abrió, y salió Elias Roberts, quien acababa de concluir una reunión.
Jude Green, su asistente, lo seguía de cerca, listo para informarle sobre el resto de sus actividades.
"Señor, en media hora tendrá una videoconferencia. Además, el señor Kyle Wright ha organizado una fiesta para celebrar su regreso".
"Rechaza la invitación", ordenó el hombre en tono indiferente.
Bajando la cabeza, Jude respondió: "Entendido, señor".
Después de una breve pausa, dudó durante un momento, tras lo cual dijo: "Jefe, hay una cosa más...".
Después de detenerse abruptamente, Elias le dirigió a Jude una mirada grave. Su voz profunda se volvió gélida cuando preguntó: "¿Desde cuándo te volviste tan titubeante?".
Ante eso, Jude informó rápidamente: "Alex llamó y me informó que la señora Roberts preparó el acuerdo de divorcio y ya lo firmó".
El asistente bajó la mirada para evitar el contacto visual con Elias, sintiéndose un poco nervioso por mencionar a esa mujer frente a él.
Por un momento, la atmósfera se volvió pesada. Justo cuando Jude pensó que su jefe no abordaría el asunto, escuchó una risa irónica.
Jude había trabajado para Elias durante años, por lo que sabía que eso no era común y solo ocurría cuando estaba de muy mal humor.
Al darse cuenta de eso, Jude empezó a sudar frío.
Levantando la mirada, Elias ordenó inexpresivamente: "Envíame el acuerdo".
Jude asintió rápidamente, al mismo tiempo que contestaba: "Entendido, señor".
Poco después, Elias recibió el documento. Cuando llegó a la última página, sus ojos se posaron en la firma: "Scarlett Wallace".
Entrecerrando los ojos, el hombre no pudo evitar sentir un dejo de desdén, ya que tiempo atrás, esa mujer se había casado con él por dinero. ¿Y ahora, de repente, le proponía el divorcio? ¿Qué podría querer ahora?
Elias leyó casualmente el acuerdo, con la mirada fija en una de las cláusulas, en la cual se estipulaba que Scarlett renunciaba a todos los bienes conyugales. Además, había una nota que indicaba que el dinero que le había pedido prestado a la familia Roberts un año atrás había sido devuelto, junto con los intereses acumulados.
Al leer eso, Elias se quedó desconcertado, pues no esperaba que Scarlett pagara esa deuda.
Lo anterior le hizo preguntarse si había juzgado mal a la joven. Quizás ella no estaba interesada únicamente en el dinero.
Los pensamientos de Elias fueron abruptamente interrumpidos por el timbre de un celular. Era una llamada de su abuela, Paloma Roberts.
El hombre descolgó con el entrecejo fruncido.
La voz de Paloma sonaba ansiosa cuando dijo: "¡Elias, no permitiré que te divorcies de Scarlett!".
Entrecerrando los ojos y con un dejo de ironía, el aludido contestó: "Abuela, estás muy bien informada".
En el momento en el que la anciana recibió el acuerdo de divorcio, llamó a Elias para convencerle de que no lo firmara. Por alguna razón, el hombre no pudo evitar sospechar que Scarlett había orquestado todo eso.
¡Esa mujer ciertamente era sorprendente!
La anciana hizo una pausa por un momento, antes de decir en tono serio: "¡Eso no importa! ¡Simplemente no puedes divorciarte de Scarlett! No sé en qué estás pensando. Ella es una chica maravillosa. ¿Por qué no la valoras?".
Elias dejó el acuerdo sobre el escritorio mientras explicaba: "Abuela, ella es la que quiere que nos divorciemos".
Paloma se mantuvo decidida mientras exclamó: "¡Durante un año has estado alejado de ella! ¡Sin importar lo fuerte que sea, es muy difícil tolerar a un marido tan distante!".
Elias se frotó las sienes con frustración, pues no podía entender por qué su abuela quería tanto a Scarlett. En primer lugar, fue ella quien lo presionó para que se casara con la joven, y ahora le impedía divorciarse de ella.
Después de soltar un suspiro, el joven preguntó: "Abuela, ¿por qué no me preguntas si Scarlett me gusta?".
"No te gusta porque nunca la has conocido. Scarlett es una chica maravillosa. Una vez que la conozcas, seguramente te agradará", respondió la anciana con obstinada convicción.
En esa ocasión, Elias decidió no responder. Interiormente, no pudo evitar burlarse de la insistencia de su abuela.
Al darse cuenta de la reticencia de Elias, ella continuó su discurso: "Te lo ruego por última vez; tómate un tiempo para conocer a Scarlett, ¿de acuerdo? ¡Estoy segura de que tu opinión sobre ella cambiará!".
"¿Malgastar el tiempo para conocer a una mujer como ella?", preguntó Elias con evidente repulsión.
"¡Tres meses! Solo te pido que mantengas tu matrimonio con Scarlett durante otros tres meses. Si después de eso aún quieres divorciarte de ella, ¡no interferiré! ¿Qué dices?", insistió Paloma.
Durante tres arduos años, Emily se esforzó por ser la esposa perfecta de Braiden, pero él todavía se mantenía distante con ella. Cuando él le pidió el divorcio por otra mujer, Emily desapareció. Sin embargo, cuando reapareció más tarde, se convirtió en su última fantasía. Despidiendo a su ex con una sonrisa burlona, ella le desafió: "¿Te interesa una colaboración? ¿Quién te crees que eres?". Los hombres no le servían para nada; Emily prefería la independencia. Mientras Braiden la cortejaba sin descanso, descubrió las identidades secretas de Emily: hacker de alto nivel, chef, médica, talladora de jade, corredora clandestina... Cada descubrimiento aumentaba el desconcierto de Braiden. ¿Por qué los conocimientos de Emily parecían ilimitados? El mensaje de Emily era claro: destacaba en todos los aspectos.
Mi familia era pobre y tenía que trabajar medio tiempo todos los días solo para pagar las cuentas y estudiar en la universidad. Fue entonces cuando la conocí, la chica bonita de mi clase con la que todos los chicos soñaban salir. Era muy consciente de que ella era demasiado buena para mí. De todos modos, reuniendo todo mi coraje, le dije que me había enamorado de ella. Para mi sorpresa, accedió a ser mi novia. Me dijo, con la sonrisa más bonita que he visto en mi vida, que quería que el primer regalo que le diera fuera el último iPhone de gama alta. Un mes después, mi arduo trabajo finalmente valió la pena. Pude comprar lo que ella quisiera. Sin embargo, la pillé en el vestuario besando al capitán del equipo de baloncesto. Incluso se burló despiadadamente de mis defectos. Para colmo, el tipo con el que me engañó me dio un puñetazo en la cara. La desesperación se apoderó de mí, pero no pude hacer nada más que tirarme en el suelo y dejar que pisotearan mi orgullo. Cuando nadie lo esperaba, mi padre me llamó de repente y mi vida cambió. Resulta que soy el hijo de un multimillonario.
Cuando eran niños, Derek le salvó la vida a Norah. Años más tarde, Derek quedó en estado vegetativo tras un accidente automovilístico y Norah se casó con él sin pensarlo dos veces. Con sus conocimientos médicos, incluso lo curó. Durante dos años, Norah amó a su marido con todo su corazón, esperando poder devolverle su bondad. Pero cuando volvió su primer amor, él pidió el divorcio. Sin dudarlo, ella estuvo de acuerdo. Lo que pocas personas sabían es que ella, etiquetada como "abandonada", era en realidad una piloto de carreras, una famosa diseñadora, una genio hacker y una reconocida doctora. Lamentando su decisión, Derek le pidió perdón a Norah. De repente, apareció un encantador CEO, abrazó a Norah y le dijo: "¡Aléjate de mi esposa!". Sorprendida, Norah soltó: "¿Qué?".
¿Qué esperas de tu cumpleaños? ¿Dinero? ¿Joyería? ¿U otras cosas? Lo que sea, pero por lo menos debe ser un día maravilloso. Lola Li, una mujer linda, encantadora e inteligente, graduada en la comunicación audiovisual a una edad muy temprana. Todo el mundo pensaba que Lola tendría un futuro muy prometedor pero las cosas no salieron como se esperaba. Su fiesta de cumpleaños de 22 años fue una pesadilla para ella. Cuando terminó su fiesta de cumpleaños, su mejor amiga la traicionó, su novio la abandonó y su familia se arruinó por completo. Cuando se despertó al día siguiente, Lola se encontraba tumbada en la cama de una habitación de hotel. Con el corazón acelerado, solo podía recordar vagamente a un hombre extraño con el que estaba anoche. ¿Había venido para salvarla? O, ¿era un demonio que lo estaba persiguiendo?
Fue engañada vil mente por su prometido y su hermanastra. Por lo que se vio obligada a contraer matrimonio forzado con el prometido de su hermanastra, a quien su hermana había rechazado porque estaba atado de por vida en una silla de ruedas de por vida. -No tuve más remedio que aceptar ser su sustituta porque ella está enamorada y embarazada de mi actual ex prometido y no quiere casarse contigo -dijo ella, mientras que el hombre en silla de ruedas se limitó a mirarla con el rostro desprovisto de cualquier emoción. -Supongo que no tengo opción -dijo el hombre fríamente. Cogió un expediente y se lo deslizó sobre la mesa. Ella sacó el documento y se quedó sin aliento cuando se dio cuenta de que era un contrato.
Encontró a su prometida drogada, con el arma en mano y al amante de esta con un disparo en la espalda, incluso su abuela estuvo herida. Desde entonces, el CEO se volvió cruel e hizo de todo para vengarse de la responsable.