/0/11960/coverbig.jpg?v=8de3c1852a169b0fb3914e13472e2d6a)
La historia de Kloe fue trágica desde su niñez, pero todos sus traumas y sufrimientos no se comparaban con lo que viviría en su vida de casada con el mafioso Geoger Harper. Humillaciones y maltratos eran solo algunas de las cosas que ella sufriría en todos sus años de matrimonio, haciéndola pensar, que su vida nunca tendría otro significado que le diera una pizca de esperanza y ganas por vivir en este mundo lleno de maldad. Todo cambia cuando es interceptada por Tom Blondet, un agente encubierto del FBI, multimillonario, encargado de llevar el caso del señor Harper, pero todo era distinto, desde que el apuesto Tom vio la foto de la esposa de George, una rubia perfecta, con los ojos azules más hermosos que cualquier mortal había visto en la tierra, enamorándose perdidamente como nunca en su vida. Desde su primer encuentro, Kloe y Tom sabían que estaban destinados para otra cosa, no solo ser el policía y la víctima, él la amó desde el día uno, de ella se podría decir lo mismo, aunque su extrema decencia la obligaba a pensar en voz alta lo contrario. Las cosas no serían sencillas para nadie, la extrema belleza de ella la hacía apetecible para muchos y no sería la excepción de sus hijastros, uno enamorado y el otro, dejándose llevar por la lujuria, buscaría el momento de poseerla. Oliver arriesgó su vida por liberar a su madrastra, esperando que ella cambiara de parecer sobre una relación entre ellos, pero Kloe estaba clara de sus sentimientos, dejándole claro que un amorío entre madrastra e hijastro nunca podría ser. Tom, después de conquistar el corazón de Kloe y en vista del primer intento fallido por rescatarla de la mansión Harper, dedicó todo su tiempo ejecutando un plan perfecto para rescatarla.
Kloe se levantaba otra vez con dificultad de su cama, esto parecía normal en ella últimamente, poner un pie en el suelo con mucho cuidado para no sentir tanto dolor, a su lado estaba su esposo, un hombre cuarenta y cinco años mayor que ella y con el cual se tuvo que casar para poder sacar de la quiebra a su padre.
El señor Harper, un poderoso empresario y político, envuelto en infinidades de tramas de corrupción, que fueron sutilmente ocultadas y que hasta ahora, cuarenta años después de estar metido en tipo de negocios sigue siendo, ante los ojos de la sociedad, un tipo inteligente, humilde y un buen cristiano.
Kloe entró al baño para ver el daño de anoche, George siempre fue muy cuidadoso de nunca golpearla del cuello para arriba, tampoco lo hacía en sitios en donde ella no pudiera ocultarlo fácilmente y de ser necesario, Kloe debía inventar siempre una muy buena excusa que no levantara ninguna sospecha de lo que realmente le ocurría.
"Debo huir de aquí"
Ese era su pensamiento cada día, sobretodo después de que su "amado esposo" llegara ebrio en la madrugada y sin mediar palabra, sin importarle que ella simplemente estuviera dormida, la maniataba e inmovilizaba con todas sus fuerzas para prácticamente violarla, además de golpearla por todo el cuerpo sin ningún motivo aparente.
Kloe no podía gritar y si lo hacía, ¿Quién iría a ayudarla?
La respuesta era nadie, en la casa todos los trabajadores sabían lo que ocurría en la alcoba principal, pero sus contratos de confidencialidad los obligaba a ni siquiera mencionarlo en los pasillos sin correr el riesgo de que los despidieran, arruinándole las vidas de por medio.
- Quiero una tasa de café.- gritó George desde la cama, al ser domingo, su único día libre de la semana, podía darse el gusto de emborracharse toda la noche del sábado y poder pasar la resaca sin ningún problema.
- Ya se lo traigo.- respondió Kloe desde el baño, a pesar de ser su esposo, ella lo trataba de usted, como si fuera su abuelo.
- No debes tratarme de usted, recuerda que soy tu esposo o, ¿Ya lo olvidaste?- gruñó él al verla entrar nuevamente en la habitación, ella temblaba del miedo, pero no podía demostrarlo, esto, especialmente, lo hacía enojar con mucha facilidad.
- Respondí rápido, no me di cuenta, lo siento.- se disculpó ella, con la cabeza agachada para que él no se diera cuenta de lo aterrada que estaba.
- No te preocupes, ven acá.- la sujetó del brazo para acercarla a la fuerza y darle un beso, ella se quejó del dolor, había sido en ese brazo donde anoche, la había sujetado muy fuerte, estando a punto de partirlo.
- Me duele.- dijo Kloe, fue en un tono apenas perceptible, pero esto lo terminó de sacar de sus casilla, provocando que él tirará la bandeja donde ella había traído el café.
- ¿Sabes hacer alguna cosa aparte de quejarte? Eres débil, igual que tu padre, viejo infeliz que me hizo quedar ayer un par de horas extras trabajando, todo para solucionar sus cagadas.- explotó él levantándose de la cama para dirigirse al baño, era una imagen desagradable, estaba completamente desnudo y todo le colgaba.- será mejor que hayas limpiando todo esto para cuando salga.
Kloe no respondió, hacía varios años que ella había aprendido a no responder, en su lugar se quedó parada al frente de la cama, viendo hacia el piso, como descubrió que podía evitar algún golpe o reacción por parte de él.
Con él afuera e su campo visual, se abalanzó sobre la alfombra para recoger todo el desastre que había, ignorando las lagrimas que recorrían su perfecto rostro, como dos cataratas.
Ahora comprendía la actitud de George anoche, su padre lo había hecho enojar y él no tenía otra forma de sacar toda su ira que con ella, su estúpida y tonta esposa, la niña hermosa que fue entregada en sus brazos para salvar a su familia de vivir en la ruina.
¿A qué costo?
¿Vale la pena tener una vida miserable por culpa de tu familia?
¿Merece tu familia de tu sacrificio para vivir una vida digna?
Eran cinco años ya de este tormento, donde Kloe olvidó lo que era vivir, para dedicarse a estar al lado de un hombre que no solo la despreciaba y odiaba como mujer, si no que también se había encargado de destruir su autoestima y esencia como mujer, con cada día que pasaba.
- ¿Dónde estabas? Hace cinco minutos que te estoy esperando para desayunar.- George estaba sentado en la mesa, leyendo una revista de asuntos financieros y Kloe llegaba apresuradamente.
- Estaba limpiando.- intentó responder ella, pero él la interrumpió.
- No me interesa, debes ser cuidadosa, sabes que no me gusta esperar por nadie y menos por ti, además.- se calló él cuando una de sus muchas sirvientas le servía algunos tocinos y huevos revueltos.
A pesar de ser un verdadero hijo de puta, él siempre guardaba las apariencias frente a los demás, no importaba quien fuera y a pesar de que todo el mundo que trabajaba a su lado debía firmar un contrato de confidencialidad muy estricto, él no se fiaba y no se podía permitir que nadie supiera como trata a su segunda esposa.
- Debes estar lista en veinte minutos, iremos a almorzar con los Stone en su nuevo yate, sirve de algo y por lo menos arréglate bien.- esto último se lo susurró al oído, habían varios empleados alrededor de ellos, atentos por si se le ofrecía alguna cosa más al señor de la casa.
- Está bien.- respondió ella sin mirarlo, provocando un rugido de su parte por romper una de sus reglas, verlo a los ojos cuando le hablaban.
Si había algo peor que estar encerrada en esa enorme mansión, era tener que salir junto a él a una reunión de sus amigos, personas igual que su esposo, prepotentes y arrogantes, creyentes de que al ser multimillonarios tenían el derecho de tratar mal a todo el que se le atravesara al frente.
Kloe había decidido que si debía vivir esta vida llena de torturas e insultos, por lo menos se vería despampanante, se colocó un hermoso y muy costoso vestido rojo, ideal para la ocasión, acompañado de joyas excéntricas y un sombrero de diseñador de la última colección de verano.
Se avecinaba una jornada tormentosa para Kloe, reunirse con personas a las cuales ella no les agradaba, solo para escuchar comentarios hirientes sobre su familia y el como se entregó a un tipo como George solo para salvar a la empresa de su padre de la quiebra. Todo esto lo decían sin la presencia de George, aunque esto a él no le molestaría, en cambio, contribuiría con varios comentarios igual o mucho más picantes que los demás.
- Vuelves a tardar, ya veo porqué la empresa de tu familia quebró, seguramente todos son tan inútiles cómo tú.- le susurró George al oído de Kloe, hasta la presencia de un simple chófer lo intimidaba como para hacer notar su verdadera personalidad.
Ella trataba de despejar su mente cuando salía de la casa, solo lo podía hacer junto a George, pero al menos estaba tranquila de que él no podría atacarla o insultarla a los gritos mientras estuvieran rodeados de otras personas.
- George, amigo, bienvenido a bordo.- lo saludó Erick Stone, el anfitrión de la fiesta.- estás en tu bote, vamos a saludar a los Harrison.
La sola presencia de George armó un pequeño alboroto, todos los invitados que estaban a bordo del yate se acercaron uno a uno para saludar al nuevo integrante de la reunión.
- George, cuéntanos, ¿Cuándo tendrás un nuevo hijo con tu nueva esposa?- intervino Jade, la señora Stone.
- Estamos a punto de conseguirlo, pronto haremos una fiesta para anunciar al nuevo integrante de la familia Harper.- mintió George, él y Kloe no estaban interesados en tener un bebé, pero con sus arrebatos ebrios cualquier cosa podía pasar.
A pesar de que George estaba casado con la mujer más hermosa de toda la fiesta, parecía que la odiaba y Kloe no entendía el por qué.
- Iré a retocarme cariño, ya vuelvo.- dijo Kloe, apenas habían llegado y ella ya sentía que quería salir corriendo del lugar, aunque en este caso debía irse nadando.
Mientras Kloe estaba en el baño, a solas, notó como la puerta del baño de damas se abrió y para su sorpresa era un hombre, a su parecer el más guapo de la fiesta, pero esto no evitó su molestia al verlo entrar donde no debía.
- Es el baño de damas debes.- intentó reclamar Kloe, pero él se acercó y le pidió que hiciera silencio, ella estaba sorprendida, aunque no sentía miedo.
- No tengo mucho tiempo, soy agente del FBI, su esposo está metido en muchos negocios fraudulentos.- dijo él en un susurró.
- No se de qué está hablando, pero por favor retírese de este baño ya o gritaré a seguridad.- respondió ella nerviosa.
- Sé todo por lo que estás pasando y lo confirmé desde que llegó, no ha parado de sobarse el brazo, aquí está mi tarjeta, si quieres liberarte de todo eso puedes llamarme.- el hombre hablaba muy cerca de ella, nadie más podía escuchar, haciendo que su piel se pusiera como la de una gallina.
Kloe salió del baño dejando al apuesto caballero adentro, ella estaba confundida, ¿Cómo él puede saber algo de lo que a ella le ocurre en su alcoba?
- Tardaste mucho en el baño, ¿Con quien estabas?- la sorprendió George al salir del baño.
- ¿Ahora también vigilaras cuánto tiempo tardo en el baño?- respondió Kloe, que aunque estaba nerviosa por hablarle así, sabía que en esta situación él no podría hacer nada.
El resto de la velada Kloe se la pasó pensando solo en lo que había ocurrido en el baño, ella sabía de los malos pasos que su esposo llevaba, él mismo más de una vez estando ebrio se los había confesado, pero el solo hecho de pensar en traicionarlo hacía que su piel se le volviera a erizara.
En su aniversario número uno, Alice muy ilusionada le da la noticia de su embarazo a su novio, Francesco Rucci, un joven apuesto e inteligente descendiente de una familia italiana importante en la ciudad. Él la rechaza y a raíz de eso sus vidas dan un giro de ciento sesenta grados. Con la madre de Francesco culpándola por un terrible accidente que lo deja en coma por meses, Alice se ve obligada a alejarse y criar sola a su pequeña hija Caroline. Él despierta sin recordar nada de su pasado, así que Alice, desconsolada piensa que Francesco simplemente decidió olvidarla y no buscarla más. ¿Podrá Alice sortear todos los obstáculos como madre soltera? ¿Francesco recuperará la memoria y recordara a su mujer y a su hija?
Sara es una joven estudiante universitaria que huyó de su casa, conoció al anciano Rafael Moretti y este le brindó su protección a cambio de que se casara con su nieto. Tres años después Sara seguía sin conocer a su esposo y una noche bajo los efectos de una droga terminó durmiendo con un desconocido que resultó ser su propio esposo. Hugo es un joven empresario que ama disfrutar de la vida y las mujeres, solo hay tres tipos con los que no se mete, menores edad, novias de sus amigos y mujeres casadas, Hugo odia a las mujeres infieles, la ironía de la situación es que él siempre que le es imposible es infiel a su esposa. Hasta que conoce por casualidad a una chica poco femenina y de carácter fuerte que termina siendo la mujer con la que lleva tres años de matrimonio. Ambos quieren divorciarse debido a malos entendidos pero el anciano Rafael Moretti no se lo permitirá hasta que pasen un año conociéndose y conviviendo juntos. ¿Qué les depara el destino? ¿Después de 1 año juntos sus planes aún serán los mismos?
Mi familia era pobre y tenía que trabajar medio tiempo todos los días solo para pagar las cuentas y estudiar en la universidad. Fue entonces cuando la conocí, la chica bonita de mi clase con la que todos los chicos soñaban salir. Era muy consciente de que ella era demasiado buena para mí. De todos modos, reuniendo todo mi coraje, le dije que me había enamorado de ella. Para mi sorpresa, accedió a ser mi novia. Me dijo, con la sonrisa más bonita que he visto en mi vida, que quería que el primer regalo que le diera fuera el último iPhone de gama alta. Un mes después, mi arduo trabajo finalmente valió la pena. Pude comprar lo que ella quisiera. Sin embargo, la pillé en el vestuario besando al capitán del equipo de baloncesto. Incluso se burló despiadadamente de mis defectos. Para colmo, el tipo con el que me engañó me dio un puñetazo en la cara. La desesperación se apoderó de mí, pero no pude hacer nada más que tirarme en el suelo y dejar que pisotearan mi orgullo. Cuando nadie lo esperaba, mi padre me llamó de repente y mi vida cambió. Resulta que soy el hijo de un multimillonario.
Pensé que mi matrimonio podría seguir adelante. El amor platónico también era amor, ¿sí? Pero, estaba totalmente equivocada. Resultó que mi marido no tenía nada malo de cuerpo, todo esto solo porque no fui de su gusto. Conmigo, era un hombre anormal en la cama. Pero con mi madre, ¡podría hacer todo lo que ella deseaba! Y el día, ¡los encontré en la cama juntos! Sin querer afrontar a ellos, decidí saltar del puente. Pero un desconocido me impidió, y me ofreció una propuesta especial. Y yo la acepté, y le entregó mi primera vez por capricho. Después de una noche loca, hui de su casa pensando que nunca volvería a encontrarnos. Luego fui a la fiesta de compromiso de mi tía, y ella hizo alarde de su fiancé frente a mí. Pero este era el mismo desconocido que pasó la noche conmigo. ¡¿Y él pronto sería mi tío político?!
Acusada de asesinato, la madre de Sylvia Todd fue considerada una traidora por toda la manada, condenando a Sylvia a vivir el resto de su vida sola y humillada como una humilde esclava. Lo único que quería la chica era demostrar la inocencia de su madre de alguna manera, pero el destino nunca parecía estar de su lado. A pesar de todo, Sylvia nunca perdió la esperanza. Como el futuro rey licántropo de todos los hombres lobo, Rufus Duncan poseía un gran poder y estatus, pero tenía una inexplicable reputación de ser cruel, sanguinario y despiadado. Sin que todo el mundo lo supiera, había sido maldecido hacía mucho tiempo y se veía obligado a transformarse en un monstruo asesino cada luna llena. Aunque el destino no siempre favorecía a los dos, unió a Sylvia y Rufus como pareja predestinada. ¿Se hará justicia para la madre de Sylvia? ¿Podrán ella y Rufus desafiar todas las normas sociales y permanecer juntos? ¿Tendrán estas dos almas desafortunadas un final feliz?
La felicidad era como un espejismo para Rocío Ouyang, cuando más se acercaba a la felicidad, más se alejaba. Ella acababa de casarse con Edward Mu, pero en su noche de boda todo se derrumbó. Dejando a Rocío embarazada, Edward la abandonó en su noche de boda. Pasados unos años, Rocío renació por completo, cambiando totalmente su personalidad, convertiéndose en la única coronel del ejército. En este momento Rocío comenzó a reflexionar varias preguntas que eran misterios para ella: ¿Por qué los padres de Edward estaban actuando de manera tan extraña? ¿Por qué su padre la odiaba? ¿Y quién estaba tratando de dañar su reputación en el ejército que ella había trabajado tan duro para construir? ¿Y por qué sigues leyendo la sinopsis? ¿Por qué no abres el libro y descúbrelo tú mismo?
Clarissa Chapman, un día, al entregar preservativos a una habitación de hotel, descubrió que su cliente era su... ¿prometido? ¡Atrapó a su prometido y media hermana en la cama! ¡Solo entonces Clarissa se dio cuenta de que su novio de seis años la había engañado! ¿Qué es más ridículo? Su padre dijo que era porque ella no era atractiva y su hermana lo merecía más. Dejó a su prometido idiota, ¡se encontró con su Sr. Correcto en una aventura de una noche! Espera... ¿por qué este hombre se veía exactamente parecido al CEO multimillonario - Anderson Jordan en la televisión? Anderson era de muchas cosas, guapo, considerado y leal. Nunca imaginó que un apuesto como Anderson se enamoraría de ella, hasta ese día... Su familia de pesadilla la encontró, tratando de arrastrarla al pasado miserable... otra vez...