El día que Lilah descubrió que estaba embarazada, vio a su prometido engañándola y casi pierde la vida por culpa del hombre despiadado y su amante. Afortunadamente logró escapar por poco y se fue. Cinco años después, cuando regresó a su ciudad natal, salvó la vida de un niño, cuyo padre resultó ser el hombre más rico del mundo. Desde entonces, todo ha cambiado para Lilah, porque este hombre siempre la protegió. Cuando su exprometido la acosó, él apareció para defenderla. Además, también le dio una buena lección a su malvado padre. Hizo pagar a todos los que la humillaron o maltrataron incluso antes de que ella lo pidiera. La hermana de Lilah estaba enamorada de él y casi lo come con la mirada, pero le mostró un certificado de matrimonio y le dijo: "¡Estoy felizmente casado y mi esposa es mucho más hermosa que tú!". Lila estaba sorprendida. "¿Cuándo nos casamos?". Con una sonrisa traviesa, respondió: "Cariño, llevamos cinco años casados. ¿No crees que es hora de que tengamos otro bebé?". Lilah estaba completamente confundida. ¿De qué diablos estaba hablando?
"Los resultados indican que estás embarazada".
La noticia cayó sobre Lilah Phillips como un puñetazo. Había atribuido sus náuseas matutinas a un virus, no a un bebé.
La cara de asombro de la joven hizo que el médico continuara:
"Es importante que decida si quiere seguir adelante con el embarazo. Siempre hay opciones disponibles, como la interrupción".
Recuperando la compostura, Lilah pidió:
"¿Podría recetarme unas vitaminas prenatales, por favor?".
Con el frasquito de pastillas en la mano, abandonó el hospital, mientras sus pensamientos retrocedían hasta una noche apasionada del mes anterior. El recuerdo de los brazos fuertes, el cuerpo cálido y las feroces embestidas de su novio le sonrojaron las mejillas. Puede que el bebé no estuviera planeado, pero era un testimonio de su amor por Iker Lewis. Estaba decidida a tenerlo.
Cuando llegó a casa y empujó la puerta del dormitorio, Lilah fue recibida con gemidos.
"Oh, Iker. Sí. Sigue".
El horror se apoderó de ella al entrar, con la voz temblorosa por la incredulidad, dijo:
"¿Qué... qué demonios está pasando aquí?".
Iker, sobresaltado, se cubrió rápidamente a sí mismo y a la mujer desconocida que estaba a su lado. Cuando Lilah la reconoció como su hermana pequeña, Adaline, sintió que su corazón se derrumbaba.
Ella había desaparecido siendo una niña y fue encontrada años más tarde, por lo que su familia la trataba como un preciado tesoro. Cada posesión que Lilah tenía se la había regalado a Adaline. Sin embargo, el hecho de que esta persiguiera al hombre que amaba fue una traición inesperada, una puñalada en el corazón que ella nunca había imaginado.
"¡Espera, Lilah, deja que te lo explique!", suplicó Adaline, con la voz temblorosa por el miedo. "No es lo que parece. La verdad es que... siento algo muy fuerte por Iker. No he podido resistirme. Si vas a enfadarte con alguien, ¡enfádate conmigo!".
Antes de que pudiera comprender lo que estaba ocurriendo, la mano de Lilah se estrelló contra la mejilla de Adaline.
La otra parecía realmente conmocionada. Tocando su mejilla enrojecida, se quejó:
"¡Lilah, desahógate conmigo todo lo que quieras! ¡Pero, por favor, no culpes a Iker!".
Al ver la angustia de Adaline, el corazón de Iker se enterneció. La envolvió en un suave abrazo.
"Lilah, es tu hermana. ¿Cómo pudiste reaccionar así? Lo que pasó entre nosotros fue cosa de una sola vez", afirmó.
A Lilah se le revolvió el estómago y vomitó sobre los zapatos de Iker. Al verlo, la expresión del hombre se endureció al instante.
Reuniendo fuerzas, ella replicó:
"¡No finjas inocencia, Iker! ¿Calificarlo de 'algo de una vez' convierte lo que hiciste en algo menos repugnante? ¡Te dediqué los mejores años de mi juventud, y tú desechaste ese amor como si nada!".
Él se quedó sin palabras. No obstante, Adaline intervino:
"Lilah, cálmate. Siempre has sido del tipo reservado. Los hombres tienen necesidades. Solo intentaba ayudar, ¿de acuerdo? Te prometo que no interferiré más. Me voy".
Mientras se preparaba para marcharse, se fijó en un trozo de papel que se había escapado del bolsillo de Lilah. Lo recogió, le echó un vistazo y se lo entregó a Iker, con una expresión de asombro en el rostro.
La joven mantuvo la mirada fija en Iker, esperando su reacción.
De repente, lo invadió por completo la furia.
"¡Lilah! ¿Cómo te atreves a insultarnos? ¿De quién es el bebé que llevas? ¿De un desconocido?".
Lilah sintió que su mundo se desmoronaba a su alrededor.
"¡Iker, yo nunca lo haría! ¿No recuerdas la noche del nueve en el Hotel Crystal el mes pasado? ¿O lo olvidaste?".
"¡Eso es absurdo! ¡Por aquella fecha estaba en el extranjero por negocios!", gritó Iker, furioso ante la idea de que ella estuviera manteniendo relaciones íntimas con otro hombre.
La confusión se arremolinó en la cabeza de la chica. ¿Iker estaba mintiendo? Luego lo comprendió: Adaline la había enviado al hotel aquella noche.
"¡Fuiste tú!".
Al ver la expresión de satisfacción en el rostro de Adaline, fue consciente de que la habían engañado.
Llena de furia, se abalanzó sobre Adaline, dispuesta a vengarse. Pero Iker fue más rápido. Se interpuso entre las dos y empujó a Lilah. Ella chocó contra un armario cercano y un dolor agudo le atravesó el vientre. Le siguió una fuerte sensación de desgarro. Dada la temprana etapa de su embarazo, era un momento delicado. Una mancha roja, lenta pero segura, empezó a extenderse.
El miedo se apoderó de ella y Lilah emitió un grito desesperado:
"¡Alguien, por favor, llama a una ambulancia!".
En lugar de acudir en su ayuda, Iker se limitó a mirarla fríamente. Con los dientes apretados, siseó:
"Quizá sea lo mejor, Lilah. Si interrumpes el embarazo, podría casarme contigo después de todo".
Sus despiadadas palabras la dejaron sin aliento.
Mientras la desesperación la dominaba, Lilah sintió que su conexión con el bebé se desvanecía. Presa del pánico, huyó de la casa. De repente, un par de faros la iluminaron. El dolor se apoderó de ella y todo se oscureció.
Jenna Murphy se casó con Hansen Richards, a quien amaba desde la infancia pero quien más la odiaba. Ella creía que él finalmente la amaría. Pero antes de que su sueño se haga realidad ... un accidente automovilístico se llevó a su padre y llevó a su madre a una situación de muerte en la UCI. Su tío descarado y codicioso incluso se arriesgó y le robó todas las propiedades. Para obtener los honorarios de la cirugía de su madre, Jenna solo podía acceder a divorciarse de Hansen. Pero Hansen suplicó su regalo para la fiesta de cumpleaños de su abuela tratando de arreglar su relación. Sin embargo, Jenna encontró algunas pistas que mostraban que el accidente automovilístico que arruinó a su familia parecía tener alguna relación con Hansen ...
Mi nombre es Alicia, y solo tres palabras han podido definirme durante toda mi vida: adicta al placer. Sí, soy una jodida ninfómana y no temo a decirlo. He vivido cientos de aventuras y he cumplido todas y cada una de mis fantasías más retorcidas, esas que nadie se atrevería a contar en voz alta. Nadie excepto yo. ¿Te atreves a descubrirlas? Eso sí, te advierto que necesitarás dos cosas: lo primero, una mente muy abierta y, lo segundo, un par de bragas limpias...
La vida era un lecho de rosas para Debra, la hija del Alfa, hasta que tuvo una aventura de una noche con Caleb. Estaba segura de que él era su pareja designada por la Diosa de la Luna. Pero este hombre odioso se negó a aceptarla. Pasaron semanas antes de que Debra descubriera que estaba embarazada. Su embarazo fue una vergüenza para ella y para todos los que amaba. No sólo ella fue expulsada, sino que su padre también fue perseguido por los usurpadores. Afortunadamente, sobrevivió con la ayuda de la misteriosa Manada Espina. Pasaron cinco años y Debra no supo nada de Caleb. Un día sus caminos se volvieron a cruzar. Ambos estaban en la misma misión: llevar a cabo investigaciones secretas en el peligroso pueblo de Roz por la seguridad y la posteridad de sus respectivas manadas. Caleb todavía se mostraba frío con ella. Pero con el paso del tiempo, se enamoró perdidamente de ella. Intentó compensar el abandono de Debra, pero la chica ya no lo quería. Estaba empeñada en ocultarle que tenían una hija y también en hacer una ruptura limpia. ¿Qué les deparaba el futuro a los dos mientras viajaban por el pueblo de Roz? ¿Qué tipo de secretos encontrarían? ¿Caleb se ganaría el corazón de Debra y conocería a su adorable hija? ¡Descúbralo!
"Tú necesitas una novia y yo un novio. ¿Por qué no nos casamos?". Abandonados ambos en el altar, Elyse decidió casarse con el desconocido discapacitado del local de al lado. Compadecida de su estado, la chica prometió mimarlo una vez casados, pero no sabía que en realidad era un poderoso magnate. Jayden pensaba que Elyse se había casado con él solo por su dinero, por eso planeaba divorciarse cuando ya no le fuera útil. Sin embargo, tras convertirse en su marido, él se enfrentó a un nuevo dilema: "Ella sigue pidiéndome el divorcio, ¡pero yo no quiero! ¿Qué debo hacer?".
Mi familia era pobre y tenía que trabajar medio tiempo todos los días solo para pagar las cuentas y estudiar en la universidad. Fue entonces cuando la conocí, la chica bonita de mi clase con la que todos los chicos soñaban salir. Era muy consciente de que ella era demasiado buena para mí. De todos modos, reuniendo todo mi coraje, le dije que me había enamorado de ella. Para mi sorpresa, accedió a ser mi novia. Me dijo, con la sonrisa más bonita que he visto en mi vida, que quería que el primer regalo que le diera fuera el último iPhone de gama alta. Un mes después, mi arduo trabajo finalmente valió la pena. Pude comprar lo que ella quisiera. Sin embargo, la pillé en el vestuario besando al capitán del equipo de baloncesto. Incluso se burló despiadadamente de mis defectos. Para colmo, el tipo con el que me engañó me dio un puñetazo en la cara. La desesperación se apoderó de mí, pero no pude hacer nada más que tirarme en el suelo y dejar que pisotearan mi orgullo. Cuando nadie lo esperaba, mi padre me llamó de repente y mi vida cambió. Resulta que soy el hijo de un multimillonario.
Amar y ser amada es lo que toda mujer sueña. Sin embargo, lo único que Debbie quería era el divorcio. Llevaba tres años casada con Carlos, un joven multimillonario a quien ni siquiera había visto la cara. Cuando por fin decidió poner fin a su irónico matrimonio e ir en busca de la felicidad verdadera, apareció su supuesto marido y le pidió que lo intentaran de nuevo. A partir de entonces, Carlos se sentía increíblemente atraído por el espíritu libre y salvaje de Debbie y se enamoró de ella. Él comenzaba a mimarla. Poco a poco, lo que había entre ellos se iba a convirtiéndose en una atracción irrefrenable. Esto es una extraordinaria historia de amor donde descubrirá que, a veces, el amor no está muy lejos de cada uno de nosotros.