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Olivia y Travis se conocieron siendo muy pequeños. Juntos han compartido muchos momentos y Olivia sabe que sin su mejor amigo en su vida, no hubiese podido crecer del modo en que lo hizo. Él la ha apoyado incondicionalmente en cada momento. Luego de una nueva desilusión amorosa, Olivia se siente triste y es su amigo quien está allí para consolarla y también quien le sugiere la más loca promesa de sus vidas. Si ella no encuentra el amor, acabará convirtiéndose en su esposa. Olivia poco a poco supera aquella desilusión amorosa y finalmente después de bastante tiempo conoce a quien se convertirá en su prometido. Ella se enamora profundamente y por causas del destino, la fecha de la boda es para el día anterior al plazo de aquella promesa. Travis observa como su amiga creció y maduró. Ella se convirtió en una preciosa mujer a la que acabó apreciando más allá de su amistad. Él deseaba ser visto como más que su amigo, pero ella jamás se dió cuenta de sus sentimientos. El participa en todos los preparativos de la boda, aún más que el futuro esposo de la mujer que tanto quiere. Llegado el día de la boda algo ocurre e impide que se concrete. Olivia anula aquel compromiso que se ha basado en mentiras. Travis la mira con una pequeña sonrisa en los labios y le advierte que al día siguiente será su boda. Cruzar la línea de la amistad es difícil y más aún después de tantos años. Travis está decidido a enamorarla y hacer su matrimonio duradero. ¿Sería posible para ella dejar de ver en aquel apuesto joven a su mejor amigo? Una luna de miel inolvidable, grandes aventuras de invierno y un hombre luchando por recuperar lo que por desleal perdió marcará su vida para siempre. ¿Será Travis capaz de ganarse su amor o un suceso trágico hará que Olivia aclare sus sentimientos? ¿A quien le dirá Olivia "Secuéstrame en Invierno"?
Olivia Patterson y Travis Fuentealba se conocieron cuando eran muy pequeños. Aunque tenían grandes diferencias, habían logrado complementarse a la perfección. Sus familias creyeron que esa amistad no perduraría mucho tiempo, pero cuando después de una década siguieron siendo inseparables, creyeron que duraría para toda la vida.
Olivia era más sensible que Travis. Ella lloraba con facilidad, mientras que él no recordaba haber derramado una lágrima.
Los dos vivieron múltiples momentos juntos. Ella lo había convencido de ir al médico cuando ni su familia lo lograba y él la había acompañado al ginecólogo en la primera consulta. Los dos eran inseparables y tenían plena confianza entre ellos.
Cuando Olivia conoció a Mark Dumas sintió la primera ilusión del amor. Aquel invierno se había convertido en uno muy especial. Él le había dado su primer beso. Pocos días después ella descubrió que él se comportaba igual con varias chicas y sufrió su primera decepción.
Travis estuvo a su lado escuchando su sufrimiento y dándole ánimos. Aquella "relación" no había durado demasiado y sabía que Olivia pronto olvidaría aquella mala experiencia.
Un año más tarde Olivia comenzaba una relación que parecía destinada al éxito. Llevaba enamorada de ese muchacho algunos meses y se sentía muy ilusionada por descubrir el amor con él. Desgraciadamente también fue una decepción.
Travis y ella acabaron prometiendo que si ella no encontraba el amor para esa fecha, años más tarde, se casarían. Los dos siempre cumplían sus promesas y esa no sería la excepción, aunque era improbable que sucediera.
Olivia se casaría un día antes del plazo que ellos habían propuesto años atrás. Travis y ella recordaban esa promesa con una sonrisa melancólica. Habían pasado tantos años juntos y su amistad solo se había vuelto más sólida cada día.
-¿Estás segura? El matrimonio es un gran paso- Travis la había acompañado a comprar los zapatos que usaría para caminar al altar
-Estoy muy segura. ¿Puedo preguntarte algo?- Travis notó como el color rojo teñía sus mejillas
-Sabes que puedes preguntarme o contarme lo que sea, ¿Sin vergüenza recuerdas?- Le dió una mirada tranquilizadora y la sintió suspirar para calmarse
-¿La primera vez será muy mala? Sabes que nosotros aún no iniciamos ni juntos ni separados- Aquella inquietud persistía. Su prometido no tenía experiencia y ella tampoco
-Dicen que las primeras veces son las peores- Bromeó- Mi primera no fue especial, solo ocurrió, ya lo sabes. Ella tenía experiencia, pero no sé cómo será en una situación como la de ustedes
-Ay Travis, no me has ayudado en nada con esto- Sonrió y continuó probando distintos pares de zapatos
Cuando llegó el día de la boda, algo sucedió. Alguien se oponía a la boda y demostraba que el perfecto prometido no era más que un farsante.
-Podria perdonar muchas cosas, pero esto no- Ella se quitó los anillos y se los dió- Si alguna vez me amaste, espero que hagas lo correcto ahora y te cases con ella en este mismo momento
Los invitados veían la escena con sorpresa y admiración por la entereza que demostraba Olivia en ese momento.
Travis se acercó a ella y le susurró algo en el oído que la sorprendió demasiado.
-Mañana se cumple el plazo Oli- Ella lo miró con duda, ¿En verdad el estaba dispuesto a casarse con ella?
¿Les gustaría saber que sucedió con estos mejores e inseparables amigos?
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AÑOS ATRÁS...
Olivia era una preciosa y solitaria niña de cabellos castaños, piel blanca como la nieve y labios rojos. Sus ojos eran de un precioso color avellana que se volvían más claros u oscuros según el tiempo.
Sus padres estaban preocupados porque siempre estaba sola. Si la llevaban al parque ella no socializaba con otros niños, era demasiado tímida y no sabían cómo ayudarla.
Para el cumpleaños número 7 de la pequeña Olivia, ningún compañero de clase asistió a la fiesta, pero ella sabía que eso pasaría. Sus padres estaban bastante desanimados por eso, pero a ella parecía no importarle.
Olivia se dirigió a la heladería que estaba en su misma calle y compró un cono de helado de chocolate. Al tropezar cuando salió de la heladería, aquel helado cayó al suelo y ella comenzó a llorar viendo su cono vacío.
Travis la había visto entrar y también al salir. No le habló, solo la tomó de la mano y la llevó a comprar otro helado con el dinero que su abuela le había obsequiado.
-No debes llorar por un helado. ¿Cómo te llamas?- El tenía una hermosa sonrisa en su rostro
-Olivia, vivo en esta calle. ¿Cómo te llamas tu?
-Travis. Cruzando la calle vive mi abuela Inés- El no dejaba de sonreír y eso hacia que Olivia lo imitara
Habían compartido aquel helado y también acordado verse al día siguiente para jugar juntos. Travis era su primer y único amigo.
Olivia lo esperó pacientemente en su casa al día siguiente y él fue tal y como había dicho que haría. Ese fue el inicio de una amistad para los dos.
*
Travis era muy apuesto, cabello oscuro y ojos negros, piel clara. No le mostraba a todos su preciosa sonrisa, mayormente permanecía serio.
Sus padres, por trabajo, se habían mudado y la única persona que conocía en la nueva ciudad era a su abuela Inés, aunque eso cambió cuando Olivia llegó a su vida.
Al pasar el tiempo, ellos se volvieron inseparables. Al comienzo de la adolescencia, Olivia quien era dos años menor, tampoco se alejó de él. Muchos creían que se enamorarían o se separarían al comenzar a experimentar el amor, pero eso no sucedió tampoco.
*
Olivia con 15 años se había vuelto una preciosa jovencita. Su cuerpo había cambiado muchísimo y eso los muchachos lo notaban, incluído Travis que pasaba mucho tiempo junto a ella. Él tenía diecisiete años y aunque no había tenido demasiadas experiencias, si tenía interés por algunas chicas de su edad.
-¿Entonces estuviste con Carla?- Olivia sonreía al saber en qué situación su perfecto amigo había tenido una inolvidable experiencia
-Si, aunque no era lo que yo esperaba- Se encogió de hombros recordando lo incómodo que se había sentido
-¿Tenías miedo?- Preguntó dudosa
-¿No lo tendrías tu?- Respondió con una pregunta y Olivia asintió avergonzada
-Creo que sería muy vergonzoso quitarme la ropa. Ya sabes que no me gusta que me miren- Él le dió la mano
-Cuando llegue el momento no te importará demasiado eso si estás con la persona correcta. Eso creo al menos- Olivia rió
-¿Has escuchado hablar a mi madre muchas veces verdad? Te escuchas igual que ella- Lo abrazó riendo
-No se que decir en estos momentos y tu madre siempre repite lo mismo- Él rió con diversión
*
Olivia en aquel momento no estaba desesperada por vivir. Le gustaba alguien, pero creía que el jamás la miraría y no se sentía lista para pensar en sexo aún. Algunas chicas de su edad ya lo habían hecho y ella no era tan ingenua para saber lo que buscaban los chicos.
Travis tampoco sentía urgencia por vivir. Había asistido a una fiesta con amigos y allí estaba Carla, una linda chica pero bastante experimentada para su edad. En la habitación ella tomó el mando y todo ocurrió. Travis, aunque había disfrutado, sintió que algo faltó en ese momento. Deseaba una persona que lo hiciera sentir mejor, tal vez estar con una mujer en quien confiara.
Al llegar a casa esa noche, lo hizo pensando en su mejor amiga. Si tan solo hubiese tenido más confianza en Carla, así como en Olivia seguramente la experiencia hubiese sido mejor.
Lascivia. Lujuria y Deseo Las vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tiene ojos sino dagas de acero que la ponen entre la espada y la pared al sentirse tentada por su superior. Ella sabe que no es sano, bueno, ni correcto sencillamente porque quien incita deseos impuros es el mejor amigo de su novio; Bratt Lewis. Christopher Morgan no es solo el coronel, verdugo y dictador del ejército más importante del mundo, tambien es el terror de la mafia italiana y a futuro el arma que dañara al que predica ser su hermano. Él tenía claro a lo que iba, pero Rachel despertó tentaciones sexuales regidas por aquel pecado desconocido llamado lascivia, demostrando que en cuestiones de pasión no hay amigos, alianzas ni compromisos. Él esta casado y ella sueña con lo mismo, pero la tentación desencadenará entre ellos un torbellino de pasiones, lujurias y deseos que solo viven aquellos que se hacen llamar amantes. "Sus actitudes son las de un desalmado sin sentimientos, pero su físico... Joder, su físico me humedece las bragas." Mafias, ejércitos secretos, infieles, adicciones y engaños. ¿Complicado? No, complicado es convivir con la tentación hecha hombre.
Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…
Lenny era el hombre más rico de la capital. Estaba casado, pero su matrimonio no tenía amor. Accidentalmente tuvo una aventura de una noche con una extraña, por lo que decidió divorciarse de su esposa y buscar a la chica con la que se acostó. Juró casarse con ella. Meses después del divorcio, descubrió que su esposa estaba embarazada de siete meses. ¿La mujer lo engañó? Scarlet estaba buscando a su esposo, pero, por error, los dos pasaron una noche apasionada. Sin saber qué hacer, se escapó presa del pánico, pero luego descubrió que estaba embarazada. Justo cuando estaba lista para explicar lo que le había sucedido a su esposo, este le pidió el divorcio. ¿Descubriría Lenny que la extraña chica con la que se había acostado era en realidad su esposa? Más importante aún, ¿su matrimonio sin amor mejoraría o empeoraría?
Sólo había un hombre en el corazón de Raegan: Mitchel. Tras dos años de matrimonio quedó embarazada. Raegan se sintió muy feliz. Pero antes de que ella pudiera darle la noticia, él solicitó el divorcio porque quería casarse con su primer amor. Más tarde, Raegan tuvo un accidente y, tumbada en un charco de su propia sangre, le pidió ayuda a Mitchel. Sin embargo, se fue con su primer amor en brazos. Afortunadamente, Raegan escapó por poco de la muerte y decidió retomar su vida. Años después, se hizo famosa en casi todo el mundo. Después del divorcio, Mitchel se sintió muy incómodo. Por alguna razón, empezó a extrañarla. Le dolió el corazón cuando la vio sonreírle a otro hombre. En la ceremonia de su boda, él irrumpió y se arrodilló. Con los ojos rojos, preguntó: "¿No dijiste que tu amor por mí era inquebrantable? ¿Por qué te casas con otro hombre? ¡Vuelve a mí!".
Andres tenía fama de insensible y despiadado hasta que conoció a Corinna, la mujer cuyo único acto heroico descongeló su frío corazón. Por culpa de la conspiración de su padre y su madrastra, Corinna estuvo a punto de perder la vida. Afortunadamente, el destino intervino cuando rescató a Andres, el heredero de la familia más influyente de Driyver. El incidente les llevó a trabajar juntos, y su ayuda mutua se convirtió rápidamente en un romance inesperado que dejó a todo el mundo boquiabierto. ¿Cómo es posible que un soltero tan distante se haya convertido en un hombre tan enamoradizo?
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