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A un joven, con cáncer terminal, se le ofrece la oportunidad de ser un super. En el transcurso de descubrir sus súper poderes se debate entre ser un héroe o un villano.
A un joven, con cáncer terminal, se le ofrece la oportunidad de ser un super. En el transcurso de descubrir sus súper poderes se debate entre ser un héroe o un villano.
Me llamo Osiel y esta es mi historia. Una historia que no tendrá un final feliz, porque estoy a punto de morir. Tengo 23 años y hace unos meses me diagnosticaron cáncer terminal. Los médicos dicen que no hay nada que puedan hacer por mí, que solo me queda esperar el inevitable desenlace.
No es la primera vez que la vida me golpea con crueldad. Desde que tengo memoria, he sufrido más de lo que nadie debería. Mi infancia fue un infierno de abusos, violencia y pobreza. Mi padre era un alcohólico que nos maltrataba a mí y a mi madre. Mi madre era una drogadicta que nos abandonó cuando yo tenía 10 años. Mi hermana menor murió de hambre en mis brazos cuando yo tenía 12 años. Mi único amigo fue asesinado por una pandilla cuando yo tenía 15 años. Mi novia me dejó por otro cuando yo tenía 18 años. Mi sueño de estudiar y ser alguien en la vida se desvaneció cuando tuve que trabajar en un taller mecánico para sobrevivir.
No sé por qué la vida me ha tratado tan mal. No sé qué he hecho para merecer tanto sufrimiento. Tal vez sea una prueba, tal vez sea un castigo, tal vez sea una broma cruel del destino. Lo único que sé es que no tengo nada por lo que vivir, nada por lo que luchar, nada por lo que esperar. Solo me queda contar mi historia, antes de que sea demasiado tarde.
Pero no todo en mi vida ha sido malo. Hay algo bueno que me ha dado la vida, algo que me hace sentir un poco de paz y gratitud. Se llama Flor y es la enfermera que me cuida en mis últimos días. Flor es una mujer hermosa, de ojos verdes y cabello castaño, que siempre me trata con respeto y amabilidad. Ella me escucha, me apoya, me hace sonreír, me hace sentir humano. Ella es la única persona que me visita, la única que se preocupa por mí, la única que me respeta. Ella es la luz de mi vida, la flor de mi jardín, el ángel de mi cielo.
No siento amor por ella, no de ese tipo de amor que te hace perder la cabeza y el corazón. No quiero enamorarme de ella, no quiero ilusionarme con ella, no quiero hacerle daño a ella. Sé que ella tiene su vida, sé que yo no soy parte de ella, sé que yo no le pertenezco a ella. Solo siento un bonito cariño por ella, un sincero agradecimiento por ella, un profundo respeto por ella. Solo quiero que sea feliz, que sea libre, que sea ella.
No quiero decírselo, no quiero confundirla, no quiero incomodarla. Quiero dejarla ser, quiero dejarla ir, quiero dejarla vivir. Quiero disfrutar cada momento, quiero agradecer cada instante, quiero morir tranquilo. Quiero que me recuerde, que me sonría, que me bendiga.
Y tal vez hoy sea el día, tal vez hoy sea la hora, tal vez hoy sea la oportunidad. Porque ella acaba de entrar al cuarto, con una bandeja en sus manos, con una sonrisa en sus labios, con una mirada en sus ojos. Ella acaba de entrar al cuarto, para darme de comer, para cuidarme, para acompañarme.
- Hola, Osiel. ¿Cómo te sientes hoy? – me dice Flor, mientras me acomoda la almohada y me sirve un plato de sopa.
- Hola, Flor. Me siento igual que ayer, y que anteayer, y que todos los días. Cansado, débil, dolorido. – le respondo, con una voz ronca y apagada.
- No digas eso, Osiel. Tienes que ser positivo, tienes que tener fe, tienes que luchar. – me dice Flor, con una voz dulce y animada.
- ¿Para qué, Flor? ¿Para qué ser positivo, si no hay esperanza? ¿Para qué tener fe, si no hay milagros? ¿Para qué luchar, si no hay victoria? – le digo, con una voz amarga y resignada.
- Para vivir, Osiel. Para vivir cada día como si fuera el último, para vivir cada momento como si fuera el mejor, para vivir cada instante como si fuera el único. – me dice Flor, con una voz firme y sincera.
- ¿Y qué es vivir, Flor? ¿Qué es vivir, si no puedo hacer nada, si no puedo ir a ningún lado, si no puedo ser nadie? ¿Qué es vivir, si solo estoy aquí, en esta cama, en este cuarto, en este hospital? ¿Qué es vivir, si solo te tengo a ti? – le digo, con una voz triste y agradecida.
- Vivir es respirar, Osiel. Vivir es sentir. Vivir es amar. Vivir es respirar el aire que te rodea, sentir el calor que te abriga, amar a la persona que te cuida. Vivir es respirar, sentir y amar. Y tú puedes hacer todo eso. Tú puedes respirar, tú puedes sentir, tú puedes amar. – me dice Flor, con una voz suave y cariñosa.
- ¿Y tú, Flor? ¿Tú puedes respirar, sentir y amar? ¿Tú puedes vivir, Flor? ¿Tú eres feliz, Flor? – le digo, con una voz curiosa y preocupada.
- Yo puedo respirar. Yo puedo sentir. Yo puedo amar. Yo puedo vivir. Yo soy feliz, Osiel. – me dice Flor, con una voz tranquila y sonriente.
- ¿Y a quién amas, Flor? ¿A quién amas? – le digo, con una voz nerviosa y celosa.
- A muchas personas, Osiel. A muchas personas amo. A mi familia, a mis amigos, a mis compañeros, a mis pacientes. A todos ellos amo. – me dice Flor, con una voz evasiva y confusa.
No sé qué decir y no sé qué pensar. Me quedo mudo, me quedo quieto, me quedo atónito. Ella me mira, me sonríe. Yo la siento, yo la miro, yo la sonrío. Nos quedamos así, un rato, un corto rato, un incómodo rato.
Luego, ella se levanta, se aleja yse disculpa. Dice que tiene que irse, dice que tiene que trabajar, dice que tiene que cuidar a otros pacientes. Dice que volverá, que me quiere, dice que me espera. Yo le digo que sí, yo le digo que yo también, yo le digo que la quiero.
Ella sale del cuarto, cierra la puerta y se va. Yo me quedo solo, y confundido. Enciendo la tele. Quiero ver las noticias.
En la pantalla, aparece un reportero con un traje azul y una corbata roja. Tiene el pelo negro y los ojos marrones. Habla con una voz seria y emocionada.
- Buenas tardes, estamos en directo desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida, donde se está celebrando una rueda de prensa histórica. La NASA acaba de anunciar que ha descubierto un nuevo elemento en Marte, gracias a la misión Perseverance. Se trata de un elemento que no existe en la Tierra, que tiene propiedades extraordinarias y que podría revolucionar la ciencia y la medicina. Han nombrado al nuevo elemento como Quantumzeno.
El reportero se calla y se escucha un aplauso. En la pantalla, aparece una imagen de una sala llena de periodistas, científicos y autoridades. En el centro, hay un podio con un cartel que dice: "NASA: Descubrimiento de Quantumzeno". Detrás del podio, hay dos hombres que sonríen y se abrazan. Uno es el científico Howard, el director de la misión Perseverance. Tiene el pelo blanco y las gafas redondas. El otro es el millonario y visionario Leonardo, el fundador de la empresa QuantumZen, que financia la investigación del Quantumzeno. Tiene el pelo rubio y la barba recortada.
El reportero vuelve a hablar.
- Estos dos hombres son los responsables de este hallazgo sin precedentes. El científico Howard y el millonario Leonardo han trabajado juntos durante años para explorar Marte y buscar el Quantumzeno. Ahora, dicen que están desarrollando una cura a todas las enfermedades, basada en el Quantumzeno. Afirman que el Quantumzeno tiene la capacidad de regenerar las células, reparar el ADN, eliminar los virus y estimular el sistema inmunológico. Dicen que el Quantumzeno es la clave para la salud, la longevidad y la felicidad.
El reportero se calla y se escucha otro aplauso. En la pantalla, aparece una imagen de Howard y Leonardo, que se acercan al podio. Howard toma el micrófono y habla con una voz calmada y confiada.
- Buenas tardes, damas y caballeros. Gracias por estar aquí. Hoy es un día histórico para la humanidad. Hoy, les presentamos el Quantumzeno, el elemento más maravilloso y misterioso del universo. El Quantumzeno es el resultado de años de investigación, exploración y colaboración. El Quantumzeno es el fruto de nuestro sueño, nuestro esfuerzo y nuestra pasión. El Quantumzeno es el regalo de Marte, el planeta rojo, el planeta de la vida.
Howard hace una pausa y mira a Leonardo. Leonardo toma el micrófono y habla con una voz entusiasta y carismática.
- Buenas tardes, damas y caballeros. Gracias por su atención. Hoy es un día histórico para la humanidad. Hoy, les ofrecemos el Quantumzeno, el elemento más poderoso y beneficioso del universo. El Quantumzeno es el inicio de una nueva era, una era de progreso, de innovación y de transformación, una era que nos llevará al futuro de la humanidad, una era de heroes. El Quantumzeno es la solución a todos los problemas, a todas las enfermedades, a todas las dolencias. El Quantumzeno es la esperanza de Marte, el planeta rojo, el planeta de la cura.
Leonardo hace una pausa y mira a Howard. Howard y Leonardo se sonríen y levantan las manos. En la pantalla, aparece una imagen de un frasco con un líquido azul brillante. En el frasco, hay una etiqueta que dice: "Quantumzeno: La cura a todas las enfermedades".
Apago la tele.
En mi mente, solo hay una pregunta, una pregunta que me atormenta, una pregunta que me desespera.
¿Será verdad? ¿Será verdad? ¿Será verdad?
De repente, escucho un ruido, un ruido que me sobresalta. Alguien llama a la puerta. ¿Quién será?.
Me levanto con dificultad y voy hacia la puerta.
Frente a mi hay dos hombres. Uno lleva un traje blanco con una insignia. Me miran con seriedad y me hablan con firmeza.
- Buenas tardes, señor Osiel. Somos agentes de la NASA y de QuantumZen. Tenemos que hablar con usted. Es urgente. – me dicen.
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