Liam, un joven ambicioso y decidido, está a punto de perder su empresa. Cuando se entera de que podría salvarla casándose con la hija de su padre empresario, decide aceptar la oferta. Pero, a medida que conoce a Elena, una joven inteligente y atractiva, empieza a sentir una atracción inesperada por ella. Al mismo tiempo, Elena siente que la relación se está poniendo más profunda, y se pregunta si Liam siente lo mismo que ella. ¿Qué ocurrirá si Elena descubre la verdad sobre el contrato? ¿Y sí Liam, se entera el secreto de Elena? ¿Se perdonarán?
Matrimonio entre curvas.
-Cásate con mi hija –dice sin rodeos, Liam lo contempla como si le hubiera salido dos cabezas más.
-Ahora si... enloqueciste –murmura.
-Piénsalo, salvare tu empresa... y el legado de tu padre. El cual, no supiste manejar.
-¡No es de tu incumbencia yo...!
-Te avisé que esos chinos no eran de confianza –regaña a Liam, quien lo observa con enojo.
-Es mi jodida vida, no eres mi padrastro –espeta con enojo, y se acerca al hombre dando dos pasos. Eduardo, no se intimida ni un pelo. Sus ojos vagan a las expresiones llenas de ira, por parte de Liam.
-Me preocupo por ti... –menciona y Liam estalla en una carcajada.
Narrador.
La fiesta, se encuentra en su máximo apogeo. Las luces brillan, los invitados son iluminados. La música, le da al ambiente un ligero toque de elegancia y sensualidad. Hay muchas telas brillantes, aromas y colores vibrantes. En el medio de la pista, se encuentra Elena. Una joven dama, de 26 años. Sus ojos grises, observan todo maravillado; no le es permitido asistir a este tipo de eventos. Pero Elena, es testaruda; convenció a su padre y su asistencia fue exitosa. Sus dientes blancos, aparecen bajo un manto estrellado de luces incandescentes. Toma su vestido, avanza. El color dorado, encandila a la envidia de algunas invitadas; Elena no se percata.
A la distancia, visualiza a Liam. Elena, siempre esperó encontrarse en cada fiesta con él. Cuando era más pequeña, su aspecto; no era el más deseable. Sufría de sobrepeso y acné, junto con enormes gafas cuadradas. Ahora, después de mucho ejercicio y dieta;se sentía segura. Sin embargo, las curvas seguían ahí.
Elena suspira, observa a su amor imposible, con una media sonrisa. Sus pasos, se vuelven torpes, hasta toparse con una figura masculina. Gabriel, un millonario, interesante para la mayoría de las solteras; siempre había tenido como objetivo: conquistar a la hija del millonario mas importante.
-Hola bonita... -comenta y Elena, desvía la vista hacia Liam; ya no está.
"¿Dónde estará?", se pregunta.
-¿Elena? –la pregunta despierta a Elena, quien frunce el ceño. Casi olvidando su compañero de baile.
-Lo lamento... -murmura cabizbaja. Gabriel, le da una vuelta, sosteniendo su cintura. Estan girando por toda la pista de baile, con elegancia. Pero cualquiera que los presenciara, supondría que la dama se siente incómoda.
-Te noto distraída –menciona y Elena niega.
-Claro que no su alteza –espeta con respeto. Gabriel, es un duque.
-No me digas así... siento que estamos en el 1800 –bromea y ella sonríe.
-Lo lamento... -vuelve a repetir. Baja el rostro, Gabriel. La toma de la cintura, para girarla. Elena, siempre tomó clases de baile. Es algo que le apasiona.
"¿Cómo será bailar con Liam?", esa pregunta se forma en sus pensamientos. A continuación, sus pensamientos son interrumpidos; por la cercanía del cuerpo. Gabriel, la toma de la cintura y de la nuca: está listo para besar a Elena.
"¿Este... será mí primer beso?", piensa.
De pronto, una mano se atraviesa entre ambos cuerpos.
-¿Puedo bailar con usted? –Liam Cole, sorprende a la pequeña mujer. Abre los ojos sorprendida, nunca en su vida hubiera esperado algo así.
Con una sonrisa, la cual no pudo disimular, asiente.
"¡Compórtate Elena!", se regaña.
-Claro... -menciona menos ansiosa, y Liam la lleva lejos del duque; quien está echando chispas por la intervención.
Liam observa a la joven sonriente, ve con una mueca un trozo de lechuga en su colmillo. Se muerde los labios, sus ojos se desvían por encima de su cabeza. No sabe que palabras buscar, Elena se siente confusa.
"¿No se siente cómodo a mi lado?".
-¿Ocurre algo? –pregunta curiosa.
-Es que... tiene... un... tiene un trozo de lechuga en el diente –menciona y avergonzada Elena, se suelta del agarre masculino. Liam, la aparta del resto. Se acercan al balcón, Elena se frota el dedo en sus dientes.
-¿Mejor? –pregunta dudosa y el asiente, con una sonrisa. Liam, nunca mostraba sus dientes en público.
Elena se queda quieta, observándolo.
"Ya puedo morirme", piensa.
-¿Volvamos? –sugiere su acompañante, Elena sonríe sin poder evitarlo y juntos se dirigen a la ansiada pista.
Sus manos se entrelazan con precisión. La sonrisa presente en ambos, es notable. Se sienten conformes en la compañía mutua. Pero para algunas mujeres, este momento es una blasfemia.
A tres metros de distancia, las hermanas Werns, observan a la pareja bailando con sorpresa. Camille, se acerca al oído de María.
- ¿Viste que espanto? La gorda y el soltero ¡más codiciado! Ja, parece una broma –espeta con rencor.
-Sí... la gorda lo atrapó –masculla entre dientes, María con enojo. Ambas asienten, pero deciden cambiar de tema.
Elena, siente las miradas despectivas de ambas mujeres.
-¿Estas bien? –pregunta Liam. Comienza un tema más movido, ambos sonríen para mover sus atributos. Liam, se queda perplejo, los senos de Elena se tambalean y no puede quitar la vista. Elena, está demasiado entretenida para percatarse de aquella mirada lujuriosa.
Gira su cuerpo, al volver al centro se tambalea. Pero unas manos fuertes, la sostienen de la cintura. Ambos tienen sus rostros, muy cercas. Elena se sonroja, nunca antes se encontró a esa distancia de Liam Cole.
-Qué bonita eres... -murmura, y Elena siente que está en el cielo.
-Tú también... -comenta y él empieza a reírse. Elena lo mira con el ceño fruncido.
-Es decir... gracias por decirme que soy "bonita" -habla divertido, y ella lanza una corta risita, sintiendo alivio.
-Bueno "bonita Liam" –menciona y su acompañante sonríe.
De pronto, la luz se corta. Elena, quien le tiene miedo desde pequeña, se abraza a Liam. El hombre, la sostiene de la cintura. Ambos sienten cuerpos chocando entre sí, el balbuceo es insoportable. Gritos y risas, abundan.
-¡Lo lamento, hemos tenido un corte ahora se regenerará! –exclamaba, Eduardo, el anfitrión.
-Bueno... ¿vamos a la luz de la luna? –sugirió Liam y Elena asintió, su rostro fue iluminado por el entusiasmo compartido.
Ambos se alejaron del tumulto de gente, tomados de la mano. Elena fue la primera en salir, cierra los ojos ante el agradable aire fresco. Liam, al ver su rostro relajado sonríe. Después sus ojos se desvían a las estrellas.
-Es muy bonito sin luz –comenta Elena, y él asiente.
-¿Tienes un sueño? –pregunta y ella niega.
-No –confiesa. Liam frunce las cejas, sin poder creer que una persona no tenga un sueño.
-¿Cómo qué no? Todos tenemos un sueño, un propósito –responde, y Elena se encoge de hombros.
-Yo creo... en disfrutar el presente ¿No es maravilloso? Estamos bajo el manto de estrellas... -pronuncia y después gira en dirección a Liam –y estamos vivos, respirando el mismo aire ¿esto no es perfecto? ¿Para qué quiero un sueño? Quizas nunca se cumpla, y desperdicie el presente pensando en ello.
Liam asiente, la chica, era muy sabia. Aunque, se veía pequeña, pero... con curvas muy bien distrbuidas. Elena, se acerca a la baranda, estira sus brazos y observa abajo. Liam aprovecha para observar la curva perfecta de su trasero redondo.
"Qué pedazo de...", piensa.
-Liam... -le llama y Liam, abre los ojos con sorpresa temiendo haber escuchado sus ardientes pensamientos. Por primera vez, su rostro se sonroja.
-Creo... que... quiero hacer algo –comenta, se acerca a Liam quien observa a la mjer maravillado. Ella le dedica una sonrisa timida, se coloca en puntilla de pie y le da un beso en los labios.
Liam se sonroja, por segunda vez en su vida. Y se da cuenta por primera vez en su vida:
"Ella... va a ser mí esposa", piensa en silencio.
-¿No... te gustó? –pregunta apenada. Liam, no mueve un solo musculo. Se queda en silencio, quieto como estatua.
Niega, entonces la chica, se da la vuelta avergonzada. Algo la detiene. Al girar su rostro, de forma rápida, Liam la toma entre sus brazos y la besa. Elena, incapaz de corresponder por la sorpresa; deja caer sus brazos en ambos lados de su cuerpo. Liam tiene los ojos cerrados y su lengua, quiere probar cada rincón dulce de su boca.
Elena, perdida mueve los labios indecisa. Sin comprender realmente, como actuar. Pronto se percata y sigue el movimiento de Liam. El beso, es hermoso para ambos. Y Elena, al ver un pequeño destello, se separa de Liam.
-Volvió la luz –confiesa cabizbaja y él asiente.
-Sí... ¿vamos a bailar? –propone y Elena con una enorme sonrisa asiente.
Isabella, una joven inocente, se ve envuelta en una apuesta con el seductor caballero Alejandro. Si gana, Alejandro la protegerá y la cuidará. Si pierde, ella perderá su virginidad a los ojos de Alejandro.
Observé de reojo al joven que estaba a unos metros delante de mí, Eric. Era el hijo de mi mejor amiga, Laura. Suspiré bajando la vista, pero no pude evitar verle. Ultimamente, para ser sincera podía llegar a jurar que el chico, se veía mas atractivo que antes. A sus veinte años, parecía un hombre sacado de una revista para mujeres maduras. Mis mejillas se tornaron rojas, y tuve que sostener con fuerza mi vestido. Mis ojos se volvieron frágiles ante la imagen que tenía frente a mí. Cuando flexionó sus brazos para sonreírle a mi hija, sentí un nudo extraño en mi garganta. Olivia, tenía la misma edad que Eric. Laura, me pasó un mate y desperté de la ensoñación, de observar la sonrisa de su hijo. -¿Estás bien? –cuestionó bajo una mirada intimidante, asentí enfocando mi vista a los dos. Eric, rodeaba en un abrazo a Olivia, tragué saliva en seco –son adorables. -Lo son –comenté sin titubear, si tan solo un solo sonido de mi voz sonaba insegura, Laura se tiraría sobre mí como una gacela. La conocía demasiado bien para saber que era curiosa, en demasía. -Entonces... ¿saldrás con el ingeniero? –su pregunta, provocó que mi concentración volviera a ella. Suspiré asintiendo, ¿qué le podría decir? De todos modos, ya era demasiado extraño que quisiera quedarme con su hijo en la ciudad. Yo tenía una casa en la capital, y me había ofrecido para que él fuera a vivir allí una temporada, incluso Laura fuera para hacerme compañía. No pretendía comenzar a mirar a Eric con otros ojos.
Una enfermera encuentra a una niña congelada en el exterior de su hospital y la rescata. Después de atenderla, descubre que la pequeña tiene un don mágico que le permite curar heridas y predecir el futuro. La niña la lleva a su manada, y se desarrolla una tensa relación con su cruel padre, el Rey de la Manada.
Unidos por un matrimonio arreglado, Lina y Mateo se encontraron por primera vez en la noche de su boda. Sin embargo, Mateo sólo tenía ojos para su herencia y no para Lina, y la abandonó en cuanto obtuvo lo que buscaba: cuatrillizas. Cinco años después, un anciano de la familia empieza a sospechar que los dos no están enamorados, ejecuta un plan para arruinar la herencia de Mateo si no puede demostrar su amor a Lina. Con la presión de los dos lados de la familia, Mateo hace una propuesta arriesgada a Lina: fingirán ser amantes y recuperarán la herencia. Pero el destino tiene otros planos, y mientras más tiempo pasan juntos, más difícil es ocultar sus secretos y, aún más importante, el creciente amor que los une.
Kiara despierta en una carcel, había sigo secuestrada por unos desconocidos. Esperando no encontrar el peor amo, alguien la salva, un hombre lobo cuyo nombre es Alexander. Emilia, hermana de Alexander descubre que Kiara es su pareja, al parecer reencarnada en una humana. Pero él se niega a creer eso. Ella la cura y le borra la memoria. Vuelve a su vida normal ya la universidad, encontrándose aun profesor muy sensual, Alexander.
—No... —susurra Sol con dolor, su mano se posa sobre su pecho como si buscara calmar el latido desbocado de su corazón, pero la comprensión parece escaparse de ella. —Lo lamento, Sol —la voz del hombre resuena grave. —¿Por qué no me lo dijiste? —pregunta Sol con una angustia que le oprime el pecho, y se deja caer de rodillas ante él.—¡Era tu esposa! Tenemos una hija... ¡No! —Yo... no sabía cómo hacerlo. Temía que... que no me recordaras, Sol. Y el doctor no lo recomendaba… y… —murmura con la voz quebrada, y Sol sacude la cabeza con incredulidad antes de levantarse. —No quiero... —susurra, tragando el aire con dificultad antes de reunir el valor para decirlo en voz alta. —No quiero volver a verte... nunca más. —¡Sol! ¡Por favor, Sol! —grita el hombre.
Ella cayó en la trampa de su hermana y tuvo una aventura de una noche, y, peor aún, se quedó embarazada. Cuatro años después, cuando regresó con su hijo, un caballero encantador apareció en su vida. Desde el momento en que ella lo vio, le pareció familiar, pero no encontró la razón hasta que vio a su hijo junto a él.
"¡Nunca dejes que nadie te trate así!". Lo aprendí de la manera difícil. Durante tres años, viví con mis suegros. No me trataron como a su yerno, sino como a un esclavo. Aguanté todo gracias a mi esposa, Yolanda Lambert. Ella fue la luz de mi vida. Desafortunadamente, mi mundo se vino abajo el día que la sorprendí engañándome. Nunca he estado tan roto. Revelé mi verdadera identidad para poder vengarme de ellos. Yo no era otro que Liam Hoffman, ¡el heredero de una familia con billones de dólares en activos! Los Lambert estaban completamente conmocionados después de la gran revelación. Se dieron cuenta de que habían sido tontos al tratarme como basura. Mi esposa incluso se arrodilló y me rogó que la perdonara. ¿Qué crees que hice? ¿La perdonaré o la castigaré? ¡Descúbrelo en el libro!
Clara Goodman, es la primogénita de la familia Goodman, una familia de empresarios de Nueva Zelanda, su madre murió cuando ella tenía seis años, y su padre volvió a casarse poco después con una mujer que la odiaba, más aún cuando nació su hija, y hermana de Clara, Karen, a la que su madrastra consideraba la verdadera heredera de la fortuna Goodman. Justo por eso hace que la vida de Clara durante su infancia un auténtico infierno. Los años más felices de la heredera, fueron cuando fue enviada por su padre, que desconocía lo que verdaderamente pasaba en su casa, a los Estados Unidos, exactamente a Washington, para estudiar en la Universidad, cumpliendo así la promesa que le hizo a la madre de Clara. Una noche que una compañera de la universidad le hicieron una jugada, tras emborracharla, Clara acabó pasando la noche con un desconocido, que resulto ser el multimillonario turco más poderoso de Asía, Azize Osman, Dueño del grupo Osman. A la mañana siguiente, Clara huyó, avergonzada sin dejar rastro de quién era ella, por el contario Azize pensó, en un principio, que ella era mujer de la noche, hasta que descubrió unas manchas rojas entre las sábanas, y supo que él había sido su primer hombre, y eso él nunca lo olvidaría. Pero lo peor estaba por llegar, cuando dos meses después Clara descubrió que estaba embarazada. Ella quiso pedir ayuda a su padre, pero eso nunca llegó, gracias a la manipulación de su madrastra, que le ofreció una cantidad de dinero enorme para que pudiera vivir, a cambio de que ella rechazara su herencia, todo lo que Clara conocía acabó, fue así como Clara se encontró embarazada, y expulsada de su familia. Pero todo cambio siete años después, cuando el inteligente hijo de Clara, Mack Goodman, quiso saber quién era su padre biológico, y gracias a su excepcional inteligencia, y a sus habilidades informáticas de genio, sin que su trabajadora y famosa arquitecta madre lo supiera, no sólo descubrió quien era, sino que, además, ideo un plan para que ambos estuvieran juntos para siempre. ¿Saldrá el plan como quiere este pequeño genio? ¿Es ya demasiado tarde? ¿Podrá Clara vengarse de quiénes le hicieron tanto daño? Muchas preguntas por responder, en mi próxima novela.
Todo el mundo esperaba con impaciencia que Rhett se divorciara de Jillian para poder estar con su amor de la infancia. Pero cuando él por fin convocó una rueda de prensa, no fue para anunciar su divorcio, sino para presentar con orgullo al público a su hijo recién nacido. "Ha habido rumores de que mi mujer y yo nos estamos separando. Estoy aquí para aclarar las cosas de una vez por todas. Estamos felices y enamorados, y recientemente hemos sido bendecidos con nuestro angelito".
Hace cinco años, la familia Powell quebró. Madeline Powell dio a luz a gemelos; dejó uno con el padre del niño y se llevó al otro. Años espués, Madeline regresó como líder de Internet de opinión. Sin embargo, alguien se enteró de su regreso. El hombre la pellizcó por la barbilla y se burló fríamente: "Has publicado muchos videos en Internet, ¿qué tal filmamos algo picante juntos?". Los ojos de Madeline se abrieron y su garganta se secó. Al día siguiente, vio a un niño pequeño que se parecía exactamente a su hijo en la casa del hombre. Madeline no pudo evitar besar la mejilla regordeta del pequeñito. Sorprendentemente, el niño no estaba contento. Puso una cara solemne y preguntó: "¿Qué estás haciendo?". Madeline estaba furiosa. ¿Cómo pudo ese hombre haber hecho que su hijo fuera tan desagradable como él?
Aitor, un hombre de 25 años, con una novia, con quien lleva 3 años de relación, conoce una joven de 17 años con quien se hace un amigo incondicional, cuando estaba dispuesto a comprometerse con su novia, descubre que lo engaña y comienza una extraña relación de amistad con aquella joven; no estaba acostumbrado a amigas mujeres sin sexo, pero con esta joven aprende que es posible una relación de amistad entre un hombre y una mujer; sin embargo, sin darse cuenta se empieza a enamorar de su joven amiga.