/0/13944/coverbig.jpg?v=573d7b0b1f525f3592d5d4bba7a6197f)
Para el público, ella era la secretaria del CEO. A puerta cerrada, era la esposa que él nunca reconocía oficialmente. Jenessa estaba eufórica cuando se enteró de que estaba embarazada. Pero su alegría se vio reemplazada por el temor cuando su marido, Ryan, se reunió con su primer amor. Con el corazón encogido, decidió dejarlo libre y marcharse. Cuando volvieron a encontrarse, Ryan se fijó en el vientre prominente de Jenessa. "¿Quién es el padre del niño?", le preguntó. Pero ella se limitó a burlarse. "¡No es asunto tuyo, mi querido exmarido!".
"Señorita Wright, ¡felicitaciones! Su bebé está muy sano".
Jenessa Wright salió del hospital aturdida, apretando con fuerza el resultado de la prueba de embarazo.
Mirando hacia abajo, se acarició distraídamente el vientre, aún plano, y no pudo evitar sonreír de felicidad.
Estaba embarazada...
Reprimiendo su excitación, se apresuró a sacar su celular para llamar a Ryan Haynes, su esposo, emocionada por compartir la maravillosa noticia. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de marcar su número, su celular empezó a zumbar.
Hablando del rey de Roma...
Recibió un mensaje de Ryan que decía: "Ven al Hotel Imodon ahora mismo".
¿Hotel Imodon? ¿Por qué quería que ella fuera a ese lugar de repente?
La chica quedó desconcertada, pero no dudó mucho, tomó un taxi y se dirigió directamente al hotel.
Ya que Ryan quería verla, pensó que podría darle la buena noticia en persona.
En el asiento trasero del vehículo, la mujer sonrió para sus adentros, preguntándose cómo reaccionaría su esposo ante su embarazo.
Con el corazón latiéndole a mil por hora, la joven llegó al hotel. Apenas se bajó del auto, se dio cuenta de que el vestíbulo estaba adornado con flores y una flamante alfombra roja, claramente preparada para una celebración.
Al ver eso, se detuvo, momentáneamente estupefacta, antes de recordar que ese día era su aniversario de boda.
¿Quizás Ryan quería darle una sorpresa?
El vestíbulo bullía de invitados, con sus risas y charlas llenando el ambiente.
Jenessa se abrió paso entre la multitud. Gracias a su sencillo atuendo, pasó desapercibida.
No tardó en divisar al hombre deslumbrantemente guapo que destacaba entre la gente.
No era otro que su marido, Ryan, el padre de su hijo.
Pero, justo cuando una sonrisa empezaba a dibujarse en sus labios, vio a la mujer que estaba junto a su esposo, y su sonrisa se congeló.
Se trataba del primer amor de Ryan: Maisie Powell.
¿Cuándo había regresado esa mujer a la ciudad?
Jenessa se quedó paralizada, mientras los veía entretener a los invitados como si fueran la pareja perfecta.
Sus amigos los rodeaban y parecían felicitarlos.
"Maisie, por fin estás en casa. Merece la pena un brindis".
"Ryan, después de todos estos años, Maisie y tú por fin se han vuelto a reunir. ¿Por qué no tomen una copa de celebración?".
Poco a poco, las risas se hicieron más fuertes.
Maisie, vestida con un sensual vestido rojo y con un maquillaje exquisito, esbozó una sonrisa amable. "Dejen de molestarnos, chicos. Ryan ya tiene esposa".
Ante ese comentario, los que estaban alrededor pusieron cara de desdén.
"¿Jenessa? ¡Por favor! Ryan solo se casó con ella para complacer a su abuela".
"¡Exactamente! Él siempre ha querido casarse contigo, ¿verdad, Ryan?".
El susodicho, quien parecía un príncipe con su traje a medida, destilaba elegancia y nobleza.
"Bueno, ya basta; dejen de molestar a Maisie", dijo él con frialdad. "Como ella no puede beber, yo tomaré por ella".
En cuanto él dijo esto, las risas y burlas de sus amigos se intensificaron aún más.
"Oye, Ryan, ¿qué demonios? Estás siendo muy protector con Maisie, ¿no? ¡Está bien! Si ella no puede tomar, tú tendrás que beberte su parte. Y no puedes irte hasta que hayas terminado".
A pesar de las burlas, Ryan se mantuvo sereno y tranquilo, pero se le dibujó una inconfundible sonrisa en la comisura de los labios.
A su lado, Maisie bajó la cabeza y se sonrojó tímidamente.
El afecto entre esos dos era tan evidente que Jenessa sintió que le atravesaban el corazón.
No supo cuándo ni cómo, pero de algún modo acabó fuera del hotel, y solo se dio cuenta cuando las frías gotas de lluvia le golpearon la cara.
El viento gélido y la llovizna la envolvieron, y en un santiamén, se desató una feroz tormenta que le caló hasta los huesos.
Aun así, la chica no se movió ni un milímetro. Solo se limitó a mirar fijamente la lluvia. ¿Por qué Ryan le había escrito? ¿Era solo una estrategia para que ella fuera testigo de su amor y le cediera su lugar como esposa a su amada Maisie?
Al pensar en eso, la chica empezó a sentirse algo agitada. Mirando aturdida a su alrededor, pensó que no podía hacer otra cosa que irse de ese desdichado lugar.
Entonces, con pasos rígidos y deliberados, se dirigió a su casa caminando bajo la lluvia. De pie en el umbral de la puerta, contempló la villa, que le resultaba familiar, mientras sus pensamientos vagaban a la deriva.
Hacía dos años, cuando su familia estaba al borde de la bancarrota, intentaron salvar su situación casándola con la familia Haynes.
Al principio, Ryan no quería, pero como su abuela, quien estaba gravemente enferma, no dejaba de presionarlo, aceptó a regañadientes el matrimonio concertado.
Pero ahora que la salud de la anciana había mejorado y Maisie había vuelto del extranjero, Jenessa pensó que tal vez había llegado el momento de hacer las maletas y dejar a su esposo.
No supo cuánto tiempo permaneció de pie frente a la casa antes de que el sonido del motor de un auto llegara a sus oídos.
Entonces, la profunda voz de Ryan sonó a su lado. "Oye, ¿por qué estás aquí parada bajo la lluvia?".
Para pagar la deuda, desesperada y sin opciones, ella sustituyó a la novia y se casó con el hombre quien era conocido como un diablo al que todos temían y respetaban. Él le dio un mordisco a su dulzura y gradualmente se sometió a la lujuria adictiva. Antes de que se diera cuenta, ya era incapaz de liberarse de ella. El deseo desencadenó su historia, pero ¿cómo continuaría este amor condicional?
Elena, antes una heredera mimada, lo perdió todo de repente cuando la verdadera hija le tendió una trampa; su prometido la ridiculizó y sus padres adoptivos la echaron. Todos querían verla caer, pero ella desveló su verdadera identidad: heredera de una inmensa fortuna, famosa hacker, top diseñadora de joyas, autora secreta y doctora talentosa. Horrorizados por su glorioso regreso, sus padres adoptivos le exigieron la mitad de su nueva fortuna. Elena denunció su crueldad y se negó. Su ex le suplicó una segunda oportunidad, pero ella se burló: "¿Crees que te lo mereces?". Entonces, un poderoso magnate le propuso amablemente: "¿Puedes casarte conmigo?".
Ellos no saben que soy una chica. Todos me miran como si fuera un hombre, un príncipe. Su especie compra humanos para satisfacer sus lujuriosos deseos. Y cuando ellos llegaron a nuestro reino para llevar a mi hermana, intervine para protegerla. Fue así como ellos también terminaron comprándome. El plan era escapar, pero mi hermana y yo nunca tuvimos una oportunidad. ¿Cómo iba a saber que nuestra prisión sería el lugar más fortificado de su reino? Se suponía que debía quedarme en el anonimato, pues no tenían un uso para mí. Solo era alguien a quien nunca debían comprar. Pero entonces, el hombre más poderoso de la salvaje tierra, su despiadado rey bestia, se interesó por ese "principito bonito". ¿Cómo podremos sobrevivir en este reino brutal, donde todos odian a los de nuestra especie y no tienen piedad de nosotros? ¿Y cómo puede alguien, con un secreto como el mío, convertirse en una esclava sexual? Nota del autor: es una novela de romance oscuro, apta solo para mayores de edad. Espera varios temas sensibles, como la violencia. Si eres un lector experimentado de este género, buscas algo diferente y estás preparado para entrar sin saber qué es lo que te espera, ¡entonces sumérgete en esta aventura! . De la autora del bestseller internacional "La Esclava Más Odiada Del Rey"
Linsey fue abandonada por su novio, quien huyó con otra mujer el día de su boda. Furiosa, ella agarró a un desconocido al azar y declaró: "¡Casémonos!". Había actuado por impulso, pero luego se dio cuenta de que su nuevo esposo era el famoso inútil Collin. El público se rio de ella, e incluso su fugitivo ex se ofreció a reconciliarse. Pero Linsey se burló de él. "¡Mi esposo y yo estamos muy enamorados!". Aunque todos pensaron que deliraba. Entonces se reveló que Collin era el hombre más rico del mundo. Delante de todos, se arrodilló y levantó un impresionante anillo de diamantes mientras declaraba: "Estoy deseando que sea para siempre, cariño".
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
Durante sus tres años de matrimonio con Colton, Allison ocultó su verdadera identidad y se esforzó de todo corazón para apoyarlo. Sin embargo, fue traicionada y abandonada por su esposo infiel. Desanimada, ella se propuso redescubrir su verdadero yo: una perfumista de talento, el cerebro de una famosa agencia de inteligencia y la heredera de una red secreta de hackers. Al darse cuenta de sus errores, Colton expresó su arrepentimiento: "Sé que metí la pata. Por favor, dame otra oportunidad". Sin embargo, Kellan, un magnate que se suponía que era discapacitado, se levantó de su silla de ruedas, tomó la mano de Allison y se burló desdeñosamente: "¿Quieres que te acepte de nuevo? Sigue soñando".