Traicionada por su pareja y su hermanastra en la víspera de su boda, Makenna fue entregada a los despiadados príncipes licántropos como amante, pero su propio padre ignoró su difícil situación. Decidida, ella intentó escapar y buscar venganza, pero, sin darse cuenta, captó el interés de los tres príncipes licántropos, que la deseaban en exclusiva entre muchas admiradoras. Esto complicó sus planes, atrapándola y convirtiéndola en rival de la futura reina licántropa. Enredada en deseo y celos, ¿podría Makenna lograr su venganza en el intrincado baile con los tres príncipes?
Punto de vista de Makenna:
"Mmm... Ah... Oh, Frank... Se siente tan bien... Más fuerte, Frank... Así...".
Me quedé congelada en la puerta mientras los gemidos de la mujer hacían eco en las paredes y se metían en mis oídos como dagas. Mi corazón se heló y un temblor me recorrió el cuerpo sin calmarse.
El nombre que ella pronunciaba era Frank, mi pareja.
Reuniendo un poco de valor, empujé la puerta para abrirla lo suficiente para asomarme. Ahí estaban los dos, con sus cuerpos enredados y apretados en un ritmo febril. El hombre que la embestía con tanto desenfreno era mi pareja, Frank Thomas.
Y la mujer debajo de él, que lo agarraba y jadeaba con cada embestida, era mi hermanastra, ¡Jessica Dunn!
¿Cuándo había empezado esta traición? ¿Cuánto tiempo se habían estado viendo a escondidas, arruinando mi vida?
Mi mente daba vueltas, confusa e incrédula.
Pero entonces, la dulce voz de Jessica rompió la pasión. "Frank, ¿cuándo vas a marcarme como tu pareja?".
Todavía moviéndose dentro de ella, él susurró: "¿Por qué tanta prisa? Muy pronto romperé el vínculo de pareja con Makenna. Sabes que eres la única a quien amo".
Un peso sofocante se apretó en mi pecho.
¿Amaba a Jessica? ¿Solo a ella? ¿Qué era yo para él? ¿Qué pasaba con las promesas que me había hecho?
Estaba tan furiosa que mi visión se nubló y el mundo se volvió rojo.
Antes de darme cuenta de lo que estaba haciendo, abrí la puerta de golpe con tanta fuerza que las paredes temblaron.
"¡Son una pareja desvergonzada y repugnante!", les grité.
Ambos se sobresaltaron y se levantaron bruscamente. Frank mostró pánico por un instante, pero Jessica ni siquiera se inmutó.
Mis ojos se llenaron de lágrimas al ver los brazos de Frank todavía alrededor de ella. No pude evitar balbucear: "¿Por qué, Frank? ¿Por qué me traicionaste?".
Él no respondió, ni siquiera se dignó a mirarme. En cambio, acarició distraídamente la suave piel de Jessica, como si todavía saboreara sus apasionados momentos.
El doloroso nudo de bilis subió por mi garganta hasta ahogarme.
Frank no hizo ningún intento de ocultarlo.
"Mi querida hermana", ronroneó Jessica, acurrucándose más en los brazos de Frank con una facilidad enfermiza. "No seas tan dramática".
Sus labios se curvaron en una sonrisa satisfecha antes de depositar un largo beso en el cuello de Frank, sin dejar de mirarme con mofa. "¿Qué traición? Frank me ama más a mí".
Él le acarició el cabello y me lanzó una mirada gélida. "Tiene razón, esto es exactamente lo que parece. Voy a romper mi vínculo de pareja contigo, Makenna. Prefiero a Jessica".
Su brutal honestidad estaba acabando con mi cordura.
"¡Los dos, váyanse al demonio!".
Luego, les arrojé todo lo que podía agarrar. Estaba desesperada por romper algo, cualquier cosa.
Frank protegió enseguida a Jessica y me empujó hacia abajo sin una pizca de piedad. "¿Te has vuelto loca, Makenna Dunn? ¡Mírate! ¿Cómo podrías compararte con Jessica?".
Me desplomé en el suelo con el corazón hecho pedazos, como si toda mi alegría y dignidad hubieran sido pisoteadas.
Destrozada, apreté los dientes y volví a preguntar: "¿Por qué? ¿Por qué haces esto?".
"¿Por qué?". Jessica lanzó una risa cruel y se aferró más a Frank, mirándome con malicia.
"Oh, Makenna, ¿no te enteraste? Los príncipes licántropos están buscando esclavas sexuales. Todas las mujeres solteras del país pasarán un proceso de selección. Frank no me dejará ser una de ellas, así que tú serás el reemplazo perfecto".
¿Iban a enviarme a ser la esclava sexual de los príncipes licántropos?
Me estaba ahogando en mi propia incredulidad, así que apenas dije en un susurro: "Esos príncipes son unos monstruos, los conocen por su crueldad... ¿Me están condenando a muerte?".
No lo entendía. El hombre que había jurado protegerme y cuidarme, ahora estaba dispuesto a arrojarme a esos monstruos por otra mujer.
La insensible voz de Frank asestó el golpe final: "Hace mucho tiempo dejé de amarte, Makenna. Ahora Jessica es quien me importa. No pienso dejar que se enfrente a ese destino. En cuanto a ti... ¡Ya no significas nada para mí!".
Lancé una risa amarga ante esa traición. "¡Frank, todavía estamos unidos por el vínculo de pareja! ¿De verdad vas a romper tu promesa a la Diosa Lunar?".
"¿Y qué si lo hago?", espetó él maliciosamente, desafiándome a detenerlo.
Antes de que yo pudiera procesar sus palabras, Frank volvió a hablar: "Frente a la Diosa Lunar, yo, Frank Thomas, te rechazo a ti, Makenna Dunn, como mi pareja".
En cuando esas palabras salieron de sus labios, un dolor abrasador atravesó mi alma. Agarrándome la cabeza, jadeé mientras me desgarraba la insoportable agonía del rechazo.
Mi visión se nubló y la conciencia se escapó de mis manos. Antes de que la oscuridad se apoderara de mí, lo último que vi fue la sonrisa triunfante de Jessica y los ojos vacíos de Frank, desprovistos de cualquier rastro de calidez.
Hace cinco años, la familia Powell quebró. Madeline Powell dio a luz a gemelos; dejó uno con el padre del niño y se llevó al otro. Años espués, Madeline regresó como líder de Internet de opinión. Sin embargo, alguien se enteró de su regreso. El hombre la pellizcó por la barbilla y se burló fríamente: "Has publicado muchos videos en Internet, ¿qué tal filmamos algo picante juntos?". Los ojos de Madeline se abrieron y su garganta se secó. Al día siguiente, vio a un niño pequeño que se parecía exactamente a su hijo en la casa del hombre. Madeline no pudo evitar besar la mejilla regordeta del pequeñito. Sorprendentemente, el niño no estaba contento. Puso una cara solemne y preguntó: "¿Qué estás haciendo?". Madeline estaba furiosa. ¿Cómo pudo ese hombre haber hecho que su hijo fuera tan desagradable como él?
Se suponía que mi matrimonio con Mathias me haría la mujer más feliz del mundo. Aunque sabía que él no me amaba, pensé que se enamoraría de mí una vez que lo colmara de amor. Ya pasaron cinco años y Mathias me trataba como a una cualquiera. Para colmo, conoció a su verdadero amor y cortó todos los lazos conmigo por culpa de ella. Él la presentó a todo el mundo; algo que nunca hizo por mí. Su infidelidad me llevó a la depresión. Me sentía totalmente destrozada. Tristemente, incluso en mi lecho de muerte, mi supuesto marido nunca apareció. Cuando volví a abrir los ojos, sabía que el destino me había dado una segunda oportunidad. Yo todavía era la esposa de Mathias y pasamos dos meses antes de que conociera a su verdadero amor. En esta vida, me negué a que él volviera a lastimarme. Consciente del gran error de mi antigua yo, le pedí el divorcio. Mathias rompió los papeles del divorcio una y otra vez y al mismo tiempo me encerró. "¡Rylie, deja de hacer estupideces! ¡Hacerte la difícil no me funciona!". Para demostrarle que hablaba muy en serio, seguí adelante y solicité a la justicia. Finalmente entró en pánico. Abandonó a la "mujer de sus sueños" y se arrastró a mi lado. "Por favor, dame una segunda oportunidad, Rylie. Te prometo amarte con todo mi corazón. Serás la única mujer en mi corazón de ahora en adelante. No me dejes, ¿de acuerdo?". Una guerra estalló en mi mente. Por un lado, no quería que me hicieran daño otra vez. Pero, por otro lado, no quería dejar ir al hombre que amaba tanto. ¡¿Qué debo hacer?!
"El amor te encuentra en los lugares más extraños". El matrimonio no estaba en la agenda de Marcus. Disfrutaba de la vida como el soltero más codiciado hasta que su familia comenzó a presionarlo. Después de un tiempo, no tuvo más remedio que casarse con una mujer que ni siquiera conocía. Su amigo bromeó: "¡Eres un cabrón con suerte! Tu esposa debe ser hermosa". Cuando Marcus pensó en la mujer que dormía con una máscara en su cama, le hirvió la sangre. ¿Su esposa era hermosa? ¡Bah! "Será mejor que pares. ¡Una palabra más y la haré tuya!", él maldijo. Marcus pensó que iba a ser un hombre casado miserable. Sin embargo, se llevó una sorpresa cuando su vida matrimonial resultó ser exactamente lo contrario. La curiosidad mató a quienes lo rodeaban después de un tiempo. Su amigo volvió a preguntar: "Sé que no te gusta hablar de tu esposa. Pero, ¿puedes describirme cómo es exactamente? ¿Por qué siempre lleva una máscara?". Esta vez, los labios de Marcus se curvaron en una sonrisa. "Mi amada es hermosa y adorable. Baja la mirada cada vez que la veas. Si te pillo mirándola, te haré quedar ciego". Todos se quedaron boquiabiertos cuando escucharon eso. Lo miraron como si estuviera loco. Un día, la esposa de Marcus de repente hizo su maleta y declaró: "Ya no puedo hacer esto. Ya tuve suficiente de tu humillación. ¡Por favor, dame el divorcio!". Esas palabras golpearon a Marcus como un rayo inesperado. Cuando vio que ella hablaba muy en serio, la abrazó con ambas manos y le suplicó: "Cariño, por favor no me dejes. Prometo tratarte mejor. Si quieres, puedo darte el mundo entero. ¡Quédate conmigo!". Y así comenzó una nueva etapa para la pareja.
El mayor arrepentimiento de Valerie es que aceptó trabajar como secretaria personal de Edwin. Resultó que la lealtad no significaba nada para él. Cuando se cansó de ella después de todo lo que ella había hecho por él durante los últimos cinco años, la transfirió a una sucursal sin pestañear. Se dijo que el trabajo en la sucursal era más difícil. Sin embargo, Valerie se regocijaba en cada momento. Estaba feliz de haber finalmente deshecho de ese malapata. Lejos de su jefe desagradable, la vida de Valerie ha experimentado muchos cambios: un chico guapo la invitó a salir. Mientras tanto, descubrió que su padre era un multimillonario moribundo. Solo tuvo que asentir con la cabeza para heredar su fortuna. Mientras Valerie disfrutaba de su nueva vida, sus caminos se cruzaron unos días después durante un cóctel. Edwin, que estaba tan absorto en sí mismo, se burló: "Veo que todavía no te has recuperado. Incluso me seguiste a esa fiesta. ¿Cómo puedes ser tan obstinada?". Valerie se rio de eso y chasqueó la lengua. "Hola, Edwin. No recuerdo haberte invitado aquí". "¿Qué estás diciendo? Oh, veo que la angustia ha afectado tu cerebro. Debes ir a ver al médico", replicó Edwin con una sonrisa irónica.
Acusada de asesinato, la madre de Sylvia Todd fue considerada una traidora por toda la manada, condenando a Sylvia a vivir el resto de su vida sola y humillada como una humilde esclava. Lo único que quería la chica era demostrar la inocencia de su madre de alguna manera, pero el destino nunca parecía estar de su lado. A pesar de todo, Sylvia nunca perdió la esperanza. Como el futuro rey licántropo de todos los hombres lobo, Rufus Duncan poseía un gran poder y estatus, pero tenía una inexplicable reputación de ser cruel, sanguinario y despiadado. Sin que todo el mundo lo supiera, había sido maldecido hacía mucho tiempo y se veía obligado a transformarse en un monstruo asesino cada luna llena. Aunque el destino no siempre favorecía a los dos, unió a Sylvia y Rufus como pareja predestinada. ¿Se hará justicia para la madre de Sylvia? ¿Podrán ella y Rufus desafiar todas las normas sociales y permanecer juntos? ¿Tendrán estas dos almas desafortunadas un final feliz?
Él, con una actitud arrogante que cree que ha nacido para que complazcan todas sus exigencias. Que no le importa pisotear la dignidad de ninguna otra persona con tal de obtener lo que desea y pretende que lo traten como un Dios, se encuentra con la horma de su zapato. Ella, estudiante de abogacía y que odia a los hombres con una personalidad como la de él, tiene la mala suerte de caer en su estudio para realizar sus pasantías y desde el primer minuto se odiaron. Pero dicen que del odio al amor hay un solo paso y estos dos, dieron mucho más que uno. Ana, sin saberlo, se convertirá en su objeto de deseo y se verá envuelta en su apariencia depredadora que logrará obnubilarla y poner a disposición su voluntad logrando arrodillarse a sus pies. “Deseo, pido y obtengo” una frase que define a este hombre.