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Emily una chica alegre y divertida, que le gusta causar y buscar problemas, es la menor de las tres hermanas. Santino un hombre frío en los negocios, sin relaciones serias, llevo a la empresa de su familia a nuevas alturas. Su primer encuentro fue mientras la veía golpear a alguien, su segundo encuentro les dio una agradable sorpresa, una que marcaría el inicio de muchos malentendidos.
Era una hermosa tarde en ciudad A, los estudiantes de secundaria salían en grupos felices de regresar a casa por que terminaba un día más de clases.
- Emily por que no vienes con nosotros.
Dijo una chica rubia con voz mimada mientras tomaba el brazo de su amiga.
Las otras dos que las seguían asintieron una castaña y otra de cabello rojo y lentes.
La chica Emily tenía cabello negro Crespo, de piel trigueña y ojos cafés.
- ya les dije, tengo que regresar y hacer cosas en casa.
Lorena suspiro y soltó su brazo con desgana.
- está bien, pero mañana sin falta iremos al parque.
- está bien, tratare de desocuparme.
Las cuatro vestían el uniforme del colegio B, era el segundo colegio más renombrado.
Su uniforme era una falda roja con blanco y una camisa manga corta blanca, corbata y chaqueta roja, sus zapatos de cuero negro.
Llegaron a la intercepción de la calle y cada una se despidió, Emili vivía no muy lejos de la escuela, su rostro era bastante hermoso y llevaba una sonrisa encantadora.
- BELLEZA VEN AQUÍ.
ella se detuvo por unos instantes y miro al hombre sentado en una de las bancas de la tienda de pollo.
- ¿me hablas a mi?
Preguntó frunciendo el ceño
El hombre se notada que era un gáster de primera, escupió el cigarrillo en su boca y se acercó y tocó su cabello.
- belleza quieres divertirte.
La sonrisa en el rostro de Emili se tensó y le costaba mucho mantenerla.
Dio un paso atrás.
- tengo que ir a casa, permiso.
Dio media vuelta y comenzó a caminar, el chico la siguió y tomó su brazo.
- belleza no era una invitación.
Luego cubrió su boca y la arrastró al callejón, al otro lado de la calle, un Land Rover negro se detuvo.
- jefe últimamente han habido noticias de chicas desaparecidas, esta gente se cree dueña de la ciudad.
Dijo el conductor golpeando el volante con ira
El hombre que revisa papeles en la parte del pasajero sin levantar la cabeza solo hizo umm.
- jefe deme un momento.
Luego salió del auto, camino hasta el callejón y escucho algunos gritos suprimidos.
- estás escorias.
Corrió y se adentro en el callejón, cuando observó la escena se petrifico.
Vio a la linda niña, con su delicado pie en el rostro del hombre, la vio tomar el brazo del hombre y romperlo con movimiento limpios.
- te dije que tengo que llegar a casa.
El hombre y sus compañeros no podían hablar no pudieran, si no por que su quijada estaba rota.
Uno de ellos se logró levantar listo para correr, Cuando dio la espalda, lo tomaron del cuello de su cama e impacto contra el suelo, lo que se libro del golpe fue la cabeza ya que la niña puso su pie para que impactará en el.
- adónde vas, tu sangre mancho mi ropa, necesito dinero para la lavandería.
El chófer que vio la golpiza que les dio la niña no se había podido mover por un buen tiempo.
El hombre en el auto al fin levantó la mirada de los papeles, sus ojos azules estaban fríos, tenía cejas pobladas y delineadas, nariz perfilada y labios un poco carnosos, vestía un traje gris a la medida, y zapatos de cuero dejo los papeles y salió del auto, camino con paso lento al otro lado de la calle, mientras más caminaba más clara era la situación.
- por que tardas tanto.
El chófer lo miro y señaló a la niña que después de golpear hizo una extorsión.
- ella... Ella, los dejo así.
Emili los dejo sin un peso y dijo preocupada.
- cuando se sientan mejor vayan al hospital, temo no haberme contenido, sería malo si les pasa algo.
Los chicos no respondieron, todos estaban inconscientes.
Cuando se giró miro a los dos hombres.
- vaya, ustedes vieron eso.
El chófer asintió, pero el hombre detrás nego suavemente.
- no vimos nada.
El chófer lo miro sorprendido y después de la advertencia con la mirada de su jefe, dijo
- no vimos nada.
Ella se guardo el dinero.
- entonces vámonos.
Dijo con una sonrisa, tomó su mochila, sacudió el polvo y camino adelante, al ver que no venían se detuvo.
- ¿no vienen?
Los dos la siguieron, cuando salieron del callejón, ella los miro agradecidos.
Sus ojos llenos de lágrimas.
- muchas... Muchas gracias por ayudarme.
Varias personas que habían visto como se la llevaban y marcaron a la policía, vieron a la linda niña que estaba segura, y respiraron aliviados.
El chófer quería decir que no hicieron nada pero su jefe se adelantó.
- es nuestro deber como ciudadanos.
Ella asintió y se alejó temblando, mirando con cuidado a todas partes, para las personas que vieron. Todo era "una pequeña niña con un trauma".
- jefe pero no hicimos nada
- ella no quiere que sepan lo que hizo.
Ambos regresaron al auto y se fueron, cuando llegó la policía encontraron a los gáster inconcientes.
- oye esta escena me parece a una que me envió mi amigo desde ciudad C
Dijo uno de los policías.
- como asi.
- si, los gáster fueron golpeados brutalmente y sin dinero, muchos perdieron dientes.
- tonterías, llevemos a estos tipos a la comisaría.
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