/0/15491/coverbig.jpg?v=20250113093814)
Sara es una adolescente inteligente y hermosa, hija de una madre de descendencia musulmana y un adinerado padre, que vive en uno de los barrios humildes de Madrid. Un día, emprende un viaje a Ciudad de México. Allí conoce a Miguel Ángel, un joven millonario, arrogante y mujeriego. Ambos estudian en la misma universidad y trabajan en una imponente petrolera. A lo largo del año, atraviesan una serie de eventos que cambian definitivamente sus vidas. También conoce a su prima Victoria, una dama de gustos exquisitos, ambiciosa y llena de riquezas, que luchará contra Sara por los celos y tratará de quitarle su legítima herencia y su gran amor. Por su parte, Sara es cortejada y seducida por Diego, un ejecutivo de la alta sociedad que hará todo lo posible para hacerla suya. Finalmente, Pamela, una hija soltera, abnegada y trabajadora, se enamora profundamente de Miguel Ángel, lo que provoca un conflicto amoroso con su compañera de trabajo, Sara.
- ¡Guadalupe, ella es nuestra.....! ¡Ella es nuestra......! -Le dice aquel hombre con lágrimas y profunda tristeza en sus ojos.
- ¡Cállate, Néstor! No te atrevas a decir ni una palabra más o nunca te perdonaré. -Contesta ella con severidad y firmeza.
-Debe saber la verdad, no se la niegues, te lo imploro por amor a Dios. -Aquel hombre insiste con un arrepentimiento sincero.
-Ya me has hecho demasiado daño, ¡vete de aquí! Deja en paz a mi hija. -El semblante de doña Guadalupe se torna impetuoso y exaltado.
-No me la niegues, te lo suplico. -La voz del desdichado hombre está llena de angustia y desesperación.
Su abnegada madre, al no poder resistir la presencia del anciano, lo echa a empujones hasta la puerta de salida, mientras él le ruega perdón. Terminada la penosa circunstancia, ella se pone a llorar en brazos de su querida hija. Ella está confundida, no comprende la relación que su madre tuvo hace muchos años con aquel triste anciano.
- ¡Mamá, no sufras! No es justo que te pongas así por un desconocido. Ella la consuela con amor y ternura.
-Sara, no consientas que ese ingrato hombre regrese nuevamente a casa, caso contrario tendremos que mudarnos a otro lugar lejos de su alcance. -Le dice su madre, mientras sigue sollozando.
Los chillidos de contrición de aquel miserable señor afuera del departamento se oyen durante varios minutos hasta que dejan de escucharse.
Es una mañana soleada, con el firmamento en todo su esplendor. Su querida madre se dirige a su dormitorio antes de tomar una taza de café para calmar sus nervios, y se duerme profundamente.
En verdad, aquella mujer no logra entender por qué ese hombre regresa a su vida después de 17 años. Desde ese momento, su vida y la de su hija tomarán un rumbo distinto.
Al despertar a la mañana siguiente, Sara comprueba que su madre, doña Guadalupe, no se encuentra ni en su dormitorio ni en la cocina ni en el comedor. Seguramente, está pidiendo ayuda a su mejor amiga por la dura situación económica que están padeciendo. Para su asombro, su tía entra repentinamente por la puerta del apartamento y le indica a Sara que se van a vivir cerca de ella. Que viene a recoger todas las cosas para llevarlas a su pueblo natal.
Luego de unas horas, doña Guadalupe entra por la puerta trasera de la cocina y, saluda con su hermana y le dice a Sara que se van a mudar al pequeño pueblo de Brahui, conocido por los musulmanes como uno de los lugares más venerados, tanto por su presencia histórica como religiosa, y que tiene varias mezquitas en todo el pueblo.
El padre de doña Guadalupe era árabe y su madre española, por lo que ella es descendiente de musulmanes de parte paterna y hace décadas atrás sus abuelos vivieron en aquel pequeño pueblo.
Finalmente, Sara acepta la repentina mudanza sin decir nada ni a su madre ni a su tía.
Antes de viajar a Brahui, Sara va al colegio a recoger algunos libros que tiene en el pupitre del salón de clases, luego va a dar las gracias a sus compañeros recién graduados y finalmente, despedirse de sus queridos profesores.
Sara está con el semblante apenado por su inesperada partida, el triste adiós a sus amigas del barrio, compañeros y profesores del colegio, y los divertidos paseos por el centro de Madrid, los echará de menos.
Ella sale del colegio y da varias vueltas por el parque central cuando, de repente, se le acerca un señor. Lleva un traje marrón, sombrero del mismo color, y tiene un aspecto elegante y refinado, con canas y una mirada profunda.
Para sorpresa de Sara, aquel anciano se encuentra detrás de ella.
- ¿Cuál es tu nombre, hermosa jovencita? -Dice el anciano con una voz dulce y delicada.
- ¡Disculpe, pero tengo prisa, además no hablo con personas desconocidas! Permiso, tengo que salir. -Sara se muestra molesta y un poco a la defensiva.
-Sin lugar a dudas, tienes mis ojos verdes y mi mirada profunda, además de mi cabello rubio, cuando era un jovial muchacho como tú. -Le comenta con una mirada nostálgica.
- ¿De qué me está hablando? Está loco o delirando. Váyase de aquí o llamaré a la policía. -La voz de Sara se torna agresiva y violenta.
-No quiero hacerte daño, mi dulce niña, solo deseo verte un poco más de cerca. Eres tan hermosa como tu madre. -El venerable anciano da un suspiro.
-Viejo morboso, ¿por qué no se calla? Vaya a echar piropos a personas de su edad -Ella grita.
-No es lo que tú crees, solo déjame hablar un momento contigo. -Él le suplica con un insondable sentimiento.
Sara, al ver la vana insistencia del anciano, da la vuelta y se marcha dejándolo poco a poco atrás.
Mientras ella sigue caminando, se da cuenta de que los ojos y la mirada del anciano se parecen a los suyos.
Él, sin darse por vencido, le expresa desde lejos en voz alta que está dispuesto a reparar todo el daño que le hizo a su madre, que a Sara la va a reconocer como su hija legítima y que va a tener plenos derechos sobre todas sus compañías petroleras y su fortuna.
Sólo había un hombre en el corazón de Raegan: Mitchel. Tras dos años de matrimonio quedó embarazada. Raegan se sintió muy feliz. Pero antes de que ella pudiera darle la noticia, él solicitó el divorcio porque quería casarse con su primer amor. Más tarde, Raegan tuvo un accidente y, tumbada en un charco de su propia sangre, le pidió ayuda a Mitchel. Sin embargo, se fue con su primer amor en brazos. Afortunadamente, Raegan escapó por poco de la muerte y decidió retomar su vida. Años después, se hizo famosa en casi todo el mundo. Después del divorcio, Mitchel se sintió muy incómodo. Por alguna razón, empezó a extrañarla. Le dolió el corazón cuando la vio sonreírle a otro hombre. En la ceremonia de su boda, él irrumpió y se arrodilló. Con los ojos rojos, preguntó: "¿No dijiste que tu amor por mí era inquebrantable? ¿Por qué te casas con otro hombre? ¡Vuelve a mí!".
Durante tres años, Shane e Yvonne estuvieron casados, compartiendo noches acaloradas, mientras él aún estaba enamorado de su primer amor. Yvonne se esforzaba por ser una esposa obediente, pero su matrimonio se sentía vacío, construido sobre el deseo más que sobre el verdadero afecto. Todo cambió cuando se quedó embarazada, sólo para que Shane la empujara a la mesa de operaciones, advirtiéndole: "¡O sobrevives tú o el bebé!". Destrozada por su crueldad, Yvonne desapareció apesadumbrada y más tarde regresó, radiante de plenitud, dejando a todos boquiabiertos. Atormentado por los remordimientos, Shane le suplicó otra oportunidad, pero Yvonne sólo sonrió y respondió: "Lo siento, los hombres ya no me interesan".
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.
Tras dos años de matrimonio, Sadie por fin estaba embarazada, llena de esperanza y alegría. Pero su corazón rompió cuando Noah le pidió el divorcio. Durante un atentado fallido contra su vida, Sadie se encontró tendida en un charco de sangre, llamando desesperadamente a Noah para pedirle que la salvara a ella y al bebé. Pero sus llamadas quedaron sin respuesta. Destrozada por su traición, abandonó el país. Pasó el tiempo y Sadie estaba a punto de casarse por segunda vez. Noah apareció enloquecido y cayó de rodillas. "¿Cómo te atreves a casarte con otro después de haber dado a luz a mi hijo?".
Como simple asistenta, enviar un mensaje al CEO en plena noche para solicitar películas pornográficas fue un movimiento audaz. Como era de esperar, Bethany no recibió ninguna película. Sin embargo, el CEO le respondió que, aunque no tenía películas para compartir, podía ofrecerle una demostración en directo. Tras una noche llena de pasión, Bethany estaba segura de que perdería su trabajo. Pero en lugar de eso, su jefe le propuso: "Cásate conmigo. Por favor, considéralo". "Sr. Bates, está bromeando, ¿verdad?".
Madison siempre había creído que se casaría con Colten. Pasó su juventud admirándolo, soñando con su futura vida juntos. Pero Colten siempre le fue indiferente, y cuando la abandonó en el momento en que más lo necesitaba, por fin se dio cuenta de que él nunca la había amado. Con la determinación de empezar de nueno y sed de venganza, Madison se marchó. Tenía por delante un sinfín de posibilidades, pero Colten ya no formaba parte de su vida. El hombre, por su parte, corrió a buscarla presa del pánico al darse cuenta de ello. "Madison, por favor, vuelve conmigo. Te lo daré todo". Sin embargo, fue su poderoso tío quien abrió la puerta y le dijo: "Ella es mi mujer ahora".