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El ángel de tu corazón es una novela de fantasía y romance que atrapa al lector desde el primer capítulo. La historia, impregnada de maldad y odio entre el cielo y la tierra, desatará una guerra implacable entre ángeles rebeldes. En medio de este conflicto, los personajes se embarcarán en una búsqueda intensa de poder. La obra narra la vida de Ángel Andrés Pérez Cabrera, el protagonista, un joven atractivo, amigable y de noble corazón. Sin embargo, su existencia se verá drásticamente alterada por un trágico incidente ocurrido durante un viaje en su motocicleta de competición, una de sus grandes pasiones, poco después de haber sostenido una acalorada discusión con su madre. Sin ser consciente de que aquella discusión marcaría un giro drástico en su vida, Ángel salió de su casa enfurecido y fuera de control, decidido a montarse en su moto y marcharse a gran velocidad. Minutos más tarde, absorto en pensamientos confusos que intensificaban su dolor y frustración, aceleró sin advertir que un vehículo se cruzaría en su camino. Al impactar de frente, fue elevado por los aires y cayó violentamente al pavimento, resultando en una situación crítica. Permaneció inconsciente durante unos minutos hasta que fue asistido por los paramédicos. Al escuchar sus voces, reacciona con desesperación, pero su mayor sorpresa es observar desde una distancia su propio cuerpo tendido en el pavimento, cubierto por una sábana. Al ver esta escena, se lleva la mano a la cabeza, incapaz de creer que ha fallecido. Sin otra alternativa, comienza a gritar pidiendo ayuda, aunque no recibe respuesta alguna. Por otro lado, se abordarán temas recurrentes de carácter sensible, incluyendo, pero no limitándose a, contenido sexual explícito. La protagonista, Aurora Escalante Palafox, es una joven universitaria que, en secreto y a espaldas de su madre, se dedica al trabajo erótico en un club nocturno para financiar sus estudios de medicina. Esta joven de carácter fuerte y rebelde enfrenta una vida compleja, marcada por difíciles experiencias en su infancia, incluyendo maltrato y abuso por parte de su padrastro, quien falleció un año después de estos acontecimientos. Ella ha llevado una vida marcada por el odio y el resentimiento, circunstancias que la han llevado al consumo de drogas y a exhibir comportamientos violentos hacia los hombres. Su conexión con Ángel se establece de manera peculiar, ya que ella tiene la capacidad de escucharlo, a pesar de no poder verlo, lo que genera un momento difícil debido a la falta de comprensión de la situación. De repente, una luz resplandeciente lo ilumina, permitiéndole a ella finalmente verlo. A lo largo de los capítulos, los protagonistas enfrentarán diversos momentos de conflicto, ya que él busca invadir por completo la privacidad de ella, observando cada aspecto de su vida. En numerosas ocasiones, la cuestionará por su comportamiento, pero con el tiempo aprenderá a conocerla en profundidad, llegando a enamorarse de ella. Sin embargo, su destino se complicará cuando un ángel caído, herido y desolado, le otorgue poder, instándolo a luchar por el bien y a salvar la Tierra de un ataque que planificaron días atrás. No obstante, él deberá asumir su responsabilidad y enfrentarse a los desafíos que surjan, quedando atrapado en un conflicto entre ángeles negros y blancos. A pesar del peligro que corre Aurora, decide unirse a él; sin embargo, un ángel maligno del grupo negro envía a varios seres a la Tierra con la intención de destruirla, mientras que él actúa como su protector y ángel guardián. La narrativa de esta extraordinaria obra se centra en la lucha entre el bien y el mal, donde el bien prevalece, ya que el amor es un vínculo tan poderoso que unirá a los personajes para siempre. Novela de aventura y acción Cancion de la cantante Belinda del tema musical Ángel de paz.
Ángel André Pérez Cabrera se encontraba en un profundo sueño cuando un extraño y agobiante sueño interrumpió su descanso. Este sueño, que había estado repitiéndose de manera constante en los días previos, lo situaba en medio de una intensa batalla entre el bien y el mal. En un ámbito distinto al de la Tierra, donde la imaginación y los desafíos superaban los límites de la fisión, tuvo lugar una confrontación entre ángeles oscuros, que desató una rebelión contra el templo de Licaya.
Este santuario sagrado, erigido por los dioses, albergaba ángeles blancos y estaba destinado a proteger a la humanidad, siendo la conexión más cercana hacia la Tierra.
Él se encontraba gravemente herido, con sus alas dañadas, pero continuaba luchando de manera constante contra otros ángeles rebeldes. En un momento de la batalla, se detuvo al escuchar un grito agudo de una joven que se hallaba en peligro. -¡Aurora, no la han atrapado! -exclamó con preocupación, y de inmediato corrió a su rescate. -Debo protegerla antes de que se apoderen de su alma; no puedo permitirlo.
Rodeado por un inmenso fuego que avanza con desesperación, corre por un largo pasillo oscuro. Al final de este, se detiene para observar cómo ella grita mientras es brutalmente arrastrada por el suelo. Intenta liberarse de las redes del malvado ángel negro, que la sujeta del cabello entre sus manos.
-Silencio; ha llegado tu momento y así podré apoderarme del poder que resplandece en ese collar. Ahora, ni nadie ni nada podrá protegerte. Dime dónde está, ¡entrégamelo ya...!
-No te lo entregaré; nunca lo tendrás. Tendrás que matarme -dijo ella, gritando por el dolor que le causaba el violento tirón de su cabello en sus manos.
-Aquí estoy. Detente y déjala ir; en realidad, a quien deseas es a mí. Ven y enfréntame como un hombre -gritó a la distancia mientras empuñaba su espada.
-¿Te atreves a desafiarme, a mí, un simple humano que no posee nada? -expresó entre risas burlonas. Mientras el ángel seguía observando, Aurora desvió la mirada hacia el ángel negro.
-No tendré un poder absoluto, pero tengo la fortaleza necesaria para enfrentarme a ti, y por eso lucharé hasta el final. Te ruego que la dejes ir; ella no tiene nada que ver en esto. Así que pelea, ven...
-Consideras que ella no tiene importancia, pero tu chica posee un don valioso y poderoso que me otorgará la inmortalidad, permitiéndome apoderarme de todas las almas en la Tierra. Entonces, serás testigo de la caída de todos los ángeles.
-No lo permitas, Ángel, que se apodere de todo. -Gritó Aurora.
-¡Déjala ir y lucha! -exclamó, desplegando sus imponentes alas. El ángel oscuro la soltó y ella se alejó unos pasos, retrocediendo aterrorizada y sentándose en el suelo, sacudiendo la cabeza en señal de negación. Observó cómo él desenfundaba su espada y, con voz aguda, dirigía la hoja hacia su hermosa cara cubierta de ceniza.
-Entregarme el collar de inmediato o me veré obligado a tomar medidas drásticas.
-No lo tendrás, maldito; jamás te lo entregaré.
El ángel negro, furioso, alza su espada, pero es inesperadamente detenido por una fuerza mucho más poderosa que la suya, proveniente de Ángel, quien lo eleva por los aires. Al caer en una esquina, el ángel lanza su máximo poder con una mano, pero logra esquivarlo. Sin embargo, es nuevamente proyectado hacia atrás, descendiendo hasta el final del pasillo. Ángel, al girar su rostro, ve a la joven asustada y, al tomarla de la mano, se pone de pie.
-Viniste a buscarme. Pensé que no lo harías.
-¿Cómo se te ocurre que te dejaría al margen del peligro? No, debemos apresurarnos. El templo está en llamas y pronto se desvanecerá.
Tenemos que refugiarnos en Licaya. -Gracias por venir a buscarme, no sabía qué hacer.
-No te preocupes, mientras tengas contigo el collar, actuará como un talismán que me atraerá a ti y te brindará protección. Recuerda que soy tu Ángel de Paz, el guardián de Licaya y protector de la tierra.
-¡Cuidado, Ángel! -grita ella al advertir el inminente ataque del ángel negro, que lo toma por la cintura y lo eleva en el aire, estrellándolo directamente contra la pared. Cuando logra reaccionar, observa cómo el ángel levanta su espada bañada en oro, preparándose para apuntarla hacia él. Sin embargo, el sueño se interrumpe al escuchar el sonido del despertador.
En una mañana lluviosa y cálida, el joven Ángel Andrés Pérez Cabrera, de 19 años, permanecía dormido en su habitación. Se mostró irritado al escuchar el despertador, abriendo los ojos de manera un tanto aturdida tras haber tenido una noche pesada, durante la cual varios sueños extraños interrumpieron su descanso. Sin embargo, desconocía que parte de esos sueños contenían mensajes sobre lo que podría suceder a lo largo del día.
No obstante, el deseo de volver a dormir se ve interrumpido por el golpe de una rama contra el cristal de su ventana, lo que lo saca con furia de su recámara. En ese momento, lleva puesto un bóxer de color negro y se dirige a iniciar su rutina habitual: darse una ducha y vestirse de manera deportiva, un estilo sobre el cual su madre, Clarisa Cabrera de Pérez, de 45 años, siempre ha hecho críticas constantes, algo que él mismo no se atreve a cuestionar, dado que su madre es una figura un tanto peculiar.
Al terminar, se pone su chaqueta de cuero negra con manchas rojas. Justo en ese momento, alguien toca a la puerta y entra su madre. -Hola, madre, buenos días.
-menciona, esbozando una radiante sonrisa que se desvanece al notar que ella frunce el ceño. A la vez, levanta las manos en un gesto de reproche al verlo vestido con ropa deportiva, mientras observa cómo él se coloca su reloj de mano y sacude su chaqueta.
-Buenos días, Ángel. Hijo, ¿es en serio que piensas asistir a la preparatoria Gabriel del Toro vestido de esa manera? Por favor, reconsidera. Esto es inaudito. -Con irritación, sacude de manera brusca su mano derecha, golpeándola contra su muslo.
-Madre, es demasiado temprano para discutir sobre mi vestimenta. Para tu información, te aclaré anoche que no tengo intención de estudiar en esa institución, donde solo asisten estudiantes poco sociales.
Mientras hablaba, se dio la vuelta, se aplicó loción y se miró en el espejo, mientras ella lo observaba, negando con la cabeza. Él la observaba a través del reflejo del espejo. Se dio la vuelta, ajustando su chaqué, y su madre, visiblemente alterada, le comunica un "no" rotundo que resuena en toda la habitación, mientras él adopta una expresión seria.
-No asistiré a esa institución, madre. Quiero informarte que tengo la intención de comenzar mis estudios en la Academia California Nova -expresó sin rodeos, lo que provocó una mayor indignación en su madre, que se lleva la mano en forma de sierra hacia su rostro, haciendo una referencia.
-¿Te has vuelto loco, Ángel? ¿Cómo puedes considerar estudiar en un lugar donde congregan personas poco sociables que se dedican únicamente a la ociosidad y a los vicios? A los malos hábitos. No me hagas esto a mí y a tu padre, por Dios, quien se esfuerza continuamente por conseguirte un lugar en una institución adecuada. Ella, visiblemente molesta, se pasa la mano por la cara, angustiada por la decisión que su hijo ha tomado en el último momento. Su mente se encuentra en un estado crítico, atrapada entre el nerviosismo y la preocupación, ya que su esposo, Gabriel Ángel Pérez, podría enfurecerse ante tal elección.
-Ángel, no entraré en más discusiones sobre este tema. Asistirás a la reunión conmigo y te inscribirás en la carrera de Derecho, como lo habíamos acordado.
-¿Cómo? Que acordamos, no, madre; lo acordaron fue mi padre y tú, por favor no exageres. Ya hablamos de esto anoche y se quedó ahí.
Ángel abre la puerta de la habitación para salir, pero su madre la cerró de repente, sujetándola del antebrazo. Sin embargo, logró soltarse y retrocedió un poco. -¿Qué te sucede? No me provoques, mamá, tú sabes que no me gusta esa actitud tuya.
-Si no te gusta, no me llevarás la contraria, Ángel. No permitiré que pongas en riesgo tu vida, por Dios. Esto es inaceptable; ¿acaso no has escuchado que hace poco un joven fue asesinado de una puñalada en el pasillo de esa institución? Para colmo, agreden al vigilante de la entrada -expresa dolida. -Todo es violencia y agresiones.
-Por favor, madre, ya es suficiente. No deseo asistir a esa mugrosa universidad; no comprendes que no me resulta atractiva en absoluto. Insistes únicamente porque los hijos de tus amigas, que son muy charlatanas, estudian allí. Quieres que yo siga ese mismo camino, pero no es lo que deseo. -Al final, grita y recibe una fuerte bofetada de su madre. Con el rostro marcado por sus dedos, él manifiesta su coraje y una respiración acelerada; su paciencia se ha agotado.
-No debiste verme golpeado de esa manera, madre. Como ves, ya no soy un niño que manejabas a tu antojo.
-No me hables de esa manera, Ángel. Soy tu madre y merezco tu respeto -le solicita, extendiendo su mano en un gesto de calma para luego bajarla, evidenciando el enojo en su rostro-. Tú no harás lo que te venga en gana; harás lo que yo diga y punto.
En opinión de todos, William se había casado con Renee bajo la presión. Ahora que su verdadero amor había vuelto embarazada, no podían esperar a que abandonara a Renee. Sorprendentemente, Renee fue sincera sobre la situación: "Para ser franca, soy yo la que pide el divorcio todos los días. Lo deseo incluso más que cualquiera de ustedes". Pero ellos ignoraron su comentario como un mísero intento de salvar las apariencias. Hasta que William hizo una declaración: "El divorcio está fuera de discusión. Cualquiera que difunda falsos rumores se enfrentará a consecuencias legales". Renee estaba confundida. ¿Qué planeaba hacer ahora este loco?
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
Ibiza fue invitada a un evento importante de la empresa para la que trabaja y allí se encontró con una desafortunada situación. Sin que se dieran cuenta le suministraron un fuerte afrodisiaco, el cual la hizo pasar la noche con un hombre supuestamente desconocido. Sin embargo, aquel hombre resultó ser uno de los hijos de su jefe, pero todo se tornó complicado cuando producto de esa noche ella quedó embarazada. ¿Qué sucederá cuando un padre rechace a su bebé sin haber nacido y encima de eso pretende que lo aborten? Esa es una buena pregunta si resulta que años después regresas en busca de perdón para enmendar el error que jamás debió de haber sucedido.
Corinne dedicó tres años de su vida a su novio, pero todo fue en vano. Él no la veía más que como una pueblerina y la dejó sola en la boda para estar con su verdadero amor. Tras ser despechada, Corinne recuperó su identidad como nieta del hombre más rico de la ciudad, heredó una fortuna de mil millones de dólares y acabó llegando a lo más alto. Pero su éxito atrajo la envidia de los demás, y la gente trató constantemente de hundirla. El Sr. Hopkins, famoso por su crueldad, la animaba mientras ella se enfrentaba uno a uno a esos alborotadores. "¡Así se hace, cariño!".
Sólo había un hombre en el corazón de Raegan: Mitchel. Tras dos años de matrimonio quedó embarazada. Raegan se sintió muy feliz. Pero antes de que ella pudiera darle la noticia, él solicitó el divorcio porque quería casarse con su primer amor. Más tarde, Raegan tuvo un accidente y, tumbada en un charco de su propia sangre, le pidió ayuda a Mitchel. Sin embargo, se fue con su primer amor en brazos. Afortunadamente, Raegan escapó por poco de la muerte y decidió retomar su vida. Años después, se hizo famosa en casi todo el mundo. Después del divorcio, Mitchel se sintió muy incómodo. Por alguna razón, empezó a extrañarla. Le dolió el corazón cuando la vio sonreírle a otro hombre. En la ceremonia de su boda, él irrumpió y se arrodilló. Con los ojos rojos, preguntó: "¿No dijiste que tu amor por mí era inquebrantable? ¿Por qué te casas con otro hombre? ¡Vuelve a mí!".
"Durante su trabajo de medio tiempo en un bar clandestino, Wendy se emborrachó accidentalmente. Cuando se despertó, se dio cuenta de que la habían confundido con una prostituta y que había perdido su virginidad. Después de tener una aventura de una noche con Charlie, un hombre increíblemente guapo, Wendy tiró doscientos dólares para defender su dignidad. Sin embargo, el comportamiento arrogante de Wendy molestó a Charlie, quien, en venganza, volvió a llevarla a la cama. ""¿Qué quieres?"", dijo Wendy molesta. ""Asumir la responsabilidad de lo que te hice"", respondió Charlie sonriente. ""¿Pero cómo?"", Wendy continuó. ""Al seguir acostándome contigo""."