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Serena atraviesa una etapa complicada en su vida. Para ella, resulta difícil despedirse de su gran amor y verlo feliz junto a la mujer que ama. Su viaje a España no solo le ofrecerá la oportunidad de descubrir que puede sobreponerse y volver a amar, sino que también le permitirá conocer a Maximiliano, un cardiólogo que transformará su corazón en una montaña rusa de emociones. Dos almas heridas en busca del amor genuino.
Me siento rota y vacía. Alexander lo es todo en mi vida, y me duele estar lejos de él, pero es lo mejor para mí corazon. No quiero causarle problemas con Violeta. Mi maleta está abierta y estoy poniendo lo necesario que me llevaré a España. Ignacio no está de acuerdo con mi decisión; aunque se ha empeñado en buscar otra solución a mi situación, no se lo permito. El timbre de mi departamento suena y dejo lo que estoy haciendo para abrir. Las cajas están por todo mi departamento y tengo que esquivar varias. Abro la puerta y está Ignacio con dos bolsas de comida.
Le doy una sonrisa y lo dejó pasar. Suspira al ver las cajas.
-¿No hay vuelta atrás? -pregunta.
-No. -Me siento en el mueble.
-Alexander es mi mejor amigo, pero... -se queja-. Odio que él sea la razón de que te vayas.
-No es su culpa.
-Si lo es. Debió haber sido sincero contigo.
-Y así fue -me sincero-. Yo solo quería aferrarme a la esperanza de que me amara, de que olvidará a Anne conmigo, pero no fue así -Me limpio las lágrimas-. Desde un principio me habló de sus sentimientos hacia mí. -Ignacio toma mi mano- No odio a Alexander por sentirme como lo hago. Me aferré a el, cuando sabía de sus sentimientos hacia Violeta.
-¿Entonces, porque no te quedas?
-Porque duele verlo feliz, no creo poder soportar verlo al lado de la mujer que ama.
-Te voy a extrañar mucho -susurra.
-Y yo a ti, Ignacio -Beso su mejilla.
Mi vuelo está programado para hoy en la madrugada. Mi madre se encargará de trasladar mis cosas a su casa. Ignacio se ofreció a quedarse y llevarme en la madrugada hacia el aeropuerto. Nos sentamos en el mueble y me abraza; lo extrañaría mucho. Cierro los ojos, acaricia mi espalda y me siento feliz de tenerlo aquí conmigo. Dejo que mi mente descanse y me duermo.
****
Me muevo, escucho un quejido, abro los ojos y me siento en la cama. Trato de quitarme un poco el sueño que tengo todavía, veo la hora en mi teléfono y solo tengo media hora para salir al aeropuerto.
-Ignacio -lo llamo- Despierta que es tarde.
-Solo un poco más. -se queja. Me da la espalda y suspiro.
-Deberías moverte si no quieres que me vaya molesta contigo a España -le advierto.
Se levanta, me mira y me regala una de sus hermosas sonrisas.
-Está bien.
Voy al baño, me miró en el espejo y no me agrada lo que veo, siento que no soy la misma, necesito un cambio en mi vida. Lavo mi cara y recojo mi pelo con una coleta alta, coloco un poco de compacto en polvo y un poco de rubor, me pongo la toalla y salgo del baño. Opte por un vestido color verde, mis gomas y mi reloj, guardo en mi bolso mi pasaporte y mi teléfono, veo todo a mi alrededor y mi mente me da una mala jugada al recordar todo lo que viví en este lugar con Alexander. Necesito olvidarlo, necesito sacarlo de mi corazón y salir adelante.
Las maletas han sido llevada al auto por mis guardaespaldas. Ignacio toma mi mano y salimos del departamento, bajamos y me abre la puerta del auto, subo y me coloco los lentes. En todo el viaje no hablamos, Ignacio sabe que me duele irme y dejar todo atrás, pero muy en el fondo sabemos que es lo mejor para mí, llegamos y respiro, trato de calmarme y que no me duela todo esto. La puerta del auto se abre, tomo la mano de mi amigo y salgo del auto, mi avión privado está listo y solo esperan por mi.
-Siempre voy a estar para ti -Me abraza- Deseo que en este viaje encuentres tu felicidad.
-Eso espero.
Nos separamos y mis lágrimas no tardan en salir. Agarro mi pequeña maleta y subo al avión, me siento, recuesto mi cabeza en el asiento y me permito llorar, no quería seguir con lo mismo. Solo quiero salir adelante y sanar este mal de amores.
****
ESPAÑA - MADRID
Me levanto y voy al baño, entro y me veo en el espejo, me acomodo el cabello y me maquillo, reviso que todo esté perfecto en mi y salgo. La mujer encargada del viaje me informa que ya vamos aterrizar, asiento y me abrochó el cinturón y espero.
España ha sido uno de lo países que me ha enamorado, y volver otra vez me alegra mucho. El lugar en donde me quedaré será Madrid; tengo una vivienda que compre hace unos años, y solo la uso cuando vengo de viaje por trabajo. Ya estamos en tierra, me preparo para salir, agarro mi bolso y bajo.
Mi guardaespaldas tiene mi equipaje en la camioneta. Camino hasta la salida y salgo del aeropuerto. Hay mucha gente, así que evito tropezar con ciertas personas. Sin embargo, uno en particular me hizo desestabilizarme un poco; me agarró de el, quedando a solo centímetros de su boca.
-Lo siento, ¿estás bien? -Sus manos caen en mi cintura.
-Si... -susurro- Estoy bien.
Se percata de su mano en mi cintura y se aleja; eso provoca que mi cuerpo anhele su toque << ¿Qué me pasa? Es un desconocido. >>
-¡Maximiliano, es hora! -gritan a los lejos.
El hombre de ojos verdes me sonríe y se va, dejando una sensación extraña.
-Señorita Serena... -me dice Julián, mi guardaespaldas.
-¿Si? -reacciono- Lo siento. Vamos.
Me abre la puerta del auto y entro. Llevo mi mano a mi pecho y está acelerado; sonrió, suspirando por un hombre que no veré más en mí vida. Mi mirada se dirige a la vista que veo a través por la ventana; es maravillosa. Mi mente piensa en Alexander y mi corazón duele al recordarlo.
Ignacio me comentó que Violeta está en las ultimas semanas de su embarazo y, aunque quisiera sentir cierto resentimiento hacia ella, no puedo. Violeta es una mujer maravillosa y merece el amor que le dedica Alexander . El auto se detiene, me abren la puerta y salgo; suspiro y miro todo a mi alrededor. Mi nueva vida, ahora sin Alexander.
Mi familia era una de las más respetadas y adineradas de México. Mi vida era perfecta hasta que mi padre nos anunció que estábamos en bancarrota. Según él, la única persona que podía ayudar a la familia era yo. En ese momento, no entendía lo que mi padre trataba de decirme. Luego, la cruda realidad golpeó mi vida. Descubrí que me iba a casar. La triste noticia es que mis padres me vendieron al hijo de uno de sus mejores socios para mantener una vida de riquezas y lujos. Aquella mañana, mientras me tomaban las últimas pruebas de mi vestido de novia, mis lágrimas no dejaban de caer por mi mejilla ¿En qué momento acepté esta locura?
Una propuesta de matrimonio cambia la vida de Rebeca y su hija para siempre, ya que el millonario y atractivo Damon necesita de una esposa para heredar lo que por derecho le pertenece. Sin embargo, más que por heredar una gran riqueza este lo hace para véngase de su padre y para que no desperdicie el patrimonio de su familia con su querida amante.
A veces el amor aparece de la manera más inesperada y en la forma de la persona menos pensada. Para Daniel, la vida a sus 40 años es una rutina entre sus tres hijos y su cargo de CEO de la empresa familiar. El fallecimiento de su esposa lo deja inmerso en la tristeza; creando, con el correr de los años, una coraza fría a su alrededor. Deanna tiene una vida normal, trabaja medio tiempo y estudia en la Universidad de Artes porque quiere lograr su sueño: cantar en la ópera. Solo le falta un año para terminar su carrera cuando su amigo Harry le pide ayuda desesperado. Una antigua regla familiar le impide casarse con su novia, la cual está embarazada. Para hacerlo, Daniel, su hermano, debe casarse primero. Para ayudarlo con su problema Daniel y Deanna acceden a fingir una relación y un matrimonio. Son tan opuestos que la atracción es inevitable. Él encuentra en ella la calidez que faltaba en su vida y Deanna el amor luego de una ruptura desastrosa. Finalmente, Daniel puede volver a tener una familia. Pero hay muchos intereses ocultos que buscan separarlos y alejarlos. El viaje es difícil, deben enfrentarse no solo a terceros que les complicaran las cosas, sino también a sus propios miedos e inseguridades. No es sencillo equilibrar 15 años de diferencia. Pero el corazón tiene razones que la misma razón nunca entenderá.
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".
Se rumoreaba que Fernanda, recién vuelta con su familia, no era más que una violenta pueblerina. Pero Fernanda se limitaba a esbozar una sonrisa despreciativa. Otro rumor sugería que Cristian, normalmente racional, había perdido el juicio, locamente enamorado de Fernanda. Esto la frustró. Podía tolerar los cotilleos sobre sí misma, ¡pero calumniar a su amado era pasarse de la raya! Poco a poco, a medida que salían a la luz las múltiples identidades de Fernanda como célebre diseñadora, experta jugadora, reconocida pintora y exitosa magnate de los negocios, todos se daban cuenta de que eran ellos quienes habían sido engañados.
Dos años después de su boda, Ximena perdió el conocimiento en un charco de sangre durante un parto difícil, olvidando que su exmarido se iba a casar con otra persona ese día. "Nos vamos a divorciar, pero el bebé se queda conmigo". Estas palabras resonaron en su mente. Sabía que él no estaba allí para ayudarla, sino para quitarle a su hijo. Ximena preferiría morir antes que ver a su hijo llamar madre a otra mujer. Posteriormente perdió la vida en la mesa de operaciones con dos bebés en su vientre. Pero ese no fue el final para ella... Años más tarde volvió a encontrarse con Ramon, que ha cambiado mucho. Quería quedársela para él a pesar de que ya era madre de dos hijos. Y cuando supo que ella se iba a casar de nuevo, irrumpió como un loco. "Ramon, ya morí una vez antes, así que no me importa volver a morir. Pero esta vez, quiero que muramos juntos", gritó ella, mirándolo con angustia en sus ojos. Ximena pensó que él no la amaba y estaba feliz de estar fuera de su vida. Pero lo que ella no sabía era que la noticia de su inesperada muerte le había roto el corazón. Durante mucho tiempo lloró de dolor y agonía. Siempre deseó poder retroceder en el tiempo o ver su hermoso rostro una vez más. Todo esto fue demasiado para Ximena, cuya vida estuvo llena de idas y venidas. No sabía si debía volver al lado de su exmarido o seguir adelante con su vida. ¿Cuál elegiría ella?