- Emma, esta edad es para alocarse, divertirse, cometer errores, pero no de los grandes - dice él señalando su estómago. Estoy ebria y solo le sonrió como torpe - Pero lo mejor de tener nuestra edad es que podemos conocer a cualquier persona. Sus ojos se iluminan y se dilatan, es como si estuviera en el éxtasis del momento y lo estaba con algo de ayuda pero lo estaba. Tomo su mano y le sonrió. - ¿ Qué sugieres? - ¡Te reto! - grita. Todos nos quedan mirando y luego vuelven a lo suyo. - ¿ Qué reto? Yo soy Emma Stein y no le tengo miedo a nadie ni a nada - gritó. Mis amigos alzan sus vasos. Alzo el mío. - Descargarte esa App. Su sonrisa era encantadora con una pizca de maldad en sus ojos. - Bien.
Lo miro y luego miro la comida. No puedo evitar reírme, estalló en unas carcajadas sonoras.
Me cayó cuando el agua impacta con mi cara, no evitarlo y continúo riéndome.
- Ya cállate Emma - grita él. Está con la mirada fruncida.
- Pero enserio que ... - sigo riéndome - me da miedo comer tu comida.
- entonces no comas, ay maldita odiosa - chilla. Me quita el plato y cuando está apunto de tirarlo a la basura tomo su mano.
- si vamos a morir, vamos a morir , vamos a morir juntos - tomo mi plato y me siento frente a él. Miro el agua y tomó un poco con nervios.
- ¿ Cuándo fue la última vez que cocine? - me pregunta.
- Pues creo que hace tres meses - lo pienso - si, hace tres meses porqué nos internaron por intoxicación.
Me lanza una mirada fulminante, enrollar la pasta en el tenedor y yo hago lo mismo. Llevo la pasta hacia mi boca y lo veo masticar, entonces más
Nos miramos a los ojos y seguimos mirándonos, mientras masticamos. Está salado, quiero escupirselo a la cara pero no puedo. Él lo ha notado.
- Bien vamos, escupelo y pidamos comida - dice sin pasar su comida. Ruedo los ojos y escupí encima del plato.
- Enserio te pasaste de sal, sino todo sería diferente - le digo riéndome.
- Bien, bien... Pero por búrlate tu pagarás la comida.
- Oye ando más misia que el Chavo, ya pues Mateo - chillo.
Estamos en el pasillo de mi pasa, tomando nuestras casacas y nuestro zapatos para salir de la casa.
Mateo me abre la puerta del auto y subo, me coloco el cinturón de seguridad y el sube, enciende el auto y luego arranca.
- ¿ Pones tu la canción o la pongo yo?
- Mmmm tu mejor - le respondo. Miro mi teléfono y veo los mensajes de mis amigos. Pero no le hago mucho caso. Mateo odia que mire mi teléfono cuando estoy con él.
Lo guardo en el bolsillo de mi casaca y él busca en si teléfono.
- Siri abre mi playlist - dice él. Ruedo los ojos.
- ¿ Que dirás en un tiempo, Siri llévame al baño?
- Lo siento pero no tengo manos - responde su teléfono.
Nos miramos y estallamos en risas. Vamos escuchando salsa, de las más antiguas " El gran combo" - no sé mucho de salsa pero a él le gusta y a mi también pero solo para escucharlos una sola vez, no todo el tiempo.
Una hora después hemos llegado a nuestro destino, a uno de los restaurantes más importantes de la cuidad.
- Buenos días señor - dice él muchacho de la puerta - pase.
- ¿ Dónde está mi tío?
- Arriba señor con unos muchachos.
- genial, iré arriba.
Él chico de seguridad me mira y le regaló una sonrisa tranquila y él también me la devuelve.
- Vamos amor, nos esperan.
Mi mandibula cae al piso y mis ojos se abren como grandes platos, toma mi mano y tira de mi, para después subir hasta el segundo nivel, dónde solo se atienda a Vips.
Veo el rostro de su tío y él ve el mío. Nos acercamos y lo saludo con toda la naturalidad del mundo.
- ¿ Quién es ella Aliaga? - le pregunta uno de sus amigos, mi mirada viaja hacia esa voz gruesa y lo veo. Es como mi Pietro*, el amor de mi vida pero en una versión sin menos musculatura y con el rostro las pálido.
Mateo me llama pero no he dejado de
- les presento a un de mis ex pacientes, Emma Stein, la novia de mi sobrino - dice él.
Mateo me toma de la mano y reaccionó.
- Buenos gustos tiene tu sobrino - dice aquel hombre. Lo miro a los ojos y sonrió.
- Vamos a nuestra mesa, recuerda que tú pagas - dice él en mi oído.
Nos despedimos muy rápido y nos sentamos en la mesa más alejada de los Vips.
- Me saldrá un ojo de mi cara, Mateo - gruñó.
- Lo sé, pero te burlaste de mi comida.
- Es que enserio cocinas feo, no es mi culpa - le digo haciendo voz de niña y un puchero.
- Bien - rueda los ojos - fue mi culpa, así que no te preocupes yo pago.
- Pagaré mi...
- El hombre de allá - el mozo se nos acerca, señala la mesa del mi ex psicologo - le manda esto.
Lo veo alzar su copa de vino y yo alzó mi vaso con agua.
- Sin duda me das vergüenza.
- espera - le gruñó.
- ¿ Tiene lapicero y una hoja?
- Si en un momento se lo traigo.
- ¿ Que harás? - me pregunta.
- Espera y verás.
El mozo no tarda mucho y sonrió, mientras escribo la nota.
- ¿ Qué le has puesto?
" Gracias por el vino, lo tomaremos y disfrutaremos, me imagino que usted también hará lo mismo con su linda esposa, atentamente la novia de Mateo, Emma Stein "
- Mierda - dice sonriente Mateo - somos novios y eso que tú jamás me has pedido que lo sea.
- Ya lo hemos intentando Mateo, lo nuestro nunca funcionará.
Mateo sonríe y abre el vino.
- se lo llevas, muchas gracias - le digo al mozo.
- ¿ Crees que diga algo?
- Si, me va a responder que no tiene esposa - le digo sonriente.
Mateo niega con la cabeza, pedimos tranquilos y esperamos a que nos sirvan hasta que lo veo pararse y venir a nuestra mesa.
- Le rompo la para si te insinúa.
- No lo hará, ahora sabe que tengo principios.
- Tú eres una monja, tienes todo principios moral, todo por eso lo nuestro no funcionó...
- Lamento si se han sentido ofendidos, yo solo quería regalarles algo para que disfruten de esta bella tarde frente al mar.
- Muchas gracias, pero vi como la mirabas me siento incómodo - dice Mateo rápido.
- Lo lamentó mucho Mateo, yo aún recuerdo a mi esposa - dice él con una pena en su voz, no quedamos en silencio unos segundos para esperar que continúe y lo hace - ella falleció con la menor de mis hijas hace más de siete años.
Me siento algo mal, pero se me pasa muy rápido.
- Héctor ven, ya nos vamos - dice mi ex psicologo.
- disfruten del buen vino, los dejo y perdoné - me dice tomando mi mano y dando un ligero beso sobre él.
Mateo rueda los ojos.
- No eres bonita, no de cómo lo haces - dice él riéndose.
- La mejor arma, así seas fea... Sabes cuál es? Es la sonrisa, no importa si eres feo o el más hermoso de esta tierra, una sonrisa sincera conquista a cualquiera.
***
Sieteletras: hola a todos, soy nueva en esta plataforma y tengo miedo, pero espero que les guste esta historia y me escriban preguntado o comentando cualquier inquietud que tengan. Gracias.
Amar a alguien es tan complicado, darte cuenta que lo amas demasiado tarde es un suplicio. La suerte de coincidir y magia de conectar. Estabamos destinados a encontrarnos, quiz nunca estuvimos destinados a estar juntos. – ¿Crees en el amor? – le pregunto. Ella me mira a los ojos y sonrie, y asiente con la cabeza. Mi corazon palpita a mil por hora y estoy listo para demostrarle todo lo que siento por ella. Pero antes de que pueda hablar, ella comienza a reirse. –Creo en el amor, creo que es sacrificio. Algo que no estoy dispuesta a asumir, no por ahora. Estoy bien sola. Me pongo de pie y le extiendo mi mano. Solo le ha tomado unos segundos decir esa frase, para que inmediatamente ella termine de aprertar mi pecho y desangrarlo. –Bianca – susurro su nombre, intentando comportarme lo mas serio posible. Ella me mira y toma mi mano. —Cedrick - dice ella con ciertas voz. Se pone delante mio y me sonrie. —¿Qué? –Una chica en la fiesta queria tu número y es de la clase de chicas que te gustan, entonces no lo dude y le di tu número. Quien sabe y es el amor del que tanto hablas. Ella suelta mi mano y comienza a caminar. Volteo para verla y veo como Ricardo le alza la mano y ella también lo alza. Mi teléfono vibra y es un mensaje de un número desconocido. No habro el chat e ingreso nuevamente a la fiesta para cuidarla.
Nunca tuvimos elección desde que un Belikow nace hasta qué un Belikow muere siempre sirve a su nación, a su Rey. Por eso desde nuestra niñez somos entrenados para tomar lugares estratégicos en la defensa de nuestra casa. Sin ninguna opción a rehusarnos nos volvemos los soldados. Los Belikow son retratados como los vigilantes, los guardianes en todo el reino y asumiendo que este reinado ha decidido que ya no solo sean soldados, ahora serán familia. Están a un peldaño de volverse lo que muchos consejeros temen. Pero como siempre dicen las traiciones siempre espera la traición de un familiar. Autora: Hola a todos los que vallan a leer esta novela, muchas gracias a todos. Espero que les guste y comenten cualquier tema me lo consultan responderé todos sus comentarios.
Fiorella es una niña que ha crecido rodeada de lujos, su madre una hermosa mujer murió cuando ella tenía trece años de edad, su padre murió cuando ella era tan solo una bebé. El misterio la rodea a donde ella quiera que va, por el hecho de ser huérfana, pero ella es muy relajada en ese aspecto de su vida, prefiere no hablar con nadie. —Mi vida de misterio no tiene nada —dice ella mirando a una compañera de clase, la primera en mucho años a la que le dirige la palabra. —¿Estás segura? —Le pregunta. —Claro que si —dice ella muy segura. Se encoje de hombros y siguen caminado por los pasillos. —Por cierto, ¿Quién es tu tutor legal? —le pregunta ella con curiosidad. Fiorella la observa unos segundos, en la casa no hay fotos suyas, hay varias fotos antiguas, pero nada realmente nuevo, se refieren a él como señor, nunca lo han escuchado llamarlo por su nombre. —¿Qué pasa? —Le pregunta su amiga. —Sabes si hay algo de misterio en mi vida —dice sonriente
El lo observa todo, pero no está dispuesto ha hablar, su silencio la ayudara piensa y no se equivoca. Aquel día en el parque a las afueras de una de las zonas más exclusivas de la cuidad una mujer corre por su vida intentado con todas sus fuerzas escapar. Kay Franklin se encontraba corriendo con altos niveles de sustancias tóxicas en el cuerpo, después de de todo era lo único para que se se sentía bueno. Correr. En el desespero de la mujer por aún salvar su vida corrió hacia el lago. La vida es un chiste, pues si no hubiera sido por esa piedra ella no estaría vivía. ¿Qué peligro representa aquella mujer? ¿Por qué asesinarla? Se hacen tantas preguntas, pero ningunas tienes respuesta. —Amelia, ese es mi nombre Amelia... —la sostiene en brazos. —Carajo, Amelia abre los ojos —grita. Se arrastra hacia la orilla del lago y toma su teléfono. —Papá ayudame.
Era un secreto a voces mi alejamiento de la familia, pero nadie podía decir nada, nosotros dos en público éramos normales, no hablábamos mucho, apenas y cruzábamos miradas, pero en el fondo sabíamos que esto era indebido, que no podíamos mirarnos de la manera en que nos mirábamos y mucho menos pensarnos de la manera en la que lo hacíamos. —Escapamos juntos —decía ella mientras acariciaba mi rostro y este descansaba en mi pecho —Vamos a casarnos y olvidarlo todo, quizá podamos comenzar en otro país. Sus ideas locas no deban de hacer eco en mi cabeza cada vez que me encontraba solo, así fue creciendo este sentimiento hasta ese trágico día.
¿Creen en el amor a primera vista? Yo era realmente no creo en el amor a primera vista, hasta que la vi ingresar con ese aire de superioridad. La vi ingresar dispuesta a salvarme de una injusticia, pero cuando la vi todo a mi alrededor se esfumó, sentí que mi pasado, mi presente y futuro estuviera ahí parado. Pero enamorarse de ella tiene un precio. Nota de autor: Hola soy Sieteletras, gracias por leerme para dudas o consultas y recomendaciones me pueden escribir por mi instagram ( Sieteletras). Gracias ❤️
Darlyng una hermosa joven de ojos azules y piel oscura sin padres quedó al cuidado de su abuela quien la obliga a cansarse con uno de los hijos de su deudor para pagar la deuda... Aun asi Darlyng debe lograr librarse del odio y despreció de su familia.
Sinopsis La primera vez que Cassio conoce a su novia, ella lo llama "señor". Después de perder a su esposa, Cassio se queda al cuidado de dos niños pequeños mientras intenta establecer su dominio sobre Filadelfia. Ahora necesita una madre para sus hijos y alguien que pueda calentar su cama por la noche. Pero en un mundo tan tradicional como el suyo, elegir a tu esposa es un deber, no un placer. Hay que seguir las reglas, atender las tradiciones. Así acaba con una mujer, una niña, que acaba de cumplir la mayoría de edad. Puede que ella no sea lo que él y sus hijos necesitan, pero es adorable y una dulce tentación que no puede resistir. Giulia siempre supo que se casaría con el hombre que su padre elegiría para ella, pero nunca esperó que la regalaran a alguien mucho mayor. De repente, debería ser madre de dos niños pequeños cuando ni siquiera ha tenido un bebé antes. Giulia se da cuenta rápidamente de que Cassio no está interesado en una relación en pie de igualdad. Tu madre advirtió que los hombres de poder, como Cassio, no toleran la insolencia. Cansada de ser tratada como una niñera y una novia despistada, Giulia decide luchar por su versión de una familia feliz.
El mayor arrepentimiento de Valerie es que aceptó trabajar como secretaria personal de Edwin. Resultó que la lealtad no significaba nada para él. Cuando se cansó de ella después de todo lo que ella había hecho por él durante los últimos cinco años, la transfirió a una sucursal sin pestañear. Se dijo que el trabajo en la sucursal era más difícil. Sin embargo, Valerie se regocijaba en cada momento. Estaba feliz de haber finalmente deshecho de ese malapata. Lejos de su jefe desagradable, la vida de Valerie ha experimentado muchos cambios: un chico guapo la invitó a salir. Mientras tanto, descubrió que su padre era un multimillonario moribundo. Solo tuvo que asentir con la cabeza para heredar su fortuna. Mientras Valerie disfrutaba de su nueva vida, sus caminos se cruzaron unos días después durante un cóctel. Edwin, que estaba tan absorto en sí mismo, se burló: "Veo que todavía no te has recuperado. Incluso me seguiste a esa fiesta. ¿Cómo puedes ser tan obstinada?". Valerie se rio de eso y chasqueó la lengua. "Hola, Edwin. No recuerdo haberte invitado aquí". "¿Qué estás diciendo? Oh, veo que la angustia ha afectado tu cerebro. Debes ir a ver al médico", replicó Edwin con una sonrisa irónica.
Peter Wang, el ex soldado de las fuerzas especiales, tenía la tarea de servir como guardaespaldas de Bella Song, la hermosa dueña de una de las empresas más grandes de la ciudad. Como luchador que sobrevivió a la agotadora vida en el ejército, pensaba que el trabajo era simple. Sin embargo, descubrió que estaba totalmente equivocado. En el corazón de una ciudad aparentemente tranquila, Peter se encontró con pandillas y gánsteres atroces mientras se ganaba el amor de varias mujeres hermosas en el camino: la esquiva Bella, la dulce Elaine, la joven Shelly, la gentil Lisa y más. ¿Quién podrá vencer a nuestro Rey de Soldados? Venga y descúbralo por sí mismos.
Madisyn se quedó de piedra al descubrir que no era hija biológica de sus padres. Luego la verdadera hija de esa familia le tendió una trampa, haciendo que la echaran de casa y se convirtiera en el hazmerreír de todos. Creyendo que era hija de campesinos, Madisyn se sorprendió al descubrir que su verdadero padre era el hombre más rico de la ciudad y que sus hermanos eran figuras de renombre en sus respectivos campos. Todos la colmaron de amor, solo para enterarse de que Madisyn tenía un próspero negocio propio. "¡Deja de molestarme!", dijo su exnovio. "Mi corazón solo pertenece a Jenna". "¿Quién te crees que eres? ¿Mi mujer siente algo por ti?", reclamó un misterioso magnate.
Para cumplir el último deseo de su abuelo, Stella se casó con un hombre al que nunca había visto. Sin embargo, los dos continuaron llevando sus vidas sin ser molestados. Un año después, Stella regresó a Seamarsh con la esperanza de conocer a su misterioso marido. Pero para su sorpresa, él le envió un mensaje pidiéndole el divorcio. Apretando los dientes, ella respondió: "¡Entonces divorciémonos!". Poco después, Stella se convirtió en empleada de Grupo Prosperity y trabajó directamente para el director ejecutivo del grupo, Matthew. Se decía que el apuesto CEO estaba casado y amaba mucho a su esposa. ¡Pero Stella no sabía que él era en realidad su misterioso marido! Decidida a centrarse en su carrera, Stella deliberadamente se mantuvo alejada del jefe, aunque no pudo evitar notar sus intentos de acercarse a ella. Un día, su marido cambió repentinamente de opinión y se negó a seguir adelante con el divorcio... ¿Cuándo descubriría Stella que Matthew era su marido? En medio de una mezcla de dulzura y mentiras, ¿adónde los llevaría el destino?