" - No te arriesgues por mi, siempre perderás -" Su madre necesita a alguien con quien compartir el enorme gasto de una renta, así que consigue un huésped perfecto y a la vez odioso para Allison, ya que curiosamente ya se había cruzado con el momento atrás. Pareciera como si siempre terminan en el mismo lugar juntos. No hay nada que los detenga, excepto, ellos mismos.
- Mañana tienes clases Alisson, duérmete. - dijo mi madre parada desde el marco de mi puerta, mientras yo estoy cubierta hasta la cabeza con mi sábana, a la vez que reviso mi teléfono.
- Si mamá, solo un rato más. - escuche sus pasos acercándose a mi, apague mi teléfono y me destape de inmediato. La miré. - Ahora. - puse los ojos en blanco.
- Deja tus caras y ve a dormir ya. - salió de mi cuarto, me levante para cerrar la puerta. Volví a la cama quedando dormida.
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La alarma me despierta de un susto, la apague y me levanté. Tome una ducha, me puse el uniforme, baje a desayunar.
- Buenos días. - dije sentándome
- Buen día, desayuna rápido. - dijo tomando su bolso. - Nos vemos en la noche - depositó un beso en mi frente y se fue a trabajar. Desayune, arreglé mi cabello atándolo, mi mochila, las llaves y salí de casa. Llegando a al colegio pasa una motocicleta a toda velocidad justo cuando intentaba cruzar para llegar casi me atropella, lo que hace que él me esquivara con fuerza y cayera. Me acerqué corriendo para ver qué no le haya pasado nada.
- ¿Estás bien? - este chico se quita el casco y madre mía, que hermoso es. Tiene cabello negro, lleno de tatuajes y algunos piercings... creo que me enamoré - Alisson te enamoras de todos - bueno si.. Tenía algunas heridas en la cara debido al accidente.
- ¿Por qué no ves por dónde vas? - dijo con su voz gruesa. Fruncí el ceño dado a la pregunta que hizo. Todo eso le quito lo lindo.
- Tú eres quien va como un loco en un cruce para un colegio. - dije levantándome, no pensaba ayudarle después de lo que dijo y la manera en la que lo hizo.
- Mejor anda a tu colegio, desastre - ¿me llamo desastre?, pero que se cree esté. Aghh, ya lo odio. Suerte que no lo veré más nunca.
- Anda con más cuidado si no quieres morir. - dije eso y me fui dejándolo tirado. Llegando salude a mis amigos aunque había llegado tarde por el tarado ese.
- Llegaste tarde. - dejó un beso corto en mis labios.
- Lo sé, un tarado casi me atropella cruzando. Pero ya no importa. - le dije a Justin; mi novio.
- ¿Y estaba lindo? - pregunta mi mejor amiga Alexis, sonreí ante su pregunta.
- El mal genio le quita lo lindo. - entramos a clases. Clases aburridas como siempre. A la salida planeamos una fiesta en casa de Justin. Nos despedimos. Tengo una beca en este colegio, ya que mi madre está un poco baja de dinero en estos momentos, gracias a mi padre tan responsable. Pues entonces debo mantener una notas superiores siempre m, es demasiado peso para mi, pero por mi madre lo hago. Aunque ella me hablo sobre un huésped en la casa para no perderla... ya saben alguien viviendo con nosotros que también nos ayude en Los gastos hasta que mi madre esté económicamente estable. Ella puso el anuncio en internet pero aún nadie ha aceptado.
- Espero que se una chica - ojalá. Subí a tomar una ducha para bajar al salón y ver mi laptop, y revisar el anuncio. Vi que tenia dos mensajes interesados en el anuncio, no los revisé por pereza, se los dejaré a mi madre, ella sabrá a quien elegir. Calente la comida mientras veía mi programa favorito.
Hola nena, ¿te paso a buscar en la noche?
- recibí un mensaje de Justin.
Si amor, yo te aviso xxx
Volví a mi habitación para tomar una siesta y esta lista para esta noche. Seis horas después.
- Allison, levántate de ahí. - grita mi madre. Frote mis ojos, mire la hora 6:55pm de la tarde, dormir todo el día casi.
- ¿No tienes que salir hoy? - me sorprende eso que dijo.
- ¿Como lo sabes? - dije sentándome en la cama.
- Justin me aviso
- Gracias. - ella sonríe y sale del cuarto. Lave mi cara para despertarme.
- Tienes Dos mensajes del interés para alquilar - le dije tomando un vaso de agua. Ella inmediatamente empezó a revisar los mensajes. Subí a alistarme para dentro de unas horas. Me puse unos jeans negros rotos, una camiseta de tirantes blanca, unos collares de cadenas, anillos y listo. Puedes pasarme a buscar.
- le envíe un mensaje a Justin. Fueron cuestión de minutos y el sonido de su bocina estaba fuera.
- Nos vemos más tardes ma' - le dije antes de salir.
- ¿No quieres ver el nuevo inquilino? - abrí la puerta.
- Voy rápido mamá. - le dije un poco apurada ya que Justin me esperaba.
- Bueno, luego no me digas nada. Vayan con cuidado. - le sonreí y salí de casa. Nos besamos y nos fuimos. Llegando a su casa escuche la música fuerte y la gente bebiendo fuera.
- ¡Ey Alli! - me gritó Alexis caminado hacia mi. Nos abrazamos. - Vamos a dentro. - me dijo al oído ya que la música estaba muy fuerte.
- Me quedaré un rato con Just - le dije de la misma manera. - Después entró, ¿vale? - ella sonríe y asiente. Di la vuelta para mirar a Justin quien estaba parado detrás de mi, me acerqué para abrazarlo.
- ¿Quieres que entremos? - le pregunté. Parecía no tan animado, su cara esta muy seria.
- Allison... - casi que en un susurro.
- Dime amor - dije casi bailando al compás de la música que sonaba dentro.
- Tenemos que hablar. - me calme un poco y preste más atención.
- ¿Que sucede? - hice que nos sentáramos en la acera.
- Sabes que te quiero demasiado.. y por eso diré lo que diré... jamás te haría daño jamás en mi vida, no sé qué me pasó. No sé si Alexis se a atrevido a contártelo, peor por lo que veo al parecer no... - estoy confundida.
- Habla de una vez. - dije desesperada.
- Alexis y yo... - No, no. No es lo que creo que dirá.
- ¿Lo dirás o no?
- Estuvimos juntos. - sentí algo en mi corazón que no pude controlar y las lágrimas empezaron a salir.
- ¿Estás bromeando?
- Lo siento, de verdad... no sé qué me pasó por la cabeza
- ¿Tres malditos años a tu lado para que ahora me salgas con esta mierda, Justin?. Y con mi mejor amiga. - mis ojos lloraban sin control.
- Lo... - no deje que terminara
- ¡Cállate!, cállate de una puta vez. No te perdonó, no lo siento, y te odio. Los odio a los dos. Jamás en mi puta vida los quiero volver a ver, no intentes hablarme porque te va a ir muy mal. Y tú amiguita la zorra puedes ir diciéndole lo mismo. ¡Te odio! - grite de golpe. Corrí hacia la calle para irme sola. Son 15 minutos andando hasta mi casa pero no me importo una mierda. Iba camino a un parque que quedaba por la calle del colegio. Escuche una moto detrás de mí pero no preste atención.
- Oh pero miren a quien no quería volver a ver. - esa voz. Tal moto se pone delante de mi dejándome sin cruzar. Se quita el casco y es ese chico tarado con tatuajes. Seque mis lagrimas.
- Tenemos el mismo sentimiento entonces. - le conteste desanimada. Él con sus ojos trató de ver los míos.
- ¿Llorando?, ¿te dejo el noviecito? - dijo riendo.
- No estoy para tus pendejadas ¿si?. - trate de caminar hacia otra dirección pero también la bloqueo.
- Uy perdón. Nos vemos, niña desastre. - dijo para irse a toda velocidad. No le hice más caso a esta escena que acaba de pasar y me dirigí al parque para relajar un poco la mente.
De un juego paso a ser algo más real que solo una "apuesta", para nada se esperaba lo sucedido, pero en el fondo los dos sabían que su mentira no se mantendría como una apuesta por mucho tiempo. ••••• - Porque yo te amo, te amo y te fuiste como si no importara nada. - esto no debió ser así, no era lo que quería.
Eden McBride pasó toda su vida siguiendo las pautas de la sociedad. Pero cuando su prometido la dejó un mes antes de su boda, Eden deja de seguir las reglas. Una furia insaciable es justo lo que recomienda el médico para su corazón roto. No, en realidad no era así. Sin embargo, era lo que necesitaba Eden. Liam Anderson, el heredero de la empresa de logística más grande de Rock Union, era el tipo perfecto. Apodado el Príncipe de los Tres Meses porque nunca estaba con la misma chica por más de tres meses, Liam había tenido una buena cantidad de aventuras de una noche y no espera que Eden sea nada más que eso. Cuando se despertó y la encontró con su camisa de mezclilla favorita, Liam comenzó a estar irritado, pero extrañamente intrigado. Ninguna mujer había abandonado su cama voluntariamente ni le había robado. Eden había hecho ambas cosas. Necesitaba encontrarla y arreglar las cuentas. Pero en una ciudad de más de cinco millones de habitantes, encontrar a una persona era como buscar una aguja en un paja. No se vieron hasta que el destino los volvió a reunir dos años después. Eden ya no era la chica ingenua que era cuando saltó a la cama de Liam; en ese momento tenía un secreto que proteger a toda costa. Liam estaba decidido a conseguir todo lo que Eden le robó, y no fue solo su camisa.
Joelle pensó que podría cambiar el corazón de Adrian después de tres años de matrimonio, pero cuando se dio cuenta de que ya pertenecía a otra mujer, ya era demasiado tarde. "Dame un bebé y te liberaré". Sin embargo, el día en que Joelle se puso de parto, Adrian viajaba con su amante en su jet privado. "No me importa a quién ames. Ahora ya he pagado lo que te debo. A partir de ahora, no tenemos nada que ver el uno con el otro". No mucho después de que Joelle se fuera, Adrian se encontró suplicando de rodillas: "Por favor, vuelve conmigo".
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