Anaelise estudia el primer año de Medicina en la universidad de Durango Colorado, ciudad donde reside con su padre. Ella trata de llevar una vida, pero sabe que es un compendio de fragmentos que ha tratado de volver a unir por años. Su terapia una vez a la semana, es el lugar de refugio donde respirar no le cuesta tanto. Todo en su vida debe ser cuidadosamente planeado Sin embargo, el cambio repentino de su Psiquiatra jubilado y el profesor más verdugo de la academia, que a resumidas cuentas resultan ser la misma persona, desequilibran su supuesta normalidad haciendo que ella saque a flote los rincones más oscuros que ha querido esconder desde hace mucho tiempo. Xavier está convencido que nadie interrumpirá su rigurosa vida, de hecho, él es lo suficientemente cuidadoso como para que nadie esté a su lado por lo menos 24 horas seguidas. Es un hombre cerrado, dominante y muy controlador, entre eso, manipulador. Pero cuando Anaelise entra en su campo de visión, no solo sacará lo peor de él, ella romperá sus barreras y desatará el caos que él mantiene oculto. Ellos son sombras, y estas, se unirán formando un caos interminable.
-Entonces... ¡Felicidades, Anaelise!
Ella alzó su mirada lentamente y observó sin ninguna expresión a Oliver Walsh. Su Psiquiatra desde que tenía 5 años. Había pasado mucho tiempo ya desde el primer día en que llegó a este sitio, Anaelise actualmente tenía 19 años, pero su alma parecía como de 80.
Ella sintió algo amargo en la boca al escuchar esas palabras, sabía lo que él intentaba hacer cada vez que ella venía a este lugar. Oliver no era su persona favorita, de hecho, no tenía una. Pero Walsh de cierto modo era el respiro que necesitaba una vez por semana.
-¿Por qué me felicita? -preguntó muy bajo.
Oliver pasó un trago. Eran muchos años estudiando a esa chica que estaba frente a él. De hecho, ahora mismo la consideraba parte de su vida. Anaelise tenía la misma edad que sus hijas, y leer su caso cada vez que estaba por entrar a su consultorio para atenderla, le partía el alma en mil pedazos.
«Ninguna niña merecía haber pasado por lo que ella pasó».
Así que suspiró teniendo la paciencia necesaria.
-Bueno... no muchos logran estar en esa facultad, Anaelise, de hecho, la carrera que escogiste es una de las más difíciles. Y lo digo por experiencia propia.
Él le asomó una sonrisa, pero no obtuvo una de vuelta.
Anaelise se removió en el asiento y luego asintió.
-De igual forma no es para que me felicite -dijo rápidamente-. Son 5 años los que me esperan, si paso ese obstáculo entonces... veremos.
Oliver arrugó el ceño.
-¿Obstáculo? Ya hablamos de eso. Podemos llamarle "meta", esa palabra suena mejor -respondió su Psiquiatra, pero ella no le siguió la cuerda.
Ella quitó la mirada del hombre y luego la centró en aquella pecera que tanto le gustaba admirar. Allí se encontraba solo un pez. Oliver le dijo una vez que nunca supo qué comprar para llenarla, entonces decidió por los peces que más le gustaron, por lo tanto, después de unos días, algunos se comieron entre otros, y al final, quedó el más pequeño e insignificante en la pecera. Parecía que esa imagen la hacía sentir comprendida, no sabía cómo explicarlo, pero ella se sentía así.
Muy sola.
Después de unos minutos observando la pecera, rodó los ojos hacia el reloj. Detestaba estar a merced del tiempo y parecía que sus horas aquí eran las más rápidas de toda la semana. Suspiró pesado sintiendo una aprensión en el pecho. Después que saliera de esta habitación volvería a enfrentar su vida y pediría en súplica que se pasara el tiempo rápido para volver de nuevo.
-Quiero suspender la mitad de su tratamiento Anaelise...
Ella estaba sumida en sus propios pensamientos, pero definitivamente esta frase aceleró su corazón, como mil corrientes juntas.
Abrió mucho los ojos y se giró de golpe.
-¿De qué está hablando? -preguntó torpemente hacia el hombre.
Oliver pudo sentir el temblor de su voz y trató de ser rápido con lo que quería decirle...
-Anaelise, por favor, escúcheme. Quiero su bienestar, así que he decidido suspender los medicamentos progresivamente, ya son muchos años y...
-¡Usted sabe qué me llevará de esto...! -interrumpió agitada, de hecho, se levantó de su asiento mientras caminaba por ambos lados.
-Lo entiendo. Pero debo hacerlo, inclusive creo que me siento culpable de que su TEPT* se haya vuelto crónico.
Ana soltó una risa irónica a lo que se frenó delante de él.
-¿Culpable? -Preguntó con una risa escalofriante en sus labios-. Usted no tiene nada que ver con esos hijos de...
-Anaelise...
El pecho de ella subía y bajaba agitado. Tenía la cara roja y las pupilas dilatadas. Necesitaba tratar de controlarse, lo que Oliver estaba diciendo solo era una broma. «Debía serlo».
-Por favor -el tono de su voz cambió cuando se dirigió a Oliver de nuevo-. No quiero volver a pasar por esto, no quiero las pesadillas, ni los ataques de pánico, ni nada de esa mierda.
-Escucha... -Pidió Oliver levantándose y tomando sus hombros. Ella rechazó el tacto al instante, a pesar de los años, y de que confiaba plenamente en Oliver, no soportaba ese tipo de gestos hacia ella. Oliver retiró la mano y luego aspiró para tener más calma-. Solo lo intentaremos, además, vas a entrar en una nueva etapa de tu vida, es necesario que te sueltes más, incluso, ¿quién quita que hagas nuevas amistades, y hasta quieras tener un novio?
Por primera vez en mucho tiempo, escuchó una carcajada de Anaelise. Aunque esta carecía de gracia, sabía que la idea le resultó muy graciosa, y eso era un punto positivo en medio de todo su caos.
-Solo dame mi récipe para reclamar mis medicamentos, Oliver -ella le respondió y él le devolvió la sonrisa.
-Solo te lo advierto Anaelise, quiero que sepas que deseo lo mejor para ti, superarás todo esto. Eres fuerte, y lo superarás.
Ella quitó de su rostro todos los rastros de alegría que de forma inexplicable aparecieron segundos atrás.
«Nadie», ni siquiera Oliver Walsh que la había atendido por 14 años consecutivos podría imaginar por lo que ella había pasado. A Anaelise no solo le había robado su cuerpo, su esencia y hasta sus sueños. A ella le había destrozado el alma.
Estaba rota, y sabía que era imposible tener una vida normal, incluso estaba segura de que eso jamás sucedería.
Oliver firmó su récipe, reduciendo en un 10% la medicación. Comenzaría por algo, porque, aunque sabía que ella no lo iba a entender muy bien, lo peor no había llegado. No podía imaginar qué pasaría cuando le dijera la otra parte, esa donde él ya no formaría parte de su sesión semanal.
Así que tomó el papel y lo asomó hacia ella.
La chica agarró el récipe de inmediato y lo dobló para colocarlo en la parte trasera de su jean.
-Lo veré en una semana -se despidió Anaelise, luego de una larga mirada para abandonar así su lugar de refugio.
Entonces Oliver soltó un suspiro largo y luego volvió abrir el archivo gordo que tenía entre sus manos. Pasó las páginas de toda la documentación que tenía de Anaelise, hasta que encontró las líneas que tanto le perturbaba leer.
Estos trazos eran algo torpes, ella aún tenía 8 años cuando Oliver Walsh le pidió que escribiera algo sobre el amor. Así que volvió a leer su escrito:
"El amor puede doler, el amor puede doler a veces. Pero eso es lo único que conozco.
El amor puede sanar, incluso un alma no está lo suficiente rota como para que el amor no pueda componerla. Así que esto es lo único que conozco.
Y si me lastimas, bueno, lo intentaré de nuevo, y eso está bien para mí"
* (TEPT): Trastorno de estrés postraumático.
Iván Vasíliev fue criado para dos propósitos en su vida... Uno, para crear un emporio, una mafia implacable, y un único poder que lo hará impenetrable. Dos, llevar a cabo una venganza, una por la que vive y respira y la que se ha vuelto su único pensamiento en los largos años de espera. Sibel es solo una mujer con sueños que espera salir de la cobertura de su familia, para emprender una vida, al lado del hombre que ya eligió. Sin embargo, ella está muy lejos de eso, porque es su misma familia la que la lleva a un rincón sin salida, haciéndola caer en manos de un hombre hambriento de venganza, que quiere reducirla a ser su esclava. Iván no solo va a ejecutar su venganza de forma siniestra, él... va a obsesionarse con ella... con la única mujer, que simplemente él no puede tener...
Enzo y Antonella eran una de las parejas más estables públicamente en Italia, y uno de los rostros favoritos de los tabloides, pero desde la intimidad de su casa, ellos ocultaban una discusión constante que los estaba llevando al punto del declive. A sus 32 años, Enzo Cavalli quería un hijo, una familia para formar y herederos que dejar, cuestión que su mujer no aceptaba por el simple hecho de no dañar su figura. En un momento de una fuerte presión, Antonella utiliza todas sus armas contra su fiel y dulce asistente, Gianna Ricci, porque decir que le debe hasta el alma, es quedarse bastante corta. "Quiero que me alquiles tu vientre", esto más bien se escuchó como una orden, y teniendo la casa de sus padres hipotecada, y un montón de deudas por atender, a Gianna no le quedó de otra, que sucumbir a un trato oscuro que tenía muchos sucesos ocultos, entre ellos, una cercanía irreparable con Enzo, de la que ella no iba a poder escapar...
"Se busca una esposa para el príncipe", así lo anunció la corona, en últimas instancias para doblegar la voluntad de un hombre rebelde que no quiere cumplir con las funciones que su título amerita, porque Farid Sabagh era todo lo que el reino de Angkor NO esperaba de un príncipe. Alana Bozkurt es una mujer valiente cuyo objetivo, es salvar a su pueblo arruinado, y en un acto atrevido, su voz por fin logra ser escuchada por el dueño y señor, de la voluntad de su destino y el de su país... Sin embargo, su apellido es simplemente una maldición que la acompañará hasta últimas instancias, y todo esto, para arruinar todas sus esperanzas... Ella podría ser la candidata perfecta para el príncipe, pero, es una mujer prohibida para el reino...
En medio de un engaño y traición, Rashad, el rey de los imperios y el más poderoso del mundo, decide invadir a los reinos que lo traicionaron, por aliarse a sus enemigos. Nadie sabe que el país de Radin ha sido devastado injustamente, y su princesa Hadassa, ahora reducida a la nada, solo camina totalmente perdida con sus manos atadas observando la devastación de su pueblo alrededor. Las lágrimas frías no cesan, ella no sabe cuánto tiempo durará su martirio, pero sabe que, al llegar a las tierras de Babel, estará completamente perdida. No le queda más que levantar la mirada al cielo y pedir a su Dios que tenga un deceso rápido, antes de llegar al horror que le depara su destino... Porque nadie ha salido ileso después de enfrentar a Rashad, el rey más perverso de todos... y Hadassa no parece ser la excepción para él... hasta que cruza miradas con esa princesa de cabellos revueltos y mirada diferente, que lo hace replantearse cada uno de los mitos, formados a su alrededor.
Lía James es una chica británica común, despreocupada de la vida, y con un trabajo básico que le permite llevar una vida simple. Su mejor amiga es la obsesión de todo lo ella que puede soñar; graduada con las mejores notas, y una profesión que le permite viajar a rincones del mundo, que ni siquiera Lía puede imaginar. Un golpe de suerte llega cuando Mila la invita a un viaje para asistir a una convención de negocios internacionales, y por qué no, tomar su fin de semana en las islas más codiciadas de Arabia Saudí con todo pago. Una noche en celebración por el nuevo puesto de Mila, reciben una llamada que cambiará todos los planes de Lía, y su vida entera. Entre mentiras y enredos, Lía suplanta el puesto de su amiga, para trabajar con un importante jeque al que le es imposible respirar en su presencia. Said no solo es el Emir de un país entero, él es el hombre del desierto que mantiene secretos de los que nadie se puede enterar, porque arruinaría su monarquía, y su vida entera...
Ellie fue aquella niña que creció con el concepto de que todo lo que una mujer necesitaba, era una familia que cuidar, y cuando la idea se hizo su sueño cumplido al casarse con Michael, ella pensó que su vida color de rosa, apenas estaba a punto de comenzar. Sin embargo, su mundo se volvió oscuro desde la primera noche, desde la primera reacción y desde el momento en que cayó en ese abismo sin fondo que siempre temió encontrar. Michael estaba muy lejos de lo que era un marido perfecto, pues su carácter ególatra, frío, y muy superficial, hacía que la vida en casa fuera un suplicio para una Ellie, que intentaba aparentar lo contrario. Pero como todo en la vida tiene un punto sin retorno, un negocio que está próximo a firmarse y salvará a la compañía familiar, trae a un hombre parecido a una tempestad, que viene a devastar sus emociones y pondrá en cuerda floja sus sentimientos y la supuesta estabilidad familiar... Un romance prohibido está a punto de estallar, uno, que ni siquiera la recatada y sumisa Elizabeth puede dejar pasar...
EXTRACTO DEL LIBRO. "Quítate la ropa, Shilah. Si tengo que decirlo de nuevo, será con un látigo en la espalda", sus frías palabras llegaron a sus oídos, provocando que le recorriera un escalofrío por la espalda. La chica sostuvo su vestido con fuerza contra su pecho, sin querer soltarlo. "Soy virgen, mi rey " su voz era demasiado débil para decir con claridad las palabras, que apenas se escucharon. "Y tú eres mi esposa. No lo olvides. Te pertenezco desde ahora y para siempre. Y también puedo optar por poner fin a tu vida si así lo quieres. Ahora, por última vez, quítate la ropa". * * Shilah era una joven que provenía de los hombres lobo, también conocidos como los pumas. Creció en una de las manadas más fuertes, pero desafortunadamente, no tenía habilidades de lobo. Ella era la única de su manada que era un lobo impotente y, como resultado, su familia y otros siempre la intimidaban. Pero, ¿qué sucede cuando Shilah cae en manos del frío Alfa Dakota, el Alfa de todos los demás Alfas? También era el superior y líder de los chupadores de sangre, también conocidos como vampiros. La pobre Shilah había ofendido al rey Alfa al desobedecer sus órdenes y, como resultado, este decidió asegurarse de que ella nunca disfrutara de la compañía de los suyos al tomarla como su cuarta esposa. Sí, cuarta. El rey Dakota se había casado con tres esposas en busca de un heredero, pero había sido difícil ya que solo dieron a luz niñas: ¿Era una maldición de la diosa de la una? Era un rey lleno de heridas, demasiado frío y despiadado. Shilah sabía que su vida estaría condenada si tenía que estar en sus brazos. Tanbíen tenía que lidiar con sus otras esposas aparte de él. Ella fue tratada como la peor de todas, ¿qué pasaría cuando Shilah resulta ser algo más? ¿Algo que nunca vieron?
Kimberly Holden volvió a su vida anterior. Antes, ella fue defraudada por su esposo infiel, acusada falsamente por una mujer vil y acosada por su familia política, ¡lo que llevó a su familia a la bancarrota y ella misma se volvió loca! Al final, embarazada de nueve meses, murió en un accidente de auto, mientras que los culpables se hicieron ricos y llevaban una vida feliz. Ante la segunda oportunidad que le regaló el destino, Kimberly estaba decidida a vengarse. ¡Que todos sus enemigos se vayan al infierno! Ella se deshizo del hombre infiel y su amante, reconstruyó la gloria de su propia familia sin ayuda de nadie, llevando a la familia Holden a la cima del mundo de negocios. Sin embargo, no esperaba que el hombre frío e inalcanzable de su vida anterior tomó la iniciativa para cortejarla: "Kimberly , no tuve la oportunidad en tu primer matrimonio, el segundo siempre será mi turno, ¿verdad?".
Janet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. Sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz. Su madre adoptiva se burló de ella y la acosó toda su vida. La mucama que la crio le dio todo el amor y el afecto de una madre. Desafortunadamente, la anciana se enfermó gravemente y Janet tuvo que casarse con un hombre que tenía mala fama en sustitución de la hija biológica de sus padres para cubrir los gastos médicos de la criada. ¿Podría ser este un cuento de Cenicienta? Pero el hombre estaba lejos de ser un príncipe, aunque tenía un rostro atractivo. Ethan era el hijo ilegítimo de una familia rica que vivía una vida lujosa y apenas llegaba a fin de mes. Él se casó para cumplir el último deseo de su madre. Sin embargo, en su noche de bodas, tuvo el presentimiento de que su esposa era diferente a lo que había escuchado sobre ella. El destino había unido a las dos personas con profundos secretos. ¿Ethan era realmente el hombre que pensábamos que era? Sorprendentemente, tenía un extraño parecido con el impenetrable hombre más rico de la ciudad. ¿Descubriría que Janet se casó con él por su hermana? ¿Sería su matrimonio una historia romántica o un completo desastre? Siga leyendo para saber cómo se desarrolla el amor entre Janet y Ethan.
"Tú no perteneces aquí. Lárgate". Hanna, la hija legítima de Wheeler, regresó sólo para ser expulsada por su familia. Su prometido la engañaba con la hija impostora, sus hermanos la despreciaban y su padre la ignoraba. Entonces, se cruzó con Chris, el formidable líder de la familia Willis y tío de su prometido. "Hagamos como si nunca hubiera pasado", dijo ella. Sin embargo, a pesar de la esperanza de Hanna de separarse, Chris insistió en que fuera responsable. Él amenazó con revelar los verdaderos talentos de Hanna como doctora sobresaliente, guionista brillante y cerebro de un famoso estudio de diseño, obligándola a casarse. Una vez le pidieron a Chris que protegiera a alguien. El destino los reunió en circunstancias delicadas. Él había planeado mantener su promesa y proporcionar un refugio seguro, sólo para descubrir que Hanna estaba lejos de ser la delicada mujer que parecía. Era ingeniosa y astuta...
La vida era un lecho de rosas para Debra, la hija del Alfa, hasta que tuvo una aventura de una noche con Caleb. Estaba segura de que él era su pareja designada por la Diosa de la Luna. Pero este hombre odioso se negó a aceptarla. Pasaron semanas antes de que Debra descubriera que estaba embarazada. Su embarazo fue una vergüenza para ella y para todos los que amaba. No sólo ella fue expulsada, sino que su padre también fue perseguido por los usurpadores. Afortunadamente, sobrevivió con la ayuda de la misteriosa Manada Espina. Pasaron cinco años y Debra no supo nada de Caleb. Un día sus caminos se volvieron a cruzar. Ambos estaban en la misma misión: llevar a cabo investigaciones secretas en el peligroso pueblo de Roz por la seguridad y la posteridad de sus respectivas manadas. Caleb todavía se mostraba frío con ella. Pero con el paso del tiempo, se enamoró perdidamente de ella. Intentó compensar el abandono de Debra, pero la chica ya no lo quería. Estaba empeñada en ocultarle que tenían una hija y también en hacer una ruptura limpia. ¿Qué les deparaba el futuro a los dos mientras viajaban por el pueblo de Roz? ¿Qué tipo de secretos encontrarían? ¿Caleb se ganaría el corazón de Debra y conocería a su adorable hija? ¡Descúbralo!
Acusada de asesinato, la madre de Sylvia Todd fue considerada una traidora por toda la manada, condenando a Sylvia a vivir el resto de su vida sola y humillada como una humilde esclava. Lo único que quería la chica era demostrar la inocencia de su madre de alguna manera, pero el destino nunca parecía estar de su lado. A pesar de todo, Sylvia nunca perdió la esperanza. Como el futuro rey licántropo de todos los hombres lobo, Rufus Duncan poseía un gran poder y estatus, pero tenía una inexplicable reputación de ser cruel, sanguinario y despiadado. Sin que todo el mundo lo supiera, había sido maldecido hacía mucho tiempo y se veía obligado a transformarse en un monstruo asesino cada luna llena. Aunque el destino no siempre favorecía a los dos, unió a Sylvia y Rufus como pareja predestinada. ¿Se hará justicia para la madre de Sylvia? ¿Podrán ella y Rufus desafiar todas las normas sociales y permanecer juntos? ¿Tendrán estas dos almas desafortunadas un final feliz?