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- Si tan sólo pudiera volver el tiempo atrás y cambiar mi historia, está no es la vida qué soñé. Fueron las palabras de Alice quién se observaba con despreció frente al espejo, acoso escolar, insultos, agresiones físicas y psicológicas sufrió en sus años de escuela media, inicia un nuevo ciclo escolar y con ello da inició a la vida qué tanto soño.
¿Qué es eso a lo qué llamamos vida?
- Eres una mugrosa.
¿Qué significa el estar vivo?
- Lárgate de aquí, nadie te quiere.
¿Acaso estoy viviendo mi propia vida?
- ¡Estúpida!
Caminó por los pasillos del colegio mientras me tiran bolas de papel, mi nombre es Alice Jhonson, asisto a un colegió sólo para mujeres, tengo 15 años y estoy a sólo 2 semanas de graduarme.
Al abrir mi casillero observó cómo estaba todo lleno de pegamento y hojas de árbol pegadas a mi libreta.
Las risas se hacen notar, desearía que estás 2 semanas pasarán rápido, la razón por la qué me molestan es simple, defendí a una chica de ser golpeada, de nada sirvió, sólo para qué ella fuera una más de mis abusadoras, intenté hablar con la directora pero está no me creyó, hablé con mis padres y me dijeron que aguantará un poco más, después de todo ya estoy a punto de graduarme y estoy aquí por una beca.
Al caminar tropecé.
- Fíjate por dónde vas- habló una chica qué me acababa de meter el pie, sólo seguí hacía el salón.
Debido a qué mis libros estaban todos pegajosos no pude traer ninguno a la clase, todo mi grupo se rió de mí.
- Buenos días clase, les pido que saquen su libro y lo pongan en la página 128.- habló la maestra de biología quién al verme sin mi libro se molestó.- Alice ¿Dónde está tú libro? Es la tercera vez está semana, te pido que salgas de mi clase y no regreses hasta qué vengan tus padres a hablar conmigo, estás a 2 semanas de graduarse, no es tiempo de olvidar tus libros- en verdad se veía muy molesta.
- Está bien- fue lo único que pude contestar.
Me dirigí al baño, quería llorar pero si me rompía en llanto ahora todas se burlarían cómo siempre.
Apenas crucé la puerta me dirigí a uno de los cubículos y procedí a cerrar, mis lágrimas han empezado a caer, ésto es de todos los días, sólo quiero qué está pesadilla termine ya.
- ¿Fuiste a la fiesta de ayer?.- se escuchó la puerta del baño abrir y con ello unas chicas hablando.
- Sí, estuvo muy divertido, me la pasé con Alán toda la noche, después de la fiesta nos fuimos a su casa y ya sabrás lo qué pasó después.- ambas chicas empezaron a reír.
- Yo quería ir pero mis padres no me lo permitieron, según ellos por qué habrían chicos depravados e irrespetuosos, mis papás son unos tontos qué no entienden nada.- pude observar por un orificio a las 2 chicas, se encontraban pintándose los labios, cuando eso pasa quiere decir que piensan saltarse las clases.
Después de aquello salieron entre risas, las chicas de mi edad ya piensan en el s*xo y los chicos no se quedan atrás, los detesto a todos por igual, tanto a mujeres como a hombres, los odió.
Tuve que esperar en los baños todo el día, mañana mis padres tendrían que volver a venir al colegio debido a mi comportamiento "tan rebelde" que según los profesores han dicho que tengo.
Estoy saliendo del baño cuándo escuchó qué alguien me hablaba, trato de ignorarla pero soy sujetada por el cabello ¡Esto duele mucho!
- ¡Auch! ¡Suéltame, me estás lastimando! - es lo único que puedo decir a lo qué ella y sus amigas ríen, su nombre es Jessica y es una de las chicas del colegio qué más me agrede.
- A dónde crees qué vas cucaracha, tu y yo tenemos un asunto pendiente, vamos afuera - me llevó a rastras, odió todo ésto, aún si me intento defender de nada sirve, ésto duele.
- ¡Auch! - gritó cuándo me tira al suelo, ésto es algo de todos los días, tengo moretones por todo mi cuerpo, tengo quemaduras a causa de un encendedor en el cuello, tengo vendas alrededor de mis muñecas por heridas qué ellas mismas causaron.
- ¿Te puedes callar? - comienza a patearme, en verdad me duele- Hoy he tenido un mal día y lo que quiero es desquitarme con alguien.- una de sus amigas de nombre Danna le sigue el juego y me patea en el estómago.
- ¿Por qué me hacen ésto? - digo entre llantos - Jessica, tú y yo eramos amigas ¿Por qué me odias? - después de aquello me pateó de nuevo y empezó a aplastar mi mano, por favor, qué alguien las detenga.
- ¿Por qué hago ésto? ¡¿Me preguntás qué por qué hago ésto?! ¡¡Mi novio me dejó por tú culpa!! - después de eso me dió un golpe en la cara haciendo sangrar mi nariz- siempre te haces la niña buena ¿Por qué crees qué en está escuela nadie te quiere? ¡¡Por qué los chicos te prefieren a tí!! ¡¡Cuando te ven siempre preguntan por tí!! Eres delgada, blanca, tu cabello castaño siempre tan arreglado y brillante, tus ojos verdes ¡Iugh! Todo eso y más odio de tí - siguió pateandome, pero está vez con sus amigas, después de aquello perdí el conocimiento.
***
Desperté en una cama, debe ser en la enfermería del colegio.
- Bien, si ya te has despertado puedes agarrar tus cosas e irte- habló con un toque de frialdad la enfermera.
- ¿Quién me trajo? - pregunté.
- Unas chicas muy dulces te trajeron, comentaron qué te encontraron afuera del colegio, tal parece ser qué te involucraste en una pelea callejera y esas lindas niñas te trajeron, son Jéssica y Danna, deberías aprender más de ellas, mírate, siempre tan llena de golpes a causa de pelear, algún día te terminarán matando en menos de lo que te des cuenta, ahora largo qué me haces perder el tiempo.
No dije nada y sólo salí de ahí a como pude, si claro, como no, algo que jamás seré es ser una agresora cómo ellas, ni siquiera me puedo mover bien a causa de los golpes, me duelen mucho.
Ya casi todas las calles están oscuras, caminó a como puedo pero a decir verdad me da mucho miedo, en la esquina puedo observar como hay hombres borrachos chiflando a las mujeres qué pasan, mejor optó por irse en otra dirección, mi casa queda cerca del parque, todo sigue oscuro, a medida que pasó las calles todo parece qué empieza a aclararse, estoy llegando al parque pero justamente se encuentran 4 hombres abajo de un gran árbol, si mis piernas tambaleaba por el dolor ahora tiemblan por miedo.
- Tss, chiquitita, ven a pasar un rato con nosotros.
- Mamasita, qué rica estás.
- Ah dónde tan apurada.
Eran comentarios qué escuchaba de parte de esos pervertidos, llegué a casa tan rápido como pude a pesar del dolor en mis piernas intenté caminar a toda prisa.
Llegué a mi habitación y me encerré a llorar.
Ya no puedo con ésto, se está volviendo muy difícil para mí, me dirijo al espejo y me observo, mis ojos están completamente rojos, mis brazos y piernas están hinchados, mi nariz ya no sangra pero duele y los comentarios asquerosos de aquellos hombres también los aborrezco.
- Los odio a todos, tanto a mujeres cómo a hombres ¡¡todos son unos idiotas!! - gritó mientras me tiró al suelo para nuevamente comenzar a llorar.
Al otro día concluye y falta menos para la graduación.
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