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LÃa, una chica cansada del control excesivo que sus padres tenÃan sobre ella, decide irse de casa para lograr su independencia tanto económica como emocional, se ve envuelta en la pérdida del hogar que habÃa conseguido gracias a sus ahorros. Con ayuda de su nueva amiga, se instala en una casa compartida junto al hermano de su amiga el cual la quiere sacar a como dé lugar. Amargado y explosivo, asà describe LÃa a aquel chico, el cual posee una cualidad extraordinaria la cual LÃa irá descubriendo a medida que se hacen más cercanos. Un evento desafortunado separa sus caminos ¿podrán encontrarse otra vez?
Padres ¿Han llegado a sentir que todo lo que ustedes hacen es como una decisión demasiado riesgosa para ellos? Es como si te tuviesen encerrado en una burbuja de cristal, no, como si tú fueses hecho del cristal más delicado del mundo. Asà es exactamente como me sentÃa, mis padres habÃan controlado cada uno de los aspectos de mi vida, era como si quisieran vivirla a través de mà ¡No podÃa soportar más esto! Asà que tomé mi decisión.
-¿Realmente quieres irte hija?- preguntó mi madre recostada en el marco de la puerta.
-Es lo mejor mamá- dije como respuesta mientras cerraba la cremallera de mi maleta.
Era hora de irme, de hacer mi propio camino. Ella se limitó a sonreÃr de manera melancólica ante mi respuesta, separarnos era difÃcil para ambas, pero no querÃa seguir viviendo la vida que mis padres quisieron vivir a través de mÃ.
Pasaron un par de horas y habÃa llegado a la casa que habÃa adquirido gracias a mis ahorros, esperaba no agotarlos antes de encontrar un trabajo y recibir mi sueldo, di un recorrido con mis ojos a aquella casa. Por supuesto que no era una mansión, mis ahorros no eran lo suficientemente grandes para eso, pero era un lugar agradable, debÃa decorarlo para darle algo de vida. Después de organizar mis pertenencias salà a recorrer el lugar, era mi primera vez en esa ciudad, a excepción de cuando vine a ver la casa, lo harÃa junto con mi búsqueda de trabajo ¿Trabajo como mesera? Asà podrÃa conocer a más personas, además las propinas ayudarÃan mucho. HabÃa pasado por tres restaurantes y ninguno estaba buscando personal.
-¡Estoy cansada de caminar!- Dije bastante desesperada mientras me sentaba en una de las bancas.
-¿Buscas algo?- preguntó una chica de cabello largo y lacio a mi lado, no la habÃa visto allà antes de sentarme.
-SÃ, trabajo- dije con una sonrisa exhausta.
Aquella chica se levantó de repente y tomando mi mano me arrastró hasta un restaurante algo sencillo, miré sorprendida todo el lugar, era bastante cálido y agradable, las decoraciones a pesar de ser sencillas tenÃan ese toque minimalista que daba una sensación de descanso y serenidad.
-Veo que eres nueva aquÃ- Cuestionó con una animada sonrisa a lo que yo asentà -Mi nombre es Aidé ¿y el tuyo?- preguntó extendiendo su mano en mi dirección.
-Mi nombre es LÃa- respondà con una sonrisa, podÃa sentir como si un peso de encima me fuera quitado.
Estuve un rato hablando con Aidé y resultó ser muy amable, apenas estaba comenzando el restaurante lo cual hacÃa que unas manos extras fuesen necesarias, además de que era una oportunidad perfecta para mÃ, pues además de poder trabajar podrÃa ayudar a una nueva amiga a cumplir su sueño, el lugar tendrÃa que crecer y me esforzarÃa por lograrlo, ya habÃa aceptado y no podrÃa volver atrás.
Una semana después...
Las cosas desde que me fui de casa habÃan estado bien, quiero decir que no ha sido tan fácil como tener asegurado tu alimento todos los dÃas y a cambio de eso no tienes que hacer nada más que limpiar tu cuarto, debo dar lo mejor de mà para probarles a mis padres que puedo hacerlo sola y más importante que eso, para demostrarme a mà misma de que soy capaz de superar mis propios lÃmites.
Estaba caminando junto a Aidé, nos habÃamos hecho grandes amigas y descubrimos que tenÃamos gustos similares, lastimosamente sus padres habÃan fallecido cuando era bastante pequeña, su madre a la hora de dar a luz y su padre en un asalto ¿Era posible que una persona sufriera tanto en la vida? A pesar de eso ella mantenÃa su sonrisa, quizá para ocultar su sufrimiento, sin importar qué aquà estarÃa para ella, ese era el deber que habÃa tomado de hacer que ella no se sienta sola, que ella pueda reÃr o llorar a mi lado ¿No es esa la finalidad de una amistad, el estar juntos y apoyarse a pesar de las dificultades?
-¿En qué estás pensando?- preguntó, interrumpiendo asà mi monólogo interno, negué con la cabeza, no querÃa que ella supiera que era indefensa a mis ojos y que a pesar de su fortaleza, podÃa ver perfectamente su dolor -oye LÃa... ¿Estas no son tus cosas?- añadió señalando al frente de nosotras.
Todo lo que tanto me habÃa costado conseguir estaba a la intemperie, no era mucho, pero era el tangible sacrificio que habÃa hecho estos últimos dÃas, corrimos hacia las cosas y vimos un enorme camión que estaba derrumbando mi casa
-¡No! ¡No!- grité con todas mis fuerzas intentando en vano detener la destrucción de mi hogar ¿Cómo era posible?
Después de destruirla casi por completo el camión se detuvo, aquel hombre habÃa recibido una llamada y algo preocupado agitaba con la mano su corto cabello ¿Qué es lo que han hecho? Aquel tipo que era bastante alto y regordete caminó observando las cosas y se dirigió a nosotras
-¿Esta es su casa?- preguntó con suma muestra de preocupación, sentà bastante furiosa que a no ser por Aidé me habrÃa abalanzado sobre él
-Esa ¡ERA mi casa!- exclamé indignada.
Para evitar problemas mayores Aidé me alejó del lugar y me hizo esperar a que ella hablara con él y llegaran a un acuerdo, después de luchar conmigo lo logró, estuve esperando por largo tiempo hasta que Aidé regresó a mi lado.
-Dice que se harán cargo de la reconstrucción, la empresa cometió un error con las indicaciones de la dirección, lamentan mucho todo esto, pero es lo único que pueden hacer hasta el momento- expuso mi amiga en un tono suave, el cual me pareció bastante confortador.
-Pero... ¿dónde viviré hasta que la reconstruyan?- Me senté bruscamente en el sofá, ella se quedó pensando por un momento hasta que se le ocurrió una brillante idea.
Horas después...
-¿Estás segura de que estás bien con eso?- pregunté algo apenada.
-Yo sÃ- dijo como respuesta ¿Yo sÃ? Continuamos caminando, hasta que llegamos a una casa no tan grande.
-No quiero abusar de tu amistad Aidé- ella negó con su cabeza, pero eso no hacÃa que me sienta menos incómoda -¿vives aquÃ?- pregunté nuevamente.
-No, mi hermano lo hace, no es muy sociable, asà que no prestes atención a lo que pueda llegar a decirte-Respondió sin despegar su mirada de la puerta que estaba cerrada.
¡¿S-su hermano?! -o-oye... creo que no es una buena idea, no quiero incomodarlos de más- dije dando una vuelta pero Aidé me jaló del brazo devolviéndome de un solo tirón.
-No irás a ningún lado, esta casa es de los dos, no tienes a dónde ir, es lo mejor, confÃa en mÃ- asentà levemente, no querÃa incomodarlos, pero tampoco puedo quedarme a la intemperie, solo debÃa esperar a que la casa estuviera terminada y podrÃa volver a la normalidad ¿Qué podrÃa pasar en un mes?
Aidé estaba hablando con su hermano mientras yo la esperaba en la sala, estaba claro que no le agradaba la idea ya mà tampoco, pero no tenÃa más opción. Horas después el asunto estaba «solucionado» las cosas que antes estaban en la calle, ahora ya están aquÃ, bajo techo y Aidé se habÃa retirado...
«Quédate lejos de mà y no hagas preguntas tontas»
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Segunda parte de MI DESASTROSA CENICIENTA. Brooke Simon, estudiante de intercambio de diseño de modas en Londres. La cual intenta superar la mentira y supuesto suicidio de su novio, el cual, realmente, se encuentra en prisión. Alex, su antiguo novio falso y un actor reconocido, vuela a Londres para confesar sus sentimientos después de un libro y debido a que el exnovio de Brooke escapó de prisión. ¿Qué hizo para estar detrás de las rejas y qué hará Brooke después de saber que su exnovio no está muerto? ¿Aceptará el amor que Alex tiene para darle o regresará con su peligroso amor? Historia gratuita. Actualizaciones los martes. (O una vez por semana)
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