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Sara es una analista de conducta con una vida muy tranquila, hasta que un día se le cruza el mayor reto de su vida. Mika, un chico de 25 años que fue condenado a 30 años de cárcel y se niega a hablar. Sara tendrá que hacerle hablar como sea para conseguir ayudarle, todo parece indicar que el chico tiene un shock post-traumático pero las cosas dan un giro de 180 grados. Recuerda que las cosas no son siempre lo que parecen.
Caminaba a toda prisa por la calle, tratando de no tropezar mientras acomodada mi cabello con un pequeño peine que traía en mi bolso.
Mi superior me había llamado hace 30 minutos para decirme que en 20 me quería allí y ya iba tarde. Ese maldito tío me odiaba, sabía perfectamente que no llegaría en menos de 20 minutos, disfrutaba viéndome sufrir.
Al llegar a la comisaría entré en el ascensor y rápidamente entré en el despacho de Dowling, ese idiota me miraba sentado en su gran sillón con aires de superioridad, nada más verme entrar por la puerta se señaló el reloj de oro falso que llevaba en la muñeca, para tratar de aparentar riqueza.
Mi nombre es Sara Perkins y soy analista de conducta en la unidad de análisis de California, tengo 23 y llevo 1 año trabajando para esta gente.
-Llega tarde señorita Perlins. - Dijo mal mi apellido, a propósito.
-Es Perkins. - Espeté.
-Como sea, siéntese. - Le hice caso y me extendió un historial.
-Mika Hasting, 25 años. Condenado a 30 años de cárcel por 3 robos con rehenes, amenaza y agresión a la autoridad. Se mostró amenazante ante la justicia y poco respetuoso, por lo que le aumentaron la condena.
-¿Y yo qué tengo que ver en eso? - Dije un poco confundida.
-Nos han llamado, querían a uno de mis analistas allí porque se niega a hablar con nadie, lleva allí ya 7 años y no ha soltado prenda. - Dijo negando con la cabeza.
-¿Y qué se supone que tengo que hacer?
-Ayudarle, eres una de las más sociables Sara, haces hablar hasta a las piedras y aunque me cueste admitirlo, eres una de las mejores. Necesito que trates de recopilar toda la información que puedas sobre él. - Dijo cruzando sus brazos.
-¿Qué le haga un perfil? - Abrí el expediente y ya estaba asustada, era un chico moreno de ojos verdes y de mirada intimidante.
-Efectivamente.
-¿Y me mandará sola? - Dije asustada.
-Necesito que vayas todos los días por 2 meses, tú sola. Tendrás domingos de descanso a demás de otro día a tu elección.
-¿Pero y el resto? - Insistí.
-Los necesito para otro caso, te pagarán bien. - Rodé los ojos y le miré.
-Esto será un plus, ¿en qué sitio es?
-Sirvey.
-¿Cómo? Ni de broma señor, no pienso ir ahí. - Me levanté para irme pero algo bastante tentador me hizo pararme.
-Serán 100 euros extra a la semana Sara, y estás preparada para eso.
-Lo haré porque al mes me llevo 500 euros calentitos para el cuerpo. - Me llevé el expediente y me fui hacia la oficina, deposité mis cosas y me puse a inspeccionarlo.
Mika Hasting, acusado de 3 robos con rehenes, amenaza a la autoridad y múltiples agresiones a un policía con un bate de metal.
Joder con el chaval.
Al menos es guapo.
Parece que presenta trastornos de psicopatía, se muestra frío y vacila a los jueces, desde que entró en prisión no habla y está aislado por mayor seguridad.
Recuerda Sara, 500 euros calentitos al mes, todos para ti.
Respiré hondo y seguí leyendo.
Creemos que sufrió algún tipo de trauma en su infancia o adolescencia que le hace comportarse de manera asocial y antipática con cualquier persona que se le acerca.
Oh, genial.
Cerré el informe y me pasé las manos por el pelo, el señor Dowling entró en mi oficina con las manos en los bolsillos. Era un hombre de mediana edad un tanto atractivo, pero estúpido.
-Empiezas mañana, llévate la pistola y en el bolso tu placa, esto. - Me tendió una tarjeta con una correa para colgarla del cuello. - Y un cuaderno y un boli.
-De acuerdo.
-Ten cuidado con él Sara, puede ser peligroso.
Tragué fuerte y él se fue, tras eso entró Mary, mi mejor amiga y otra compañera del equipo.
-¿Por qué has entrado corriendo al despacho de Dowling? - Preguntó sentándose en una de las sillas.
-Me han dado un caso.
-No pareces muy animada.
-No puedo estarlo, es en Sirvey. - La boca de la morena se abrió y sus ojos casi se salen de las órbitas.
-Oh no, el sitio con peor reputación de toda California. - Exclamó.
-Efectivamente, pero me dan 100 euros a la semana extra.
-Entonces merece la pena. ¿A quién vas a analizar? - Preguntó intentando mirar el expediente, pero lo cerré.
-Confidencialidad Mary.
-Soy tu mejor amiga. - Dijo haciendo un mohín.
-Confidencialidad. - Dije negando con la cabeza, ella se cruzó de brazos en un acto muy infantil.
Mi jornada laboral terminó 20 minutos antes, considerando que había estado 20 minutos de más. Me apresuré a volver a casa y a eso de las 6 y media llegué.
Lo primero que hice fue darme una larga y reconfortante ducha, me puse cómoda y comencé a ordenar las cosas que me llevaría mañana, empezaría estando allí una hora, día a día iría sumando 15 minutos hasta completar el horario de 5 horas diarias, espero que el chico me hablase o iba a ser muy aburrido.
Me preparé una cena rápida; arroz con bacon, y me senté a ver una peli, cuando esta terminó me metí en la cama y tras revisar un poco mis redes sociales caí en un profundo sueño.
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