![[El Árbol] Concepto de una deidad](https://cos-spres.cdreader.com/site-375(new)/0/5645/coverbig.jpg?v=e241ee08527c6d98f2588cb000f84abc)
Esta es la historia de como un brote de oro, nacido de una semilla caída del cielo, se despertó como una [Deidad] tras ser adorada por un primitivo grupo de humanos. Recibiendo la [Fe] de sus creyentes, esta joven [Deidad] favorecida por el [Caos Primordial], deberá guiarlos y hacerlos prosperar con el fin de crecer aun mas y así desentrañar muchos secretos relacionados con su existencia. Pero, ¿Sera fácil hacerlo?.
Un pequeño grupo de humanos primitivos, cubiertos de ropa hecha a base del cuero de bestias, se encontró viajando con el objetivo de encontrar una nueva tierra en la cual asentarse durante un tiempo.
Usando de guía a las manadas de animales que ellos cazaban, llegaron hasta los principios de un gran valle rodeado por un frondoso e imponente bosque, del cual se pudo escuchar proviniendo de su interior el rugido de grandes bestias de vez en cuando.
A pesar de parecer peligrosa lo encontraron ideal, por ello decidieron asentarse a las cercanías del mismo.
Mientras algunos hombres salían a explorar los alrededores, el resto se quedo detrás luego de encontrar un lugar ideal donde levantar sus chozas, el cual fue un pedazo de tierra al descubierto no muy alejado de los arboles.
Cortaron y arrancaron ramas, al igual que las hojas y la combinaron con hierba seca y pieles para armar sus chozas. El trabajo se hizo en conjunto de hombres y mujeres, los niños tambien aportaron lo suyo, por lo que todo fue tomando forma rápidamente.
Las horas fueron pasando mientras trabajaban, la luz del día se fue ocultando dejando su lugar a la oscuridad de la noche, con ello el tiempo en el que los exploradores debían volver se acercaba. Pero no hubo rastros de ellos.
Aunque sencillo las chozas se habían terminado en varias horas, por lo que sin tener nada que hacer y preocupados, un par de hombres armados con lanzas y chichillos de hueso salieron en dirección del bosque a fin de buscar a los exploradores, quienes ya debieron de haber vuelto.
Paso nuevamente un par de horas, la noche ya había caído, la única luz visible fueron el de las estrellas sobre los cielos.
No hubo rastro de aquellos hombres.
Esto genero preocupación en los humanos primitivos que yacían esperando. Sobre todo en las mujeres y niños.
Decididos, otro par de hombres grandes tomaron sus armas y se encaminaron al bosque. Sus miradas fueron frías y expulsaron una fuerte aura de lucha.
Una hora paso desde entonces, nadie volvió.
Atrás solo quedaron no mas de ocho hombres en conjunto de las mujeres y niños, iluminados por el fuego que habían echo, sus ojos mostraron un brillo de incertidumbre y ansiedad.
Los hombres restantes se miraron entre ellos mientras sostenían las armas en sus manos, parecían tener el mismo pensamiento, pero ninguno se atrevió a moverse. No podían irse y dejar sin protección a las mujeres y los niños.
Por lo que, uno de ellos, se ofreció a irse esta vez. El resto, ansiosos, trataron de detenerlo. Fue cuando entonces la hoguera se apago a causa de un poderoso viento proveniente del bosque que acompaño un rugido que los sacudió hasta las medula.
-¡AHHH AHH!
El cuerpo de todos tembló de forma instintiva, y pese a la oscuridad de la noche, enfocaron sus miradas hacia el bosque. Allí pudieron ver sutilmente a una enorme bestia con forma de ave dirigirse hacia su dirección mientras perseguía a un grupo de seis hombres.
-¡¡AHHHHGGGGRR!!
Los hombres restantes al ver tal situación, mas haya de querer retroceder, rugieron al cielo mientras tomaban sus armas y cargaban en dirección de la enorme ave.
Sus miras no mostraron miedo mientras se encaminaban a una lucha que podría costarles la vida.
Los otros, al ver como los refuerzos venían, tambien comenzaron a rugir. Pero no fue en forma de lucha, sino uno de advertencia y lleno de desesperación.
La tierra se agitaba por los pasos de la enorme Ave, que enloquecida rugió a los cielos. Haciendo que detrás de ella otra aun mas grande apareciera. El sonido de los arboles abriéndose para darle espacio fue algo que todos escucharon claramente.
-¡¡AHHHGGGRR!!
Incrédulos, los hombres se detuvieron al igual que sus rugidos.
Sus cuerpos se congelaron mientras parecían dudar de si avanzar o retroceder. Los gritos de miedo proveniente de sus espaldas les hizo vacilar mientras apretaban con fuerza sus armas.
*KIIIIIIIIIIIIEEE
La Gran Ave tras emerger del bosque rugió poderosamente, los arboles y la tierra se sacudieron, infundiendo un gran terror-
-¡¡AHHHHHHHGGGGGGGRR!!
Los guerreros parecían haber tomado una decisión, no pudieron retroceder, porque del hacerlo no significo que esas bestias los dejarían en paz, en cambio se moverían aun mas ferozmente en su contra al considerarlos una presa fácil.
Fue mejor tratar de luchar en un intento de ahuyentarlas, claro, esto puede no funcionar y llevar que todos ellos murieran . Pero de todas formas tendrían el mismo final si decidieran huir.
No hubo posibilidades para ello, tan solo les quedaba luchar por una oportunidad de seguir vivos.
Al ver como estos guerreros volvieron a rugir violentamente mientras reanudaban su carga, aquellos que se encontraban huyendo se detuvieron en seco. El miedo se perdió de sus ojos mientras se daban la vuelta y apretaban con fuerza sus armas, levantando al cielo un grito en extremo feroz.
-¡¡AHHHHGGGGRRRRRRRR!!
¡A MUERTE!
La pelea por sobrevivir comenzó ferozmente al rugido de ambos lados.
Los guerreros, dando el todo de si mismo, trataron de herir a las Grandes Aves mientras se movían ágilmente a sus alrededores con tal de distraerlos y encontrar una oportunidad, pero carecieron de las armas y la fuerza para ello. Las plumas fueron realmente difíciles de atravesar, y por si no fuese poco, pese a sus grandes tamaños, estas bestias eran muy agiles.
Su fuerza y agresividad tambien fue algo de temer, cada uno de sus ataques fue rápido y suponía graves heridas para estos guerreros si llegaban a recibir alguna.
La lucha no fue sino intensificándose a cada segundo, y pese de parecer tontas, las grandes Aves no lo fueron en realidad. Usaron sus garras y picos para deformar la tierra, arrancar arboles y arrojarlos en contra de sus enemigos con tal de entorpecerlos al crear un terreno que los desfavorecía. Lo cual funciono.
Varios guerreros fueron tomados en una mala situación, cansados con tal de mantener el ritmo, sufrieron ataques que los dejaron muy heridos y en algunos casos incapaces de luchar.
Por su parte las grandes Aves no sufrieron mas que heridas superficiales, y aun gozaban de mucha energía ya que no tuvieron que molestarse en evitar a la otra parte.
La pelea ya se había decidido luego de unos pocos minutos, no quedaban muchos en pie, y los pocos que hicieron se encontraba muy cansados y heridos. El resto yacía tirado en el piso de forma impotente, bañados en su propia sangre y tierra a punto de morir. Pero el fuego en sus miradas no parecía querer acabarse, rugían débilmente en intento por seguir levantándose, provocando que los grandes cortes en sus cuerpos se abrieran aun mas.
Las grandes Aves se mostraron arrogantes, no diferente de parecer estar jugando con ellos.
Y mientras luchaban, las mujeres al igual que los niños, miraron impotentes con lagrimas en sus ojos el como sus guerreros caían ante las grandes bestias. Algunos de ellos trataron de tomar un arma y unirse, pero aunque lo hicieran, no lograrían nada.
Huir tampoco estuvo en ningún momento en sus pensamientos, fue por orgullo y la creencia que tenían en sus guerreros que no tomaron tal cobarde acción.
Además, aunque lo hicieran, fue difícil para ellos sobrevivir de todas formas. Lo mejor fue que todos acompañaran juntos el camino de la muerte.
Cuando ya habían llegado a la idea de que este seria su final, y con la arrogancia triunfante de las bestias listas para acabar con la vida de todos y luego devorarlos, fue que una luz de oro apareció en el cielo.
Las grandes Aves levantaron primero sus cabezas, lo que suponía una oportunidad ya que bajaron su guardia y por tanto podrían ser atacados por los guerreros, pero estos mas haya de tomar tal decisión, tambien se vieron atraídos por aquella luz luego de ver la reacción de estas.
*KIIIIIII
Las bestias gritaron, solo que fue diferente a las veces anteriores, parecían tener miedo de aquella luz. Y fue exactamente así.
Sin dudar ambas se dieron la vuelta y comenzaron a huir frenéticamente del lugar, dejando de lado toda intención de acabar con los moribundos guerreros.
Así, de forma tonta y encantada, la pequeña tribu vio como aquella luz dorada descendió hasta penetrar la tierra en medio de sus chozas.
Allí un pequeño brote de oro nació segundos después junto a un extraño y nuevo sentimiento en sus interiores.
[Fe]
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