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Syre es una joven que acaba de mudarse a la gran ciudad, luego de terminar sus estudios, en busca de nuevas oportunidades. Se convierte en una de las secretarias de uno de los hombres más poderosos de la empresa NICOMAC, Hendrick Comac. Es allí donde Syre conoce el amor, el odio y las consecuencias de sus decisiones al enamorarse de aquel hombre temerario, Hendrick Comac.
Syre estaba sentada en aquel salón frío, con hermosas paredes adornadas de cuadros con pinturas extrañas, ya había contado los cuadros de aquel salón, en total 15. El tictac de aquel reloj la tenía loca, se preguntaba cuanto más debía esperar a que entraran las personas que la iban a entrevistar.
Aquel cuadro de hermoso paisaje la hizo recordar el lugar donde creció, sí, le encantaba ir con sus primos todas las tardes a la playa que quedaba a solo unos minutos de su casa, pues su madre tenía un pequeño negocio de comida allí, así que Syre luego de llegar de la escuela, iba directamente hacer los oficios de su casa para luego ir almorzar al negocio de su madre y ayudarle un tanto ella lo necesitará, pero lo que más le encantaba era terminar sumergiendo su cuerpo en las hermosas olas de aquel lugar.
-Que te llamen Sirenita, no significa que seas una sirena Syre, para que quieras vivir metida en el agua.- le decía su madre casi todo el tiempo. Pues todo el mundo la llamaba Sirena o sirenita.
Su vida en su pueblo era feliz, con su madre sentía que lo tenía todo, ellas contra el mundo era su lema. El sueño de Anna, su madre, era que se convirtiera en todo una profesional como ella no pudo.
De pronto se escuchó el rechinar de la puerta al abrir y de tal manera sintió un vuelco al corazón.
Ya llegaron. Pensó, girando su cabeza y dándose cuenta que habían entrado tres personas al salón, una mujer rubia de pelo ondulado hasta los hombros y elegante con un vestido negro ceñido al cuerpo que le llegaba a las rodillas y cubría su cuello más no sus brazos, y dos hombres uno de ellos de unos 65 años, pelo negro y lacio con una sonrisa de persona amigable, pero el segundo hombre era todo lo contrario, tenía un aspecto serio, pero le hacía ver elegante y atractivo, era alto, con sus ojos azules como los del cielo, su pelo era color rubio oscuro y vestía una camisa que hacían juego con el color de sus ojos y un pantalón fino color marrón, de unos 35 años.
-Señorita Montalvo, le presento al Señor Julio Comac uno de los socios mayoritarios de la empresa NICOMAC y a su sobrino Hendrick Comac Presidente de NICOMAC.-dijo Laura González la directora de Recursos Humanos de NICOMAC.- Ellos le harán unas preguntas para terminar con el proceso y luego se le estará llamando para informarle si trabajara con nosotros.
-Un placer. -dijo Syre inclinando la cabeza.
- Te consideras la indicada para este puesto?- preguntó el Señor Julio.
- Por supuesto que sí, mis estudios y preparación universitaria me han calificado para este puesto, les aseguro que no les defraudaré - contesto de manera natural Syre.
Aunque los nervios le comían por dentro y más con la mirada fija que tenía sobre si del señor Hendrick, no había dejado de mirarla ni un solo segundo desde que entró al salón, tenía una pierna cruzada sobre la otra, con un codo afincado en el brazo del sofá.
- Háblame de ti, quién es Syre Montalvo?- pregunto enigmáticamente el Señor Hendrick.
Su mirada fría y distante hizo que a Syre le bajara una gota fría de sudor por el centro de su espalda.
Syre tragando en Seco contesto -Soy Syre Montalvo, recién cumplí 22 años, graduada recientemente de secretaria Ejecutiva en la Universidad Rafi Ramírez. Mi primer empleo formal fue como recepcionista en el Hotel Conolpa, luego de 3 meses me ascendieron a secretaría de reservaciones en el cual dure 2 años. Al culminar mis estudios universitarios, hice una pasantía como secretaria de gerencia en la empresa Pesca Pota y luego me fijaron como su empleada en la que dure trabajando 2 años...- justo antes de Syre continuar fue interrumpida.
- Es suficiente - Hendrick se pone de pie y dice: le llamaremos cuando se tome una decisión.
Saliendo Hendrick del salón, los demás se ponen de pie, el señor Julio se despide.
-Señorita Montalvo Gracias por su tiempo- Laura conduce a Syre a la salida .
......
Sentado en su oficina mientras ve la pantalla que muestra las cámaras de seguridad Hendrick observa como los empleados hacen su trabajo en el área de almacén.
Toc toc! (se escucha la puerta de la oficina tocar)
-Pase - dice Hendrick en un tono serio.
-Señor Hendrick, aquí está el listado de los proveedores de china que usted pidió- dice Ana, una de las secretarias de Hendrick, ella era morena de pelo castaño oscuro y de belleza poco agraciada
-Gracias Ana, Ana que ha pasó con el reporte de los proveedores de Argentina? estas lenta- pregunta Hendrick, en reproche.
-S, S, Señor Hendrick, es que con todo lo que mando hacer no he tenido el tiem..- Hendrick interrumpió de manera brusca las palabras de Ana con un manotazo al escritorio, el corazón de Ana se sobresaltó y sus ojos marrones se abrieron como platos.
-Marchate- le dijo Hendrick.
Ana se marchó tan pronto sus pies le respondieron.
Syre, fue el nombre que le llegó a la cabeza a Hendrick, el recordó a la hermosa chica que habían entrevistado el y dos personas mas hacia una hora. Esa chica era tan diferente a las chicas que tenía como secretaria, aunque tenía 4 chicas a su disposición como sus secretarias su trabajo era muy exigente y por tal razón necesitaba una más, y esa sería Syre, la hermosa chica tímida, con ojo café claro como el día, pelo castaño claro, con labios carnosos y ojos rasgados.
Oh cielos, pensó Hendrick, a trabajar se dijo a si mismo, miro el teléfono y sin pensarlo llamó a Laura.
Laura! - dijo Hendrick.
Si Señor Hendrick- contesto Laura del otro lado del teléfono.
-Llama a Syre, quiero que esté aquí mañana temprano, háblale muy claro mis reglas, no quiero errores- justo cuando Laura iba a contestar Hendrick colgó sin esperar respuesta.
Laura por otro lado se quedó con las palabras en la punta de su boca, y luego maldijo por tener que lidiar con jefes como los suyos.
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